8. Tiempo matutino de calidad
- Ah, Mmh... Maldición
Me apoyé en sus hombros para poder moverme mejor sobre su regazo, haciendo que su miembro se frotara de una forma increíblemente placentera en mi interior.
Aún así, terminé cansandome y abrazándome a él mientras jadeaba.
Él tomó el relevo, acariciando mi espalda baja con suavidad antes de sujetarme de la cadera para ayudarme a seguir moviendome a un buen ritmo sobre su erección.
No pude evitar estremecerme con tan solo la sensación de sus manos al sujetarme.
Maldición, sus dedos se sienten tan firmes en su agarre... Enterrandose en la carne de mis caderas...
- Mmh... ¡Ah! Maldición
Me aferré a su espalda con algo de fuerza, aunque aún así mis dedos se deslizaron por el amplio espacio de piel húmeda por el sudor.
Mis piernas se estremecieron un poco, tensandose en placenteros espasmos momentaneos que eran disparados desde mi interior cada vez que él embestía dentro de mí.
Eso se siente... Se siente tan bien...
- ... Eres tan bonito
¿Ah? Eso... Su voz, es tan...
Aún mientras temblaba por la estimulación que estaba recibiendo, busqué torpemente levantar la vista hacia el rostro de mi compañero.
Sentía que la vista se me estaba incluso nublando un poco por el placer, o tal vez simplemente fuera mi cabeza.
Sea como sea, después de tantear con torpeza sus mejillas finalmente mis manos encontraron su camino: una de ellas rozando la piel áspera de una cicatriz en su rostro, y la otra yendo más hacia su nuca, acariciando el cabello sumamente corto de los lados de su cabeza hasta llegar al resto de su cabellera, que mantenía largo.
Mis ojos vagaron, torpes y perdidos, a sus labios. Me sentía totalmente incapaz de mirar más allá, y tampoco sentí que quisiera hacerlo.
De hecho... Tan solo quería besar esos labios tan finos y hermosos, y justo cuando me incliné para hacerlo...
Me desperté de golpe, tan repentinamente que me quedé unos prolongados minutos únicamente mirando el techo de mi habitación, mientras intentaba procesar la idea de que acababa de despertar de un sueño que se sintió increíblemente real, lo suficiente como para provocarme una erección... E incluso hacerme chorrear un poco por lo que siento.
Ah, y todo eso mientras mientras al parecer estoy desnudo y siendo abrazado por mi novio, que también parece estar desnudo y profundamente dormido.
Miré brevemente a Sabito, antes de echar un vistazo a mi alrededor. A juzgar por la luz de la ventana yo diría que debe ser casi media mañana... Y no hay ni un rastro de ese chico.
Tampoco es que esperaba encontrar desnudo al lado de mi cama al "chico de mis sueños", no soy idiota, pero es que esta vez se sintió tan real... Supongo que la noche cariñosa que tuve con mi novio afectó en eso.
Suspiré mientras acomodaba mi cabeza en la almohada, sin poder evitar pensar en fragmentos de mi sueño erótico que se iban desvaneciendo rápidamente con cada segundo que mi cerebro pasaba despertándose del todo.
Eso fue... Llevaba mucho tiempo sin soñar con él, por lo menos unos cuatro o cinco meses... Más o menos desde que Sabito y yo comenzamos a formalizar nuestra relación.
Y ahora vuelve ese atractivo desconocido de la nada, en un sueño mucho más intenso que los anteriores... Y que no es un sueño lúcido.
Sería difícil asegurarlo, porque suelo olvidar muchos de los detalles de mis "encuentros" con ese chico misteriosos, pero juraría que la gran mayoría (si no es que todos) mis sueños con él habían sido lúcidos. Me pregunto si eso tendrá que ver con el hecho de que esté suelo haya sido tan intenso... Y no simplemente por el sexo (que puedo recordar que estuvo más que bien).
Me aparté un poco el cabello del rostro con una mano, llevándolo más atrás en mi cabeza y aguantando un momento ahí mientras pensaba, mirando fijamente al techo.
Ya no lo recuerdo con claridad, pero... Podría jurar que es la primera vez que escucho su voz.
No recuerdo cómo sonaba, ni siquiera qué decía, pero estoy seguro de que la escuché.
Si no, ¿De qué otra forma explicaría la manera ridícula en que mi corazón brinca en mi pecho con solo pensar en sus labios moviéndose, hablándome?
