Segundo trimestre; Parte 10.
Cuando Lan Wangji vio entrar a su esposo a la biblioteca, pudo leer en un solo vistazo que el hombre quería algo.
—¡Lan Zhan! ¡Lan Zhan!— Wei Wuxian se derrumbó en el escritorio de su marido y no le importó lanzar algunos libros al suelo. —¡Tu esposo embarazado tiene antojos! — Lloró.
—Wei Ying— El Gemelo de Jade reclamo a la vez que levantaba los artículos caídos.
—¡Lan Zhan! ¡Está vez es de verdad! Este marido quiere ir a Caiyi— El Patriarca de Yilling puso su carita entre sus manos y parpadeo coquetamente a su marido.
—¿Tu antojo es ir a pasear?— Lan Wangji interrogó, con su expresión equivalente a levantar una ceja.
—¡Sí! Bueno... No— Wei Ying se rasco nerviosamente la nuca. — Quiero alitas picantes.
Debió ser el embarazo, pero la mención de las alitas picantes convenció a HuaGuang Jun de una tarde en Caiyi.
La pareja se tomó de la mano antes de salir, dispuestos a disfrutar de su pequeño paseo.
Pero si bien salieron del pabellón de la biblioteca, Wei Wuxian descubrió a la distancia a Lan Sizhui y a Lan Jingyi.
—¡Rabanito! ¡Lan Jingyi! ¡Vengan! ¡Rápido!
Los dos cultivadores de Gusu Lan acudieron a la llamada lo más velozmente que sus reglas le dejaron.
—HuaGuang Jun, Mayor Wei— Saludaron ambos con un arco.
Wei Ying los levanto y sacudió sus manos como si quisiera espantar las cortesías. —¡Niños tontos! Si siguen siendo tan... Tan poco filiares van a hacer llorar a Lan Zhan.
Si Lan Zhan no fuera Lan Zhan enserio abría levantado una ceja interrogante a su marido.
—¿Padre?— Preguntó Lan Sizhui con voz suave.
—¡Que hijo tan poco filial!— Gritó Wei Wuxian lanzándose a los brazos de su rabanito, para sacudirlo con su sollozos falsos.
A unos pasos Lan Jingyi se apoyaba en sus rodillas mientras rompía en carcajadas. —¡El Mayor Wei quiere que le digas papi!
—¿Qué?— La cara del hijo de HuaGuang Jun se coloreo completamente, ahora siendo sacudido por los hombros casi violentamente por su embarazado padre y al tratar de pedir ayuda a su otro embarazado padre, este se encogió de hombros ¡Se encogió de hombros!
Si bien fue un movimiento casi imperceptible, dejo sin esperanzas a Sizhui.
—Papá, ya— Casi al instante las sacudidas se detuvieron y los brazos de su padre lo envolvieron en un abrazo aplastante.
—¡Ay! Mi rabanito, mi A-Yuan— Y esas palabras fueron necesarias para que el joven se entregara al abrazo. —Estamos saliendo a Caiyi a comer alitas ¿vienen?
—¡Claro que sí!— Lan Jingyi salto de la emoción.
—Prohibido gritar.
—Perdón HuaGuang Jun... ¿La invitación continua, verdad?
—Mmn.
—¡Vámonos entonces!— Exclamó Wei Wuxian en voz de grito mientras deba unos paso, lo que fue muy incomodo para Lan Yuan quien aún seguía atrapado en los brazos de su padre y tenía que agacharse levemente para encajar en la muestra de afecto.
—¿Padre?
—Vamos, vamos— El patriarca de Yilling dio unas palmaditas en el cabello de su hijo y dio unos cuantos pasos más.
—¿Papá?— Lan Sizhui atrapado busco ayuda en su otro padre, quien no se había movido de su lugar.
Cuando el Gemelo de Jade se dirigió a ellos, Lan Yuan suspiro de alivio. Le encantaban los abrazos, pero ya había visto pasar a algunos de sus estudiantes junior, y los abrazos paternales arruinaban la reputación de maestro estricto que quería construir (justo como su tío abuelo).
