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capítulo nueve


Suspiro y volvió a hacerlo una vez sus ojos dejaron de segregar lágrimas, lamentables gotas que antes parecían no cesar, como si hubiesen sido contenidas por un largo, muy largo tiempo. La bruma no era tan espesa como lo fue hace un par de horas, si es que fueron solo horas las que pasaron... porque el tiempo era confuso, difícil. Las cortinas no hacían demasiado, eran tan gruesas que la luz difícilmente las atravesaba, no se podía distinguir entre la natura y la artificial.

Jadeo, sintiéndose sediento y doloroso de muchas partes. El cuerpo que lo rodeaba y parecía protegerlo con esos hombros anchos y aquellas manos tan sujetas a su desnuda espalda, emanaba calidez por todas partes, al igual que seguridad... el de verdad se sentía seguro y era extraño.

La extrañeza le daba miedo, uno terrible que continuaba tejiéndose dentro de sí mismo, aun cuando sus pensamientos, sensaciones y corazón no pudiesen ponerse de acuerdo en cuál de las tres cosas era más predominante. 

Separó sus labios y su lengua recorrió estos con la esperanza de remojarlos lo suficiente. Hizo una mueca mientras sus brazos buscaban un poco más de comodidad y su cuerpo una posición en donde no sintiese los músculos rígidos. Pese a su deseo, las cosas no fluyeron bien, porque sus huesos tronaron y su cuerpo no se movía en absoluto. Abrió brevemente los ojos, sin ver nada. Al igual que antes, sus orbes eran borrosos y su cabeza se sentía tan mareada como para hacer algo más que caer de nuevo en un sueño... y le frustraba, su cuerpo actuaba irregular, tanto como la situación de la que se estaba volviendo más consciente. Por lo que, de un momento a otro, él estaba gimiendo con evidente incomodidad.

SeokJin se había percatado solo un momento después de la incomodidad con la que el cachorro en sus brazos había despertado, así como también saboreo de primera mano la confusión y el sentimiento amargo, si es que así podía llamarse, por el que YoonGi no había dejado de cuestionarse internamente. 

Movió una de sus manos, que sostienen la espalda desnuda del otro, escuchando el suspiro tembloroso de cuando su cuerpo proceso el movimiento. Observó debajo de la maraña de cabello; Las pestañas de YoonGi estaban aún bajas, pero sus ojos parecían estar en movimiento, aun cerrados, como si no pudiese salir de una pesadilla, y quizás aquello no difería demasiado de lo que estaba pasando en realidad.

El alfa se relamió los labios, la situación estaba teniendo más altibajos de los que previo, y los resultados no estaban llegando tan rápido como hubiese deseado.

"No es como si el me aceptara de una vez..."

Era más que evidente. Los pensamientos difusos en los que YoonGi se estaba hundiendo eran consecuencia del poco procesamiento del que se estaba volviendo una presa ahora que comenzaba a pensar a más detalle, si bien, el omega había estado experimentando situaciones radicales durante muchos años, ninguna de ellas lo preparó lo suficiente para un apareamiento casi involuntario, pese a que él colaboró gustoso deseando, sintiendo y dejando libre la necesidad de ser sostenido por aquel alfa.

YoonGi tampoco había tenido comunicación alguna con su omega, aquel que residía dentro suyo, o de plano con el que era su pareja... aunque SeokJin conoce tanto sobre él, la realidad era tan simple como:

"Un par de desconocidos que apenas conocen el destino y en lo que se estaban viendo envueltos" 

Pese, que para SeokJin... YoonGi no lo fuese en absoluto.

— ¿Qué sucede? — Habló por primera vez el alfa, consiguiendo el estremecimiento del otro con solo eso. — Tranquilo — El tono fue más suave. En otro momento, quizás el evidente dominio que se notaba sobre el cachorro hubiese extasiado a su lado más salvaje, pero eso no era en absoluto grato justo ahora, ni lo sería nunca lejos de un acto íntimo. 

Los pensamientos del menor eran difusos, yendo de una dirección a otra, un lío total, al cual el alfa no podía acceder, pero si comprender... porque el pecho se le oprimía con cada movimiento del otro. Relamió sus labios, ¿él se había apresurado demasiado?

No, no lo había hecho, porque eventualmente la situación iba a empeorar, YoonGi rechazaría cualquier contacto con otro alfa una vez hubiese percibido el olor de SeokJin, por lo que, sus celos solamente irían en escala, hasta el punto de la locura, una donde si su alfa no estuviese con él, probablemente sucedería una desgracia, casi tan fuerte como la que la familia real había sufrido hace ya varios años cuando el mayor se había dejado morir.

¿Fue evitable? Quizás, pero SeokJin no iba a dejar que su cachorro pasase su primer celo sin poder hacer nada al respecto, aunque no le pudiese tocar... el, el simplemente iba a encontrar una manera de que YoonGi estuviese bien, que no se encontrara perdido como casi todo omega cuando llega su etapa de madurez. 

Pese al estado de su cuerpo, SeokJin continuaba desprendiendo aroma, no era hedor, ya que su cuerpo era especial, y aunque no lo fuese, sus padres nunca iban a dejar que se pudriera, por lo que, no fue tan difícil comunicarse con su nana, y pedirle aquel favor. Él nunca olvidaría el agonizante dolor en el que se consumió a la vez que su cachorro, YoonGi, por la distancia, por la carencia de presencia... porque eso era lo único que habían tenido todo ese tiempo, su presencia.

El había despertado el mismo día en el que YoonGi estaba alcanzado la madurez, la bocanada de aire fue dolorosa, así como lo fue el intentar moverse, correr hacia aquel cachorro que pedía, anhelaba su tacto, y abrazarlo consumidos en el acto, donde ambos lobos se reencontrarían en esta vida también, como lo hicieron en alguna anterior, solo que... esto iba a tardar unos cuantos años más. 

Su cuerpo perdió la gloria pasada. Era un mero muñeco que no se podía mover por sí mismo. Demoro años sanar, aunque unos pocos meses después el pudo caminar sin ayuda, y deseo correr hasta el, y de hecho, lo intento, pero no fue muy lejos... y es que viéndose al espejo, su rostro era el de un enfermo y su cuerpo todavía era un esqueleto estorboso que solamente asustaría al niño.

— Usted... — Oh, su voz fue un sonido ahogado. Las palabras se abarrotaban en su boca, muriendo con cada respiración e intento de poder colocar la suficiente coherencia en ellas para poder relatar, expresar o quizás solamente gritar lo que su mente deseaba transmitir... pero ¿cómo? Si su cerebro tampoco parecía ponerse de acuerdo con sus deseos. 

Sintió el pecho desnudo de aquel ser, si es que podría llamarse así, moverse debajo de sus manos, como un suspiro muy profundo... Abrió los ojos y lo primero que percibió con sus orbes, fue la piel blanca, no siendo pálida como la suya, el torso de aquel dominante era largo y se sentía tan suave debajo de sus dígitos. 

"Así que, esa piel tan suave estuvo sosteniéndolo". Trago grueso, siendo consciente de su desnudez y la del otro individuo-ente... YoonGi ya no sabía cómo llamarle. — Uh... — Abrió la boca queriendo decir, o más bien cuestionar tantas cosas, complementar lo que había visto mientras su cuerpo era profanado una y otra vez de la manera más suave que alguna vez había experimentado o siquiera imaginado, porque él realmente había pensado sobre ello desde su primer celo. Recuerda con dolor compartido la agonía de aquel alfa, la incesante compañía y el desgarrador paso del tiempo que solo le ponía más ansioso. 

De repente, escuchó y sintió a las sabanas mostaza moverse mientras el otro gran cuerpo lo hacía. No dijo nada cuando SeokJin se había, literalmente, arrastrado hacia abajo, moviendo sus hombros, aquellos muy anchos, y se acomodaba hasta quedar frente a frente con el. Por primera vez... el vio los ojos, que a diferencia de hace tiempo, eran más claros, no dilatando lujuria, más bien, era como si la ternura, tristeza, felicidad y muchas emociones mezcladas se reflejasen en aquellos orbes grandes que únicamente observaban hacia él, como si no hubiese nada más. Un lago profundo a punto de derramarse. 

— ¿Así está bien para ti? — Cuestionó llevando una de sus manos hacia la mejilla contraria, acariciando con su pulgar, como si no pudiese creer del todo, como aquel rostro había cambiado y a la vez no... Las facciones de YoonGi eran más maduras en comparación hace unos años. Vio el temblequear de los labios húmedos del otro, mientras sus ojos no se alejaban de los del otro. Entonces:

— Tengo miedo... — Fue la sinceridad, el tono, mientras sus ojos se volvían brillantes, lo que hizo a SeokJin comprender mejor la situación... Él soltó aire, como si su alma necesitase de eso y probablemente lo era... YoonGi no lo estaba rechazando, el solo tenía miedo, miedo de lo desconocido, miedo de sus sensaciones.

También miedo de que lo estuviese pasando fuera uno más de aquellos extraños sueños, donde despertaba llorando, como ahora mientras miraba los ojos de aquel fantasma, que ya no lo era en absoluto, pidiendo con cada pestañeo una solución, o un simple gesto. Su mandíbula tembló, mientras sus labios se fruncieron, queriendo contener el enorme sollozo, que fue lo bastante notorio, porque su gesto era el de una persona resignándose a tragar todo, sin encontrar liberación alguna... cuando esta misma estaba al alcance de sus manos, por eso, cuando la primera lágrima escapo de uno de sus ojos y SeokJin lo envolvió en sus brazos, no hubo un grito ahogado, sino, un llanto grande...

Editado: 05.06.2022

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