Gulf no había visto a Mew durante varias semanas, y comenzó a preocuparse de que se hubiera olvidado de él. Pero un día, recibió una llamada de Mew, quien le dijo que quería hacer algo especial para él en el día de San Valentín.

Mew organizó una sorpresa para Gulf en un pequeño parque cerca de su casa. Cuando llegó al parque, encontró a Mew sentado en una manta, rodeado de velas y globos de colores.

—¡Feliz San Valentín, pequeño Gulf!—dijo Mew, sonriendo.

Gulf se emocionó al ver la sorpresa que Mew había preparado para él. Los dos se sentaron juntos en la manta, bebiendo vino y comiendo chocolates mientras conversaban.

Después de un rato, Mew sacó una guitarra de debajo de la manta y comenzó a tocar una canción. Gulf se quedó sin habla mientras escuchaba y veía  tocar la guitarra y cantar, su voz suave y melodiosa llenando el aire del parque.

Cuando terminó la canción, Gulf aplaudió emocionado. 

—Eso fue increíble —dijo.

Mew sonrió y dijo —Quería hacer algo especial para ti en este día de San Valentín. Me alegra que te haya gustado

Gulf tomó la mano de Mew y la apretó suavemente. 

—Gracias por ser tan dulce conmigo —dijo.

Mew se acercó y le dio un beso suave en la mejilla. 

—Eres muy especial para mí, Gulf. No puedo imaginar mi vida sin ti".

Los dos se quedaron en el parque hasta tarde, disfrutando de la compañía del otro y hablando sobre sus planes para el futuro. Gulf sabía que no había nada que pudiera hacer para evitar enamorarse de Mew, y se sentía afortunado de tenerlo en su vida.