Cuando HuaGuang Jun llegó a ellos y se unió al abrazo, A-Yuan se resignó, sería una profesor amable como su tío ¿ya qué?
Su salvación llego en forma de su mejor amigo.
—¿Hola? ¿Y las alitas?— Lan Jingyi dio unos suavecitos golpes en el hombro de Wei Wuxian. Para el horro de los dos muchachos, el cultivado demoniaco arrastro al otro joven en su abrazo grupal.
Y fue en ese abrazo, como los líderes de las sectas Gusu Lan y Yunmeng Jiang los encontraron.
—¡ChengCheng! ¡Xichen-ge! ¡Vengan y únanse!
Tras el llamado de Wei Wuxian, Jiang Wanyin tuvo que jalar el cuello de su compañero líder para evitar que se uniera al abrazo antes de empezar a despotricar contra su hermano y romper el abrazo, jalando a los jóvenes Lan fuera de su prisión afectuosa.
—¡Deja de ser un desvergonzado Wei Wuxian!
—¡Yo solo quiero un poco de afecto!— Protesto el cultivador demoniaco, lanzándose ahora a los brazos de su hermano, que a pesar de todas sus protestas y ceños fruncidos, lo sostenía con cuidado para no lastimar a su sobrino.
—¡Qué tu marido te de afecto!
—¡Lan Zhan también quiere afecto! ¡Didi, dale un abrazo a mi marido!
Si Lan Wangji retrocedió unos pasos, solo Lan Xichen lo notó.
Aprovechando que las discutas de los hermanos de Yunmeng solían tardar, Zewu Jun se acerco a su hermano.
—¿Cómo va todo, Wangji?
—Mnn.
—¿Están yendo a comer?
—Mnn.
—Maravillo,Wangji — El primer Jade sonrió.
—Ven, vamos por alitas.
—No sabía que te gustaban las alitas—En respuesta a su hermano, Lan Zhan acarició su pancita.
—¿El bebé quiere alitas?— Lan Huan rio con dicha, nada más tierno que su hermano pequeño embarazado.
—Picantes— Agregó HuaGuang Jun con los colores subiendo a sus orejas.
—¡Picantes!— Repitió el hermano mayor radiante.
—Es hijo de Wei Ying— Susurró Lan Zhan, frotando círculos en su pancita.
Antes de que Lan Xichen se recuperará del golpe de ternura que le provocó su hermano, Wei Wuxian ya estaba dirigiendo a la pequeña multitud fuera del Receso de las Nubes.
La caminata hasta Caiyi fue especialmente satisfactoria para la pareja embarazada.
Cuando ya iban entrando a la ciudad, Jiang Cheng se acerco a su cuñado.
—HuaGuang Jun.
—Líder Jiang.
De la manga morada, Jiang Wanyin, saco un elegante frasco que ofreció a su cuñado.
—¡Jiang Cheng! Nos has traído más de tu maravilloso aceite— Wei Ying colgado al brazo de su marido exclamo extasiado en el momento en que Lan Zhan acepto el regalo.
—Puedo ver que ya les empiezan a asustar las estrías— Fingiendo hostilidad Jiang Cheng, escaneó los dos abdómenes suficientemente abultados para ser notorios. Aún que fue para él imposible esconder su sonrisa de suficiencia al final, era un hombre que amaba a sus sobrinos ¿qué le iba a hacer?
—Sí, las estrías— Rió traviesamente Wei Wuxian.
—¿Estrías?— Susurró HuaGuang Jun.
Al grupo de cultivadores los recibió la energía del mercado y cortó cualquier cosa que el hombre de morado iba a decir.
—¡Mayor Wei! El mejor restaurante es ese de ahí— Lan Jingyi tomó la manga del hombro y con emoción arrastró algunos paso al hombre.
—¡Espera! ¡Espera!—El cultivador demoniaco planto sus pies en suelo y detuvo al joven. —¡Este embarazado quiere comer algo tanghulu antes de las alitas!
El grupo que se dirigió a los puestos del postre no se dio cuenta de las cabezas que voltearon a verlos por el grito de Wei Ying.
Fue el Zewu Jun quien compró seis varitas de tanghulu y las repartió entre los miembros de su familia.
Y para la sorpresa general, Lan Wangji fue el primero en devorar las frutas caramelizadas.
—Hermano, quiero otro.
Jiang Cheng sostuvo el dulce que solo Lan Xichen había mordido una vez antes que el hombre casi corriera al puesto a comprar más.
—Puedes comer el mío si quieres Lan Zhan— Wei Ying ofreció su palito con ya solo dos frutitas.
Lan Wangji lo considero, pero el regreso de su hermano lo salvó de quitar el aperitivo a su pareja.
Mientras todos terminaban sus porciones, el grupo de dividió para echar un vistazo a las baratijas que se vendían.
Pronto Lan Zhan y Wei Ying se encontraron parados frente una tienda de túnicas. Wei Wuxian arrastró a su marido al interior.
—¡Lan Zhan, mira! ¡Quiero una de estas!
—Mmn— HuaGuang Jun sin dudar sacó su siempre dispuesta bolsita de dinero.
—Pero va necesitar algunos ajustes— Wei Ying sostuvo su barbilla en su mano y dio unos golpecitos.
—Buenas tardes honorables cultivadores ¿en qué les puedo ayudar?— La dueña del establecimiento se acerco.
—¡Hola! Vera... Mi marido y yo vamos a necesitar varias túnicas amplias pronto— Con su usual energía Wei Wuxian señalo su pancita y la de Lan Zhan para enfatizar su punto.
Los ojos de la señora se abrieron incrédulos y si no fuera porque sería de muy mala educación hubiera saltado para tocar las pancitas para juzgar si eran de verdad.
—Ehh— Sin saber cómo comenzar la vendedora tropezó con las palabras, pero después de aclararse la garganta un par de veces pudo continuar. —Tenemos una gran variedad de Hanfus de embarazó... Si gustan seguirme.
—¡Claro! Estaba pensando que me gusta mucho ese de ahí— Señaló la primera túnica— Pero creo que necesita ajustes en los hombros y posiblemente en la altura ¿no?
—Sí... —Respondió la vendedora escuchando a medias, tenía que concentrarse, tal vez esa iba a ser la venta más interesante que alguna vez haría.
—¿Lan Zhan cómo quieres que sean tus túnicas?
—Blancas— Respondió mientras miraba las telas de tantos colores y combinaciones diferente.
—Señores, pueden elegir la túnica que más les gusten. Yo puedo hacer... las adaptaciones. — La mujer los llevó al centró de su tienda y les ofreció todos los diseños y colores.
—Tiene entrega al Receso de las Nubes ¿verdad?— Con una sonrisa de lado Wei Ying pregunto antes de sumergirse entre todas las telas.
Una hora después, con varias túnicas elegidas y las medidas de ambos hombres tomadas, la pareja fue a buscar a su familia.
—¡Wei Wuxian!— El gritó colerizado a sus espaldas los dirigieron hacia los demás.
—¡A-Cheng!— Saludando gritó el Patriarca de Yilling.
Después del rencuentro fueron los ruidoso lamentos de Lan Jingyi lo que por fin los llevaron al restaurante.
Estaban deliciosas las alitas picantes, pensaron a la vez HuaGuang Jun y el Patriarca de Yilling.
La alegre comitiva, no le dio importancia a las demás personas del lugar y cuando un grupo pequeño de cultivadores de túnicas azules entraron, solo se ganaron un vistazo rápido del líder de la Secta Jiang quien no los considero una amenaza.
La conversación era dirigida por el Lan menos Lan, ya que ambos embarazados estaban demasiados ocupados comiendo.
En una de las pausas de la anécdota de su amigo, Lan Sizhui atrapó una fracción de la conversación de la mesa de al lado.
—Hombres embarazados— Susurraba el anciano escandalizado a su compañero de mesa.
Lan Yuan fue consciente de repente que toda la atención del local estaba concentrada en sus padres.