Ah, esto es ridículo.
Solté mi cabello y me cubrí el rostro con ambas manos, antes de incorporarme despacio para sentarme en la cama, haciendo que el abrazo de mi novio a mi alrededor se deslizara hacia mí cintura y que mi cabello suelto (y seguramente alborotado) me cayera sobre la espalda desnuda.
No debería pensar tanto en esto, solo fue otro de esos sueños recurrentes... Pero supongo que no puedo evitar sentirme un poco mal, por más ilógico que sea.
Esto no debería contar cómo engañar a mi novio, son sueños sobre los que no tengo control... O bueno, mejor dicho sobre los que suelo tener control pero que en la primera y única vez que los tuve mientras estoy en mi relación con Sabito convenientemente no los pude controlar.
Le eché un vistazo al rostro de mi novio durmiente, admirando en silencio la manera en que su más que despeinada y abundante cabellera color carne le enmarcaba el rostro, cayéndole sobre sus hombros y espalda... La cuál tenía unas marcas bien visibles de arañazos.
Creo que tendré que disculparme y tratarlo cuando despierte... Y cortarme las uñas.
Volví a suspirar una última vez, extendiendo mi mano para acariciar su mejilla marcada por la cicatriz mientras decidía que mejor iba dejar de pensar en algo tan estúpido.
No importa, no importa... No hice nada, son solo sueños.
No es nada importante.
- Mmmh, ¿_______? ¿Qué sucede?
Contemplé como los preciosos ojos lavando grisáceo de mi novio se abrían perezosamente, parpadeando un par de veces con pesadez antes de abrirlos del todo y mirarme.
He tenido la oportunidad de ver diferentes miradas de Sabito, pero entre mis favoritas definitivamente está la que tiene al despertarse, en especial porque pocas veces puedo verla.
Normalmente se despierta antes que yo, y a veces ni siquiera está en casa ya para cuando yo despierto.
- Ya es tarde, buenos días
- Ah, no debe ser tan tarde si aún dices "días"
Sabito se incorporó torpemente, sentándose a mi lado para estirarse un poco, claro que no tardé en sentir cómo me abrazaba por la espalda, haciendo a un lado mi cabello para besarme cariñosamente la mejilla.
Llevé mi mano a su cabeza para acariciarle gentilmente el cabello, él simplemente respondió quejándose en un tono aún algo adormilado, mientras escondía su rostro en mi cuello y me abrazaba un poco más firmemente contra él.
- Aún así es raro que despiertes primero cuando no tienes pacientes, ¿Tuviste un mal sueño?
Definitivamente no, lo que sólo hace más curioso que me haya despertado tan pronto.
- Para nada, simplemente me desperté
Sabito mantenía sus fuertes pero curiosamente gentiles manos en mi vientre para abrazarme, pero no tardé en sentir cómo deslizó una de ellas suavemente hacia mi pecho, al mismo tiempo que movió su rostro para depositar un par de besitos cerca de mi nuca.
- Hmm, ¿No será que te duele algo? Creo que fui un poco rudo contigo anoche
- Claro que no, está todo bien. ¿Tú qué tal estás? Creo que también me excedí un poco contigo
Aunque pensándolo bien, quizá me salgan un par de moretones en la cadera más tarde, pero incluso si sucede no sería nada nuevo o grave.
Sabito finalmente me dejó alejarme un poco para poder verlo a la cara, él señaló su espalda mientras adoptaba una sonrisa algo arrogante.
- ¿Esto? No es nada, he tenido peores heridas... Aunque prefiero estas por mucho
- Idiota, buscaré algo para ponerte en... ¡O-oye!
Me intenté levantar de la cama para ir aunque sea por algo para limpiarle superficialmente los arañazos, pero apenas si me incorporé unos cuantos centímetros antes de que Sabito me tomara repentinamente del brazo, dándome un firme jalón que me llevó de vuelta a las mantas.
- ¡Estúpido cazador! ¡Déjame ir!
Forcejeamos torpemente en la cama, hasta que terminamos totalmente enredados entre las sábanas, con Sabito encima de mí apresandome contra la cama mientras me besaba repetidamente el cuello y la clavícula, de una forma que me hacía hasta un poco de cosquillas.
- ¿Qué clase de cazador sería si dejara ir a mi presa?
- Te aseguro que por lo menos un idiota ya eres... ¡O-oye, basta!
