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Capítulo 9.

1 de noviembre del 2020.

Medianoche.

Todavía no me habían dejado entrar a verla, me encontraba en la sala de espera sentado frente al hombre que la había traído, se llamaba Derek y Jenna estaba en su casa en el momento que decidió cortarse las muñecas en su baño.

Derek todavía estaba en shock cuando me contó como la consiguió.

Derek me explicó que Jenna se había intoxicado en la fiesta, es decir, estaba borracha hasta el culo y alguien al parecer le había dado algún tipo de droga, me hirvió la sangre cuando me contó esa parte. Al parecer Derek no trataba mucho a Jenna en el trabajo, sin embargo, le preocupó verla en ese estado, más cuando un idiota empezó a pasarse de listo con ella. Fue cuando Derek decidió tomarla y llevarla a su casa.

Jenna protestó, ella quería seguir de fiesta. Ella le dijo que quería olvidar, era lo único que repetía en el auto, había dicho Derek.

Cuando llegaron a casa de Derek mi hermana se rompió, lloraba mientras decía palabras sin sentido, vomitó en el sofá como también su ropa. Derek quería ayudar, la llevó al baño y trató de limpiarla, dijo que fue a su habitación a conseguir un poco de ropa limpia para Jenna, pero recibió una llamada de su madre y se entretuvo con ella por algunos diez minutos.

Diez minutos bastaron para que Jenna tomara las hojillas de afeitar de Derek y cortara sus muñecas, fueron heridas profundas, tal fue la perfección de los cortes que Derek me afirmó que había mucha sangre en su baño, incluso su camisa de vestir blanca teñida de rojo me podía dar una idea de lo que Jenna había sangrado, de nuevo en Halloween, solo que no necesitó de Seth esta vez, todo fue hecho por ella misma.

—Deberías ir a cambiarte—Derek levantó la mirada de sus manos aún llenas de sangre—, estás hecho un desastre.

—No puedo irme, no sin saber cómo está Jenna—contestó, esa había sido su respuesta desde que le pedí por primera vez que fuera a su casa.

Cualquiera de las conquistas de Jenna se habría ido al instante de dejarla en el hospital, sin embargo, Derek permanecía aquí.

—Jenna no querrá verte manchado en su sangre—mencioné tratando de ser casual intentando convencerle.

—Dije que no me iría sin saber cómo está, no que quería verla.

—Ella va a querer verte, después de todo le salvaste la vida.

—¿Ella realmente quería que le salvara la vida?

Sus palabras golpearon mi corazón, Derek murmuró unas disculpas al analizar lo que había dicho. No dije nada, no podía reprocharle a aquel que había salvado la vida de mi hermana, incluso cuando ella no quería seguir viviendo.

—Jenna tiene una hija, se llama Anna, tiene ocho años, ¿lo sabías?—Derek negó con la cabeza después de unos segundos—, si Jenna no está agradecida estoy seguro que mi sobrina Anna lo estará, yo al menos lo estoy.

—¿Sabes por qué Jenna querría...?

Dudé por un momento en responder, pero asentí.

En ese momento el doctor de Jenna se acercó a nosotros y ambos nos levantamos como un resorte de nuestros asientos. Jenna ya estaba estable y muy despierta. Tanto Derek como yo suspiramos audiblemente, fue cuando por fin Derek dijo que iría a casa, pero prometió volver por la mañana a ver a Jenna.

Sin importarme su aspecto o las manchas de sangre de mi hermana en su camisa lo atraje en un abrazo, palmeé su espalda y agradecí varias veces más, jamás me alcanzarían las palabras para agradecerle a Derek lo que había hecho.

Unos minutos más tardes me permitieron verla, Jenna estaba tan blanca como el papel y sus ojos cuando me observaron lo hacían sin vida, quería reclamarle, gritarle lo tonta que había sido, que era una egoísta, que nos estaba haciendo daño, pero mantuve el silencio, solo mirándola desde los pies de su cama.

—No estás hablando, pero te escucho gritar desde aquí—su voz trémula me provocó un escalofrío —, no voy a disculparme por lo que hice.

—No te pedí que te disculparas.

—Lo estás pidiendo a gritos con esa mirada, Jeremiah, estás juzgándome como siempre lo haces con cada decisión que tomo—su barbilla estaba temblando, sus ojos miraron esta vez sus muñecas envueltas en unas gasas para proteger las heridas—. ¿Cómo está Anna?

Mordí mi lengua para no decir nada hiriente.

—Bien, se quedó en la casa embrujada, está con unos amigos.

—No puedes dejar a mi hija con unas personas que no conozco.

—Pensé que no te importaba Anna, Jenna, después de todo intentaste quitarte la vida sin siquiera pensar en tu hija, en todo el daño que le provocarías—No pude controlar las palabras.

Jenna me lanzó una mirada venenosa.

—¿Sabes en qué estaba pensando cuando lo hice?

—Hasta dónde sé no estabas pensando con todo el alcohol y las drogas que tenías en tu cuerpo—golpeé nuevamente.

Pero Jenna no discutió, solo respondió a su pregunta.

—Pensaba en que Anna estaría mejor sin mí, que después de todo tu habías sido mejor padre para ella, que mi papel de madre ha sido una mierda desde que la tuve por primera vez en mis brazos. Anna no me necesita, siempre ha necesitado de su tío Jer, no de su mamá. Su mamá ya no puede ni verla fijo porque todo a lo que le recuerda es a aquel...—Jenna guardó silencio por un minuto, luego continuó—. No soy fuerte, Jeremi, nunca lo he sido, es por esa razón que Seth me envolvió tan fácil, el porqué me costó salir tanto de ese lugar, el porqué me sigue afectando de esa manera.

De nuevo el nudo se instaló en mi garganta, pero no me permití verme débil frente a Jenna.

—Necesitas ayuda, Jenna, no por mí, tampoco por Anna, hazlo por ti misma, necesitas paz y no creo que la consigas atentando contra tu vida, sé que dónde quiera que fueras aún estarías preocupada por tu hija—Caminé hacia un lado de su camilla y me senté mientras tomaba una de sus frágiles manos—. Anna hizo amigas hoy, se veía muy contenta, pero habría estado aún más feliz si la hubieses acompañado esta noche.

—Jeremi no...

—Eres muy fuerte, hermanita. Trabajas hasta más no poder por tu hija y la proteges de todo aquel que pueda hacerle daño. Es momento de tomar una decisión Jenna, no quiero perderte, Anna tampoco querría perderte, quiero que sigas luchando como lo has hecho desde el día uno, por favor, por una vez, toma la decisión correcta.

Vi el miedo en sus ojos y supe la verdad, de nuevo, yo tendría que tomar las riendas en la vida de mi hermana, si ella no decidía entonces yo tendría que hacerlo.

—Camino aquí el doctor me habló de rehabilitación en conjunto con asistencia psiquiátrica, estarás siendo atendida las veinticuatro horas los siete días a la semana durante seis meses.

—No puedo costearme eso.

—Pero yo sí puedo hacerlo, Jenna. Por una maldita vez déjame ayudarte con esto, por favor Jenna.

Mi hermana derramó dos gruesas lágrimas por sus mejillas y finalmente asintió. Sabía que esto era difícil para ella, odiaba depender de alguien aún si era yo, eso le recordaba a Seth.

—Ella no debe saberlo, Jeremi, no podría soportarlo.

—No voy a ocultarle cosas a Anna—Jenna iba a protestar, pero levanté mi mano para detenerla—. Anna nunca no los perdonaría, Jenna, lo sabes. Ella debe saberlo.

—Me da vergüenza...

Rompió a llorar y todo lo que pude hacer fue abrazarla. Fue así por unos largos minutos, hasta que finalmente se separó de mí.

—¿La cuidaras?

—Siempre.

Jenna asintió.

—¿Crees que puedas traerla por la mañana? Quiero hablarlo con ella, debo hacer las cosas bien esta vez.

—Lo harás bien esta vez, Jenna, sé que lo harás.

Capítulo dedicado a cherry9bomb :) Mil gracias por leer <3

En un rato les subo el siguiente capítulo wiii

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