Capítulo 20: Los tormentosos recuerdos
Ranko permanecía atenta a lo que Ryoga estaba por contarle, la sonrisa que había tenido el chico al recordar como conoció a Ranma se borro y ella supo que algo malo venia
-Ranma y yo estábamos muy felices y yo no podía imaginar lo que pasaría después…- se voz sonó apagada
La pelirroja dio un trago de saliva pero fue imposible, sentía un nudo en la garganta y tenia miedo de escuchar, sin mirarla continúo contando eso que era tan difícil de recordar
Un di antes de iniciar aquel viaje importante habían asistido a la escuela con normalidad, durante el descanso subieron al techo de la escuela, era otro de sus lugares especiales donde pasaban tiempo juntos
-No puedo creer que mañana estaremos en China- dijo el Hibiki viendo al cielo
-Ni yo, presiento que será un gran viaje- respondió Saotome, viendo al cielo igual que su amigo
Salieron de clases y cada uno fue a su casa a hacer sus maletas, esa noche el chico de la coleta se quedo a dormir en casa del colmilludo pues al día siguiente saldrían muy temprano
La madre de Ryoga los despidió, ella debía quedarse a por motivos de su trabajo y además no estaba tan interesada en una excursión de artes marciales
- ¡Es increíble Ryoga! - grito Ranma maravillado una vez que llegaron
- ¡Estamos en China! - grito Ryoga y abrazo a su amigo
-Chicos ¿Qué les parece descansar aquí hoy? - propuso el señor
- ¿Descansar? - pregunto su hijo, tenía energías de sobra y mas al saber que estaban en aquel lugar lleno de cosas por descubrir
-Solo bromeaba- rio el padre de Ryoga, sabia lo mucho que deseaban explorar
Decidieron caminar para conocer mejor el lugar, les haría muy bien como parte de su entrenamiento, muy pronto comenzaría a atardecer y a lo lejos pudieron ver algo majestuoso
- ¡Llegamos a Jussenkyo! - gritaron ambos con alegría
Corrieron a toda prisa como si sus mochilas no pesaran nada, dejaron atrás al señor Hibiki, habían leído sobre ese lugar famoso por ser el sitio de entrenamiento de famosas figuras de las artes marciales, sin embargo había algo que no decían los folletos o libros
Admiraron la vista, parecían miles de posas, todas de aguas cristalinas, estaba a punto de cruzar la entrada pero fueron detenido
-Muy buenas tardes, bienvenidos a Jussenkyo- saludo un guardia -Hacia mucho que no recibíamos visitas- comento
- ¡Es mejor que los libros! - exclamo Ranma
- ¡No había imaginado estar aquí! - para Ryoga estás ahí era cumplir un sueño
-Este es un centro de entrenamientos legendario, los mejores artistas marciales han pasado por aquí- informo el guardia aunque en realidad los chicos no le prestaban mucha atención
El señor Hibiki al fin los había alcanzado, entraron a la cabaña del guardia y guía de Jussenkyo, ahí les explicó que debido a su corta edad y su posible inexperiencia debía pasar unas pruebas antes de poder entrenar ahí
Los chicos estaban ansiosos por hacer las pruebas ya mismo pero el guía dijo que lo mejor sería hacerlas mañana por la mañana, había dudado un poco pero al ver que eran tan jóvenes decidió advertirles del peligro
-Las pozas de Jussenkyo están encantadas y si caes en alguna de ellas caerá sobre ti una maldición- advirtió seriamente
Era algo importante que explicarles, y que solo se les podía revelar si entrenaba ahí pero por su seguridad decidido contarles
El señor Hibiki se había puesto tenso, no sabia que los llevaba a un lugar tan peligroso, esa noche acamparon en la aldea, Ryoga pidió permiso para usar el teléfono de la cabaña del guía para contarle a su madre que están ahí y que la estaba pasando muy bien, también le conto de la prueba y le deseo mucha suerte
Mientras los chicos armaban la tienda de campaña, el padre del colmilludo fue a hablar con el guía, él lo tranquilizo diciendo que en situaciones como esas en donde los chicos eran jóvenes les daba un baño con unas hiervas que anulaban el efecto de las aguas encantadas, así podían entrenar y se iban con la idea de que “la maldición” era una mentira para probar su valor
- ¿Estas dormido? - pregunto Ryoga
-No, no puedo dormir- respondió Ranma
-Yo tampoco, estoy ansioso por la prueba de mañana- sentía su corazón latir muy rápido
-Ryoga… ya estamos aquí ¿Por qué esperar a mañana? - dijo lo que había estado pensando
-Pero… nos han dicho que esperemos- dudo -Además… ¿Y si quedamos malditos? - le asustaba la idea
-No pasara nada malo- lo tranquilizo -Solo vamos a entrenar ¿No somos los mejores? - pregunto convenciendo a su amigo
- ¡Si lo somos! - grito levantándose del futón y por poco despertaba a su padre
-Shhh no hagas ruido- puso su dedo en sus labios - ¿Vamos? - invito
-Vamos- accedió el Hibiki