Y entre las palabras "embarazo" y "desagradable", también sonaba "cultivo demoniaco".
El joven dejó de escuchar a su mejor amigo y se forzó a escuchar la conversación de los cultivadores de azul.
—...Es el nuevo cuerpo del Patriarca de Yilling, yo estaba en la Torre Carpa cuando se reveló ¡Jamás lo olvidaría!—
—Solo el Patriarca de Yilling haría algo tan retorcido—
—Sus propios cadáveres vivientes lo van a destrozar para salir—Carcajada.
Cuando Lan Sizhui rompió la mesa con el golpe que dio para levantarse todo el restaurante se quedo en silenció.
Desvaino su espada y apunto a los cuatro cultivadores.
—Escorias ¿se atreven a repetir lo que dijeron?— La espada en el cuello del hombre que se rió.
—¡A-Yuan!— Su padre vestido de negro ya se encontraba a su lado, su mano en su hombro tratando de tranquilizarlo.
—¿Qué está pasando aquí?— El líder de la Secta Lan también se encontraba a su lado.
Lan Sizhui se obligó a sí mismo a calmarse y en un movimiento enfundo la espada, liberando del peligro moral al cultivado de azul.
—Zewu Jun, este hombre a ofendido a mi familia— Lan Yuan se inclinó ante su maestro en un arco. —Acepto que mi comportamiento ha sido inapropiado, pero tal agravio a mi padre no puede ser dejado de lado.
—¡Niño tonto! ¡Ni siquiera sabemos quién es tu padre!— Gritó otro de los cultivadores de azul, provocando que su amigo que acaba de ser amenazado palideciera varios tonos, puesto que no dejaba de lanzarle miradas al embarazado Patriarca de Yilling a la derecha del discípulo Lan.
—Wei Wuxian es mi padre, así como HuaGuang Jun.
Los hombres dejaron de respirar cuando la figura de Lan Wangji apareció al lado de su marido.
Sin inmutarse HuaGuang Jun, tomó la mano de su hijo y la de su marido, arrastrando a las dos personas consigo fuera del restaurante.
—Escuchar conversaciones ajenas está prohibido— Soltó Lan Zhan una vez que se alejaron del bullicio de la gente.
—¡Pero Papá! ¡Esos hombres han dicho cosas horribles!— Lan Yuan soltó su agarre y detuvo sus pasos.
—Lo sé— Dijo Lan Wangji enfrentando a su hijo.
—¿Los escuchaste?— Con horror pregunto el jóven.
—No, pero la gente siempre dice cosas horribles, Sizhui.
—Solo quiero darles sus merecidos— Tembló Lan Yuan de la rabia.
Lan Wangji tomó a su hijo de los hombros y lo miro a los ojos. —No valen la pena.
—Pero...
—Rabanito, déjalos hablar. Ni siquiera nos importa lo que ese tipo de personas piensa ¿Sí? — Wei Wuxian intervino, mientras recargaba su cabeza en el hombro de su esposo para mirar a su hijo.
Lan Yuan, desvió la vista de sus padres y trató de mitigar su enojo. Sin importarle que estaban aún en Caiyi, se echó en un abrazo rápido. Los dejaría hablar, aprendería a dejarlo ir y en el futuro no le importaría más.
Ese día se extendió la notica del doble embarazo de la pareja, también se hizo oficial la declaración de guerra de las Sectas Gusu Lan, Yunmeng Jiang y Lanling Jin a cualquiera que osará a lastimar a alguno de ellos.
Y extraoficialmente, se extendió el rumor de que el líder de la Secta Yunmeng Jiang le sacaría los ojos a cualquiera que insultara a sus sobrinos no natos.
.-.-.-.-.
¿Es el capítulo más largo que he escribido? no lo sé, no lo sé, enserio que no lo sé.
De todos modos, quería agradecerles con un capítulo que disfrutaran mucho por todo su apoyo, sus estrellas, sus comentarios, su leídas, gracias <3
Deseo que les haya gustado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro