—Solo debemos poner el talismán sobre la cabecera de la cama y dejar que lo demás salga natural— Wei Ying subió y bajó las cejas sugerentemente a su esposo impasible.

Lan Zhan solo siguió con sus ojos al cultivador demoniaco mientras pegaba el talismán justo sobre su cama.

El hombre, después de pegar el trozo de papel se dejo caer sobre las mantas y desatando su cinturón con una sonrisa maliciosa preguntó. —¿No quieres hacer un bebé, Lan Zhan?

Lan Wangji no dejo pasar ni segundo antes de acercarse a su marido mientras rápidamente de desasía de su túnica superior.

Wei Wuxian era un impaciente y antes de que el otro hombre lo alcanzara en la cama él ya se había desechó de la mayoría de sus prendas.

El más alto se posicionó sobre él y juntó sus labios hambrientamente. El beso velozmente se trasformó en un asunto húmedo y voraz.

El hombre de ojos plateados se sintió derretir entre el beso y las manos de su esposo que no perdieron el tiempo y había abierto su túnica interior.

No importaba que todos los días fueran todos los días, cada parte reaccionaba por el placer de ser tocada tan íntimamente.

Y siempre ávido, Wei Ying toco todo lo que tenía a su alcance.

Tirar al suelo las prismaticas túnicas de la Secta Gusu Lan al suelo era unos de sus placeres secretos, más aún cuando su bello esposo tomaba sus propias prendas y las lanzaba lejos sin importar el desastre al siempre pulcro Jinshi.

Sin la prenda interior molestando, Wei Ying deslizo su mano sobre la extensión del falo de su esposo. Dando un suave apretón cuando llego a la base y esparciendo la humedad de la cabeza con su pulgar cada vez que llegaba a esta en su vaivén.

Oídos sonrojados y respiración brusca fue lo que provoco a su amante.

Una sonrisa traviesa se extendió por el rostro más joven y se incorporó logrando que su esposo se sentara a horcajadas sobre su regazo.

La nueva posición rompió el beso.

Pero Lan Zhan volvió a los labios de su esposo tomando ambas mejillas con sus manos e inclinando la cabeza para compensar su nueva altura.

La mano libre de Wei Ying se paseo por la cadera de su amante hasta encontrar los esponjoso glúteos y sujetar su posición.

El pequeño suspiro que recibió de Lan Zhan, fue la escusa para abandonar sus labios y recorrer por la afilada mandíbula hasta llegar al vulnerable cuello.

Claro, todo sin detener los movimiento de su mano dominante.

Wei Wuxian conocía los puntos sensibles en ese cuello y Lan Zhan no sentía pena al permitirle mejor acceso.

Arqueando su cuello, llevo una de sus manos al cabello de su amante y sujeto con firmeza los mechones de la nuca empujando la cabeza que se burlaba de su yugular hasta el parche de piel entre el cuello y el hombro, invitando a morder.

Wei Ying estaba para complacer y sin dudarlo presionó sus dientes dejando una linda marca que después beso tiernamente.

Más presión en su cuero cabelludo lo hizo levantar la cara para encontrarse otra vez asaltado por eso labios que pocas veces veía sonreír.

El beso lo distrajo de la mano que bajaba, hasta que sintió su propia erección ser estimulada.

Sin romper el beso empujo sus caderas para que se tocarán ambas erecciones, y ahora ambos acariciaban ambos falos empujando juntos.

Podrían llegar al orgasmo en esa posición y tal vez en otra ocasión jugarían con la posibilidad de correrse sin penetración, pero el talismán en la cama y ambos cultivadores tenía un propósito.

Tomando la iniciativa Lan Zhan cambió la posición.

Se recostó sobre el mullido colchón, abriendo las piernas y arrastrando a Wei Ying entre ellas.

Sus penes se tocaban descuidadamente, pero sus atenciones estaban en un nuevo beso. Donde sus lenguas se encontraban y trataban de sobreponerse a la otra.

Las manos de también estaban muy ocupadas, sujetando y tocando cada musculo bien trabajado que se encontraran en su camino.

Cuando Lan Zhan estrujo los rellenos glúteos de su esposo, el cultivador demoniaco interrumpió el beso para levantar una ceja interrogatorio a su marido.

—No podías no tocar ¿eh?

En respuesta el otro apretó más fuerte.

—¡Aiya Lan Zhan!­ ¿No te gusta más mi trasero qué este patriarca, verdad?

Y como Wei Wuxian no supo si el —Mnn—. Que recibió de su marido fue un sí o un no, se echo a reír mientras se alejaba de su amante y quedaba a unos centímetros de la orgullosa erección de Lan Wangji.

Dio una lamida floja por toda la longitud antes de estirarse por el pequeño recipiente que siempre se mantenía en la pequeña mesa al lado de la cama.

El más alto se apoyo en sus codo y espero paciente el regreso de su amante.

Volvió a su poción, con el recipiente en una mano y una almohada en la otra. Almohada que acomodo bajo los glúteos de su pareja.

