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3. Como un cuento de hadas

Lo primero que Light mira al despertar es la muralla de almohadas que dividen el colchón. Luego de su aparatosa reacción alérgica volvieron a casa entrada la madrugada, su amorcito falso lo llevó a la habitación —que prácticamente es el sótano— y lo invitó a acomodarse para dormir. Jamás dormiría con el hombre que le vio la cara de idiota, no obstante resulta que el tipo tiene problemas de espaldas y el colchón es ortopédico, puede estar molesto pero se iba a sentir demasiado mal si lo mandaba al suelo, así que su solución fue poner una fila de almohadas entre ellos para que sus cuerpos no se rozaran ni por error durante la noche.

—Buenos días.

La repentina voz hace que Light de un respingo, es entonces que se da cuenta que por un agujero de la muralla un enorme ojo lo observa.

—¿¡Hace cuánto estás mirándome!? —Vocifera, jalando las cobijas para cubrirse hasta el cuello.

—Desde hace unos minutos, te veías pensativo y no quería interrumpir, pero me estoy haciendo pis.

El castaño pone los ojos en blanco antes de salir de la cama, Elle lo sigue. Estiran un poco y están a punto de salir de la habitación para dar inicio a su plan cuando escuchan varias voces que vienen de la planta superior.

—¡Mis padres deben haber llegado! —Advierte Elle abriendo los ojos demasiado, como si fuera algo grave.

Light se pone nervioso al instante debido a esa reacción, ¿acaso los señores Lawliet comen gente? ¿O por qué el repentino cambio? No tiene tiempo de hallar una explicación, un trapo blanco de pronto le cae en la cabeza cubriéndole la cara.

—Rápido, quítate todo y ponte eso. —Explica Elle apresurado. Light toma la prenda, es una camisa blanca bastante holgada, como la que el pelinegro está usando—. Está limpia, lo prometo. —Añade al ver que la mira con desconfianza.

—No me desnudaré contigo viendo. Date vuelta.

Elle acata y Light comienza a desvestirse sin saber exactamente por qué debe hacerlo. A pesar que la camisa es un par de tallas más grande, a duras penas le cubre hasta la mitad de las piernas.

—Bien. —Elle sonríe de lado al voltear y verlo, acto seguido se acerca a él y hunde los dedos en esos cabellos castaños—. Ahora solo falta despeinarte un poco para que piensen que pasamos una noche apasionada.

De inmediato Light lo sujeta de las muñecas para detenerlo.

—¿¡Quieres que tus papás crean que tuvimos sexo!? ¡Estás loco si piensas que saldré así!

Elle pone los ojos en blanco, luego camina hasta el closet y saca unos pantalones de dormir, lanzándolos al otro.

—Tienes razón, solo con la camisa enseñas casi todo. No necesitas exhibir tanto, que salgas usando mi ropa tiene el mismo significado. —El castaño abre los labios dispuesto a protestar, no obstante Elle se le adelanta— ¿Quieres que te ayude con Teru o no?

Light frunce el ceño y se guarda cualquier otro comentario mientras se pone los dichosos pantalones para luego seguirlo rumbo a las escaleras que llevan a la planta superior. Salen del sótano-habitación y se toman unos segundos antes de dirigirse a la cocina, de donde se escucha que provienen las risas.

—Mamá, papá... —Elle se para debajo del umbral, provocando que todos en la mesa guarden silencio y dirijan sus miradas a él— Antes de saludarlos me gustaría presentarles a Light... ya saben, el chico del que les hablaba.

Dos de los presentes sueltan un jadeo mientras se llevan la mano a la boca.

—¿Entonces era en serio? —Pregunta la mujer apenas audible con sus ojos azules demasiado abiertos. Elle asiente y ella no duda en ponerse de pie para ir y darle un abrazo al invitado.

La señora Lawliet es una despampanante rubia que a sus cincuenta años se mantiene en forma, Light lo puede asegurar porque ese par de exuberantes pechos se sienten demasiado firmes cuando lo abraza.

—Bienvenido a la familia —dice el señor Lawliet, estrechándole la mano. Es un hombre alto y muy delgado, de piel bastante pálida y aunque usa el cabello muy recortado, se le nota que es de un profundo negro, sino supiera que Elle es adoptado podría jurar que es su padre biológico—. Llámame Josh.

—A mí dime Marie —se apresura a decir ella mientras se acomoda su rubio cabello—. No se te vaya a ocurrir decirme señora.

Light asiente sonriendo con amabilidad. —Mucho gusto. Estaba ansioso por conocerlos.

—Por favor, desayunen con nosotros —Marie los toma del brazo y los ayuda a tomar asiento antes de volver a su puesto—. Habíamos escuchado hablar de ti, Light. Nos alegra mucho que pases navidad con nosotros.

—Me imagino que aún no te han llevado a conocer la ciudad. —Comenta Josh, volviendo también a su silla y tomando los cubiertos para seguir con su desayuno.

—Te equivocas —interrumpe Watari con una sonrisa ladina—. Ayer salieron desde que Elle vino y no volvieron hasta la madrugada.

Marie sonríe y se lleva las manos a la boca, ahogando un gritito—. Con razón hasta ya usa la ropa de Elle.

Ante esto Light siente la cara exageradamente caliente y no le queda más que reír nervioso.

—¿A dónde fueron? —Pregunta Josh mientras le sirve un poco de huevo y pan tostado a su hijo.

—A Green Roof. Era noche de karaoke y pensé que sería divertido. —Responde Elle.

—La pasamos bien. —Comenta el castaño sonriendo.

—¿Te sirvo tocino, Light? —Pregunta el padre, tomando un par de lascas con una tenaza para pasárselas.

—Light es vegetariano. —Se adelanta a responder Elle, gesto que provoca que el otro lo vea de reojo y confundido. No le molesta que haya respondido por él, es más bien la agradable sensación de saber que prestó atención a todo lo que hablaban por teléfono.

—¿Y qué te gustó de mi hijo, Light? —Marie da inicio con la sección de preguntas, es la primera vez que le conocen un novio y quiere que se lo cuenten todo.

Al castaño le toma unos segundos reaccionar, estaba demasiado inmerso en sus pensamientos. Carraspea la garganta y para ganar tiempo se sirve un vaso del jugo de naranja que está sobre la mesa y le da un buen sorbo.

—Yo... Uhm... su hijo... es muy dulce —voltea hacia el pelinegro y adentrado en su papel le acaricia la mejilla—. Es el mejor relator de historias que existe. Siempre supo hacerme reír cuando me sentía triste. Es el hombre más divertido e interesante que conozco, nunca me aburría hablando con él. —Finaliza, volteando hacia los padres con una sonrisa.

Esta vez es Elle quien mira de reojo al castaño tras esas palabras. Sabe que hizo mal al hacerle creer que hablaba con el sujeto de las fotos pero él sí se enamoró. Luego de lo que acaba de escuchar tiene la esperanza de que Light también lo haya hecho.

El desayuno avanza de forma amena. El castaño se da cuenta que el mentiroso de Elle no exageraba al decir que sus padres estarían muy felices con la noticia. De hecho el señor Lawliet lo ha felicitado un par de veces como si se tratara de una gran hazaña.

—¿Dónde piensan ir hoy? —Pregunta Marie, sosteniendo la taza de café con una mano.

—Iremos a la biblioteca, quiero que conozca el negocio del abuelo —Elle sonríe, pasando un brazo sobre los hombros de su supuesto novio—. Luego tal vez vayamos a dar una vuelta por ahí.

—Me parece bien, así conoce el lugar donde trabajas. —Comenta Watari, limpiándose la comisura de los labios con una servilleta.

—No vuelvan tarde —advierte Josh—. Recuerda que es tradición armar el árbol hasta que ya estemos todos.

Elle asiente y se disculpa antes de ponerse de pie, diciendo que ya se le hizo tarde. Toma del brazo al castaño y lo lleva con él, sin importarle que el otro todavía tenga media tostada de pan en la boca.

oOo

—¿Exactamente cómo esto me ayudará con Teru? —Pregunta Light enarcando una ceja mientras caminan por angostos pasillos, entre estanterías enormes repletas de libros.

—Él es cliente frecuente. No creas que lo intelectual es solo fachada, nos encargó un libro y le dije que pasara a recogerlo a las once.

—¿¡Él vendrá aquí!? —Los ojos casi se le salen de sus cuencas mientras se pasa desesperado las manos por el cabello. ¿¡Está peinado!? ¿¡Su ropa combina!? ¿¡Usó suficiente perfume!?

—Ajá. —Responde como si tal cosa, ignorando el ataque que está atravesando el otro— Así que pon atención que no repetiré. Teru es de esos que dicen enamorarse de la persona, lo he visto salir tanto con mujeres como con hombres pero todos han tenido siempre una característica: la elegancia. A Teru no lo vas a conquistar siendo un ofrecido.

—¿¡Y ahora me lo dices!? —Empuña las manos poniéndose completamente rojo.

—Yo no te mandé a subirte al escenario y bailar como bailarina gogó. Por cierto, que buenos movimientos, yo no me quejo, eh.

¿Se supone que eso deba hacerlo sentir mejor? Porque está logrando todo lo contrario.

—Ya, solo dime qué debo hacer.

—A Teru le encanta la música clásica —explica, tomando un libro de un estante y entregándoselo—, cuando venga finge que lees esto en el área de lectura. —Señala al final del pasillo, un lugar más espacioso con sillones de estilo antiguo.

—Tú sabes que odio la música clásica. —Arruga la nariz al ojear el libro.

—Lo sé, me lo has dicho. Así que evita los comentarios que usualmente dirías —comienza a empujarlo hacia el final del pasillo para que tome posición—. Y como viste en sus fotos, Teru cuida su físico, va mucho al gimnasio pero hay un solo deporte extremo que realmente disfruta y es el alpinismo, usa jerga de alpinistas y lo tendrás comiendo en la palma de tu mano.

—¿¡Y yo cómo diablos voy a saber la jerga!? —Masculla, intentando poner resistencia porque no cree que vaya a poder hacerlo. Sin embargo en ese momento ambos escuchan la campanita de la puerta principal sonar, anunciando la llegada de un cliente.

—Pues inventa algo porque ya está aquí.

Elle está a punto de dejarlo cuando siente que Light lo toma del brazo.

—Espera, primero dime cómo me veo.

El pelinegro le hace un rápido escaneo. Lo nota bastante nervioso pero en cuánto a su atuendo está perfecto. En las fotos siempre le quedó claro que es alguien que elige con cuidado su ropa.

—Créeme, físicamente puedes enamorar a Teru, de hecho a cualquiera. Solo sigue mis otros consejos. —Da media vuelta, dejándolo sonrojado, de nuevo sus palabras logran descolocar a Light.

Elle saluda a Teru como los buenos amigos que alguna vez fueron, le entrega su pedido y siguiendo el plan le dice que quiere presentarle a alguien. Light escucha todo desde el fondo, así que adoptando su mejor pose pasa las páginas como si estuviera muy interesado en lo que lee.

—Light, quiero presentarte a un viejo amigo —el aludido aparta la mirada del libro y se pone de pie de forma elegante—. Teru te presento a Light, mi primo.

Estrechan sus manos, sin embargo el de anteojos no puede evitar fruncir el ceño.

—¿Ustedes son primos?

—Sí, bueno recuerda que soy adoptado. —Se apresura a añadir Elle.

—Ah, eso explica el poco parecido. —Comenta Teru sonriendo— Y... disculpa, ¿no te he visto antes? —Entrecierra los ojos, viéndolo con detenimiento.

Light se queda inerte y cuando logra abrir los labios tan solo balbucea, por suerte Elle se adelanta.

—Imposible, Light apenas vino hoy a la ciudad.