Ambos se pusieron su traje de entrenamiento y salieron de la tienda de campaña con sigilo, sus corazones latían muy rápido, era demasiada su emoción por estar ahí y al fin poder entrenar en ese lugar casi mitológico
- ¿Estás listo? - el chico de la coleta volteo a ver a su amigo con entusiasmo
-Ranma… prométeme algo- pidió nervioso
-Si, claro- respondió dispuesto
-Se que es un combate pero… prométeme que no me dejaras caer al agua- pidió, si era o no verdad lo de la maldición no lo quería comprobar
-No te preocupes Ryoga, soy tu mejor amigo, no te dejare caer te lo prometo- levanto la mano a modo de juramento
Confió en él y así estuvo más tranquilo, ambos subieron a los palos de bambú, la luna llena les serviría para poder tener un combate, se pusieron en posición y comenzaron la pelea, Ranma recibió un golpe al llegar al otro palo al que había saltado
-Ahora si va enserio- sentencio retador
-Te estoy esperando Ranma- contestó siguiendo el juego
Los ruidos del combate habían despertado al guía de Jussenkyo y lo mismo paso con el padre de Ryoga, ambos fueron en dirección a las pozas para evitar una tragedia que estaba a punto de suceder
- ¡Voy a vencerte Ranma! - grito Ryoga preparando un ataque con su puño
- ¡No lo creo! - Saotome fue más ágil y con una patada logro desviar el golpe
El colmilludo perdió el equilibrio y no logro llegar hasta el palo de bambú, se asustó mucho pero su amigo permaneció tranquilo
- ¡No me dejes caer! - grito asustado y extendiendo la mano para que Ranma pudiera sostenerlo peor no fue así, rompió su promesa
- ¡Ryoga! - grito su padre al ver como caía
Todas las miradas se dirigieron a la posa encantada de donde salió un tierno cerdito negro, el muchacho perdió el conocimiento debido al susto
El chico de ojos azules bajo con mucho cuidado del palo de bambú al ver que eso de la maldición era verdad, llevaron al Hibiki dentro de la cabaña y con una tetera de agua caliente lo volvieron a la normalidad
-El causo mi desgracia- le dijo el joven doctor a la pelirroja, parecía distraído como si siguiera atrapado en el recuerdo
-Ryoga era un combate y era de esperarse que uno de los dos callera- trato de animarlo diciendo que pudo haber sido Ranma y no el
-Si, pero prometió que no me dejaría caer- la vio a los ojos, no había argumento ante esto, una promesa era una promesa
Ryoga despertó en la cabaña del guía creyendo que había sido un mal sueño pero no fue así, al volver a Nerima su padre tuvo que contarle lo ocurrido a su madre y ella estaba muy preocupada por lo que le esperaba a su único hijo
La noticia había sido devastadora para el muchacho, estaba confundido y mas desorientado que nunca, no sabia que pensar o que hacer, no había culpado a Ranma, le dijo a su padre que el había sido el de la idea y tampoco se había enojado con él, pensaba que quizá no había alcanzado a agarrarlo aunque luego de lo que sucedió después pensó que había roto su promesa y fue un mal amigo
-P-Chan eres un lindo cerdito- dijo Ranma
-No digas esas cosas Ranma- se avergonzó Ryoga
-P-P-Chan tu eres mi mejor amigo- cantaba de manera graciosa haciéndolo reír
Con el paso de los días había empezado a aceptar su maldición, Saotome no dejaba de ser su amigo y eso lo hacía sentirse mejor, nadie más sabia de su condición y eso lo tranquilizaba
Desafortunadamente no había ninguna manera para evitar sus transformaciones al contacto del agua, solo le quedaba evitarla, llego el verano y con eso las clases de natación de la escuela
- ¿Por qué nunca tomas la clase de natación? - pregunto uno de sus compañeros de clase
-Porque…- no sabia que decir, en realidad no había motivos creíbles para no tomar la clase
Sus papás habían hablado con la directora sobre su condición y eso le permitía evitar las clases pero no había pensado en cómo explícaselo a alguien más sin decirle su maldición y que se burlaran de el
- ¿Le tienes miedo al agua? - insistió fastidiosamente
-No… yo no- se alejó un poco no quería pelear
- ¡Entonces entra al agua! - grito y lo empujo a la alberca
- ¡No! ¡Ranma! - pidió su ayuda
Saotome había ido a los vestidores a cambiarse para entrar a la alberca sin saber que su amigo lo necesitaba, el escandalo de los chicos lo llevo a correr de prisa para saber que pasaba
- ¡Cuuuiiikkk! ¡Cuuuiiikkk! - gritaba el cerdito intentado salir del agua pero no podía nadar tan rápido para llegar a la orilla y tampoco quería hacerlo, quería alejarse de quienes lo habían molestado, solo podía permanecer a flote sin saber que hacer
- ¡P-Chan! - grito Ranma sin pensarlo y salto al agua para sacarlo y cuidar de el
- ¿P-Chan? - pregunto el chico que había molestado al colmilludo
Las burlas no se hicieron esperar, su amigo tomo agua caliente de un termo y la vacío sobre el sin pensarlo, las burlas se multiplicaron pues la ropa de Ryoga estaba en el agua
Humillado, salió corriendo de ahí, consiguió ropa en los vestidores y después corrió a esconderse en algún lugar de la escuela, luego de unas horas decidió salir de ahí y se encontró a varios chicos dispuestos a seguirlo fastidiando
-Hola P-Chan- saludo uno acorralándolo
- ¡Miren es el chico cerdo! - señalo otro
Cinco chicos lo rodearon y comenzaron a molestarlo mientras lo insultaban, el estaba tan triste y no pudo defenderse mientras lo golpeaban, un maestro se iba acercando al lugar así que huyeron, el muchacho hizo lo mismo
Corrió fuera de la escuela, llorando por todo lo que había sucedido ¿Dónde estaba su mejor amigo Ranma cuando lo necesito? Se preguntaba y fue entonces que conoció al doctor Tofu
Los días siguientes hasta el término del año escolar fueron iguales, continuaban molestándolo con sus insultos desagradables y de vez en cuando le hacían malas bromas mojándolo con agua fría, Saotome no se había vuelto a aparecer desde ese día
El colmilludo termino de contar lo que había pasado con su amistad con Ranma, Ranko no sabía que decir, todo sonaba terrible y coincidía en que en chico de la trenza no tenía perdón alguno por lo que hizo
-El debe estar pagando todo lo que te ha hecho- dijo a modo de consuelo
-No… el es muy feliz, lo vi, va a casarse con una hermosa chica y ambos están muy enamorados- se sentó nuevamente y recordó cómo se miraban, se tomaban de la mano y como beso su mejilla
-Tu serás el doble de feliz de lo que el pueda ser- aseguro con un intento de sonrisa
-Gracias Ranko…- tomo su mano, le había hecho bien hablar con alguien y le alegraba que ella le deseara cosas buenas
-Creo que deberías hablar con Ranma, te hará bien perdonarlo- aconsejo y tenía razón, así podría olvidar su odio y sentirse mejor
-No es tan fácil… lo que él me hizo no se arregla con una disculpa ni con que yo lo perdone- contesto, el le daba mucha importancia a la amistad que se tenían y el en su lugar se hubiera arrojado a la posa para evitar que Saotome cayera
-Te entiendo… tu si sabes ser un amigo- de eso se había dado cuenta pues aquel día que salió corriendo de casa la invito a quedarse con el sin conocerla, le había presentado a sus amigas y se había preocupado por ella
El joven doctor volteo a ver a la chica que se sentaba nuevamente, parecía triste y preocupada, se notaba que sus problemas le interesaban y de algún modo parecía comprenderlo mejor que nadie
-Gracias por escucharme- aun continuaba sosteniendo su mano, en su mirada se veía clara gratitud
-Yo siempre estaré contigo Ryoga- aseguro poniendo su otra mano sobre la de el
-Entonces… ¿No te avergüenzas de mí? - pregunto con temor a la respuesta, no quería que ella hiciera los mismo que Ranma y se alejara sin decir adiós
-Claro que no tonto- rio un poco para hacerlo sentir mejor dando un leve golpe en su cabeza -A mí no me importa si eres un cerdito negro o el peor de los monstruos tu eres muy impórtate para mí- declaro con una sonrisa cálida y una mirada brillante
Ryoga no podía pedir nada más, se sentía feliz, con esas palabras, la pelirroja había conseguido aliviar el herido corazón del muchacho, estaba reconfortado de saber que lo quería y lo aceptaba, el destino se la había enviado
Sosteniendo su mano y dejándose llevar por el hermoso atardecer que en pocos minutos se convertiría en la noche, se acerco a ella, quien lo observaba y permanecía inmóvil, y la abrazo
-Ryoga…- murmuro al sentir su calidez y correspondió el abrazo fuertemente
Ranko entendía como se sentía y que la necesitaba, no sabia que más decirle o como hacer que se sintiera mejor, solo podía estar ahí para él, suavemente el colmilludo la soltó y quedaron frente a frente
-Ranko…- dio un leve suspiro por las fuertes pulsaciones de su corazón y la beso
Sintió la dulzura de sus labios, se permitió cerrar los ojos para deleitarse con el momento, y coloco su mano en la mejilla y noto algo que lo obligo a detenerse
- ¿Qué sucede? - pregunto asustado al verla llorar, temía haber cometido un error, entonces recordó su compromiso e incluso dudo de que de verdad lo aceptara
- ¡¿Qué te pasa?!- grito ahogadamente alejándose de el y poniendo sus dedos en sus labios
-Discúlpame, yo no…- intento acercarse pero fue en vano
- ¡No vuelvas a hacer algo como eso a mí no me gustan los hombres! - grito poniéndose de pie y se fue corriendo
Hola!!!! Al fin conocemos un poco mas sobre Ryoga y Ranko lo a aceptado con su pasado, pero… ¿Qué sucederá ahora con la reciente declaración de la pelirroja? Las cosas se pondrán mas interesantes y complicadas, justo cuando Ryoga parecía obtener el amor algo inesperado surge. Gracias por leer y dejarme sus comentarios
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