(Música instrumental: Soundtrack Las crónicas de Narnia. Altamente recomendado escuchar mientras se lee.)

Ciertamente Mateo no quería irse, pero ya sabiendo el objetivo de haber ido al mundo terrenal en forma de fantasma, y habiendo cumplido ese objetivo, la satisfacción que lo
llenaba tampoco la podía negar.

Ahora ya tenía nombre.

Ya no era nadie. Ya había aprendido y sido testigo de un atisbo de la vida. Había perdonado y compartido con sus seres amados.

Ahora era alguien y ya era amado, no iría al cielo siendo recordado como la vil consecuencia de algo dañino. También, él había amado.

Tal vez nunca había hecho las cosas que, de haber llegado a vivir realmente el tiempo que le correspondía, habría experimentado, pero era mejor que nada, y, de todas formas... si él no escribía una historia...

Alguien en otra parte escribiría la suya.

Mientras, él iría al cielo y vigilaría a sus seres queridos, cuidándolos hasta que su turno también llegara, a su debido tiempo y cuando tuviera que ser.

Porque ese es el final esperado, sólo hay que saber aprovechar.

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n.a; Eso es todo, mis ozesnos c:

¿Qué opinan, ya habiendo cerrado? 

Wow, me inspiré, lo más sensiblero de mi salió a la luz. ¿Les gustó? 

—La Mamá osa/Osa mayor que los ama ;D