—Oh, entiendo... —Teru está a punto de despedirse porque tiene cosas que hacer, no obstante en ese momento se fija en el libro que el castaño tiene en las manos—. ¿Pasión por lo clásico? Adoro ese libro, aunque lo vuelvo a leer cada año siempre me parecen interesantes los detalles que incluyeron de los más grandes compositores.

—Ah, sí... pienso lo mismo —Light ríe nervioso—, es tan... uff, interesante ¿no te parece? —Se remueve nervioso, esperando que no le vaya a preguntar algo específico del libro porque no puso atención a ni una palabra.

—¿Te gusta la música clásica? —Enarca una ceja, mostrándose curioso.

—¿Que si me gusta? La adoooro.

Elle se muerde los labios para no carcajearse al escucharlo hablar con un tono más chillón.

—¿Ah, sí? —Teru se cruza de brazos, sonriendo con amplitud— Yo tengo mis opiniones pero me gustaría escuchar las tuyas, ¿por qué te gusta?

Light traga saliva y se relame los labios. —Bueno... la mayoría de las personas la encuentra aburrida y creen que los que la escuchan solo son una bola de pretenciosos que se creen superiores cuando quizá lo único que conocen es alguna sinfonía del tipo que quedó sordo. —Desde atrás Elle le hace señas de que corte la conversación, sin embargo ya expulsó lo que realmente piensa, así que en un intento de salvarse añade lo siguiente— Pero en lo personal la encuentro inspiradora y es una lástima que los jóvenes de ahora no la disfruten.

Teru asiente, luciendo satisfecho con lo último. Sin embargo, Elle no desea arriesgarse a que Light meta la pata, por lo que decide cambiar el tema.

—¿Sabías que a mí primo le gusta el alpinismo?

—¿En serio?

—Uhm, sip... ya sabes, es divertido... —Light se abraza así mismo mientras se balancea un poco debido a los nervios—. Me gusta subirme en todo lo que se mueva. Soy super agro.

—¿Agro?

—Quiere decir agresivo. —Clarifica Elle.

—Me he subido a escaleras, árboles... casas, escaleras... muchas escaleras. —Ríe, suplicándole al universo que termine su tortura.

—Genial —Teru sonríe, acomodándose las gafas—. Más tarde iremos a Rock Mountain, podrían venir.

—¿Una montaña? —Pregunta Light pálido.

—Oh, es bajo techo. Por el clima no es muy recomendable hacerlo en una.

—Nos parece estupendo —se adelanta a decir Elle, buscando dar fin a la conversación—. Ahí estaremos.

Teru sonríe, luego se despide no sin antes agradecerle a Elle por el libro. Una vez solos, el pelinegro voltea hacia Light.

—¿Agro? ¿Me subo en todo lo que se mueve?

—¡Bueno, perdón! ¡Me dijiste que buscara la jerga!

—Sí como rápel o arnés.

—Mi jerga no es lo único de lo que hay que preocuparse. ¡Elle, yo nunca he escalado! —Se pasa una mano por el cabello, luciendo realmente espantado.

—Lo sé, por eso estaremos ahí antes para que practiques un poco.

—¿Que no le pueden gustar...

—¿Un picnic a las afueras? —Interrumpe Elle— ¿Ir al cine y luego quejarnos de la película mientras comemos papas fritas? ¿Cosas que a ti y a mí nos gustarían? —Light aparta la mirada—. Lo siento, Teru no es de esos.

Se quedan en silencio, Elle esperando que diga algo, pero al darse cuenta que no será así, prosigue.

—Lo de hoy salió mejor de lo que esperaba, apenas se conocen y ya hasta te invitó a que se vean más tarde.

Nos invitó.

—Te recuerdo que debemos poner el árbol con mi familia —continúa como si no hubiese sido interrumpido—. No vayas a hacer más planes para hoy.

—Lo sé.

—Bien.

oOo

Cuando Teru está en lo más alto del muro de escalada, Light aprovecha a tomarle una foto. Se la mandará a su familia, después de todo les ha hecho creer que está viviendo las vacaciones de su vida con su novio de internet. Mientras lo observa, no puede evitar morderse los labios y apretar la cuerda que tiene enganchada en su arnés, Teru tiene un cuerpo que parece tallado por los mismos dioses y verlo escalar con tanta maestría es un deleite.

Sin embargo vuelve a la realidad cuando el de anteojos llega hasta arriba y le grita desde ahí que es su turno. Por acto reflejo Light retrocede un paso, chocando con Elle que está detrás de él.

—Hey, tranquilo. —El pelinegro lo sujeta de la cintura, impidiéndole que siga retrocediendo.

—No puedo hacerlo, Elle —voltea hacia él asustado—. Tú viste que lo hice fatal cuando practicamos, apenas logré subir un par de metros antes de quedarme paralizado del miedo. —No pudo hacerlo durante la práctica cuando solo era Elle, ¿cómo se supone que vaya a hacerlo frente al hombre que quiere conquistar?

—No lo hiciste tan mal —asegura el pelinegro mientras con ternura le acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja—. Escúchame, yo no dejaré que nada malo te pase.

—¿Crees que eso me ayuda cuando estoy al borde de un ataque? —Respira agitado, llevándose una mano al pecho. Elle sonríe, reprimiendo las ganas de abrazarlo.

—Hagamos algo —saca de su bolsillo el estuche de sus earpods y se los coloca al castaño—. Concéntrate en la música, no pienses en nada más y ve un paso a la vez como te enseñé.

Light traga saliva, está sudando sin embargo asiente. Si quiere conquistar a Teru debe hacerle creer que comparten los mismos hobbies.

Presta atención a la música mientras se va sosteniendo de las rocas falsas del muro. Teru comienza a descender y le da ánimos al pasar a su lado, cosa que Light no escucha. Sin darse cuenta llega hasta la cima, donde al fin puede ponerse de pie, y sintiéndose orgulloso de sí mismo voltea para que los demás lo vean, lo cual es un error. Al ver lo alto que se encuentra las piernas de Light flaquean haciéndolo caer de rodillas. Debido a la distancia Teru no se da cuenta de lo que sucede, solo le grita palabras de aliento para que descienda.

—Es mi turno. —Se apresura a decir Elle tras colocarse el arnés. Sabe lo que está pasando.

Escalar no es su actividad favorita pero lo ha hecho antes, por lo que no le toma mucho llegar a la cima, donde encuentra al castaño hecho un ovillo sobre la superficie.

—¿Light?

—No puedo bajar, Elle —murmura temblando y apretando los ojos—. Me quedaré aquí, cuando muera solo procura que repatríen mi cuerpo con cuidado.

El pelinegro deja escapar una corta risa antes de ayudarlo a levantarse. —No seas dramático. Ven, ponte de pie despacio y no mires hacia atrás.

Light acata, no es idiota como para voltear. Se levanta con cuidado y aún temblando hasta quedar de pie frente a Elle, dándole la espalda al precipicio y sin soltar en ningún momento la cuerda unida a su arnés.

—No podré, Elle. Déjame morir aquí. —Pide viéndolo con desesperación porque está seguro que no lo logrará.

—Confía en mí.

—No creo que seas la persona ideal para decirme que confíe.

—Pues tendrás que confiar. Te dije que no dejaría que te pasara nada, ¿no?

Light asiente, tragando saliva. Su respiración comienza a calmarse, sin embargo no estaba preparado para que Elle lo empujara de la nada. Suelta un grito mientras se aferra a la cuerda, pero en cuestión de segundos sus pies ya están tocando el suelo.

—Wow, eso fue atrevido. —Comenta Teru con admiración, estaba quitándose el arnés cuando de repente solo sintió a alguien caer de pie desde arriba.

Light contestaría si no fuera porque todos los músculos de su cuerpo están al borde del colapso, así que solo asiente.

oOo

La actividad de la noche es menos extrema y mucho más del agrado de Light: decorar el árbol. La familia Lawliet preparó galletitas y chocolate caliente para comer mientras cuelgan las esferas y luces. Todos charlan mientras lo hacen, el ambiente es agradable, Light se está divirtiendo.

Permiten que el castaño coloque la estrella, acto seguido encienden las luces del árbol y observan con agrado el trabajo que lograron en equipo.

—Bien, hora de salir a cantar villancicos. —Anuncia Marie, juntando las manos emocionada.

—Ay no... —murmura Elle.

—¿Ustedes salen a cantar villancicos? —Los ojos de Light se abren por completo. La idea le parece divertida pero es algo que nunca ha hecho con su familia.

—Tristemente... —Responde el pelinegro con el mismo tono.

—No seas aburrido, hijo. Ahora que Elle tiene pareja podrían cantar uno ustedes solos. —Marie va por los gorros de Santa y se ponen en marcha.

Salen más abrigados, a medida que la víspera de Navidad se acerca los grados comienzan a descender y la nieve se vuelve más constante.

Caminan por la acera rumbo a la posada de ancianos que visitan cada año. Los mayores yendo adelante, dejando a los tortolitos atrás.

—No seas aguafiestas. —Murmura Light, dándole un codazo a su compañero sin sacar las manos del abrigo.

—Para alguien que odiaba su uniforme, estás disfrutando mucho esto.

—Yo odiaba a la gente preguntando lo mismo una y otra vez, no la navidad.

—Deberíamos decirles que te sale muy bien Jingle Bell Rock, tal vez estoy de suerte y veo de nuevo esos movimientos. —Comenta con una sonrisa ladina mientras se acomoda el gorro.

—Pues según recuerdo tú no cantas, yo no lo hago tan mal. Así que si yo canto tú debes bailar. Tal vez hasta te lancen dinero.

—Claro pero para suplicarme que deje de bailar.

Light ríe, dándole otro codazo. — ¿Por qué siempre haces esos comentarios?

—Solo se me ocurren —se encoge de hombros—, y a ti siempre te sacan una sonrisa.

El castaño aparta la mirada, sintiendo las mejillas calientes.

oOo

—Tu familia es muy divertida. —Comenta Light, riendo mientras descienden los escalones del sótano.

Cantar villancicos frente a una audiencia de ancianos que los acompañaban con aplausos fue divertido. Hasta hacerlo solo con Elle lo fue a pesar que el pelinegro empezó un poco tímido y sin ganas, no pasó mucho para que la coordinación entre ellos se diera de forma casi natural.

—¿Qué haces? —Pregunta Elle tras tirarse a la cama, viendo como el otro en lugar de ponerse pijamas, está husmeando su habitación.

—Solo quiero saber un poco más del hombre que me estuvo viendo la cara estos meses. —Abre un ropero, encontrando al fondo una caja abierta con recipientes de vidrio en diferentes tamaños— ¿Qué es esto? ¿Un kit para hacer candelas? —Murmura tras leer la tapa.

—¡Ah, sí! ¡Es de mi mamá! —Se apresura a decir Elle, acercándose rápido.

—Uhm... —Light entrecierra los ojos, prestando atención a la cita pegada a un costado de la caja— Aquí dice Elle Lawliet.

—Sí, bueno, es mío ¿contento? —Confiesa creyendo que eso saciará su curiosidad— Es mi hobbie secreto. —Intenta arrebatarle la caja sin embargo Light no se lo permite.

—¿Por qué?

—Porque estas cosas las relacionan a las mujeres, no sé qué pensaría mi familia si lo supieran.

—Pero si ellos son un amor, estoy seguro que les gustaría que compartieras esto con ellos —toma uno de los recipientes que ya está repleto de cera y lo acerca a su nariz—. Oye esto huele muy bien. Es un olor amaderado con... —vuelve a olfatear— con un toque de eucalipto. Me recuerda a...

—A mi abuelo —completa Elle—. La mayoría huelen a dulces porque me encantan, pero tengo tres que son muy especiales —sonríe, mostrándose un poco emocionado de compartir esto con alguien—, traté de recrear en ellas el aroma de cada miembro de mi pequeña familia. Dicen que a través de los olores puedes sentir más cerca a las personas.

—Eso es... —Light se talla los ojos, sintiéndolos húmedos— muy lindo.

—Sí, bueno, me da pena hablar de ello. —Responde, rascándose la mejilla— ¿Dormimos?

El castaño deja todo en su lugar y cierra el ropero, no sin antes hacerle prometer que seguirán hablando al respecto cuando amanezca, quiere oler todas las candelas que el pelinegro haya creado pero ya es tarde y por hoy están cansados. Acto seguido se pone el pijamas y toma su lado del colchón, esta vez sin exigir que exista una muralla de almohadas.

—¿Te puedo preguntar algo? —Light rompe el silencio, los dos acostados de lado viéndose a los ojos.

—Dispara.

—¿Por qué usaste las fotos de alguien más?

Elle suspira. —Porque cuando usé fotos mías solo tres se mostraron interesados, de los cuales uno era mi maestra de álgebra en secundaria, actualmente tiene setenta años.

—No te creo... —Light menea la cabeza sonriendo— muchas personas se sentirían atraídas por ti. A ver, muéstrame tu perfil real.

—Uhm, no, no lo tengo. Lo borré todo. —Responde carraspeando la garganta.

—Claro que no lo hiciste, siempre haces ese sonido con tu garganta cuando mientes —ríe, tomándolo del cuello de la camisa para zangolotearlo un poco—. Vamos, muéstrame.

El otro entrecierra los ojos, no muy seguro, pero esa mirada color miel le asegura que no lo dejará en paz hasta que lo haga, así que toma el celular que dejó sobre la mesita de noche y abre la app de citas, usando las credenciales de su primer perfil. Light toma el móvil y comienza a bajar por la galería. La mayoría de fotos Elle se las ha tomado desde arriba, muy arriba, haciendo que su frente se vea enorme, sus ojos más grandes y su sonrisa extraña.

—No me sorprende porqué solo coincidiste con tres. Tus fotos dicen "voy a comerte" y no de la manera sexy. Es como si un asesino en serie hubiera decidido hacerse un perfil para atraer a sus víctimas. Sin éxito, por supuesto.

—Eso no es amable. —Elle hace un puchero, arrebatándole el teléfono y resguardándolo contra su pecho.

—Solo digo que deberías mostrar tus mejores atributos.

—¿Y esos cuales son? —Enarca una ceja, confundido.

—Pues para empezar, tus ojos son algo que no había visto antes —se acomoda, acercándose un poco—, son de un profundo oscuro que te llaman a verlos. Tu nariz es pequeña pero muy bonita —diciendo esto comienza a delinear con la punta del dedo la nariz del otro—, es recta, demasiado recta diría yo, parece que te la hubieran esculpido o algo —ambos ríen, sin darse cuenta de lo juntos que están, o más bien sintiéndose cómodos con esa cercanía—, y tus labios son delgados, casi desaparecen cuando sonríes pero lucen lindos en ti y tu sonrisa es bonita.

—¿En serio lo crees? —Pregunta Elle con un hilo de voz, su corazón latiendo de prisa.

—¿Por qué te mentiría? Deberías actualizar tus fotos y verás como más de alguno cae rendido.

—¿Tú lo harías? —Susurra, acortando más la distancia.

Light traga saliva sintiendo las mejillas calientes de golpe. Sus ojos se quedan fijos en los de Elle y su boca se abre sin saber qué responder. Para bien o para mal en ese momento su teléfono suena, rompiendo la conexión que había entre ellos.

—¡Es un mensaje de Teru! —se sienta de golpe tras leer el remitente— ¡Quiere invitarme a cenar mañana! —abre los ojos de par en par, sin poder contener su asombro. Pasado mañana es noche buena y a este ritmo parece que sí pasará la víspera de navidad con Teru— ¡Y usó la palabra cita en su mensaje! —Light se deja ir de espaldas sobre el colchón, abrazando el celular contra su pecho mientras patalea de la emoción.

—Me alegro por ti. —Elle sonríe de forma apagada antes de darle la espalda para dormir, intentando ignorar la desagradable sensación que todo esto le provoca. 

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