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Tercer trimestre; Parte 17.


A diferencias de otros días Wei Wuxian tuvo que levantarse con el sol. Una completa tragedia especialmente ahora que lo único que quería era pasar todo su día en la cama abrazando a su marido.

Pero ya habían reunido a todos sus familiares en Gusu Lan y conociendo a su adorado hermano lo arrastraría de su cola de caballo hasta la Ciudad de Caiyi.

Tal vez por el embarazo no sería totalmente arrastrado, pero Wei Ying no tenía ganas de que nadie que no fuera HuaGaung Jun le jalara el cabello.

Con pesar arrastró sus pies por el frió piso del Jinshi, hasta el desayuno que ya estaba servido. Congee simple.

Una completa lástima que Lan Zhan llevaba meses sin cocinarle, aunque el pensamiento le hizo soltar un risita, su pobre marido no podía entrar en las cocinas sin sentirse mareado por los olores.

Mientras picoteaba con desgana la comida, vio entrar a su marido al Jinshi.

—¿Ya quedo por hoy, cariño?— Wei Ying dijo sirviendo una tacita de té, que ofreció a Lan Zhan.

—Mnn— Lan Wangji tomó con gustó el líquido y se enjuago el sabor amargo de su boca. Procedió a sentarse junto a su esposo y por fin empezar a comer.

Sacado tan temprano de sus horas de sueño, Wei Wuxian no ofreció platica hasta que después de acabar de comer y asearse, empezaron a vestirse para el día.

El patriarca de Yilling no pudo evitar admirar los dos hanfus iguales que estaban ahora extendidos sobre su cama.

Blancos y con un elegante bordado azul celeste representando a Gusu Lan subiendo por las mangas hasta terminar al pecho.

—¿Tengo que usar mi cinta hoy?

—Solo si Wei Ying quiere— Lan Wangji frotó entre en sus dedos la tela de las túnicas hechas especialmente para ese día.

Sin ceremonias se desnudaron para vestirse con las nuevas capas de ropa. Era ropa tradicional y cada encaje o listón estaba confeccionado para resaltar bellamente la panza de embarazo.

Wei Ying necesito la asistencia de su marido al no estar acostumbrado a usar túnicas tan complicadas, a su vez, ayudo a alizar cualquier rastro de arrugas de la túnica contraria.

—Te ves muy guapo— Sonrió Wei Wuxian a su marido.

Lan Wangji termino de atar cada listón y beso la frente del hombre.

—Wei Ying es el más guapo.

Con las mejillas encendidas el Patriarca de Yilling sentó a su esposo en la cama, desató el peinado simple y después de retirar la cinta de frente, cepillo el cabello de su marido. Fue difícil lograr el típico peinado alto de su marido sin golpear a este en la cara con su panza.

En lugar de la corona alta de siempre, Wei Ying colocó un simple anillo de plata, encajo con mucho cuidado las dos elaboradas horquillas. Hermosas y finas, terminando en una bella flor de loto hecha de jade blanco, con una caída de pequeñitas piedras preciosas de azules a moradas, que tintineaban con el movimiento.

Finalmente ató con especial cuidado la cinta que marcaba a su esposo como miembro del clan principal de Gusu Lan.

—Lan Zhan, eres tan bonito— El cultivado demoniaco pasó sus dedos sobre la blanca cinta y luego su caricia se extendió hasta acunar la cara del hombre.

HuaGuang Jun desvió la mirada disfrutando la caricia, su sonrojo no solo confinado a sus oídos.

Wei Wuxian se separó, para ir a su mesita de noche. En el fondo de ese cajón, en una bolsita con varios hechizos de protección se encontraba la cinta que Zewu Jun le entregó el día que su nombre se escribió en el libro familiar Lan.

Tomó la bolsita y se la entregó a su marido, quien ahora lo iba a peinar.

Lan Wangji después de que su esposo se sentará, lo invito a recostar su carita en su muy abultado abdomen, y en esa posición logró un elegante moño.

Tomó el siempre rojo listón de su marido y lo anudo en la base del peinado. Luego puso la simple corona de plata, si ambos estuvieran esperando un posible primogénito, la corona hubiera sido extravagante y considerablemente más pesada. Sin embargo, ya tenía a su A-Yuan.

Las horquillas sí simbolizaban el primer embarazo y las flores de loto fueron especialmente elegidas por HuaGuang Jun, como un deseo silencioso para que las infancias de sus bebés sean tan brillantes como la que su marido tuvo una vez llegó a Yunmeng Jiang.

Sin la madre abusiva, claro.

Finalmente saco la cinta de regulación idéntica a la suya de la bolsita y la ató sobre la siempre desnuda frente.

Ahora estaban listos.

—Falta algo Lan Zhan— Wei Ying tomó la mano de su marido antes de que se retirará, jaló al hombre hasta el escritorio del Patriarca de Yilling.

Parcialmente enterrado en montones de papel, una cajita se asomaba. —Un regalo de Jiang Cheng— Wei Wuxian ofreció el presente a su marido.

Lan Wangji tomó la caja de buena calidad y la abrió, dos campanas Yunmeng Jiang de plata resaltaban sobre el acolchonado morado.

—Creo que por fin hicimos totalmente las paces— Resopló nervioso el cultivador demoniaco. — Quiero usarlas en la ceremonia de hoy— Wei Ying lanzando miradas intranquilas a su marido.

—Mmn. —El embarazado sacó ambas campanas, puso una de ellas en las manos de su pareja y luego procedió a atar la campana en la faja alta de Wei Ying.

Con velocidad, Wei Ying ató la otra campana de claridad en la ropa de Lan Zhan.

Fuera del Jinshi ya los esperaban Lan Sizhui y Lan Jingyi para escoltarlos, léase, cuidarlos hasta que Zewu Jun pudiera hacerlo por sí mismo.

En la puerta de los Recesos, ya los esperaban. Lan Qiren, Lan Xichen, Jiang Cheng, Jin Ling y Wen Ning, aparte de varios discípulos mayores Lan y Jiang que serían su escolta.

—¿A qué guerra estamos yendo?— Preguntó divertido Wei Wuxian al ver el pequeño escuadrón.

—¿En tu estado? A ninguna— Se burló el Lider Jiang como saludo. —Ni siquiera puedes ir a cacerías nocturnas.

—¡Aiya! Jiang Cheng siempre tan cruel. Pásame mi flauta y derrotaré más cadáveres feroces que tú— El embarazado retó presuntuoso.

—Wei Ying— Con un suave apretón en su agarré de manos Lan Zhan reprendió a su marido.

Después de un resoplido el cultivador demoníaco hizo pucheros a su esposo.

—Dame un año y veras— Gritó a su hermano.

—¡Tenemos que irnos ya!— Reprendió Lan Qiren, cortando lo que sea que Jiang Wanyin iba a replicar.

—Ya he mandado discípulos para adelantarnos, es momento de partir hacia el templo— El Líder Lan se adelantó y con gestos amables invitó a la pequeña multitud a ponerse en marcha.

Cuando los discípulos se dispersaron, dejaron a la vista un palanquín suficientemente grande para llevar a dos personas.

—¡No me voy a subir en eso!— Retrocediendo unos pasos y arrastrando con él a su marido, Wei Wuxian exclamó. —¡Ni siquiera tuve uno de esos en mi boda!

—¡Por qué te fugaste!— Completamente exasperado Jin Ling soltó. —¡Súbete que se nos acaba el tiempo! Ni siquiera eres tú quien va a tener que cargarlo...

—Pero soy perfectamente capaz de caminar a Caiyi y de regreso ¿verdad Lan Zhan?

—Es una preocupación, Wei Wuxian— Zewu Jun se acerco a la pareja. —¿Wangji?— Invitando a su hermano a subir.

—Lan Zhan también quiere caminar ¿Verdad?— Jaló el brazo de su marido el embarazado más bajo.

—Mmn.

—Déjalos— Jiang Cheng empezando a bajar las escaleras. —Ellos mismos van a sufrir las consecuencias.

Sin querer seguir lidiando con su sobrino político, el Maestro Lan siguió el ejemplo del cultivador de morado y tras él todos los demás.

La pareja de embarazados fue rodeados por una formación estratégicamente improvisada para cubrir todos los flancos.

—Que ridículo, hace 3 días fuimos a comer con los chicos— Con desdén soltó el Patriarca de Yilling.

—Justamente por salir sin avisar es que estamos así— Bufó Jiang Wanyin. —Aparte ¿Por qué los mocosos van elegir los nombre de cortesía?

—¡Oye!— El gritó en conjunto de Lan Jingyi y Jin Ling resonó por la montaña.

—¡Prohibido gritar!— Gritó Lan Qiren.

—No podía dejar que mis bebés se llamarán Jazmín, Amor y Cariño— Rió Wei Wuxian.

—¿¡Tienes tres bebés!?— Lan Jingyi casi cae por las escaleras de piedra, siendo detenido por Lan Yuan.

—¡No!—Wei Ying también casi tropieza por tal pensamiento, salvado por su marido de rodar hasta Caiyi. —Bueno... No sé ¡Lan Zhan y si son tres!— El Patriarca de Yilling se aferró a su marido. — ¡Tendremos que buscar otro nombre! — Balbuceó el cultivador sin enterarse del repentino miedo en los ojos dorados. —¡Wen Ning! ¡Tienes que elegir un nombre de cortesía para mi cuarto hijo!

El General Fantasma se sobresaltó con el grito para luego encogerse en su lugar. Sí era el caso tendría que pedirle ayuda a A-Yuan. —Está bien Maestro Wei.

—Tiene que ser un nombre bonito— Lloró en su lugar el cultivador demoniaco. —Por eso no se lo puedo pedir a ChengCheng o a Xichen-ge—Siguió lloriqueado.

—¡Wei Wuxian!

—¿Qué?— Susurró Lan Xichen. —¿Por qué no podría nombrar a mi sobrino?

—Xichen-ge nunca ha nombrado nada vivo... Y bueno tu flauta— Lloriqueo con malicia el Patriarca de Yilling detrás del hombro de su marido, escondiendo su sonrisa.

—¿Qué tiene de malo Liebing?

La comitiva siguió avanzando, excepto por el Líder Lan que se quedo plantado en su lugar.

—¿Qué tiene de malo Liebing, Wanyin?— Se escucho al líder preguntar.

—¡Wangji! Tú si me dejarías nombrar a tu bebé ¿Verdad?— Lan Huan se apresuró para alcanzar a su hermano.

—Mmn.

—¡Wangji! ¡No seas malo con tu Dada!

El grupo de cultivadores entró en la ciudad atrayendo las miradas, pocas veces un grupo tan notable desfilaba por su ciudad sin estar persiguiendo un problema.

Al ver las galas de los involucrados el propósito quedo claro, iban al templo para pedir la bendición del cielo por los cercanos partos. Una tradición popular en la región de Gusu, especialmente en esos casos donde se preveían complicaciones.

