Capítulo 12
Aquella mañana, el primero en despertar fue el pintor. Un rubor suave se asomó por sus pómulos y soltó una risa. Error dormía en el suelo por alguna razón, así que lo tomó y lo subió a la cama para que no tuviera frío.
Aquellos noche había sido rara, y no sabía muy bien como manejar lo que en su mente había en estos momentos. Pero por más que intentara comprender el amor, había un problema.
Todos le hablaban del sentimiento, del alma, de aquellas cosquillitas en la panza, de aquellas puntadas de felicidad en el corazón al ver esa persona especial.
Ink se sentó en el mesón de la cocina y empezó a beber algo de soda mientras pensaba un poco en ello.
¿Estaba enamorado realmente? Quizás él no podía estarlo, quizás no era su destino, no era algo para él y por eso la ausencia de alma no le afectaba tanto... ¿O si le afectaba? Los pensamientos empezaron a abrumar lentamente la cabeza del chico, pero una voz calmó aquella nubes negra de humo dándole un poco de ánimos.
— Chico, alma o no, el sentimiento existe. Tú no necesitas nada más que a tí mismo para sentir lo que sientes. No soy imbécil, pero tampoco soy el ser más inteligente. Sé reconocer a alguien que ama y que siente. No te eches a morir por cosas que no valen la pena y disfruta el momento...
Geno se sentó a su lado y se sirvió una taza de café, acarició suavemente la cabeza del joven Dios inexperto y sonrió recordando las crisis que le daban a su hermano de pequeño.
— ¿Cómo sé que mi verdadero yo no le hará daño? ¿Como sé que esto no me hará daño? Yo... estoy tan aterrado por la realidad, por saber que tendré que cargar con tanto en mi espalda en un tiempo... ¿Cómo es que puedes dormir tranquilo sabiendo que algún vez vas a morir y Reaper seguirá tal y como lo conociste? ¿Como es que un mortal lidia con la inmortalidad? Desde cachorros nos dicen que nada es para siempre, y he visto dioses cansados, he visto estrellas desaparecer... He visto humanos partir, pero jamás he visto a un Dios que diga adiós a su cargo. ¿Como es que un simple humano débil y viejo va a morir tranquilo sabiendo que el único y gran amor de su vida jamás pasará la eternidad contigo porque dos eternidades paralelas les separan? La vida es cruel con aquellos que aman, la muerte es dura, pero a veces es la única puerta del camino de la calma. Geno... ¿Como es que puedes dormir tranquilo sabiendo que tú vida se va a escapar algún día entre los dedos de quien ya te has entregado en cuerpo y alma? Ustedes son tan... Extraños.
— Hablas mucho, piensas mucho... Pero de cierta manera es lindo lo que piensas —Dijo Geno dándole unos segundos para reflexionar todo aquello que había oído de aquel joven. Conocía demasiado de la vida para, a la vez, ser un completo desconocido ante ella—. Chico, la vida es cruel, y eso está claro. Pero no tienes que darle mayor preocupación a lo que vendrá o a lo que vino. Tu vida es hoy, es este momento. No eres una persona normal, no eres solo un Dios, no eres solo uno más entre mortales; Eres un experiencia. Disfrutala.
Ink bajó su cabeza y miró un momento sus manos. Los recuerdos de aquella noche lo hicieron estremecer de pies a cabeza y unas ganas electrizantes de volver a levantarse con más ánimo llegaron. ¿Era necesaria un alma?
Ink se levantó de la mesa y le sonrió alegre a Geno. Se sentía extraño, con una paz que inundaba su entero ser y todo ello era gracias a las palabras de Geno, quizás el estar en la Tierra le ayudaría a sobrellevar los miedos que la atormentaban.
Era hora de empezar a crecer, pero también espiritualmente.
— Cuando desperté no estabas acá y creí que algo te había pasado...
— No... Tranquilo, estaba tomando algo. ¿Tú no tienes hambre o algo...?
— Claro, claro... —Confesó Error mientras se ponía una camisa y se levantaba de la cama para estirarla un poco—. ¿Cual de los dos bastardos se levantó primero? Te escuché hablando con alguien, pero no muy bien...
— Estaba conversando con Geno sobre... Reaper, además te estaba haciendo algo para comer. No te demores.
— Hey, ¿Te sientes bien...?
Error cerró la puerta y abrazó a Ink. Cuando el más bajo le dirigió la mirada, notó en sus pupilas una diferencia de color. Un morado opaco y un azul intenso... ¿Eso era normal o algo?
— Siento... Siento que algo anda mal y no sé que es realmente...
— Ink, si es sobre nosotros y lo de anoche...
— ¡Eso estuvo bien! Solo, solo que no sabría explicarlo... Sé que siento miedo. Y no sé a qué.
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