El escribir se ha forjado como una sólida e indestructible pared, la cual uso de apoyo cuando las columnas de mi templo no soportan el peso de su techo.

Cuando escribo pienso en que quizás alguien podría leer alguno de mis textos, en que quizás podrían figurar mi imagen fundida en cada línea escrita por mis dedos, me detengo y analizo si mis palabras son consecuentes con los actos, si las historias marchitaran las flores plantadas en mi jardín o si podrían en un futuro hacerle daño a su propio jardinero, pero también pienso en que tal vez exista alguien intentando descifrar en mis paredes, una manera de suturar los hoyos que desbordan su existencia, y aunque no lo sepa, el creer que esa persona existe, hace que no me importe todo lo demás.

Es casual, pero ya comienza un año nuevo, me alegra que mis cercanos lo celebren, me alegra verlos bien y me alegra saber que cada año nuevo para mí es otro igual. Darle algún sentido a esta vida que tenemos es un camino para andar, el mío está basado en distinguir lo bueno de lo malo, asumir lo que es real, comprender las situaciones que te llevan a temer, a mentir, a llorar, a morir o a volar.  ¿Por qué tenerle ese miedo a la muerte del cual no podemos escapar, en vez de idealizarnos en un valhalla que será nuestro final?, ¿Por qué no imaginar otra vida en un nuevo pero maravilloso lugar?, si tan realistas somos y no podemos dejar de interpretar la muerte como un suceso terrible, analízalo de esta manera: ¿En verdad queremos vivir para siempre?, te has fijado que sin ser o poseer nada, en ocasiones eres feliz por contar con una persona a tu lado, estarías dispuesto a ser inmortal, teniendo mil años y en esas diez vidas perder en todas, aquellos que amas. Para que almacenar un saco de historias, sin los amigos que te hicieron llenarlo, para que estar tantos años preso en un cuerpo que no cumple con tu voluntad, para que desear ser más viejos, si solo queremos despertar siendo niños, para así volver a soñar. Lo que solemos juzgar como malo es necesario que pase para que el mundo funcione a su propia perfección, no intentaré convencerte con frases de opuestos como el día y la noche o el frío sin calor, pero sabes que todo tiene una importancia y todo guarda su relación. Sería ideal bajo nuestro juicio e ignorancia estar siempre con las personas que amamos, pero aunque fuera posible serían tantos que no habría espacio para todos. Morir es necesario porque sin la muerte el tiempo se volvería infinito y las ganas escasas, llorar es la manera de regular y procesar el dolor, temer es un reflejo que proporciona la protección para no olvidar que puede hacernos daño, perder es la mejor estrategia para superar tus debilidades y las mentiras suelen dolernos, pero hay verdades que perforan la paz. Estamos programados para asimilar e interpretar la vida según viejos cuentos de hadas. Absorbemos desde pequeños, conceptos de familia, la amistad, el amor, los sueños o la fe como juguetes, que en muchas ocasiones al crecer y romperse entendemos que solo eran partes de una fantasía. Se trata de no ser tan abstracto, no siempre la familia es familia, no siempre los amigos son amigos o el amor es realmente amor, la fe solo funciona para aquellos que la necesitan y no todos los sueños son posibles de lograr.

Hay quienes por no crecer con una familia se convierten en hombres de hogar, hay personas que cuando fallan entiendes lo oculta que está la palabra  amistad, hay amores que consideraste como verdaderos y solo fueron olas del mar, hay quienes vagan con creencias absurdas, pero tienen la fuerza de cien hormigas tejedoras y sobre todo hay muchos que luchan por alcanzar grandes sueños, teniendo al alcance  su felicidad.

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