Presuroso tomo ambas estructurales piernas y las subió sobre sus hombros para tener acceso directo a la erección que le hacía agua la boca.

De un solo movimiento engullo toda la longitud. Las manos que se aferraron a su cabello y el suspiro satisfecho de Lan Zhan lo invitaron a retirarse suavemente para enseguida abarcar toda la longitud nuevamente.

Lan Wangji amaba a Wei Wuxia, pero también amaba el trasero y la boca de Wei Wuxian. Y sin restricciones se permitió disfrutar de la humedad, el calor, la succión y los maestros movimientos que su esposo le proporcionaba. Sabiendo que él no era el único que disfrutaba de los tirones al cabello de su esposo.

Con la experiencia que cinco años de matrimonio proporcionaban, Wei Ying continuo con la felación mientras untaba generosamente los dedos de su mano dominante con el viscoso aceite.

—Sí— Soltó Lan Zhan en un susurro cuando sitió el juguetón dedo burlándose de su entrada.    

—¿No es la paciencia una de las reglas, amor?— Se burlo Wei Ying sacando la erección de su boca. —¿Ya lo quieres cariño?

—Wei Ying— Regaño el mayor, pero toda severidad desapareció de su rostro cuando la boca de su esposo se volvió a ocupar, ahora atendiendo el escroto y luego viajando para dejar un suave beso, donde antes su dedo molestó.

Suavemente deslizo un dedo, mirando las reacciones de su amante, quien por fin soltó el primer gemido de la noche.

Wei Ying se encargaría que no fuera el último.

Con la impaciencia que pocas veces dejaba ver Lan Wangji, empujo sus caderas buscando más contacto.

Girando su dedo y presionando hacía el techo de la cavidad, el cultivador demoniaco presiono sobre la glándula prostática de su marido. Haciendo que  Huaguang Jun sollozara.

La sonrisa de Wei Wuxian fue malvada, y volvió a empujar, siendo un manjar como su esposo cerró los ojos y giro el rostro.

Empujo las veces necesarias para romper las resistencias de las paredes, y como entro un dedo, entraron dos y luego tres. Volviendo a Huaguang Jun en un desastre; un sonrojo débil sobre su lindo rostro y sus oídos, ojos cerrados, entrecejo levemente fruncido, cinta de regulación completamente torcida y labios maltratados por las mordidas que el mismo se provoco tratando de acallar cualquier sonido que quería salir fallando muchas veces.

—Wei Ying— Sollozo Lan Zhan. —Y-ya

—¿Qué es lo que quieres cariño?

—Entra.

El Patriarca de Yilling sacó sus dedos y rápidamente volvió a tomar las piernas para envolverlas en su cadera y se inclino para alinearse a su esposo.

—¿Qué diría las grandes Sectas si les cuento lo lascivo y necesitado que es su honorable Huaguang Jun?— Casi con un brillo peligro en los ojos soltó Wei Wuxian mirando fijamente a la cara de su marido.

Los ojos dorados se abrieron y se conectaron a los plateados.

—No te van a creer— Declaró Huaguang Jun con su tono serió de siempre.

La sonrisa del cultivador demoniaco creció malvadamente.

—Me creerán cuando vean a mi esposo muy embarazado— Y con una estocada se enterró.

Ambos cultivadores gimieron y se sujetaron mutuamente.

Tan cerca como estaban, solo basto estirarse un poco para conectar sus bocas bien juntas. Y comenzar a explorar la cavidad de su pareja, como si fuera el último día de sus bocas.

Cuando Lan Zhan empujo sus caderas, Wie Ying entendió el mensaje y comenzó a embestir el interior de marido lenta pero constantemente. Pero ese ritmo no duró mucho, ya que las fuertes piernas en sus caderas empezaron a empujar aumentado la velocidad.

Así el Jinshi se lleno del sonido de piel contra piel, del siempre vocal Wei Ying y de los sutiles lloriqueos de Lan Zhan.

Wei Wuxian amaba follar a su esposo y amaba esa cara que los demás cultivadores ni siquiera imaginaban que podía hacer, pero no era casualidad que esa vez tomarán esos roles.

Desde antes de tener un talismán funcional quedo claro que el fuerte y poderoso núcleo dorado de su esposo, es quien les daría al bebé que estaban buscando. Y cuando ambos hablaron de la cuestión, hasta Lan Zhan se sorprendió por lo emocionado que estaba por ser quien cargaría a su bebé.

Y ahora solo necesitaban un poco de suerte e insistencia para lograrlo.

En el momento en que Wei Ying se sintió cerca de correrse, se encargo de estimular manualmente la erección de su esposo.

Sin resistirse al placer, Lan Wangji se corrió sobre su abdomen y el pecho de su marido.

Con el estrechamiento del canal, Wei Wuxian eyaculó hasta la última gota. Cuando se iba a separar, las piernas en su cadera se lo impidieron.

—¿Lan Zhan?

—Quédate— Soltó sin aliento.

Wei Ying se inclino y beso suavemente los labios de Lan Zhan.

—Como gustes, amor.

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Segundo smut que escribo en mi vida... ¿Qué tal?