A veces tenemos esas inmensas ganas de llorar, de expulsar todo lo que por dentro nos consume.

A veces deseamos tener un hombro en el cual descansar, en donde no juzguen nuestro andar.

Muchas almas, muchos cuerpos se encuentran destrozados y desean amarse o ser amados.

¿Pero? Esa labor muy difícil es y aunque traten de comprender su dolor, completamente; no lo podrán hacer, esas almas, esos cuerpos solo desean desaparecer. Dejar de ser una molestia para aquellas otras almas que sí, tiene oportunidad de florecer.