Hice un esfuerzo por reprimir mis risas mientras aún trataba inútilmente de quitarme de encima a un cazador musculoso que claramente me superaba en todo aspecto físico.
- ¡D-detente!
- Hmm, no lo creo. Me gusta esto, tú piel es tan linda y suave que me hace querer probarla
No pude aguantar más cuando Sabito comenzó a morder suavemente y soplar un poco contra mi piel, y terminé echándome a reír de una manera entrecortada y ahogada mientras él continuaba provocándome cosquillas de esa forma.
Intenté débilmente apartarlo mientras me reía, sofocado por el aliento que me robaban las risas.
También podía escuchar suaves risas breves por parte de mi novio mientras él continuaba besándome, hasta que por fin se dió por satisfecho y mi tortura terminó.
Él se hizo a un lado, dejándome jadeando y totalmente acabado mientras él jugueteaba con mi cabello.
- Ah, maldición... Dame un segundo...
- Tú risa es tan encantadora, deberías reírte más
- Calla, eres un...
- ¿Idiota?
- Iba a llamarte tonto, pero si te gusta más idiota...
Sabito no me respondió a eso, simplemente se acercó a mí para besarme.
Ah, estás mañanas... Definitivamente son mis favoritas.
Tan raras, pero me encantan.
Cuando, en el único día a la semana que Sabito puede venir, él además puede quedarse un poco más en las mañanas.
Lo suficiente para que despertemos juntos, o para que me despierte el aroma del desayuno que él cocina para ambos.
O tambien lo suficiente como para simplemente estar un rato en la cama, o tomar una ducha juntos.
Cualquier cosa, sea lo que sea se sentía increíble a su lado.
Era algo bastante nuevo para mí, una especie de rutina que esperaba con ansias cada semana aún cuando intentara convencerme a mí mismo de que no era así.
Algo especial, un momento simplemente para mí. Para nosotros.
La parte mala, es que tarde o temprano tenía que terminar nuestro pequeño momento personal. Y siempre se sentía demasiado corto.
- ¿Quieres que tomemos un baño juntos? ¿O quieres desayunar? Puedo cocinarte algo si tienes hambre...
- ¡Croaw! ¡Tienes una nueva misión! ¡Una aldea a dos días de viaje! ¡Debes partir ya! ¡YAAA!
Un sonoro granizo proveniente desde la ventana nos hizo alejarnos un poco, Sabito de inmediato puso mala cara mientras volteaba a ver a su cuervo, que estaba de pie sobre el marco.
Suspiré, maldiciendo para mí mismo.
Me encantan las aves, en especial los cuervos. Pero he de admitir que mi amor por ellos se pone a prueba cada vez que el ave de Sabito llega a anunciar que él tiene que marcharse.
- Por amor a... Ya te escuché, ah. ¿Cuál es el problema...? Olvídalo, no quiero escuchar. ¿Me encargaré solo?
- ¡Dos cazadores más te verán en un pueblo que queda a medio camino!
Sabito depositó un prolongado beso en mi frente, antes de salir de entre las mantas con un poco de trabajo y comenzar a buscar su ropa para vestirse.
- ¿Sabes que soy doctor?
- Cómo si pudiera olvidarlo
- He visto cosas, no necesitas preocuparte porque escuche algo así
Me abracé a una almohada mientras disfrutaba de observar a mi novio vestirse.
A Sabito no le gusta que yo escuche sobre qué tratan sus trabajos, cuando le pregunté me dijo que no era información demasiado privada ni nada de eso, simplemente prefería ahorrarme el disgusto en caso de que fuera algo muy desagradable.
Supongo que agradezco la preocupación, pero tengo curiosidad.
- Lo sé, pero sigo prefiriendo ahorrarte algún horrible disgusto algún día
Observé atentamente como Sabito terminaba de ponerse todas sus prendas inferiores, incluyendo su uniforme de cazador por supuesto.
Tiene una espalda ancha y atractiva, y una piel un poco bronceada marcada por cicatrices de diferentes tonos... Incluyendo la que hizo que nos conociéramos.
- ¿Viste mi haori?
- Hmm, sí. Está de este lado
Eché un breve vistazo a mi alrededor hasta que localicé su prenda blanca en el suelo, de mi lado de la cama.
Si no recuerdo mal, fui yo quien se lo quitó anoche. No me sorprende que esté aquí.
- Toma, ¿Tienes tiempo de comer algo antes de marcharte?
Le pase su haori a mi novio, él tardó un momento en recibirmelo ya que se estaba ajustando esa colorida prenda suya de patrones geométricos encima de la parte superior de su uniforme, pero cuando finalmente me lo recibió se lo puso con un fluido movimiento simplemente impecable.
Maldito que es hábil hasta para vestirse.
- Gracias, y... Eh, bueno, parece que no tendré tiempo pero igual gracias
- Necesitas energía si vas a viajar por dos días
- Estaré bien, si me reuniré con dos cazadores a mitad del camino seguramente habrá una casa con escudo de glicinas que nos reciba. Nos alimentarán bien
Busqué torpemente entre las mantas mientras Sabito recorría la habitación para recoger su espada y su máscara, prácticamente lo último que le faltaba.
Logré encontrar mi pantalón así que me lo puse para poder levantarme de la cama.
Sabito justamente terminó de recoger sus cosas y, para cuando yo ya me estaba terminando de desperezar, él llegó a mi lado para tomarme brevemente por la cintura y atraerme a él, besándome.
Lo tomé por las mejillas para profundizar más el beso mientras pudiera, aunque aún así el tacto duró muy poco, dejándome más que visiblemente decepcionado.
Sabito por supuesto que se dió cuenta, suspirando mientras llevaba una de sus manos a mi mejilla, acariciándome.
- Lo siento, bonito
- No me estoy quejando
- Claro que sí, pero lo haces en silencio
Él me sonrió y me abrazó con firmeza, escondiendo su rostro en mi clavícula.
Acaricié su esponjada y revuelta melena, ni siquiera alcanzó a arreglarse un poco.
Cómo me encantaba estar tan cerca de él... Pero no puedo quedarmelo, por más que quisiera a veces.
- Anda, vete. Tienes un camino bastante largo por delante y tienes que cumplir con tu deber
- Lo sé, ya llevaba bastante sin tener que viajar tanto. Puede que me tome unos pocos días volver... Pero igual regresaré lo más pronto que pueda
Sabito se alejó nuevamente, depositando un besito en mis labios antes de separarse definitivamente de mí.
- Y con flores aún más hermosas del lugar a dónde vaya
- No te distraigas recogiendo flores o intentando terminar pronto. Cumple bien con tu trabajo, y no te lastimes demasiado
La suave sonrisa de Sabito se ensanchó más con algo de orgullo, y me revolvió el ya de por sí desordenado cabello.
- Ese es mi chico. Volveré antes de que te des cuenta
- Seguro que sí
Acompañé a Sabito hasta mi jardín trasero.
Cuando ya era tan tarde, no lo despedía en la entrada para evitarme preguntas incómodas de los vecinos. Él podía saltar fácilmente la valla de mi jardín que estaba mucho menos a la vista, así que no había problema con despedirnos ahí.
- Cuídate, no olvides usar tu collar incluso si no vas a salir de casa
- Lo sé, lo sé. Mejor ten cuidado tú, lo necesitas más que yo
Aún tengo ese collar de una bolsita aromática que Sabito nos dió cuando nos conocimos. Después de todo, mi sangre es y seguirá siendo increíblemente apetecible para los demonios, eso por lo menos me ayuda a disimularlo lo suficiente.
Sabito me estampó un último beso breve en los labios antes de colocarse su máscara, su cuervo ya lo estaba esperando en la valla mientras agitaba sus alas ansiosamente.
- Nos vemos, doctor Hatoni
- Nos vemos, cazador Sabito
Y así como así, él desapareció entre los árboles después de brincar la valla con una facilidad ridícula.
Me quedé ahí un rato, disfrutando del aire y el sol mientras miraba los pequeños brotes de verduras que había plantado hace poco con la esperanza de comenzar a abastecerme mínimamente por mí mismo.
Ah, la manera en la que llega y en la que se va, y la sensación que deja...
Casi me hace preguntarme si no sería un fantasma o un sueño.
Sería uno muy puntual en todo caso.
Y hablando de puntual... Justo escuché cómo alguien llamó insistentemente a mi puerta.
Supongo que se me hizo tarde para abrir y justamente hoy alguien tiene problemas de salud a esta hora.
- Parece que yo también debo volver al trabajo
Miré un par de segundos los árboles entre los que mi novio había desaparecido, antes de volver al interior de mi casa para terminar de vestirme rápido y comenzar a cumplir mis deberes de médico en el día de hoy.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro