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Capitulo 6

Tarde.

Anna amó su tableta Kindle y prácticamente me exigió que le comprara un par de libros electrónicos, pero no me opuse, era mi niña del cumpleaños y luego de su madre haría cualquier cosa para hacerla feliz.

Incluso si tenía que usar maquillaje.

Al parecer Anna era bastante buena con el maquillaje, mi rostro podía demostrarlo, se había convertido en un terrorífico zombie y Anna solo siguió un tutorial en internet que a cualquier otra persona no le habría funcionado.

La sangre por otro lado, intentamos tres recetas diferentes. Las primeras dos hicieron rabiar a Anna porque no simulaban para nada la sangre.

La sangre es espesa, tío Jar, había dicho, esto solo parece jugo de fresa.

Al final, usar miel teñido con colorante había sido la mejor opción, y su calabaza era realmente terrorífica, exceptuando por el gorro con la rama verde en su cabeza, lo terrorífico daba paso a la ternura, después de todo Anna era una niña preciosa con mejillas rosadas, que se quisiera vestir de una calabaza llena de sangre no quitaba su ternura.

El disfraz estaba lleno de aquella mezcla, parecía como si Anna viniera de matar a una persona. También me obligó a salpicarle un poco la cara con la mezcla y, por si fuera poco, la niña había tenido un mejor plan, elaboro un cuchillo con cartón y pinturas, como si fuera una calabaza asesina que había conseguido el premio de apuñalar al primero que se le atravesara.

—Está genial, ¿verdad?—Anna se miró en el espejo y levantó su cuchillo haciendo una pose terrorífica mientras sus labios portaban una sonrisa maliciosa—. Todos se van a cagar en sus pantalones.

—Lenguaje.

Anna rodó los ojos, luego me miró de pies a cabeza y se cruzó de brazos.

—Necesitas goma para que el cabello.

—Anna, no me gusta la goma para el cabello —repetí por enésima vez.

—Pero tío Jer—El puchero manipulador salió a la luz—, es mi cumpleaños.

Suspiré agotado.

Sabía que Anna no saldría del apartamento si no me colocaba la estúpida goma en el cabello, por lo que la dejé en la sala y fui directo al baño.

Eran las seis de la tarde cuando partimos en busca de dulces. La fiesta en la casa embrujada de Sussie no empezaría hasta las ocho, por lo que tendríamos tiempo para las dulces. Anna estaba entusiasmada con la idea, sostenía una calabaza de plástico para albergar sus dulces, mientras que con la otra mano se aferraba a su cuchillo de cartón.

Tendríamos muchos problemas con el cuchillo, era muy realista.

Mi vecina en el piso tres fue la primera en vernos, la señora Oliver pegó un brinco al abrir la puerta, tenía unos setenta años y era bastante conservadora, tal vez Anna no recibiría dulces esta vez.

—Dulce o truco—susurró Anna en un tono muy parecido a Gollum del señor de los anillos, la señora Oliver la miró horrorizada.

Y su temor no era para nada fingido.

—¡Dios mío santo! Cubre con tu manto a esta niña y santifícala de todo mal, no dejes que ese demonio acabe con ella. Tú, mi Dios, ataca con tu palabra el mal y libera a la niña Anna de sus garras—La señora Oliver se persignó al menos cinco veces mientras bendecía a Anna.

—Yo solo quería dulces—me susurró Anna.

Estaba a punto de carcajearme, pero la señora Oliver era una señora mayor y debía respetarla, incluso a sus creencias, siempre nos había tratado bien, solo que era demasiado fanática religiosa y eso nos incomodaba.

El señor Olver apareció a sus espaldas y levantó sus cejas sorprendido al notar el disfraz de Anna, la señora Oliver seguía levantando sus manos como si de alguna manera estuviera logrando sacar lo que sea que según ella Anna tenía dentro mientras susurraba oraciones rápidamente.

Cuando le iba a decir a Anna que era mejor irnos a otra casa, el señor Oliver arrojó unos caramelos en la calabaza de Anna lo que hizo sonreír a mi sobrina.

—¡Gracias, señor Oliver!

Anna se dio la vuelta dejando a la horrorizada señora Oliver atrás mientras yo me disculpaba balbuceante con su esposo.

Anna iba a tocar en la puerta siguiente, pero la detuve antes de hacer tal locura.

—La señora Thomas vive en ese apartamento—le advertí.

—¿Y?

—Es la compañera de iglesia de la señora Oliver. ¿De verdad quieres otra purificación religiosa?

Anna enderezó la espalda y se estremeció, luego se dio la vuelta en dirección a las escaleras.

Noche.

Aunque Anna hubiese recibido un exorcismo gratis gracias a la señora Oliver al parecer todo el mundo decía que era el mejor disfraz que habían visto en mucho tiempo. Anna sonreía victoriosa por cada cumplido, pero lo que más amaba era como los niños con disfraces de príncipes y princesas se quedaban con la boca abierta mientras ella caminaba con la espalda recta y un brillo de peligro en sus ojos.

Su cubeta de calabaza estaba repleta de dulces, sabía que tendría que mantener control de ellos, Anna amaba el dulce y esa cantidad era como diez tazas de café para un pequeño cuerpo, estaría hiperactiva lo que quedaba de la noche si seguía consumiendo chupetas y caramelos. Incluso yo me estaba controlando por no tomar uno de los chocolates.

—¿Viste? Si te hubieses puesto un traje de vampiro te verías como ese tipo.

Anna señaló a un chico escuálido con unos lamentables dientes de plástico que parecía un idiota.

Ser un zombie me había traído varios cumplidos a lo largo de la tarde también, gracias a Anna, no estaba luciendo como aquel chico escuálido.

—Tenías razón.

—Lo sé—Anna sonrió con suficiencia.

—Deberías ser un poco más humilde—le dije al notar su sonrisa, pero ella no la borró y solo daba saltitos mientras caminaba.

—¿Así como tú, tío Jer?

—Te estás burlando de mí.

Anna río, pero de inmediato detuvo sus risas cuando vio aquella casa de piedra frente a nosotros. En el jardín varias calabazas estaban apiladas una sobre otras, carteles de advertencia se distribuían junto a las calabazas y una especie de muñeco hecho con algunas bolsas de basura colgaban de un árbol simulando a una persona ahorcada, este último me pareció un poco excesivo para la zona familiar, pero Anna como podría esperarse, tenía los ojos brillantes.

—Dime que esta es la casa embrujada de Sussie.

—Es... perturbador—miré el muñeco bailar con el viento de un lado al otro

—¡Exactamente! No puedo esperar a ver su disfraz de Halloween.

Anna tomó mi mano y me arrastró con fuerza hacia la entrada. Mientras caminábamos podíamos notar los murciélagos de plásticos, los fantasmas pegados a la pared e incluso un esqueleto móvil en la entrada a un lado de la puerta, esta estaba abierta, solo pedían una pequeña colaboración para entrar, en modo de agradecimiento para disfrutar de la atracción.

A medida que nos sumergíamos en la oscuridad de la casa algunos monstruos salían detrás de las telas negras que señalaban el camino que teníamos que seguir.

Superé los primeros: esqueletos vivientes, vampiros, hombres lobo e incluso un tipo con una cierra, hasta un hombre decapitado. Anna reía de mis gritos de miedo, al final, ella estaba protegiendo a su tío. Tomaba sus hombros con fuerza mientras ella me guiaba en la oscuridad, yo caminaba con prudencia a su vez que Anna lo hacía con chulería, ella no tenía miedo.

—¡Que cobarde eres, tío Jer!—se burlaba ella.

—No soy cobarde, solo... estoy actuando un poco para que disfrutes de la experiencia —Anna sabía que estaba mintiendo.

Claramente me estaba cagando en mis pantalones.

Pero terminé de perderlo cuando vi a los dos payasos salir de las cortinas, uno con un cuchillo, otro con una cuerda, ambos sonreían maliciosos, mientras saltaban encerrándonos en un círculo.

Fue ahí cuando escuché aquel grito femenino salir con fuerza.

¡Ya tenemos internet! Asi que volvemos a las actualizaciones, hoy tendremos capítulo doble Hallowinesco *Baila con emoción*.

Capítulo dedicado a Diana <3 Mil gracias por tu apoyo :)

Sigan leyendo :)

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