Encontré una joya entre las piedras del mar. Una tan hermosa con su brillo espectacular. Ella me salvó cuando creí que me ahogaría al naufragar.

Pero esa joya tan singular, también tiene su defecto. Pues me hizo creer en algo que no era cierto.  Imaginé tocar el cielo al sentir el calor de su pecho,  sin embargo solo conseguí estrellarme contra el suelo.

Las promesas que hizo, pensé que las cumpliría mas hoy me doy cuenta que sus palabras estaban vacías.

Su voz melodiosa es mi más cruel sinfonía, la escucho de noche y de día, aunque no es algo que yo desearía.

No obstante, me niego a olvidar a esa joya ya qué, me he llegado a enamorar y no quiero dejar la marchar, porque es la estrella que ilumina mi andar, misma a la que me aferro sin dudar.