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Capitulo 17: Las confusiones de Ryoga

Ryoga había estado pensativo todo el camino, incluso se había quedado parado cuando el semáforo había cambiado de color, obteniendo insultos de los demás conductores, pero no le importo, tenia una preocupación que lo hacia sentirse triste y confundido



Llegado a su casa muy triste, estaciono el auto y permaneció adentro, la imagen de la pelirroja viéndolo por primera vez convertido en cerdo no dejaba su mente



-Ryoga...- fue lo que murmuro se escuchaba su voz apagada, tenia los ojos bien abiertos por la sorpresa y al mismo tiempo parecía querer evitar mirarlo



-¡Demonios!- dio un golpe contra el volante y luego se recargo sobre el -No quería que tu lo supieras...- se lamento



Pero de pronto alguien llego a su rescate, impidiendo que siguiera triste, blanquinegra se paro en dos patas en la ventana del auto saludando a su amo



-Hola preciosa- la saludo con una sonrisa débil



Abrió la puerta y se recargo hacia atrás en el asiento, mientras que su mascota subió al auto y se acostó sobre el



-Se veía triste...- menciono pasando su mano sobre la cabeza de blanquinegra



-Guau Guau- contesto intentando lamer su mano



Cerro los ojos y recordó -Eres... un cerdito muy lindo- su voz era delicada y lo había tomado en sus cálidas manos



-Ella no me detesta...- se dio cuenta sintiendo un vuelco en el corazón -De otro modo se hubiera ido- comenzó a ponerse feliz



-Guau Guau- apoyo blanquinegra, dando ánimos a su dueño



Luego de ver que las cosas no eran malas como parecían entro a casa, por lo menos no le quedaba duda de que ella no lo despreciaba y eso era algo bueno y una posibilidad de seguir estando cerca de ella, además si actuó de ese modo debió ser por la sorpresa



Se dio un baño caliente, esta vez no cometería el mismo error, en menos de lo que pensaba estaba profundamente dormido



-¡Corre Ryoga vamos a comer!- lo invitaba su mejor amigo



-¡Si vamos!- tomo su mano el pequeño Hibiki



Era un recuerdo de su infancia que estaba en un sueño, corría felizmente en dirección al restaurante de hamburguesas al que había ido con la pelirroja



-¡Vamos a ese tobogán es muy divertido!- lo invito alegremente



Corrió a las escaleras que lo llevaban a la sima, estaba muy feliz jugando, vio como su amigo se deslizo por el tobogán y el hizo li mismo, cuando de pronto al llegar a abajo se encontró solo



-¡¿Donde estas?!- grito buscando al niño



Veía en todas direcciones y no había nadie, poco a poco el área de juegos se fue desvaneciendo, volviendo todo negro y creciendo el miedo en el pequeño niño que era el colmilludo



Dio un brinco de la cama, ese sueño parecía un presentimiento que se quedo en su pecho, significando un mal augurio



-No dejo de soñar...- tomo su cabeza repitiendo las imágenes soñadas



Eso provoco que no volviera a dormir aunque por suerte faltaba muy poco para que su despertador sonara, fue a su día de trabajo con normalidad, estaba ansioso de pedirle consejos a Ukyo y contarle todo lo que había pasado en su cita



Al llegar, se dio cuenta de que ese día Ukyo tenia descanso pues tuvo guardia nocturna la noche anterior



-Bueno, entonces la llamare- decidió y tomo el teléfono de su oficina pero vio el reloj y decidió colgar -Le llamare mas tarde, debe seguir dormida- aun era un temprano y conocía muy bien a su amiga, se recargo hacia atrás sobre su cómoda silla intentado descansar un poco



-Doctor Hibiki- llamaron a la puerta



-Si, adelante- permitió incorporándose y arreglando un par de papeles de su escritorio



-Buenos días- saludo el hombre de lentes



-Buenos días doctor Tofu- correspondió al saludo poniéndose de pie y dándole la mano



-Vamos muchacho no es necesario tanto formalismo- rio un poco tomando su mano amablemente



-Discúlpeme- sonrió nervioso y tomo asiento



Tofu le dio una mirada comprensiva sabia que lo respetaba mucho y por eso actuaba así, pues el lo ayudo mucho en sus estudios de medicina, aun recordaba el día en que se conocieron



Curiosamente un día, en el cual el Hibiki era apenas un niño, se había topado con el, corría por el parque y estaba llorando, ninguno vio al otro, Ryoga por ir llorando y Tofu por ir bailando con Betty el esqueleto



-Perdón señor- se limpio la carita y se puso de pie



-No, perdóname tu a mi, es que bailaba con mi linda asistente- contesto sonriente luego de recuperarse de haber visto a la chica de quien estaba enamorado



El colmilludo solo veía el esqueleto con cara de desconfianza y así había dejado de llorar, fue entonces cuando el doctor se dio cuenta de que el pequeño estaba herido



-¿Qué te ha pasado?- pregunto viendo su brazo con un moretón, un raspón en su rodilla y un pequeño rastro de sangre en sus labios



-Me caí en clase de deportes- mintió limpiando sus labios con su mano



-Eso pasa muy seguido y mas a tu edad- suponía que no se traba de eso, al razonar que por algún motivo venia corriendo como si huyera de algo y sus heridas no eran ni siquiera parecidas a las de una caída -Acompáñame-



-¿A dónde?- sentía desconfianza por la invitación pero al mismo tiempo parecía buena persona



-A mi consultorio, voy a curarte- respondió y su sonrisa basto para que lo siguiera



Ese era un muy buen recuerdo para ambos ahí surgió su amistad, mas tarde y con el tiempo hubo en Ryoga admiración, curiosidad y la necesidad de ser doctor, Tofu estaba feliz y le brindo su apoyo, dejo de lado ese recuerdo y volvió a lo que era importante en ese momento, el trabajo



-¿Tienes mucho trabajo?- cuestiono



-En realidad no, tengo una cita a las 11 y 12 solamente- respondió luego de revisar su agenda



-Magnifico- se puso contento y el pelinegro se desconcertó -Como sabes hoy es el cumpleaños de Akane pero ha dejado una cita pendiente, necesitaba que alguien se hiciera cargo ¿Podrás?- pidió su ayuda gentilmente a pesar de ser su jefe y poder ordenarle que fuera incluso contra su voluntad



-¡Claro! Con mucho gusto- respondió alegre



-Bueno, te veo en media hora en el área de rehabilitaciones- se puso de pie y fue hasta la puerta, la verdad es que había pensado especialmente en el para atender esa cita, sabia cuanto le gustaba



-Si, ahí estaré- se puso de pie aun después de lo que le dijo



-A y no olvides que hoy es solo hasta medio día- le recordó y salió del consultorio



Le emocionaba mucho hacer el trabajo de Akane por lo menos un día, su trabajo consistía en dar rehabilitación a algunos pacientes ya sea por sufrir aun accidente, haber pasado mucho tiempo en cama o incluso algún malestar muscular u óseo



Los métodos que usaba con sus pacientes eran muy particulares, ella había descubierto que las artes marciales eran muy buenas para ayudar a que los pacientes se recuperaran y gracias a eso hizo su tesis universitaria y ahora puede aplicar esta técnica en el hospital de Nerima



Era el trabajo que el colmilludo hubiera elegido, pero en su interés por curar su maldición decidió estudiar otro tipo de medicina



Aun así, el joven doctor, la había observado trabajar un par de veces e incluso había estado con ella para aprender que métodos usaba, porque no es lo mismo un combate libre que una práctica, el en sus ratos libres solía entrenar y de vez en cuando aplicaba lo aprendido con la menor de los Tendo



Luego de esa media hora acudió a el área de rehabilitaciones y realizo su trabajo, tanto le gustaba e interesaba que el tiempo se le paso muy rápido y ya había atendido hasta a sus pacientes citados, por lo que la hora de volver a su casa llego igual de rápido



Al llegar jugó un poco con blanquinegra, comieron juntos disfrutando de su compañía pero al darse cuenta que estaba solo las imágenes de la noche anterior se repetían y se preguntaba (¿Qué pensara Ranko?) al ver el reloj decidió llamar a la enfermera, después de todo Ukyo era la indica para decirse según su experiencia cuando ella se entero de su maldición



Tomo el teléfono y decidió llamar a Ukyo, tenia muchas ganas de contarle lo que le había pasado y que su secreto había sido descubierto, necesitaba un consejo o algo que calmara su preocupación



-¡Hola Ryoga! ¿Cómo estas? Debes estar emocionado- saludo energéticamente Ukyo



-Hola Ukyo ¿Por qué lo dices?- pregunto intrigado



-Por que hoy es la fiesta de Akane ¿Lo olvidas?- le contesto -Por cierto, ¿Podrías pasar por mi antes de ir?- pidió



-Si, claro que si- acepto contento, -Y tu ¿Como estas?- pregunto, también le interesaba lo que le pasaba a ella



-Bien... aunque un poco indecisa- respondió y claramente se la pudo imaginar pensando



-¿Porque que ocurre?- se alarmo, quizá tenia algún problema



-Tranquilo, no es nada grave, solo que no se que regalarle a Akane- respondió algo tranquila -¿Cual te gusta este o este?- le decía a alguien mas



La Kouji había ido al centro comercial de ultimo minuto, había dejado pasar los días para comprar el regalo de su amiga y ahora debía hacer compras de emergencia, y quien la acompañaba era su novio



-A mi me paso lo mismo, pero por suerte Ranko me ayudo- comenzó a contarle sobre su cita de ayer



-¡Es verdad! Ayer salieron al cine ¡Cuéntamelo todo!- pidió emocionada aun viendo en la tienda donde estaba



-Bueno en realidad es por eso que te llamaba...- hizo una pausa, recordarlo le causaba un mar de pensamientos



-¿Sucedió algo?- pudo notar su tono de voz, se preocupo, sabia que la necesitaba -John saldré un momento ya vuelvo- le dijo a su novio dándole un beso en la mejilla a lo que el asintió



-No se si es bueno o malo...- seguía pensando en todo lo que ocurrió esa noche y los sentimientos que le provocaba



-¡Vamos hombre dilo ya!- tenia curiosidad y preocupación



-Ayer Ranko y yo entramos al baño del centro comercial y por accidente...- fue detenido por el sonido de la llamada termina -¿Ukyo? ¿Estas ahí?- no escucho respuesta



Volvió a llamar pero el buzón de voz fue su respuesta, lo intento una vez mas y nada, obtuvo la misma respuesta



-Creo que tendré que esperar a la fiesta- se resigno



Por otro lado, el dojo Tendo era un verdadero caos, todos preparaban el jardín en donde recibirían a los invitados, el estanque era el atractivo principal decorado con pétalos blancos y rosas en el agua



-¡Kasumi Satori no quiere vestirse!- acuso la peli azul que iba detrás del pequeño en ropa interior



Rio dulcemente -Cariño debes ser un buen niño- se agacho a su altura -¿Recuerdas que hoy es un día especial?- le pregunto acariciando su mejilla



-Si... es el cumpleaños de la tía Akane...- respondió vencido



-Así es, y hoy serás el caballero que la acompañe- acomodo su cabello



-Iré a vestirme- beso la majilla de su mamá y salió corriendo



-Es encantador, pero aun no se como eres tan buena- comento la menor de los Tendo



-Algún día serás mamá y lo descubrirás- respondió dulcemente



-¡Akane hija mía! Luces radiante- adulo Soun llegando a la cocina en donde estaban las chicas



-Gracias papá- beso su mejilla -Iré a asegurarme de que Satori se vista- salió del lugar



Kasumi seguía atenta en la cocina, ayudando a la preparación del gran banquete, Nabiki ni siquiera había llegado pero en su lugar había mandado a el mas fiel sirviente de los Kuno, Sasuke quien debía ayudar en todo lo que fuera posible y por supuesto con un sueldo mal pagado



Satori, el hijo de Kasumi se la pasaba jugando en toda la casa y Soun debía cuidarlo, mientras que Akane estaba nerviosa en su habitación terminando de arreglarse



Ryoga estaba nervioso, no recibió ninguna llamada de la pelirroja en toda el día, y ni siquiera le dijo a que hora pasar por ella para ir a la fiesta de Akane



-Probablemente se le olvido...- la justifico, hecho una mira al teléfono, no quería parecer insistente así que espero un poco mas su llamada



-Esta vez no me equivocare...- dijo encendiendo el calentador de agua para tomar un baño, no podía permitir que mas personas se enteraran de su maldición y volvieran a burlarse de el y a despreciarlo, eso era a lo que realmente le temía, no podría soportarlo



Se veía realmente apuesto, había pasado bastante tiempo frente al espejo, arreglando su cabello y su ropa, estaba listo para irse



-¿Y si le llamo?...- se preguntó y decidió llamar al numero que tenia de Saotome -¿Tu que dices blanquinegra?- pidió opinión a su fiel mascota



-Guau Guau- ladro con entusiasmo, dando su aprobación



La llamo, el teléfono sonaba pero nadie respondía -Seguramente se esta poniendo mas hermosa- dijo y se sonrojo al imaginarla en un bello vestido y esperándolo



-Se que estará en la fiesta- se convenció con una sonrisa
















Hola!!!! Como están? Están listos para lo que viene? Pues busquen sus desfibriladores porque se viene algo interesante... ¿Creen que Ranko llegara a la fiesta?



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