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Capítulo 4.

30 de octubre del 2020.

Anna estaba molesta mientras caminábamos por los pasillos de la tienda de disfraces del centro comercial. Ella había conseguido su disfraz de calabaza, era una tierna calabaza, pero Anna me había asegurado que ella misma podría convertirla en espeluznante. Le creí, después de todo ya mi sobrina había aprendido a hacer sangre falsa gracias a un post de internet, sería pan comido convertir la calabaza en algo aterrador.

Pero Anna no estaba molesta por su disfraz, era feliz por conseguirlo, además estaba decepcionada porque era uno de los disfraces que más estaban disponibles en la tienda, al parecer no todo el mundo pensaba como ella, más bien, todos pensaban como su madre, ya no quedaban disfraces de ningún tipo de princesa en la tienda. Anna estaba molesta porque no conseguíamos el disfraz perfecto para mí.

—Tengo una capa en casa, solo debo comprar unos colmillos y...

—¡No serás un vampiro!—protestó ella por enésima vez.

Anna miraba con atención los trajes para caballeros, pero nada la convencía y eso la estaba poniendo de los nervios.

Cuando le propuse ir a la casa embrujada para Halloween sus ojos brillaron, lo hicieron aún más cuando le comenté que Jethro estaría ahí. A Anna le gustaba Jethro, él era bastante culto, leía bastante y la última vez que se vio con Anna hablaron por treinta minutos sin parar sobre el principito.

Anna conocía a Sussie y en sus ojos calculadores sabía que le caía bien, el único gran problema de la chica castaña era su novio. Sin embargo, la única que vez que tanto la novia de Jethro y mi sobrina se vieron se agradaron.

Ella habla demasiado, tío Jer, pero hace feliz a Jethro, había dicho.

Anna se detuvo en un disfraz de príncipe y simuló vomitar, después retomó su paso firme.

Mi sobrina quería que todo fuera perfecto, ella quería verse perfecta. Era su cumpleaños después de todo, lo único que me pidió de regalo fue que ella elegiría mi disfraz, aunque ya yo había comprado algo para ella.

Anna estaba tan sumergida en su mundo que no se dio cuenta de la chica que tenía frente a ella y se estrelló a su espalda. Anna se disculpó, pero sus ojos se abrieron de par en par cuando reconoció a la chica frente a ella. Yo también lo hice.

—¿Anna?

—¡Astrid!—Anna la abrazo por la cintura y la chica hizo lo mismo, solo que esta acaricio su cabello—. ¿Qué haces aquí?

—Buscando mi disfraz para Halloween.

—Las calabazas están en el pasillo de al lado—guió Anna y Astrid sonrió felizmente.

—¿En serio? La dependienta me dijo que no había calabazas para mí—Anna frunció el ceño y de nuevo se olvidó completamente de mí. Tomo la mano de, al parecer, su nueva mejor amiga y la haló hasta donde recordaba haber tomado su disfraz.

Anna le enseñó la pila de disfraces de calabazas y Astrid le agradeció.

—Espero que consigas tu talla.

—¡Aquí está!—Astrid no estaba fingiendo, ella de verdad quería colocarse el traje de calabaza—. Gracias por tu ayuda, Anna.

Por primera vez Astrid me miró y me regaló una sonrisa. Ignorando lo malos modales de mi sobrina extendí mi mano y finalmente me presenté.

—Soy Jeremi, el tío de Anna.

—Astrid—tomó mi mano y mi corazón latió violentamente.

El silencio nos envolvió, yo no podía quitar mis ojos de Astrid y ella junto a su sonrisa tampoco podía quitar su mirada de mí.

Anna interrumpió nuestra guerra de miradas con quejido.

—Esto es asqueroso.

—¡Anna!—la regañé, pero ella me ignoró y volvió a la carga por el pasillo. Astrid solo se sonrojó un poco avergonzada —. Lo lamento, ella no es así.

Lo era totalmente, pero eso Astrid no lo sabía.

—Tengo un hermano pequeño y él también es bastante celoso conmigo—se encogió de hombros como si no le importara. Astrid seguía observando a la frenética Anna, mi sobrina seguía sin conseguir un disfraz para mí—. Ya tiene su calabaza, ¿que está buscando tan enojada?

—Un disfraz para Halloween, pero esta vez para mí. Le propuse que sería un vampiro, la ofendió muchísimo el hecho de que siquiera lo mencionara.

Astrid rio, mis oídos se deleitaron de tan bonito sonido, pero le sorprendió ver cómo se alejaba en dirección a mi sobrina y esta la viera con advertencia. Anna estaba siendo bipolar, le gustaba Astrid, pero no le gustaba la manera en la que yo la veía.

Anna nunca me había visto en una relación con alguien, pero sabía de mis esvuentros casuales. Anna sabía que los niños no venían de las cigüeñas, tarde me di cuenta de que ella sabía sobre el sexo, su madre podría haber ayudado en eso.

Me acerqué a las chicas para escuchar de que hablaban. Anna, siendo tan pequeña, medía con sus ojos a Astrid quien solo le brindaba una sonrisa de confianza.

—Es buena idea—escuché decir de Anna—, eres la primera persona que no me habla de disfraces estúpidos.

—Sí, un vampiro es definitivamente un disfraz estúpido—Astrid le dio la razón, yo me ofendí, ella al notar mi gesto al escuchar sus palabras me ofreció una sonrisa de disculpa—. Lo siento Jeremi, pero media ciudad estará disfrazada de vampiro, puedes hacerlo mejor que eso.

—¡¿Ves?! ¡Ella me comprende!—Anna bajó la guardia, apretó su disfraz de calabaza en sus pequeños brazos y me miró fijamente —. Astrid me dio una idea genial, pero necesitamos mucho maquillaje.

Tomó mi mano y luego me arrastró por la tienda sin—de nuevo—, dejarme despedirme de Astrid. Iba a protestar, pero Anna se detuvo frente a la dependienta, mientras dejaba su disfraz sobre la caja para que yo pudiera cancelar.

—Buenas tardes, ¿tendrá algún maquillaje para hacer que la cara de mi tío parezca un zombie?—la señora, impactada por las palabras educadas de mi sobrina, parpadeó tres veces antes de responder.

—Oh, sí, tengo variedades de maquillajes.

Anna se introdujo en una larga conversación con la dependienta sobre maquillaje para zombies. Noté como Astrid se posaba a mi lado con su disfraz de calabaza en manos.

—¿Un zombie?—cuestioné hacia ella en voz baja, Astrid se encogió de hombros.

—Le gustan las cosas terroríficas, ella cree que han ridiculizado demasiado a los vampiros desde que salió Crepúsculo.

—Ni siquiera había nacido cuando salió la primera película de Crepúsculo—protesté mirando con horror como ahora mi sobrina estaba regateando con la dependienta—. Me está sacando canas verdes.

—Creo que haces muy bien el papel de tío, es normal abrumarse con niños como ella.

—¿Niños como ella?—me encontré frunciendo el ceño.

Astrid no lo había dicho de mala manera, sin embargo, sus palabras no me habían gustado.

—Siento si malinterpretaste mis palabras—dijo ella sonrojándose un poco—, pero cuando me citó a la Ilíada en el supermercado quedé un poco sorprendida.

Pasó igual con Jethro.

—Es una de sus obras favoritas—comenté al ver cómo Anna parecía haber llegado a un acuerdo con la dependienta.

—Siento si estoy sacando conclusiones, sé que no se puede reconocer a un niño con altas capacidades solo porque haya leído la iliada—se rio un poco—, soy maestra de primaria, presto una atención adicional a los niños.

Me sorprendió su profesión, quería hablar más con ella, pero Anna ya estaba llamándome ansiosa para cancelar. Me disculpé con Astrid y volví a la caja, la dependienta miraba con una ceja arqueada hacia Anna quien sonreía triunfalmente. Cuando terminó de pasar mi tarjeta y me dio la factura no faltó el comentario frecuente de los desconocidos.

—Es una chica muy lista, si sigue así podrá conseguir lo que quiera solo con esa mirada. Feliz Halloween.

Le agradecí, Anna también lo hizo, después la tomé de la mano y ambos chocamos con Astrid quien estaba haciendo fila detrás de nosotros. Esta vez quería despedirme correctamente, así que ignoré las miradas de Anna y lo hice.

—Fue un placer conocerte, gracias por la idea de mi disfraz.

Astrid se encogió de hombros e hizo un gesto con sus manos quitándole importancia.

—Espero que ambos consigan muchos dulces—después miró con una sonrisa más amplia a Anna—. Buena suerte con tu calabaza diabólica.

—Buena suerte con tu calabaza angelical—respondió la niña en cambio.

Y ya está, eso fue todo. Anna me arrastró fuera de la tienda y cuando estuvimos en una distancia considerable ella se dio la vuelta cruzando sus brazos como si estuviera pidiendo explicaciones.

—¿Qué?

—¡Eres demasiado malo coqueteando! —exclamó ella enojada conmigo, fruncí el ceño.

—¿Querías que coqueteara con ella?

—No, pero ella estaba coqueteando contigo.

—No lo estaba, hablábamos sobre ti, uno no coquetea hablando sobre sus sobrinos—ella giro sus ojos.

Anna me había girado los ojos.

—A veces eres tonto tío, Jeremi.

—Pensé que no querías que coqueteara con ella—ofrecí, sin embargo, Anna seguía enojada.

—Solo soy celosa, eres mi tío favorito.

—Soy tu único tío.

Anna aguantó una sonrisa, pero fracasó. La acerqué a mí y apoyé mi brazo sobre sus hombros dirigiéndonos al auto.

—Eres una combinación mortal, Anna, chica inteligente, pero al final de toda una chica. Las chicas son tan complicadas.

—¡Ese es un comentario machista, tío Jer!

Durante todo el camino me platicó sobre los derechos de las mujeres y las razones por las que los hombres se sentían tan intimidados por ellas.

Anna es amor, de verdad adoro escribir sobre ella <3 Y los momentos Anna/Jeremi son amor también jajajajaj

Capítulo dedicado a Clara, espero que te haya gustado <3

Nos estamos leyendo :)

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