El Líder de la Secta Lan llevaba diez días ofreciendo 300 varitas de incienso diarias en el templo mayor y mandando constantemente a patrullar las calles de Caiyi todo para ese día.

Los habitantes de Caiyi que de alguna manera se sentían involucrados con los embarazos, por a verlos visto prosperar en los paseo de la pareja, al ver la comitiva pasar arrojaron flores y buenos deseos.

—¡Por la salud de los bebés!

—¡Por un parto seguro!

—¡Una saludable recuperación!

—¡Talento y belleza a los niños!

Wei Wuxian disfrutó atrapar las flores en el aire y con grandes sonrisas agradeció a los transeúntes.

Por otro lado el Maestro Lan estaba a punto de echar humo, un asunto tan privado como esa ceremonia se había convertido en un carnaval público. Sin embargo la felicidad que podía leer en la cara de su sobrino lo obligó a no espantar a toda la gente.

En la puerta del templo mayor los discípulos acompañantes se detuvieron.

—Aquí estamos— Sonrió Wei Wuxian—¿Qué tengo que hacer?

—Solo ofrecer incienso y pedir buenos deseos, Padre.

—¿Y qué harán ustedes?

—Lo mismo, papá— Rió Lan Sizhui.

—Entonces vamos— Wei Ying tomó la mano de su esposo y juntos entraron.

Era el templo más grande de las ciudades de alrededor, ya que estaba dedicado al Emperador Celestial.

Cientos de velas brillaban con fuerza y el aire estaba cargado con la aromática esencial del incienso.

Al final del corredor ya había dos cojines esperando a la pareja y con algo de dificultad reverenciaron a los cielos (tanto como sus pancitas les permitieron).

Lan Wangji escuchó los adornos de sus horquillas tintinear suavemente y cerró los ojos orando.

No era un hombre de muchas palabras, pero de corazón pidió al Emperador Celestial por la salud de su marido, la salud de sus bebés en camino y por su propio bienestar.

Que las pesadillas que a veces lo aquejaban nunca se volvieran realidad y que ni Wei Ying ni él mismo tuvieran que enfrentar un desafió tan difícil como sería criar a sus hijos sin su alma gemela para ayudar.

Lan Wangji escucho a los miembros de su familia moverse al rededor y pronto un intenso olor de sándalo se levanto en el aire. El hombre embarazado levantó la cabeza y miro la enorme estatua dorada del Príncipe Heredero Que Agrado a Dios, juntó a é,l su consorte Lluvia de Sangre Que Protege Una Flor.

Mirando las dos estatuas, pidió tener la fuerza de Lluvia de Sangre para proteger a sus seres queridos.

Su esposo a su lado también se había incorporado, a la vez reverenciaron una vez más, por toda su familia que durante esos meses habías sido guardianes dedicados.

Con un acuerdo silencioso se volvieron a inclinar en una reverencia más, porque se amaban.

Las otras personas en el lugar después de colocar las ofrendas hicieron lo propio.

Hermanos pidiendo por salud y prosperidad.

Jóvenes cultivadores más preocupados de lo dejaban ver en el exterior pedía un buen desenlace y poder ver a la feliz familia vivir.

Wen Ning ni vivo ni muerto rezó por los hermanos de A-Yuan, por su mejor amigo y la pareja de este.

Y por último Lan Qiren, rogaba que el médico en el interior de los Recesos de las Nubes hubiera encontrado la solución que todos deseaban.

Pronto las formalidades estuvieron completas y llenando sus pulmones con el relajante olor de las ofrendas la pareja se incorporó. O lo intentaron.

—¡Rabanito mi vida! ¡Ayuda a tu padre a levantarse!— De rodillas Wei Wuxian se carcajeó.

Sizhui fue rápido en responder al llamado y tomando las manos de su padre lo ayudó.

A la izquierda de ambos Lan Wangji llamó. —Sizhui.

Velozmente Lan Yuan ayudo al otro embarazado.

—Esto es muy duro, muy duro— El cultivador demoniaco palmeó con amor su pancita. —Piensa mucho antes de embarazarte A-Yuan.

Dejando atrás un hijo completamente rojo, Wei Wuxian jaló a su pareja hacia los otros.

—¡Hemos terminado aquí! ¿Alguien tiene hambre?— Frotándose las manos comentó Wei Ying.

—¿Ya acabamos? ¿No tenemos que esperar que pase algo?— Jin Ling jugueteó con el adorno de su espada.

—¿Esperar qué? ¿Qué el Emperador conteste?— Burlón Lan Jingyi codeo al más joven.

—¡Yo que sé! ¡Es la primer vez que hago esto!— El Líder Jin bufó devolviendo el golpe.

—No se preocupen chicos, ya está todo hecho—El cultivador demoniaco engreído se apoyo en su esposo.

—¿Qué hiciste Wei Wuxian?

—¡Nada! ¡Enserio Jiang Cheng!— El embarazado agregó cuando vio los ojos en blanco de su hermano. —Puede que se me allá escapado decirle a su Alteza Xie Lian que si bendecía los partos le iba a regalar algunos talismanes de embarazo.

De hecho había pasado, pero fue por los nervios que tal pensamiento había resbalado a la mente de Wei Wuxian, el también había pedido por un montón de cosas importantes con todo su corazón.

—¡Sé serio Wei Wuxian!— El Maestro Lan regañó.

—Fue un accidente— El embarazado se escondió tras la espalda de su marido.

—¡Zewu Jun!— La voz alarmada de un discípulo resonó por el templo.

Todos los cultivadores pusieron su atención en el hombre, quien no se inmutó e hizo un arco.

—Había un hombre merodeando por las afueras del templo, cuando pasó por tercera vez hemos decidido interrogarlo pero en vez de responder nuestras preguntas atacó. No hay heridos pero escapó— Mantuvo el arco hasta que acabo de informar, después levantó la cara esperando instrucciones.

Adentró del templo todos mostraron diferentes grados de incomodidad.

—Voy a ir a investigar, quédense aquí hasta que sea seguro volver— El Líder Lan reafirmo el agarre de su espada y ordenó paseando la mirada por la cara de los presentes. —¿Me acompañas, Wanyin?— Decidió agregar conociendo el temperamento de su amante.

Sin responder, el Lider Jiang se dirigió a la salida acariciando el anillo espiritual.

Después de que los dos Líderes se fueran una extraña atmosfera se apropió de la estancia.

—Maestro Wei— Hablando suavemente Wei Ning ofreció a su amigo dos cojines para los embarazados.

—Eres un pastelito, Wen Ning— Con gustó Wei Wuxian se sentó, su esposo siguiendo su ejemplo, acurrucándose deliberadamente en el hombro de su marido, para la sorpresa de las demás personas.

—¿Pasa algo cariño?— Wei Ying cepillo los mechones negros con ternura.

—Náuseas.

—Está bien, ya casi volvemos a casa— Su caricia no se detuvo y ayudó a distraer al Segundo Jade.

Los minutos empezaron a pasar dejando atrás incomodidad sobre la piel. El olor dulzón del incienso empezando a molestar.

—¡Alguien puede abrir una ventana!—Jin Ling exploto finalmente después de 10 minutos en silencio.

—¿Cuáles ventanas?— Lan Qiren regañó —También sería una falla estratégica si realmente existe peligro, Líder Jin.

—Pues estoy harto, enserió que me empieza a picar la nariz de tanto humo— Cuando el cultivador se froto la nariz para enfatizar, se sorprendió por el rastro de sangre que arrastró su dedo.

—¡Jin Ling!— Con preocupación Lan Yuan se levantó de su lugar y alcanzó a su amigo ofreciendo un pañuelo. A la vez los embarazados sintieron una punzada de preocupación justo sobre el pubis.

Como reflejo acariciaron con amor sobre sus pancitas, sin notar que su pareja era un espejo de sí mismo en ese momento.

—¡No eches la cabeza para atrás, niño tonto!— Lan Qiren se levantó de su lugar y con un empujón movió la cabeza del Líder de Secta. —Deja que gotee en el pañuelo y presiona sobre tu nariz. ¡No sobre el hueso! Adelantito, en lo suavecito.

—Sizhui cuida que no se mueva— Demandó el anciano antes de volver a su lugar.

—Sí, Maestro.

—Joven ama ¿Cómo puede ser tan delicado?— La carajada de Lan Jingyi se cortó cuando notó como de su propia nariz una gotita escarlata se deslizaba.

—Hay algo extraño— El General Fantasma se paseo lentamente por el recinto, se detuvo un momento junto al incensario llenó de varitas. Rompió la brasa y acerco el palito a su nariz.

Olía a sándalo.

Repitió el procedimiento con todas las varitas hasta que capto un olor ligeramente diferente, en una de las varitas más cortas, que de haber podido lo abría hecho estornudar. Al final el olor se disfrazaba perfectamente con el sándalo.

Podría ser solo una ofrenda más, dejada en otro momento por cualquier otra persona, pero en el fondo de su mente la voz de su hermana explicando sobre diferentes propiedades de plantas le trataba de advertir algo.

—¿Qué encontraste Wen Ning?— Wei Wuxian llamó.

—No lo sé, Maestro Wei— Con la varita diferente en la mano Wen Ning volvió al grupo.

—No les acerques algo extraño a ellos— Lan Qiren lo detuvo— Dámelo.

—Perdón— Susurró el General Fantasma y bajando la cabeza le dio la varita al Maestro Lan.

Cuando Lan Qiren olió el objeto, su nariz comenzó a sangrar. —Hay que sacarlos de aquí— Levantándose de un saltó el Maestro Lan, ayudo a su sobrino y a Wei Wuxian a incorporarse.

—¿No es peligros a fuera?— Lan Sizhui se apresuro a seguir a sus padres.

—Entre todos nosotros podemos pelear con lo que sea, sin embargo hay algo mal en el incienso y de eso no podemos defendernos— Entrando en modo profesor Lan Qiren explicó.

Echando una última mirada a las dos estatuas doradas Lan Wangji salió del templo.

Dos discípulo cuidaban la puerta.

—Informe— Exigió el Maestro Lan.

—Zewu Jun y el Líder Jiang encontraron un posible rastro, se han llevado algunos cultivadores, no han habido noticias nuevas.

—Nos vamos— Demandando Lan Qiren y encabezo la comitiva de regreso.

Desde los discípulos que cerraban la marcha hasta Lan Qiren que la encabezaba, los cultivadores se encontraban intranquilos.

Estaba el anciano tan preocupado que estaba a nada de toser algo de sangre.

Al salir de la ciudad, en el inició de la escalera hasta los Recesos se encontraron con Zewu Jun y Sandu Shengshou. Desconcertando a Wei Wuxian que sintió otro piquete de preocupación subir desde su pubis.

—¿Qué están haciendo aquí?— Sin simpatía demando Sandu Shengshou.

—¡No volvían!— Jin Ling dio un paso enfrente. — Y creemos que se alteró el incienso de las ofrendas... Tal vez estos dos necesiten un médico o algo.

