Bad Blood.
Killiam...
Está de más decir la sorpresa que sentí al recibir el mensaje de Cassandra ayer, vamos no me lo esperaba. Aunque eso no me impidió celebrar, esperaba que de los dos, el primero que propusiera una cita, sería yo. No sé, quizás porque soy el más insistente, ella nunca mostró sus verdaderos sentimientos, sí, nunca rechazó mis muestras de afecto, y le gustaban. Obvio que sí, no soy tonto, pero fuera de ahí, no tenía muy claro lo nuestro, la verdad. Ni siquiera lo habíamos hablado, y por eso pensé que esta cita sería el momento perfecto para exponer nuestra dudas. Poner las cartas sobre la mesa, dejar las cosas claras. Y me temía que lo que ella quería, no era lo mismo que yo podía darle. Con más razón, planeé todo, detalle por detalle, y ojo, nunca había hecho esta mierda. Pero lo mejor fue que disfruté haciéndolo.
Por eso estaba ahora aquí, de camino a su casa. Conocía la dirección de cuando la traje en el coche, cosas como esas no se olvidan. Quise hacer algo diferente, especial y sabía que la decisión de venir en motocicleta, era perfecta. La usaba muy poco, pero mi pequeña estaba increíble. Sin embargo, el único inconveniente es que...no llevaba casco.
Quizás a Cassandra le agradara la idea de un poco de libertad, ya pero, no quería una multa. Además, era un protección, por lo tanto luego de recogerlo iríamos a mi departamento a buscar los malditos cascos. La cita compensaría el jodido incidente, lo que dá estar ansioso.
No tardo en doblar la esquina y dirigirme entre la hilera de casas–todas similares–hasta una que solo se diferencia por el montón de flores a su alrededor. Mas, mi atención se centra en una única persona, en una que se me hace demasiado conocida, aún estando de espaldas. Enseguida al reconocer ese patinete descolorido por el tiempo, además de las deportivas negras desgastadas, una sensación amarga se apodera de mí. Y antes de que llegue siquiera a caminar hacia la puerta de entrada, salgo de la moto y con los ojos ardiendo de ira, agarro el cuello de su camiseta bruscamente y lo giro hacia mí.
— ¿Pero que coñ...—comienza antes de que sus palabras se evaporen como el humo y su expresión enfadada cambie a una de total perplejidad.
— ¿Qué carajos haces tú aquí? —ladro escupiendo llamas por mis iris. Joder, ¿Qué hace a punto de tocar el timbre de Cassandra?
Se recompone inmediatamente y esboza un semblante tenso, para después pellizcarse el puente de la nariz con incomodidad.
—Killiam —comienza con cuatela—, no te importa. Además ¿Qué estás haciendo aquí tú también? —espeta indignado.
—Primero, me importa, créeme. Segundo, lo que yo haga en este lugar, no es tu asunto. —contesto mordaz.
Él a su vez dibuja una sonrisa agridulce en su rostro:
—Pues, lo que yo hago tampoco. No te debo explicaciones. —responde enarcando una ceja y cruzándose de brazos. Lo que dice es cierto, sin embargo, de Cassandra lo quiero bien lejos.
Dios, parezco Matteo.
Me importan cien hectáreas de excremento animal si sólo pasaba a saludar o cualquier otra mierda, si le toca un puto cabello, lo mato y esta vez no será como la anterior. Que me importó tres pepinos que se enrrollara con Sophia, ella no me importaba, él fue quien perdió toda mi confianza. Si sucede con Cassandra, no seré consciente de mis actos.
Le coloco fuertemente una mano en el hombro y clavo mis dedos en él, observándolo sin una pizca de compasión, solo con un deseo tóxico de desaparecerlo.
—Lárgate de una vez, Lucas. Antes de que pierda el control y darte una hostia. —le advierto con un matiz frío y despiadado.
Lucas lejos de acojonarse, se estremece un poco para luego levantar más la barbilla mostrando su resistencia, aunque los músculos contraídos de su rostro indican el dolor que siente ante mi gesto.
—No te tengo miedo, Killiam. Si quieres pegarme, adelante. —responde serenamente.
No me sorprenden sus valientes palabras, sin importar que sean sinceras o no. Siempre se le dió fingir muy bien. Esta vez, hago lo mismo con su otro hombro y lo rodeo desgarradoramente con mi otra mano, casi levantándolo de suelo con mis agarres. Noto como su expresión firme decae y hace una mueca de dolor que da lugar a que su patinete se le escape entre los dedos hasta caer, provocando un ruido plástico.
—Te lo digo de la mejor de las maneras. O te largas por tus propios pies, o lo harás igualmente, pero con la cara desfigurada, pedazo de mierda.—sentencio con mis ojos rozando las cuchilladas.
Sucede un momento de silencio, en el que la repentina solidez de Lucas, flaquea. Ocurre casi a la velocidad de la luz. En instantes como este, me pregunto por qué tuvimos que acabar así, por qué tuvo que traicionar mi confianza de ese modo. La relación que tenemos ahora es destructiva, rencorosa. Nunca había imaginado que acabaríamos así, y menos con él.
Casi cuando iba a arrepentirme de hacer esto, unas secas palabras cargadas de monotonía hacen acto de presencia.
—Está bien.
Reacciono y lo dejo libre de mis agarres, aún con el rostro un poco descolocado por mi pequeño momento de debilidad. Recoge su tabla del suelo y se aleja, pero antes dice unas palabras que me dejan realmente abrumado.
—Siento mucho lo que hice, sé que soy una mierda de persona por haberte hecho aquello, y más a tí. Pero acumular tanto rencor dentro no hace bien, Killiam. —dice frotándose los hombros antes de darse la vuelta y desaparecer.
Nuevamente, agradezco a todos ustedes que leen mi historia, o que no lo hacen pero están ahí para mí. Estoy feliz, la verdad. Nunca pensé que llegaría a este punto, creo que solo tengo que confiar en mí, gracias a todos.<3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro