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capítulo tres

Las horas continuaron pasando mientras YoonGi se sumergía en un malestar que estaba quemando su pecho y piel como si de un infierno se tratase, sus padres no sabían realmente que hacer, y es que, su hijo de quince años pasaba por su primer celo, algo tardío cabe decir, la mayoría de las personas atravesaban este ciclo a la edad de doce o trece años como una simple fiebre; sin embargo, el tiempo pago el retraso incrementando el calor en el cuerpo pálido a niveles preocupantes.

—Tenemos que llamar al médico, ahora Hoshi, ¡ya! —  El omega comenzó a estirar la camisa del alfa. 

— Cariño, no creo que eso sea correcto... —  Sus instintos alfa exigían la protección de su cachorro, por ningún momento dejaría que otra fragancia vienese y toqueteara a su hijo como si nada — Sabes lo que mi alfa piensa de eso. — Era arcaico, y Hoshi luchaba siempre con ello... su familia era ese tipo de familia donde se cuidaba al omega como si de un tesoro se tratase. Apretó los ojos y después observo la puerta de la habitación de su hijo. 

—Dile a ese animal sarnoso... — Jihoon iba a refutar ante la insensatez de su alfa, pero su intención fue interrumpida por el severo golpe que se escuchó de repente. Los pasos del dominante fueron veloces hasta abrir la puerta del cuarto de YoonGi, y lo que encontró fue algo realmente difícil de describir, el vapor caliente y el olor eran casi palpantes y ahí al lado de la cama observó como su cachorro intentaba una y otra vez ponerse en pie sin éxito alguno.

— Mierda...—  Con cuidado fue hasta él siendo seguido por su esposo de cerca. Siseo e intento tomar por los hombros al pálido; sin embargo, lo único que consiguió fue que este temblara y llorara, parecía que su toque le estaba irritando la piel que se puso todavía más roja. — ¿Cachorro?

— Lo extraño...— Balbuceaba una y otra vez.

— ¿A quién? — YoonGi jadeo adolorido.

— Él siempre viene a verme... pero se fue y no ha regresado... — Jihoon, su madre omega, simplemente fue hacia él. — Mamá, ¿dónde está él? 

— ¿Cuándo, quién es él? —Susurro, él no comprendía nada de lo que decía, entonces observo como su hijo levanto la vista, sus orbes acuosos, de color rojizo, labios rotos y  un par de gotas de sangre en ellos.

Se tomó un par de segundos para responder con suavidad:

— Mi fantasma...


Parada frente a la residencia, la dama de unos ciento cuarenta años lobunos, aspiro sintiendo una ventisca helada.

— ¿Estás seguro, querido? — Una figura casi transparente se poso a su lado. Mirándole asintió. —  De acuerdo...

Tocó la puerta un par de veces, pudo percibir muchos sonidos dentro de la casa, desde murmullos hasta lloriqueos. Fueron un par de segundos después que la puerta estaba siendo abierta por un hombre joven, sus ojos eran rasgados, parecidos a los de un gato junto a una piel tan pálida como la misma porcelana.

— ¿Si? — Aspiro una vez más antes de responder.

— Perdone la intromisión... pero, ¿A caso usted es Min YoonGi? — El omega frunció el ceño por mera inercia.

— Es mi hijo...— La boca de la dama formo una perfecta "o" y rebuscó en su bolso. — ¿sucede algo él? Verá... este no es un buen momento... — Murmuro. 

— El pequeño está en celo, ¿verdad? — JiHoon suspiro pese a estar algo sorprendido.

— ¿El olor es tan fuerte? — La dama negó sonriendo, sacando por fin un suéter bastante grande del color del vino, seguidamente lo extendió bien doblado hacia él sin decir nada. La interrogante estaba bien grande en la frente del pálido.

— Por favor... dele este a YoonGi, le aseguro que estará mucho mejor una vez lo huela.

— ¿Quién es usted? — Esta vez, JiHoon mostró seriedad en su rostro. — ¿De dónde conoce a mi hijo?

La dama apretó los labios.

— No es un buen momento, por favor tome y hágame caso, su hijo puede ponerse muy mal si sigue así — JiHoon iba a protestar una vez más al no tener todo claro, pero entonces escuchó la voz de su alfa, de inmediato su cabeza giro hacia atrás, viendo a este acercarse preocupado.

— ¿Con quién hablas? — JiHoon regreso su vista a la dama, pero esta, como una clásica fábula, ya no estaba.

— H-había una señora aquí... — Apretó el suéter entre sus manos, rápidamente buscando percibir algún aroma en especial, pero nada, la prenda no poseía una esencia en particular... 

— Yoonie vomito, amor... — Los ojos del omega hicieron jadear al alfa preocupado. Apretó una vez más el suéter y comenzó a caminar en dirección al cuarto de su cachorro, este estaba envuelto en su cobija, sudando y jadeando fuerte, supuso que su esposo se las arreglo para poderlo cargarlo hasta la cama, podía oler un poco del ácido aroma a vómito, pero poco le importo.

Hoshi entro unos segundos después, y ambos pudieron apreciar como el omega, olfateaba al aire, alzando su nariz con desespero, parecía ser que el dolor se había ido cuando cayó de rodillas justo frente a su madre, entonces lo supo.

— El suéter... — Con desconfianza JiHoon extendió el suéter hacia su hijo, quien lo arrebato llevándoselo a la nariz y ... ¿Eso fue un ronroneo?

— Huele tan bien... como él...


¿Opiniones o dudas?

~Nos leemos~

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