—¿Alterado?— Zewu Jun se acercó a su hermano.

—¡No pasó nada! Solo un poco de epistaxis por aquí y por allá. Pero no nos paso nada ¿Ves?— Wei Ying con su dedo se estiró la nariz como cochinito para enfatizar su punto.

Eso logro suavizar un poco las profundas líneas de preocupación de la cara de su hermano.

—ChengCheng ¿Por qué te tardaste tanto?— Wei Ying se lanzó a los brazos de su hermano.

—Estábamos persiguiendo al idiota que pensó que podría ganarnos en una carrera de espadas, lo acabamos de mandar a los Recesos para interrogarlo— Sosteniendo a su muy embarazado hermano, el Líder informó de la situación.

—Ya puedo respirar con tranquilidad— Lan Jingyi reflejando todo el alivió que todos sentían.

—ChengCheng llévame a casa, ya no quiero caminar— Wei Wuxian jugueteó tratando de no mostrar cuanta angustia lo abandonaba.

—¡Te dijimos que usaras el palanquín!— Jin Ling bufó.

—¡Jiang Cheeeng!— Lloriqueó el embarazado.

Y para sorpresa de todos especialmente para su hermano embarazado, Jiang Wanyin sacó de su bolsa dos camillas.

Wei Wuxian rompió en carcajadas. A pesar de los talismanes, meter una camilla en una bolsa era algo difícil, quién sabe cuánto tiempo se tardo Jiang Cheng en meter dos.

—¿Por qué no trajo a Tao Cai de una vez?— Se unió a las risas Lan Jingyi.

Tal vez un poco de rosa coloreo las mejillas de Sandu Shengshou, pero con su ferocidad habitual le lanzo las camillas al Lan que no dejaba de reírse y a su malcriado (por sí mismo) sobrino Jin.

—¡Hey!

—Sizhui y Wen Ning van a llevar a HuaGuang Jun— Comenzó a ordenar el Líder de Secta. —Ustedes dos van a llevar a Wei Wuxian— Señaló a Jin Ling y Lan Jingyi. — Y si lo tiran, asegúrense que sea de espaldas.

El ascenso no fue difícil, pero Lan Wangji se sorprendió a si mismo sintiendo una punzada de dolor subiendo por su vientre bajo. Su hijo y Wen Qionglin mantenían muy bien equilibrada la camilla. Tal vez era otro síntoma del embarazo.

Justó en la entrada de los Recesos de las Nubes se encontraba Tao Cai esperándolos.

—Mayor Tao— Saludo Zewu Jun.

—Líder de Secta Lan— El médico rápidamente después de las formalidades se dirigió a sus pacientes.

A simple vista los embarazados parecía tan sanos como siempre, lo único singular eran sus rosadas mejillas.

Pero al echar una ojeada rápida a los demás cultivadores, posiblemente eran un efecto del caminar bajo el sol.

Tomó los pulsos de sus pacientes y evaluó su energía espiritual, todo parecía normal.

—¿Alguna molestia Wei Wuxian?

Después de meditarlo a conciencia Wei Ying respondió. —Nada de nada.

—¿Tú HuaGuang Jun?

El Segundo Jade negó.

Los embarazados fueron liberados.

Solo Lan Qiren acompañó al doctor al pabellón médico contándole toda la experiencia, y finalmente pidiéndole que examinara la varita de incienso sospechosa.

La pareja volvió al Jinshi. Y al sentir otro piquete de dolor subir por su pancita Wei Wuxian pidió un baño.

—Báñate conmigo Er-Gege— Soltando el elegante peinado Wei Ying coqueteo.

El Gemelo de Jade se acerco a su esposo y ayudo a quitar con cuidado la blanca cinta de frente. Dio un beso en la coronilla de su marido y luego se alejo.

—Imposible.

—Lan Zhan, no seas malo con tu embarazado esposo— Con delicadeza Wei Ying quito las horquillas.

—Imposible— Repitió el hombre. — No cabemos.

Con una risita Wei Ying se sentó en la cama esperando que los discípulos terminaran de acarrear el agua de su baño.

Mientras su esposo se bañaba Lan Wangji medito, en la posición de loto y sobre su cama.

Abrió los ojos completamente despabilado cuando sintió una vez más la punzada de dolor comenzar en su pubis y crecer hasta desvanecerse.

¿No podía ser o sí?

—Wei Ying— Llamó.

Un sonido de reconocimiento le contesto por detrás de la mampara .

—¿Cómo dijo Tao Cai que se sentía las contracciones?

—¡Cómo cólicos menstruales!— Su esposo despreocupadamente contesto.

Oh, como cólicos menstruales. ¿Qué son los cólicos menstruales?

—Wei Ying.

—¿Qué pasa?

—¿Cómo se sienten los cólicos?

Después de una carcajada el cultivador demoniaco contesto. —No lo sé, creo que, dolor en la panza.

Lan Wangji acarició distraídamente su pancita, el dolor se había ido, no fue fuerte, si volvía le diría su marido.

Mientras tanto Wei Wuxian se limpiaba a conciencia tratando de sacarse la preocupación.

Tal vez tengo que ir al baño. Pensó cuando el dolor en su abdomen bajo volvió.

Después de una visita al Pabellón médico, Lan Qiren siguió a Tao Cai a su casa. La cabañita estaba muy diferente a como la recordaba y con algo de duda el Maestro Lan se sentó a ser examinado entre jaulas de conejos.

—Así que te sangró la nariz con el incienso— Tao Cai, observó en interior de la nariz del anciano alumbrando con una pequeña vela sin quemar a su paciente.

—Sí.

Tao Cai tomó su pulso una vez más, 70 pulsaciones por minuto. Normal.

Con el dorso de su mano tocó las aún sonrojadas mejillas ligeramente calientes. Finalmente confirmo sus sospechas cuando acerco la velita un poco y las pupilas del paciente solo se contrajeron ligeramente, teniendo un diámetro mayor a lo esperado.

—Teorizó que el incienso tuvo un efecto dilatador, tenemos que ir a buscar a tus mocosos— Tao Caí en su más serio papel de médico dijo.

—¿Dilatación?

—Dilatación arterias y venosa, eso explica la epistaxis, el aumento de temperatura y la hiperemia.

El Maestro Lan asintió levantándose.

Antes de que ambos llegarán a la puerta, unos toquecillos apresurados llamarón.

—¿Tao Cai? ¿Estás aquí?— Wei Wuxian gritaba mientras sus golpecitos aumentaban en intensidad.

—Oh no— Susurró el médico. —¡Cubre los conejos! —Antes de abrir la puerta exigió en susurros.

El médico abrió un pedacito la puerta y asomó la cabeza. —¿Sí?

—¿Cómo son los cólicos menstruales, Tao Cai?— Wei Wuxian habló rápido casi tropezando con las palabras.

Los ojos del médico se hicieron dos rejillas y analizó a los dos hombres frente a él. —Son dolores crecientes en el pubis, el dolor puede subir o bajar por los muslos.

La exhalación del HuaGuang Jun, fue toda la confirmación necesaria. Tao Cai los dejo entrar con rapidez mientras hacía cuentas en su cabeza.

Wei Wuxian se sorprendió un poco al encontrar a un tenso Lan Qiren en medio de la estancia, pero rápidamente su atención fue capturada por las paredes tapizadas de jaulas con conejos.

¿No habían ello solo cedido dos?

Una punzada de preocupación subió por el abdomen de Wei Ying, a su esposo no le iba a gustar eso.

En el momento de Lan Wangji entró en la estancia noto a sus conejos en jaulas y no en el espacioso prado verde exclusivo para pequeños mamíferos esponjosos.

De haber traído algo en las manos se habría rotó al chocar con el suelo.

Y como el momento coincidió con una de las ahora identificadas contracciones, dejo salir un sonido lastimero.

De repente se encontró envuelto en un par de brazos acompañados de consoladoras palmaditas.

—¡Lan Zhan! ¿Estás bien?— Pregunto Wei Wuxian detrás de la espalda de Lan Qiren.

A Lan Wangji no le gustaba eso y tal vez en otro momento podría concentrarse completamente en liderar una independencia conejil, pero ese no era el día.

El embarazado se separó del abrazo de su tío. —Mmn.

Tao Cai puedo respirar tranquilo, pero como preocupación tomó uno de los gazapos del sujeto 11 y lo dejó en las manos de HuaGuang Jun.

—¿Qué los trae por aquí?— El médico comenzó su interrogatorio.

—¿Lan Zhan?— Wei Ying se apoyó en el hombro de su marido mirando de vez en cuando al pequeño conejo marrón.

—Contracciones— Contestó el embarazado frotando la pequeña cabecita.

—¿Esta vez de verdad?

—Mmn.

—¿Cuando comenzaron?

—En el templo.

—¡Pero eso fue hace dos horas Lan Zhan!— Los ojos de Wei Wuxian desorbitados.

—Mmn.

—¿Qué tan seguido se repiten?

—Cada veinte minutos— Soltó un aproximado el embarazado.

—¿Te duele?— Serenándose terminó el doctor.

—Es soportable.

—HuaGaung Jun, es muy posible que estés en una etapa temprana de labor de parto. —El médico miró a los ojos a su paciente. —Por la intensidad y la espaciedad entre las contracciones todavía faltan horas. Escúchame Wangji. Desde este momento alguien más aparte de tu también embarazado marido tiene que estar siempre con ustedes. Te voy a dejar ir, las contracciones van a ir aumentando en intensidad y van a ser más cercanas una de las otras, en cuanto el dolor sea considerable y solo existan 5 minutos entre cada una de ellas te tienen que llevar inmediatamente al pabellón médico, todo va estar listo esperándote.

Después de una pausa continuo. —Si rompes aguas ve inmediatamente al pabellón médico.

—¿Romper aguas?— Sin aliento pregunto Lan Zhan.

—Si pasa vas a sentir la salida del líquido amniótico, no lo vas a poder controlar, es algo normal. Por último si en las próximas ocho horas las contracionas continuan pero no evolucionan, ven a verme.

—Mmn.

La pareja fue despedida de la casita y con algo de pesar dejaron atrás a los conejos.

Lan Zhan quería ir al Hanshi, así que seguidos de un muy protector Lan Qiren los embarazados fueron en busca de Zewu Jun.

El Líder de Secta Lan se sorprendió al verlo tan pronto de vuelta y se sorprendió aún más cuando su hermano menor se arrojó en un abrazo un poco difícil por la panza de este.

—¿Qué paso?— Lan Xichen busco respuestas, pero su tío parecía congelado en su lugar y su cuñado estaba demasiado ocupado jugando con sus manos nerviosamente.

—Ya viene— Lan Zhan levantó la cabeza y contesto respirando superficialmente.

—Oh— Fue todo lo que Lan Huan dijo antes de llevar a su hermano a su cama y sentarlo en ella.

—¿Cómo te sientes, Wangji?

—Tengo miedo— Confeso a su hermano mayor.

Wei Ying se apresuro a acompañar a su marido. —Todo va a salir bien Lan Zhan.

—Vamos a tener un bebé— Lan Zhan hecho una rápida ojeada a la panza de su pareja. —Dos bebés.

—Ya se siente demasiado real ¿verdad?— Wei Ying rió suavemente tomando entre sus manos las elegantes manos de músico.

—Mmn.

Wei Ying besó los pálidos nudillos. —Todo va salir bien.

La pareja tomó una siesta en el Hanshi sin ser perturbada por el constante ir y venir en el que se había convertido Gusu Lan.

Una contracción despertó a Lan Zhan, pero antes de poder incorporase ya tenía a su hijo ofreciéndole una tacita con agua.

Con ayuda de su hijo se incorporó.

—¿Dormiste bien Padre?

—Mmn.

—¿Necesitas algo? ¿Tienes hambre? ¿Traigo a alguien?— El joven caminaba por la estancia en círculos.

—Sizhui— Llamó HuaGuang Jun y dio dos palmaditas a su lado en la cama.

El cultivador se sentó junto a su padre completamente inmóvil.

—Tranquilo A-Yuan— Lan Wangji acomodó el cabello de su hijo tras su oreja.

—Estoy tranquilo— dijo Lan Sizhui luciendo completamente intranquilo.

—Mmn— Lan Wangji fingió creerle a su hijo mientras seguía pasando sus dedos entre las hebras de pelo.

Y cuando Lan Yuan se soltó en cabello, Lan Zhan aprovecho para tejer complicadamente el cabello en una trenza, sintiendo como poco a poco su hijo se relajaba.

Una contracción ralentizó sus movimientos, la intensidad había subido. Comenzaban como una aguijón sordo que crecía y crecía hasta desaparecer. No lo mostró en su cara.

Un sonido de molesta de parte de Wei Ying detuvo a Lan Wangji de atar la trenza de su hijo.

El hombre se despertó visiblemente desorientado y por un momento solo se abrazó a su pancita.

—¿Wei Ying?

—Lan Zhan— Se despabilo el cultivador demoniaco. —Creo que tengo hambre— Wei Ying barrió la habitación y su mirada cayó en su hijo. —Rabanito ¿Puedes conseguirle algo de comer a este Padre embarazado tuyo?

Como un resorte, Lan Yuan se levantó de la cama y corrió a las cocinas.

—¿Cómo te sientes?— Wei Ying se sentó junto su marido y besó el hombro de este.

—Bien ¿Cómo esta Wei Ying?

—Preocupado por su esposo en labor de parto, pero bien— Wei Wuxian se recostó en su marido y acarició la pancita. —¿Duele?

—Es raro.

—¿Cómo?

Lan Zhan sabiendo que un día cercano su esposo va a pasar por lo mismo, trató de ser lo más descriptivo posible. —Es un dolor que crece y se dispersa lentamente.

Un sonido distraído salió de la boca de Wei Ying mientras dibujaba círculos sobre la pancita de su esposo.

Minutos después volvió Lan Yuan cargado con una charola de congee, seguido por Lan Jingyi con un tazón de fruta recién picada y por último Jin Ling con una cesta de panecitos esponjoso.

Wei Wuxian tomó con gustó su plato de comida, pero otra y más fuerte punzada de preocupación creciendo hasta llegar a sus muslos, lo obligo a hacer una mueca de incomodidad. Tenía que dejarse de preocupar por Lan Zhan, todo iba a salir bien, se repitió.

Pasó una hora más antes de que Wei Ying se diera cuenta que sus punzadas de preocupación eran a intervalos de tiempo regulares y de intensidad ascendente.

—Lan Zhan ¿Cada cuanto se repiten tus contracciones?— Como no queriendo la cosa pregunto el Patriarca de Yilling.

—Cada 16 minutos.

—¿Estas contando?

—Mmn.

Fingiendo leer un libro Wei Ying espero el ahora conocido dolor. Justó cuando empezó a crecer subiendo por su columna vertebral, Jiang Cheng entró como un vendaval al Jinshi.

—¿Es verdad?— Se plantó frente a HuaGuang Jun.

—Mmn.

El Líder Jiang se llevó ambas manos a la cabeza y dio una vuelta sobre su propio eje. —¿Ya tienen el agua?

—¿Agua?— Lan Zhan entrecerró los ojos hacia su cuñado.

—¡Agua! ¡Todo niño de Yunmeng nace en agua!— Exclamó Jiang Cheng como si fuera lo más obvio del mundo.

—El médico de Gusu no dijo nada de agua— Lan Wangji desafió.

—¡Tienes que ir a preguntarle a Tao Cai!— Wei Wuxian intervino al notar los humos de ambos.

Como llegó, Jiang Wanyin se fue hacia el pabellón médico, murmurando entre dientes como el odioso de su cuñado había decidió parir mientras él estaba ocupado en un interrogatorio.

Por la interrupción Wei Ying perdió la cuenta y tuvo que volver a empezar.

No tuvo que esperar mucho cuando el dolor volvió y se fue, 10 minutos después regresó.

Está bien, contracciones cada diez minutos.

El pulso y las respiraciones de Wei Ying se dispararon.

Eso eran seis minutos menos que Lan Zhan.

—Lan Zhan— Llamó el cultivador demoniaco tratando regular su respiración.

—Wei Ying.

—Lan Zhan— Wei Wuxian pasó su mano sobre su corazón y sintió lo rápido que latía.

—¿Wei Ying?— HuaGuang Jun poniendo toda su atención en su esposo.

—Lan Zhan— Wei Ying abrazo su pancita. —Lan Zhan tengo contracciones.

De inmediato pero con dificultad Lan Wangji se levanto de la mesita y llegó a la cama junto a su esposo.

—Cada 10 minutos— Susurró asustado Wei Wuxian.

Con los ojos desorbitados y la boca ligeramente abierta Lan Zhan abrazó a su marido. Beso su frente, sus mejillas y sobre sus ojos.

—Todo va a estar bien— Besó sobre los labios.

Los afectos ayudaron a regular la respiración del Patriarca y a dispersar la preocupación.

—Tenemos que ir con Tao Cai— El Gemelo de Jade se levantó tomando la mano de su pareja.

—Me va a regañar— Wei Wuxian hizo un puchero resistiéndose a levantarse.

—Wei Ying.

—Me va a regañar Lan Zhan— Wei Ying resignado siguió a su marido.

Cuando salieron del Hanshi, encontraron a sus tres pollitos guardianes sentados en los escalones murmurando entre ellos.

Apenas sintieron a los hombres detrás de ellos, los cultivadores se levantaron de un saltó.

—Vamos con Tao Cai— Lan Zhan empezó a caminar confiando que los jóvenes lo siguieran.

—¡¿Ya?!— Jingyi se atraganto con su propia saliva y tosiendo se apresuro a alcanzar a los hombres embarazados.

Lan Wangji negó.

—¿Entonces por qué, Padre?

—Es importante.

Al médico casi se le paró el corazón al ver a HuaGuang Jun tres horas después de su última visita, en el Pabellón de Medicina.

—¿Qué paso? ¿Es hora HuaGuang Jun?

—No, pero...

—¡Tengo contracciones Tao Cai!— Chilló Wei Wuxian interrumpiendo a su marido.

—¿De verdad?— Preguntó el médico teniendo recuerdo de la Campaña para Derribar el Sol.

—No es hipo, no es hipo—Negó efusivamente el Patriarca.

—Ay, Diaxian— El médico se apresuró a tomar el pulso, la energía espiritual y las preguntas pertinentes. —¿Te tan fuerte y cada cuanto?

—Más o menos 10 minutos y ya son francamente molestas.

—¿HuaGuang Jun?— El médico cuestionó al otro embarazado.

—16 minutos, no son un problema.

En un movimiento veloz, Tao Cai tomó el brazo de una sanadora que pasaba junto a él. —Tenemos un código Morado, inicia el protocolo.

Con una reverencia rápida la sanadora se alejo, un minuto después todo el pabellón médico se convirtió en un hervidero de personas y movimiento.

—Wei Wuxian ¿cuando comenzaron tus contracciones?

El Patriarca de Yilling se tintó completamente de rojo. —En el templo— Dijo avergonzado.

El médico entrecerró los ojos a su paciente, suspiro y dijo. —Lo más probable es que nazca tu bebé primero Wei Wuxian.

La pareja ya había llegado a esa conclusión, pero confirmarlo le cortó la respiración a Wei Ying.

—Pueden retirarse... Recuerdan las reglas ¿verdad?

—Venir cuando las contracciones sean cada cinco minutos o si... se rompe el agua o algo así— Wei Wuxian se apresuró a contestar.

—Bien.

La pareja se fue y Tao Cai comenzó a supervisar los preparativas del código Morado.

Para ser una Secta que prohíbe los chismes las noticias se expandieron rápido, y poco tiempo después la pareja se vio rodeada en el campo de los conejos.

Jiang Cheng se sentó protectoramente al lado su hermano, tan tenso que cada musculo de sus brazos se marcaba. Tal vez estaba conteniendo la necesidad de romper las piernas de su hermano por hacerlo preocupar tanto.

Los Lan había empezado un concierto improvisado como medio para tranquilizarse. Wei Ying nunca había visto a Lan Qiren tocar con tanta avidez.

Lo acompañaba la flauta de Zewu Jun y el propio Guqin de Lan Zhan siendo tocado por A-Yuan.

Wei Wuxian se distrajo viendo a Lan Jingyi y Lin Jing entrenar al ritmo de la música.

Se sentía tan seguro, se acurrucó en su marido y cerró los ojos.

Lan Wangji vio a su marido dormir mientras la música se llevaba sus miedos. Mañana para esta ahora ya habrían nacido sus bebés, podría abrazarlos y conocería a estas personitas que ya amaba tanto.

Pasó una hora, las contracciones de Lan Zhan se repetían cada 15 minutos con un ligero aumento de la intensidad.

Wei Ying se despertó, pero no dio muestras de ellos. Un dolor creciendo desde su abdomen bajo siendo cada vez más fuerte, sordo y mal limitado.

Completamente diferente a las varias heridas pulso cortantes por las que había pasado. Años de heridas por aquí y por allá, ayudaron a mantener lejos de su cara cualquier indició de incomodidad.

Wei Ying ya podía confirmar que la cosa no iba a ser cómoda.

El dolor retrocedió y Wei Wuxian comenzó a contar.

Cinco minuto y treintatrés segundos después volvió.

Tomando y apretando la mano de Lan Zhan, Wei Wuxian dijo. —Es hora.

La melodía que sonaba se interrumpió con un chirrido y nadie se atrevió a respirar hasta que Wei Ying se levanto.

—Bueno ¡Vamos!— Regaló su sonrisa más brillante intentado ocultar que le temblaban las piernas.

Y luego tenía su lado a Jiang Cheng a su lado queriéndolo subir a una camilla, a Lan Jingyi hiperventilando, Lan Qiren corriendo para avisar a Tao Cai, a su hijo soltando risita nerviosas que trataba de ocultar tras sus temblorosas manos y Jin Ling tratando de evitar que Jingyi muriera.

Las únicas personas serenas eran su esposo y su cuñado. Lan Zhan se levantó y tomando su mano lo acompaño a con los médicos.

Zewu Jun no se movió ni un apéndice y quedo completamente inmóvil en medio del caos en el campo de los conejos.

Tao Cai y Lan Qiren ya los estaban esperando en la entrada del Pabellón, y sin intercambiar muchas palabras pasaron a la pareja a uno de los cuarto.

—Wei Wuxian necesito que te pongas esta bata— Tao Cai ofreció a su paciente una túnica interior larga blanca y salió del cuarto cerrando la puerta.

Wei Ying quedo solo con su pareja, se sentó en la cama y tamboreo sus dedos sobre sus rodillas nerviosamente.

—Ay Lan Zhan— Wei Wuxian soltó una risita ahogada. Y el hombre se desnudo con la ayuda de su marido para colocarse la bata.

Tao Cai regresó unos minutos después seguido de varios sanadores cargados con varios instrumentos.

—Voy a colocarte este talismán— Entre dos dedos, el médico mostró a su paciente el papel amarillo cuidadosamente pintado.

Wei Ying pudo interpretar los caracteres como "abrir camino". Y lentamente asintió, confiaba en su médico.

El talismán activado fue colocado sobre la panza desnuda, provocando una curiosa sensación de movimiento. Pero al lado de las contracciones Wei Wuxian no tenía nada por lo cual quejarse.

La tinta del talismán fue desapareciendo bajo la atenta mirada de HuaGuang Jun que se encontraba al lado de su esposo como un guardián.

Otro médico entró dejando una jarra de agua entibiada en una mesita, con una señal de Tao Cai sus camaradas salieron.

—Necesitas un enema Wei Wuxian ¿Quieres que te ayude?— Tao Cai ofreció.

—¡Lan Zhan me ayuda!— Casi gritó el cultivador demoniaco.

—Está bien— El médico levanto las manos en señal de paz. —Vuelvo en diez minutos— Y salió dando privacidad a la pareja.

Wei Wuxian no era ajeno a los enemas, después de todo eran necesarios para su todos los días, y si lo pensaba tenía mucha lógica que necesitará ser profundamente limpiado, pero a pesar de ser un completo desvergonzado, solo podía ser un completo desvergonzado si era para su esposo.

—Tendrás que ayudarme Lan Zhan— Resopló con humor.

—Mmn.

Y con la cara roja, Wei Ying descubrió un nuevo grado de confianza con su pareja.

No duró mucho y pronto Wei Ying estuvo de regresó en la cama completamente aseado.

—¿Listo?— Preguntó Tao Cai cuando regresó.

Con las mejillas rojas Wei Ying asintió.

—Es imperativo que haga un tacto para evaluar si funcionó el talismán y la dilatación.

Wei Wuxian olvidó la contracción que estaba sintiendo por las palabras de médico y Lan Wangji jadeo audiblemente.

—¿Tacto?— HuaGuang Jun visiblemente escandalizado.

—Sí el talismán funcionó, formó algo parecido al conducto vaginal. Tengo que evaluar la dilatación— Explicó pacientemente el médico. —Es un procedimiento de rutina.

—¿Y tienes que meter tus dedos en mí?— Wei Ying se cubrió la boca.

El Tao Cai asintió. Y Wei Wuxian rompió en carcajadas que terminaron en un sonido lamentable.

—Vale, hay que acabar eso— Cubriéndose la cara Wei Ying se recostó. —Ven aquí Lan Zhan y dame la mano.

HuaGuang Jun dando la espalda al médico tomo la mano que Wei Ying no estaba utilizando para cubrirse la cara.

—¿Tú sabia que esto iba a pasar?— Entré la abertura de sus dedos el Patriarca de Yilling pregunto a su marido.

Lan Wangji negó, escuchando como el médico se lavaba las manos.

—¿También le vas a hacer un tacto a Lan Zhan?— Wei Ying preguntó al aire aún escondiendo su cara.

—Cuando llegue su momento— Tao Cai vio como la ancha espalda de HuaGuang Jun se tensaba.

—Tao Cai, perdóname por todas las veces que te hice enojar— Wei Wuxian rió nerviosamente cuando sintió como su bata se abría.

El médico rodo los ojos.—Dobla las piernas y acercarte al borde— Ordenó metódicamente.

Después de acomodarse, volvió a espiar a su esposo entre sus dedos. —Oh Lan Zhan.

Lan Wangji se veía tan alterado como Wei Ying se sentía y eso lo consoló.

Tao Cai fue rápido, metódico y eficiente.

—Tienes siete centímetros de dilatación— Mencionó mientras se lavaba a conciencia las manos. —Estas dilatando rápido, pronto comenzará la última parte del parto. Quédate en el pabellón médico por favor.

El médico salió de la habitación y la pareja se quedo en silenció.

—Después de toda esta abstinencia no pensé que—

—Wei Ying— Lo cortó Lan Wangji.

Después Wei Ying se echo a reír escandalosamente y Lan Zhan no pudo evitar unírsele, porque que hilarante era la vida.

Wei Ying se acostó en la cama disfrutando la silenciosa compañía de Lan Zhan.

—¿Crees que A-Yuan tenga listo el nombre?

—Mmn.

—Aún no hemos escogido el otro nombre— El cultivador demoniaco suspiro. —Pensamos que teníamos más tiempo.

—Mmn, se nos ocurrirá algo.

—Tienes ideas ¿verdad?

Las mejillas de Lan Wangji se colorearon junto con sus oídos. —Mnn.

—Elige el nombre de mi bebé Lan Zhan— Wei Wuxian se incorporó sonriendo.

El Gemelo de Jade se inclinó a besar esa sonrisa.

El tiempo entre cada contracción pasó rápido y cada contracción fue lentamente dolorosa. Sin ánimos de su habitual parloteo Wei Ying soporto las crecientes oleadas de sufrimiento que se intensificaban hasta darle nauseas.

Un rato después volvió el médico en jefe de Gusu Lan.

—Ya está todo preparado ¿Cómo te sientes Wei Wuxian?

El Patriarca de Yilling tardó en contestar. —¿Cómo sabré que es el momento?

—Cuando el tiempo de entre contracciones sea menor a un minuto, va a doler y luego tendrás a tu bebé— Tao Cai palmeo con afecto la mano del embarazado.

Lan Zhan había empezado a caminar en círculos a un lado de la cama, sobando su panza.

—El aire fresco te haría bien HuaGaung Jun, alguien más puede cuidar a Wei Wuxian— El médico ofreció.

—No— El embarazado detuvo su caminata y se sentó en la silla al lado de su esposo— Me quedó con Wei Ying.

—No te sobreesfuerzes muchacho, más al rato vas a necesitar toda tu energía— Tao Cai aconsejó antes de retirarse nuevamente.

—¿Cómo van tus contracciones, mi amor?— Wei Ying buscó la mano de su marido.

—Cada 14 minutos.

—Acuéstate conmigo— Wei Ying se movió dejando más espació en la cama. HuaGuang Jun se acostó junto su amor y vio la cara cansada del hombre.

—Ya casi es hora— Wei Ying susurró mirando dentro de los ojos oro. —Vuelven cada dos minutos ahora.

—Wei Ying— Lan Wangji acarició la cara frente a él.

—No te preocupes por este, Lan Zhan, solo es algo de dolor.

—Wei Ying— Otra caricia.

—Apuesto que podrás llevarlo mucho mejor, mi HuaGuang Jun. Debe ser este cuerpo el que no tiene tolerancia.

—Wei Ying tiene que estar bien— Susurró Lan Wangji.

—Y Lan Zhan también— Respondió en voz baja Wei Wuxian.

—Mmn.

Media hora después, Wei Ying mando a llamar a Tao Cai.

El médico entró seguido de dos discípulos, Wei Wuxian se encontraba sentado en la cama respirando erráticamente.

—¿Puedes caminar al quirófano, Wei Wuxian?

Apretando los dientes el cultivado demoniaco negó efusivamente aferrándose al brazo de su esposo que parecía tan asustado como su esposo.

—Trae al Líde Jiang— Ordenó a uno de los discípulos. —Ve y despeja todo el camino de aquí al quirófano— Le pidió al otro, antes de que los dos salieran corriendo.

—¿Cómo te sientes Wei Wuxian?— Tao Cai tomo la muñeca de su paciente, sintió el pulso acelerado, pero aún más importante sintió la alteración propia de energía espiritual avisando del parto inminente.

—Duele— Con un intento fallido de risa contesto el Patriarca de Yilling. —Yo recordaba tener mayor resistencia al dolor ¿Verdad que una vez Jin Ling me apuñalo y ni siquiera lo note Lan Zhan?

—Wei Ying— Suplicó Lan Wangji, aferrándose a las mangas blancas de la bata de su esposo.

—Mal chiste, lo sé— Wei Wuxian rió pero se interrumpió con un gemido lamentablemente.

—¿Cuanto llevas?— Tao Cai ayudó a su paciente a levantarse de la cama.

—Esta es la segunda así de fuerte— Wei Wuxian se sostuvo tembloroso en sus piernas.

—Wei Wuxian— Interrumpió en el cuarto Jiang Wanyin exudando preocupación. —¿Pasó algo?— Interrogó al médico.

—¡El bebé ya viene Jiang Cheng!— Wei Ying trató de tranquilizar a su Didi.

Pero lo inminente que era el nacimiento de su sobrino hizo todo lo contrario y el Líder de Secta Jiang empezó a acompañar a su hermano en la respiración errática

Dos chasquidos de dedos de Tao Cai lo anclaron a la realidad.

—Tenemos que llevarlo al quirófano, ya debe estar despejado el camino.

—Está bien, está bien— Jiang Cheng se veía claramente confundido.

—¡Cárguelo y sígame!— Demando el médico.

Despabilándose, el hombre de morado se acerco a su hermano, paso uno de sus brazos bajo sus rodillas, el otro en su espalda y lo levantó.

El cultivado demoniaco no tuvo tiempo ni siquiera de protestar cuando ya se encontraba en el pasillo, por encima del hombro de su hermano pudo ver a su esposo seguirlos a toda prisa.

Wei Ying fue llevado a una amplia sala donde una cama especial y otros 5 doctores lo esperaban.

El comienzo de otra contracción lo distrajo de cualquier otro detalle.

Jiang Wanyin dejó con mucho cuidado a su hermano y se sorprendió cuando escucho los quejidos.

—¿Te lastime?— Jiang Cheng pregunto alarmado.

—Son las contracciones—Respondió Tao Cai, mientras se empezaba a lavar las manos meticulosamente junto a los demás doctores. —Ya se puede retirar Líder Jiang.

—Pero—

—Ya— Tao Cai demandó.

—¿Dónde está Lan Zhan?— Wei Ying llamó entre lloriqueos.

—Aquí estoy— Lan Wangji quien había tratado de pasar desapercibido por lo médico se acerco al campo visual de su marido.

—HuaGuang Jun—Comenzó a hablar Tao Cai.

—¡Lan Zhan se queda! ¡No puedo hacerlo si no está Lan Zhan!— Wei Wuxian casi gritó alarmando.

—Sí, sí— El médico tranquilizo a su paciente. —Pero tiene que lavarse.

—Mnn— HuaGuang Jun ocupó los instrumentos que los doctores habías usado y lavó metódicamente sus manos.

Una doctora Lan se acerco a Wei Wuxian y se presento, pero el cultivador demoniaco escuchaba a medias.

—...Y por eso es importe que midamos la dilatación del conducto— La médico explicaba, pero Wei Ying solo atinó a sentir demasiado abrumado por la contracción del momento.

No le importo que su bata fuera abierta o que sus piernas fueran dobladas. No fue hasta que la contracción se disipó que entendió lo que los doctores decían.

—Ya casi esta en los diez centímetros de dilatación.

—Bien— Tao Cai organizó a su equipo y regresó a su paciente.

—Wei Wuxian, aquí está tu marido— Curiosamente Tao Cai tomó la manos de Lan Wangji y la puso en la mano del cultivador demoniaco. —Va a sostener tu mano derecha.

Wei Ying se aferró a su esposo tratando de respirar con normalidad.

—Pero tu mano izquierda va ir con mi colega ¿Está bien?— Un sanador se acerco sonriendo tranquilizadoramente al embarazado. —Va a monitorear las variaciones de tu energía espiritual y nos va a avisar de cualquier anormalidad.

El cultivador Lan tomó la muñeca del embarazado. —También ofreceré energía espiritual, no se preocupe Mayor Wei— Sonrió el médico.

A su vez HuaGuang Jun estaba absortó en la coreografía de médicos, ignorando con éxito las contracciones que no eran ni de cerca tan seguidas o fuertes como las de su esposo.

Y si era sincero consigo mismo, estaba un poco asustado por sí mismo.

Las sonoras respiraciones erráticas de su marido lo sacaron de sus pensamientos así como sus dedos siendo fuertemente mallugados.

—¿Esta pujando?— Un médico preguntó desde detrás de la espalda de Lan Wangji.

—Esta pujando— Confirmó Tao Cai tomando su lugar entre las piernas del cultivador demoniaco.

Las respiración de Wei Ying se había vuelto superficial, y sentía como involuntariamente empezaba a ejercer una leve presión.

Otra contracción comenzó creciendo con velocidad e intensidad hasta que Wei Ying no pudo evitar sollozar en voz alta. —¡Esto duele, diablos!

—¿Por qué duele tanto?— Se agitó en la cama Wei Ying.

—Es normal, Wei Wuxian, respira.

—¡¿Cómo esto va a ser normal?!— A pesar de la contracción Wei Wuxian se levantó en sus codos para gritar a los médicos, pero por el rabillo de sus ojos pudo ver a su marido embarazado pálido y angustiado. —Debe ser este cuerpo— Se dijo a sí mismo. —Mi Lan Zhan no debe pasar por eso.

—A mi Lan Zhan no le va a doler— Se repetía a sí mismo el Patriarca de Yilling, mientras se dispersaba la contracción.

—¡El núcleo dorado a empezado a fluctuar en un patrón Beta!— El médico a la izquierda del paciente anunció.

—Es el momento Wei Wuxian— La voz del médico resonó. —Con cada contracción debes pujar.

—¿Pujar?— Con voz lastimera Wei Ying cuestionó.

—Respira— Le dijo el médico a su izquierda.

Y a Wei Wuxian no le quedo más que seguir indicaciones.

Con cada nueva contracción, más fuerte que la anterior, Wei Ying pujó. Apretando con todas sus fuerzas la mano cálida de su marido.

Cada contracción era un gritó por parte del Patriarca y en una pequeña parte de la angustiada mente de Lan Wangji, se preguntaba si todos los Recesos podrían escuchar a su marido.

Pero con cada gritó de dolor HuaGuang Jun tenía ganas de hacerse pequeño y esconderse, impotente al sufrimiento de su marido y culpable por sentirse tan expectante.

Wei Ying empezaba a cuestionarse todas decisiones de su vida, cuando escucho al médico.

—Ya viene la cabeza ¡Puja!

¡La cabeza de su bebé!

Wei Wuxian pujó e involuntariamente HuaGuang Jun se incorporó tratando de ver más allá de la panza de su esposo y la postura encorvada de Tao Cai.

—¡Ha salido! Siguen los hombro. ¡Puja Wei Wuxian!— Tao Cai animó.

El embarazado sentía que está siendo abierto a la mitad, pero con un grito de guerra Wei Wuxian pujó.

El dolor desapareció de golpe cuando un llanto llenó la estancia.

—Wei Ying.

—Lan Zhan.

Dijeron a la vez, volteándose a ver a la vez, para luego buscar con anhelo el dueño del sonido.

Wei Ying sintió como se le rompió el corazón cuando el bultito ensangrentado fue pasado a otro de los médicos en vez de a él.

—Wei Wuxian— Llamó Tao Cai, secretamente enternecido por no poder captar la atención del Patriarca quien buscaba por la habitación a su bebé. —Necesito que pujes una vez más.

—¿Más?— Fue HuaGuang Jun quien intervino sin evitar lanzar miradas al médico que estaba con su bebé y no dejaba que lo vieran.

—Solo falta la placenta.

—¿Va a doler?— Preguntó el cultivado demoniaco.

—No.

Y sin concentrarse realmente, siguió las indicaciones del médico.

Cuando una doctora se acerco y le ofreció a Wei Ying un bultito enredado en una blanca cobijita.

—Es una niña— Con una sonrisa anunció Lan LuSi.

Con un sonido ahogado Wei Ying busco a su hija con los brazos extendidos, pero los retrajo con velocidad en su pecho. —No sé como sostenerla.

La médico le sonrió y acerco la niña a su padre. —Sostén la cabecita y el cuellito, es muy importante.

La bebé fue puesta en la manos y con ayuda de la sanadora, Wei Ying recostó a su hija en su pecho.

Pudo ver su pequeña carita que se arrugaba con lloriqueos apagados, escuchar y sentir lo pequeño cuerpo respirar.

—Hola— Susurró Wei Ying, antes de romper en lágrimas. —Lan Zhan, es tan pequeña— Entre sollozos el Patriarca de Yilling susurró sin poder despegar su mirada de la niña.

El Segundo Gemelo de Jade se encontraba congelado, ni mil guerras lo hubieran preparado para la vista del amor de su vida sosteniendo a su hija. Iba a romperse de amor y no podría conocer a su niña.

Con la respiración contenida pudo ver la cara de la bebé, era tan bonita y se veía tan frágil.

—Hay que llevarlo a la habitación— Daba indicaciones Tao Cai en el fondo. Y con dos médicos y una camilla se acerco al padre y la recién nacida.

—Felicidades Wei Wuxian, HuaGuang Jun— El médico sonrió a la pareja hipnotizada por su bebé. —Vamos a cambiar de lugar a Wei Wuxian.

El nombrado se abrazó más cerca de su bebé y miró con duda al médico.

—HuaGuang Jun puede cargar a la bebé mientras te llevamos— Tao Cai con cariño ofreció.

Wei Ying miró a su bebé y asintió, Lan Zhan querría cargarla. Con inexperiencia pasó la pequeñita persona a su marido, y con manos visiblemente temblorosas Lan Wangji la recibió.

—¿Por qué llora?— Wei Ying limpió con sus manos las lagrimas que seguían cayendo por sus mejillas.

—Tiene hambre— Explicó el médico ayudando a cambiarse a la camilla al hombre.

—¿Hambre?— El instinto de protección se encendió en el Patriarca, moviéndose inquieto.

—En un momento te digo como alimentarla— Tao Cai retiró la bata de Wei Ying, para cubrirlo con una sabana limpia.

Solo entonces Wei Ying se dio cuenta que la bata estaba manchada de sangre, que las mangas y en frente de la túnica del médico estaban llenas de sangre y que partes de suelo también estaban manchados de rojo.

—Sizhui ya está en la habitación para ayudarte a limpiarte un poco— Tao Cai palmeo el hombro de su paciente y encabezó la marcha.

HuaGaung Jun se quedó en medio de una habitación con su hija en brazos sin poder dar ni un solo pasó. No sabía cómo maniobrar a la bebé.

No sabía cómo acomodar a la bebé juntó a su pecho, no sabía cómo consolarla y solo podía sostenerla con sus dos manos en lo que sentía era una posición muy vulnerable.

La bebé ya no lloraba, pero no se veía muy feliz. Lan Wangji no pudo evitar sonreír por el puchero de la niña que apretaba sus ojitos con fuerza.

Con mucho cuidado, Lan Zhan apoyó a la niña sobre su pecho y con mucha dificultad maniobró para acunar a la bebé en sus brazos, cuidando de no aplastar su pancita.

Sus bebés, ya casi tenía a sus dos bebés en brazos.

En la nueva posición se quedó absortó en su hija, era muy pronto para descifrar a quien se parecía más, pero era una dicha ver los gestos.

—No estas contenta de estar en exterior ¿uh?— Susurró meciendo suavemente a la bebé.

Era hora de encontrar a Wei Ying, y fingiendo una seguridad que no sentía, HuaGuang Jun cruzó el largo corredor con su hija en brazos.

En la habitación ya se encontraba Wei Ying metido en la cama con una nueva y limpia bata. La atención del hombre fue directamente al bultito que sostenía su marido.

Estirando los brazos el cultivador demoniaco pidió que se la entregarán, HuaGuang Jun no lo hizo esperar. En la habitación se encontraba A-Yuan sentado al lado de su padre, sin poder asimilar la presencia de la cosita roja y arrugada que soltaba pequeños quejidos.

Wei Wuxian tomó a la niña y con un brazo abrió su bata, siguió las indicaciones de Tao Cai y pego a la niña su pechito.

La bebé sabia que hacer y pronto empezó a mamar hambrienta.

—Lan Zhan— Wei Wuxian soltó en un jadeo. —Se siente raro— Rió nerviosamente.

Ignorando la incomodidad cuando la leche empezó a fluir, Wei Ying se concentró en su hija. —¡Pero mira como come!— Wei Ying que hasta hace unos momentos se veía cansado y apaleado, brillaba. —A-Yuan tu hermana quiere secarme.

Lan Sizhui ignorando el tabú que era amantar, se encontraba maravillado por lo chiquita que era su hermana.

Con curiosidad extendió sus dedos para tocar la manita tan pequeña que estaba en puño, cuando A-Yuan rozó los deditos, estos los atraparon y los ojos de la niña se abrieron.

Un jadeo colectivo, los ojos tan claros fijos en su hermano mayor.

Un efecto de la luz, los recién nacido no ven muy claramente.

—Como Wei Ying— Lan Zhan decretó.

—No, no como Lan Zhan— Wei Ying fijo su vista en los ojos de la niña que seguía succionando con fuerza.

Lan Sizhui pensaba que realmente no se parecían a ninguno de los dos, pero él no iba a ser quien rompiera la ilusión. El joven movió su dedo disfrutando como la niña se aferraba.

—Eres muy fuerte A-Xiang— Lan Sizhui felicitó a su hermana.

—Lan Xiang— Susurró Lan Zhan inclinándose para deja un beso en la cabeza casi pelona.

—Lan Xiang— Repitió Wei Wuxian tocando la naricita.

—Xiang como "Para volar"— Explicó Sizhui.

Wei Ying cambió a su hija a su otro pecho y la siguió alimentando. —Que nombre más bonito, Rabanito.

—Mmn.

Sizhui se vio francamente complacido aunque fue liberado por la nueva poción.

A-Xiang arrugó su naricita mientras mamaba complacida.

Wei Wuxian no se pudo resistir a dar otro toquecito. —Tiene tu nariz Lan Zhan, es igualita a la de A-Yuan.

Paseando su vista de la nariz de su hijo y la de su hija, Lan Wangji asintió, provocando una risita de Lan Yuan.

La bebé pareció por fin satisfecha y empezó a removerse, Wei Ying la tomó y la acostó juntó a él.

—Wei Ying, que eructe— Lan Zhan rápidamente intervino.

—Es verdad, es verdad— Wei Wuxian se incorporó nuevamente y se echo a Lan Xiang al hombro, le dio suaves palmaditas hasta que escucho ese pequeño sonido que lo hizo reír. La risa se cortó cuando sintió un líquido caliente manchar y bajar por su bata.

—Dijiste que eso era normal ¿Verdad Lan Zhan?— Wei Ying retiró a la bebé y la acunó, levantando una de sus cejas a su marido.

—Mnn— Lan Zhan levantándose a buscar una nueva bata.

—Oh, A-Xiang, me acabas de vomitar y creó que te quiero más por eso— El Patriarca de Yilling tomó la pequeña manita mientras hablaba y la estudió.

Para sorpresa de los presentes, Wei Ying tomó a su niña y la desenvolvió de la mantita, dejándola en su pañal de tela.

La bebé empezó a protestar por el cambio de temperatura son sonidos de disgusto y arrugando su naricita.

—¿Wei Ying?— Lan Zhan ofreció una nueva bata pero miraba atentó a su esposo.

El cultivador tomó cada manita y contó los deditos, después pasó a los piecitos y repitió.

—Sí le hice todos los dedos— Resopló con alivió el hombre, volviendo a envolver en un taquito a la niña. —Me preocupaba, ya que a veces olvidó cosas...

Con diversión en los ojos Lan Zhan tomó a su hija en brazos, para que su esposo se cambiará, pero pronto tuvo una idea mejor.

—A-Yuan— Al escuchar su nombre Sizhui puso su atención en su papá, quien le ofrecía a su hermana.

Al ver a la personita tan pequeña, Lan Yuan empezó a negar, pero los ojos de su padre estaban tranquilos así que acepto. —¿Cómo?

Con cuidado Lan Wangji dejó a A-Xiang en los brazo de su hijo, cuidando que sostuviera la cabecita.

Después de unos toquecitos en la puerta, Tao Cai entró a la habitación nuevamente perfectamente aseado y con túnicas nuevas, la familia en la habitación lo hizo sonreír.

—¿Mejor?— Se acercó al hombre en la cama ofreciendo una tacita de té para su pronta recuperación.

El Patriarca de Yilling tomó el líquido sin dudar.

—Hay muchas personas alteradas que exigen verte ¿Las dejo pasar?— El médico sonrió.

Echando una vista a su hijo embobado con A-Xiang, Wei Wuxian quiso aceptar inmediatamente, pero se sentía tan cansado...

—Un ratito— Pidió.

Tao Cai dio unas palmaditas en el hombro del cultivador. —Los voy a correr después de cinco minutos.

No pasó mucho tiempo después de la salida del médico, que la habitación se abarrotó de personas.

Todas de ellas rodeando a Lan Sizhui.

—¡Pero qué grande!— Con gozó Lan Qiren exclamó. —Fuerte y sana ¡Felicidades Wangji! — Palmeó la espalda de su sobrino.

—Se ve como toda una Lan— Zewu Jun acaparando toda la vista de la bebé.

—¡No puedo ver! ¡Quítense!— Jin Ling hasta atrás gritó.

—¡Guarda silencio!— Lan Jingyi a su lado le reclamó gritando a su vez

—Qué bonita— Susurro Wen Ning junto a Lan Yuan.

Y la bebé empezó a llorar, sobrepasada por tanto sonido y movimiento.

Wei Wuxian que estaba siendo completamente ignorado en la cama, exigió. —Dénmela.

El pobre de Lan Yuan que estaba entrando en pánico por la bebé que lloraba en sus brazo se apresuró a entregarla.

—Buenos pulmones, será buena nadadora— Jiang Cheng dijo mientras se sacaba las lagrimas que no dejaban de caer.

Los llantos de la niña controlaron a la multitud que se vio avergonzada.

Siguiendo su instinto Wei Wuxian acunó a su bebé en sus brazos con pequeños movimientos, haciendo sonidos de arrulló.

A la vez Jin Ling pudo hacerse un espacio para llegar hasta la orilla de la cama y se asomó para ver a su prima.

—Que fea— Soltó sin pensar.

Como un golpe físico Wei Wuxian se sacudió de indignación, abrazando aún más cerca el bultito rojo y arrugado que un lloraba.

Su hija era la niña más bonita de todas y no importaba que estuviera cubierta por esa pelusita blanca o que su piel estuviera rojita.

Jiang Cheng para salvar la vida de su sobrino de la ira de HuaGuang Jun, sacó al Joven Líder jalándolo de su oreja.

—Ahora Xichen-ge es mi Líder de Secta favorito— Murmuró el cultivador demoniaco meciendo a su niña que no dejaba de llorar.

—Enserio que las personas no deberían decir cosas como esas aunque sean verdad— Con indignación Lan Jingyi soltó.

Y el regresó de Tao Cai para avisar del final de la visita salvó la vida del cultivador Lan.

Todo el mundo evacuó la habitación y la pequeña familia quedó sola otra vez.

Lan Zhan notó como los ojos de su marido se cerraban con cansancio aun con la nena en brazos.

—Duerme Wei Ying— Con un beso en la coronilla de su marido, Lan Wangji tomó a su hija de los agotados brazos.

—Solo un instante— Wei Ying sin resistirse se acomodó entre las mantas y se quedó dormido.

—Ya ha pasado la hora de comer Padre, te voy a conseguir algo— Sizhui se levantó en busca de alimento, más que nunca entendía que su Padre iba a necesitar mucha energía.

Quedándose en silenció con su niña, Lan Wangji aprovechó para contar el tiempo entre contracciones, no habían desaparecido, solo pasado a segundo plano y ahora había llegado el momento de concentrarse completamente en ellas.

Doce minutos entre dolor y dolor, todavía tenía mucho tiempo.

HuaGuang Jun suspiró, ya quería abrazar a la personita que estaba en su vientre como estaba abrazando a su A-Xiang.

El tiempo empezó a correr, acostó a la niña dormida junto a su marido, Sizhui regresó, se alimento, dio un cortó paseo, fue al baño, Wei Ying se despertó solo para dar una beso a la niña y siguió durmiendo.

Las contracciones aumentaron a cada 10 minutos, la intensidad del dolor gradualmente creció para ser una molestia.

Lan Zhan tuvo la certeza desde el primer día de embarazo compartido, que él la tenía peor y si bien se alegró enormemente porque su esposo durmiera saludable y tuviera síntomas de embarazo controlables, en alginas ocasiones había una pequeña voz en su cabeza curiosamente igual a la de Jiang Wanyin, que se lamentaba por ser el único vomitando a las 3 de la mañana.

Pero la seguridad de Wei Ying era primero y su comodidad secundaria, así que se acostumbro.

Ahora, debía meditar, para que su mente y espíritu vencieran la tormenta que se avecinaba.

—¿Cuánto tiempo lleva así?— Preguntó Wei Wuxian cuando despertó y vio a su esposo en una nueva cama juntó a la suya, el hombre embarazado se encontraba en una bata blanca meditando en la posición del loto.

—Tres horas, Papá— Sizhui susurro con temor de despertar a su hermana.

Por la ventana, Wei Ying pudo ver el atardecer entrando directamente hasta su marido.

¡Qué día! Y todavía no se acababa.

—Ya tengo contracciones cada 5 minutos— Sin abrir los ojos, HuaGuang Jun anunció.

—Busca a Tao Cai— Tensándose Wei Ying instruyo a Lan Sizhui.

Y el cultivador salió como un vendaval en busca del médico.

Sizhui volvió con Tao Cai y Zewu Jun a su espalda.

—¿Cómo estas HuaGuang Jun?— El médico en jefe de Gusu Lan tomó el pulso y rastreó la energía espiritual del embarazado.

—Duele— Con voz indiferente contesto Lan Wangji, son su rostro más serio.

—¿Es soportable?

—Mmn.

—Bueno HuaGuang Jun, vamos a proceder como con Wei Wuxian— Anunció Tao Cai.

Con un ligero color en sus orejas Lan Wangji asintió.

—Yo voy a ayudar— Decretó Wei Wuxian sacando sus piernas de la cama aún con Lan Xiang en sus brazos.

—Ni se te ocurra Wei Wuxian— Con un mirad afilada del médico el cultivador demoniaco se recostó con pesar.

—HuaGuang Jun necesitas un enema y necesitas ayuda— Comenzó el médico. —Puedo ayudarte yo, puede ser cualquier otro sanador y Zewu Jun también a ofreció su ayuda.

El color subió a la cara de Lan Zhan como nunca en su vida había pasado. —¿Wei Ying?

—Ni siquiera puede ponerse de pie él solo, mucho menos ayudarte— Contestó el médico.

—¡Si puedo! ¡Solo traigan las cosas aquí!

—¿Junto a la niña!— Tao Cai levantó una de sus cejas.

Eso cortó cualquier cosa que el Patriarca de Yilling iba a replicar.

—Está bien, Wangji— En su trabajo de hermano mayor Lan Xichen sobó suavemente el hombro del embarazado.

Lan Wangji no quería pasar por eso, pero se hizo un nudo al corazón y tomó su decisión.

—Vas a evitar que me caiga y yo voy a hacer todo lo demás— Ordenó a su hermano mayor sin espació objeciones.

—Bien— Con una sonrisa aceptó Lan Huan.

En otra habitación lejos de su esposo encamado, su hija recién nacida o su hijo preocupado, Lan Zhan se realizó un enema mientras su hermano lo sostenía para no caer por su propio peso y el de su panza.

Lan Huan fue todo un profesional, pero cuando el asuntó termino Lan Zhan pudo leer una pizca de diversión por su mortificación.

Lan Zhan se prometió pegar un talismán de embarazo bajo la cama de su hermano si este se atrevía a comentar cualquier cosa.

Después del tacto Tao Cai confirmó que el talismán de conducto había funcionado y que Lan Zhan se encontraba a ocho centímetros de dilatación.

Las contracciones dolían mucho, pero los años de mantener su rostro en blanco por fin daban frutos.

Medito hasta que las contracciones fueron tan fuertes que le cortaban la respiración, medito mientras se obligaba a caminar por sí mismo hasta el quirófano, meditó mientras la danza de sanadores sucedía alrededor de él y finalmente se echo a llorar cuando Lan Huan cruzó la puerta y no Wei Ying.

Cubrió su cara con sus dos mano mientras la contracción se extendía desde su pubis hasta convertirse en lo único que podía sentir. Tal vez soltó algún sonido, porque cuando se descubrió el rostro, su hermano se veía tan preocupado, sin rastros de su característica sonrisa.

Cuando el médico de la izquierda recuperó la mano de HuaGuang Jun anunció. —¡Ya empezó el patrón Beta!

—A-Zhan, Didi, respira— Zewu Jun se acomodó cerca de la cabecera de la camilla y acarició los largos mechones negros tratando de tranquilizar a su hermano.

Otra contracción y Lan Zhan no pudo evitar pujar, sin darse cuenta del gritó que soltó.

—¡Diablos!— Tao Cai maldijo después de verificar la dilación del conducto nuevamente.

—¿Qué pasa?— Ladró Lan Zhan en medio del dolor.

—El bebe viene en podálico— El médico se incorporó— O por lo menos no está completamente acomodado...

—¿Preparamos los instrumentos de cirugía?— Una sanadora comento.

Tao Cai asintió solemnemente y la sanadora de cajas perfectamente ordenadas empezó a preparar la mesa de trabajo. —Vamos a entrar en cirugía, necesitamos más apoyo— La sanadora mando, y uno de los médicos de más bajo rango salió en busca de ayuda.

—¿Qué está pasando?— Lan Wangji, sin poder enfocar las lagrimas en sus ojos exigió, antes de volver a gritar de dolor.

—El bebé ya viene—Tao Cai se limpió rápidamente la sangre de sus manos con un trapo.

¿Esa sangre era de su hermano? Lan Xichen se encontraba congelado en medio de una pelea en la que no podía ayudar.

—Voy a intentar acomodarlo externamente— El médico estaba hablando con Lan Wangji. —Es importante sacarlo pronto antes de que hayan secuelas— Explicaba pero Lan Zhan ya no escuchaba completamente.

Lan Wangji confiaba en Tao Cai, Tao Cai haría todo por el bienestar de su bebé, Lan Zhan aceptó.

El médico puso sus manos sobre la abultada panza y con un toque firme trató de identificar al bebé, luego ejerció fuerza y empujó.

Dolió, dolió mucho.

Y luego el médico volvió a empujar diciendo palabras que Lan Wangji no podía entender.

Lan Zhan tenía que resistir, si su bebé no salía iba a morir, el corazón de Lan Zhan no sobreviviría si su bebé moría de todos modos.

—¡Lan Zhan!— La voz de Wei Ying resonó en el quirófano.

En la puerta, un tambaleante Wei Wuxian buscaba la mirada de su marido.

Wei Ying estaba ahí, todo iba a salir bien. Con una sonrisa y los ojos grises de su amado Lan Zhan se dejó tragar por el dolor.

Wei Ying esta aquí, todo va a salir bien.


-.-.-.-.-

Y aquí tenemos el final, enserio que ha sido una completa aventura y....naaaah ya sigue, ya sigue.

-.-.-.-.


Lan Zhan partió con Xichen-ge y Tao Cai a otra habitación para pasar por la horrorosa experiencia de un edema sin privacidad, Wei Ying se sentía fatal, el quería ayudar a su marido.

Pero en vez de eso se tuvo que quedar en la habitación continua.

La presencia de su nena era un consuelo muy bien recibido, sin despertar a la niña se recostó a su lado a cuidar sus sueño.

Que niña más graciosa, seguía arrugando su naricita aun mientras descansaba. Con su dedo, Wei Ying suavemente aliso los pliegues de piel, para que la niña en sueños volviera a arrugar el ceño.

—Tal vez Jiang Cheng sí nos visitó demasiado— Con una risita Wei Ying volvió a tocar esa naricita.

—¿Qué es lo que están haciendo en la otra habitación?— A-Yuan preguntó desde al asiento junto a su cama.

—Los preparativos Rabanito, ya en un ratito más vas a conocer a tu otro hermanito.

—¿Cómo se va a llamar?— El cultivador mejor se arrodillo junto a la cama para ver mejor a su papá y a su hermana.

—No lo sé— Rio Wei Ying bajito. —Lan Zhan es quien ha pensando en eso, si elijó posiblemente termine con un nombre de comida ¿no es así Rabanito?

—Lan Baifan— Sonrió A-Yuan

—Lan TianXigua— Bromeó Wei Wuxian— De hecho me gusta.

—¡Papá! No—Rió Lan Yuan

—Y por eso Lan Zhan va decidir— Terminó el Patriarca de Yilling con una brillante sonrisa.

El sol cayó y las suaves velas dieron luz a la estancia.

—HuaGuang Jun acaba de entrar en quirófano— Un médico llegó a informar.

Wei Wuxian se incorporó en la cama.

—El Doctor Tao Cai indicó reposo absoluto— Intervino rápidamente el sanador.

—Pero—

—Padre— Sizhui interrumpió a su padre.

Y de mala gana del hombre recién parido se acostó. —No sabía que estabas aquí como guardian A-Yuan, pensé que estabas siendo un hijo filial nada más.

Las mejillas de Lan Yuan se quemaron— Soy un hijo filial— Murmuró mientras el médico se despedía.

Pero los tenues sonidos el Pabellón médico fueron interrumpido por un grito, Lan Zhan.

La ansiedad que empezaba crecer el ahora vació abdomen de Wei Wuxian se disparó, las contracciones dolían muchísimo, y su estoico marido estaba pasando por ellas él solo.

Wei Ying se incorporó de la cama, Lan Zhan lo necesitaba.

Arrastró sus piernas débiles al borde de la cama y se impulsó hasta estar de pie, cualquier brisa de viento lo podría derribar.

—A-Yuan no me podrás detener— Wei Wuxian decretó sosteniéndose a la pared.

—No lo estoy haciendo— El cultivador concentrado en la naricita arrugada de A-Xiang.

—Y necesito que cuides a tu hermana— Con pacitos descalzos llegó a la puerta.

—Está bien— Lan Sizhui tomó la manito de la bebé dormida y se sorprendió cuando su dedo fue capturado.

—¡Y no aceptare un no por respuesta!— Wei Ying salió por la puerta.

Cuando Lan Sizhui regresó su vista a la bebé después de ver a su padre salir, dos ojos claros lo estaban observando.

—Nuestros papás están muy enamorados A-Xiang, ellos tienen que hacer cosas como estas de vez en cuando— Explicó a la niña.

Cuando por fin Wei Wuxia estuvo en el pasillo, solo tuvo que seguir los gritos de angustia. Y ninguno de los médicos que salían o entraban a la sala le pusieron atención.

Él no recordaba que en su parto hubiera tanto movimiento, así que se apresuró a llegar.

Cuando entró vio más personas de las esperadas y una nueva mesa con finos cuchillos en ella. Con su miembros tembloroso se aferró al marco de la puerta y por fin vio a su esposo llorando sobre la camilla.

—¡Lan Zhan!— Gritó. Su esposo capturó su mirada, sonrió y luego perdió la conciencia.

La obscuridad se llevó al dolor, pero luego todo volvió de golpe.

Lan Xichen estaba transmitiendo una abundante y poderosa cantidad de energía espiritual en los meridianos de su hermano.

—¡Ya está!— Tao Cai se incorporó con prisa. —¡Puja HuaGuang Jun!

Los ojos nuevamente abiertos de Lan Wangji miraban todo confundidos, pero entonces la mano de Wei Ying estaba entre la suya.

—Puja, mi amor— Le pidió el hombre y Lan Zhan obedeció.

El dolor era el mismo, pero Wei Ying sujetaba su mano, Lan Huan le cepillaba el cabello mientras vaciaba su núcleo dorado en él.

—Puedo ver la cabeza— Tao Cai anunció a la sala, provocando alivio en más de una persona. —Solo sigue pujando HuaGuang Jun.

Gritando Lan Zhan obedeció y siguió pujando aunque las voces a su alrededor eran confusas e incomprensibles.

Pero el sonido del llanto de su bebé fue único e inconfundible.

Lo había logrado.

El flujo de energía de su hermano y del médico a su izquierda no se redujo, pero el dolor parecía evaporarse en el aire.

Fue Tao Cai quien entregó la bolita que lloraba a Lan Zhan. —Es un niña.

Lan Zhan puso a la bebé en su pecho desnudo.

¿En qué momento se había abierto la bata en su totalidad?

Tan pequeña, tan frágil, tan especial, tan amada. —Fei— Murmurró sin aliento. —Lan Fei.

Y sin importarle todas las decenas de las reglas sobre la decencia, pegó a la niña en su pecho.

Lan Fei empezó a mamar instintivamente, cortando el llanto al instante.

Cuando por fin Lan Zhan levantó su cabeza, vio a su esposo bañado en lagrimas sonriéndole abiertamente.

—Wei Ying.

—Lan Zhan— El cultivador demoniaco beso el sudor de la frente de su marido.

—Creo que tres hijos son suficientes— Sin aliento dijo Lan Wangji.

Wei Wuxian rompió en carcajadas húmedas. — Opinó lo mismo.


.-.-.-.-.

¡Listo! ahora sí. Aquí viene la nota que no puse en los capítulos anteriores porque soy muy mala en eso... No se sé si lo notaron...

Primero. ¿Qué les pareció? Es mi mayor deseo que lo hayan disfrutado, que haya habido muchas emociones, tal vez que aprendieran algo (aunque sea muy pequeño; como que el sangrado de la nariz se llama epistaxis).

Muchas gracias por sus comentarios y sus votos. Como favor especial les pido que voten y comenten este capítulo si les gusto, estuve horas y horas escribiendo jijijij ¡Capitulo más largo Check!

Segundo; Una reverencia super profunda y todo mi amor a @Tisfaraque me prestó a Tao Cai, enserio que necesitaba a un médico que supiera lo que estaba haciendo y guardará la calma mientras yo estaba gritando de un lado a otro en pánico. Enserio que de grande quiero ser un Doctor como Tao Cai cuando crezca. 

Tercero; Ya no me acuerdo que iba a poner aquí, so, todo mi amor<3

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