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Entrada_38

Domingo, 28 de diciembre de 2114

Lo sabía. Es que lo sabía. No iba a durar para siempre. Claro que no. Justo cuando me empezaba a creer que mi vida podía ser tranquila, que de verdad podía llegar a ser la vida estándar de una chica de dieciocho años, tiene que llegar esto y recordarme que no lo es y nunca lo será. Porque… No sé… No tengo ni la más remota idea del porqué.

 Tener que escribir en un sitio aún más oscuro que antes es horrible. Y ahora sin velas ni nada. Un ordenador es lo único hecho por el humano que tengo alrededor. Y es el que cogió Adam (no lo devolvió) y ahora lleva siempre consigo. Lo ha modificado para que, de alguna manera, pueda tener acceso a Internet a muchos metros bajo tierra. No tengo ni idea de cómo lo ha hecho. Me lo explicó en uno de sus momentos frikis, pero, ya fuese por el vocabulario específico, o porque no me interesaba lo más mínimo, no presté demasiada atención. Aún así, supongo que en algún momento se quedará sin energía y nos quedaremos sin ordenador.

¿Pero por qué estoy en un sitio más oscuro? Simple. Aterrador pero simple. Hay tormenta. Una de las fuertes. Y, por eso, ahora estamos en una gruta muy estrecha que es, supuestamente, la más segura de Dreo. Ya os he mencionado mi disgusto por los sitios abarrotados de gente, ¿verdad? Pero hay que aguantarse.

Hay muchas personas a mi alrededor y todos gritan, buscando a sus seres queridos. Yo he perdido a mi hermano. Tampoco sé donde están Andy y el resto. El único que está conmigo ahora es Adam, también gritando y tratando de distinguir a alguien conocido. Yo le he dicho que estarán bien, pidiéndole que parara (sin éxito) porque es evidente que no se van a encontrar gritando y armando escándalo como el resto de los habitantes de Dreo. Pero Adam sigue a lo suyo, contribuyendo al ruido que hay en la gruta. Supongo que sí que es resistente porque con todo este alboroto, tengo la sensación de que el techo se nos va a caer encima, aunque por ahora se mantenga sujeto.

Yo me he metido en un recoveco en la pared, para aislarme un poco y he decidido ponerme a escribir, porque esto es lo más interesante que ha pasado en varias semanas. Pero parece una broma. ¡Qué ironía! Justo el Día de los Inocentes. Vale, es cierto, no me gusta la monotonía de Dreo, pero tampoco me apasionan las tormentas que pueden poner en peligro mi vida, y la de Adam, y la de Jake, y la de Lorena, y la de Andy, y la de Philip, y la de Natalia, y la del pequeño (o no tan pequeño) Raúl, y la de… ¿Entendéis ahora por qué no quería relacionarme con nadie?

Y, por eso, comprendo que Adam grite inútilmente para buscarles, y que todos los habitantes de Dreo hagan lo mismo, porque tenemos miedo, solo que yo trato de acallar mi miedo escribiendo en este diario.

Pero… ¿Tengo miedo? ¿Debería? Al fin y al cabo, no les ha podido pasar nada. Seguramente Jake y Nat estén trayendo a los últimos rezagados, y en breve estarán poniendo orden por aquí. Y los demás… Bueno… Ellos estarán por ahí, en medio del tumulto, gritando también. Además, la gruta estrecha en la que estamos es muy larga, así que es muy plausible que no les veamos, y eso no quiere decir que no estén a salvo, ¿verdad? Pues claro que sí. Estarán por ahí, no hay que preocuparse.

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Ya estamos todos juntos. Jake y Nat llegaron al fin para poner orden, y tras varios gritos y mucho esfuerzo, consiguieron que toda la gruta permaneciese en silencio. Hicieron un recuento de la población. No faltaba nadie. Los conocidos se reunieron y ahora estamos acampados en grupitos a lo largo de toda la gruta. Hay antorchas esparcidas por todos lados. Las hogueras las han tenido que apagar, para evitar desgracias. Se han repartido víveres, pocos, pero suficientes para el día siguiente y para la cena de hoy.

El ambiente es muy tenso, y ahora que la gente se ha juntado con sus conocidos se limita a susurrar, por lo que el silencio es palpable, y solo se rompe con los llantos agudos de los más pequeños. Nosotros estamos sentados en un círculo, nadie habla. Yo escribo. Nat está apoyada en el hombro de Jake, que la rodea con cariño con el brazo. Andy y Phil están muy pegados, pero no llegan a tocarse. De vez en cuando se lanzan miraditas empalagosas llenas de un significado que desconozo.

Lorena está tumbada sobre las piernas de Javi, dormitando mientras él le acaricia el pelo con suavidad. Raúl se ha quedado dormido en el regazo de su madre. Estos últimos están un poco apartados para evitar la luz de la antorcha que cae directamente sobre nosotros, y así poder descansar. Adam está sentado a mi lado, sonriendo mientras lee mis palabras. Es la primera vez que le permito a hacer eso, y se le ve contento por mi muestra de confianza.

Desde un punto de vista ajeno, se podría decir que la situación es normal, que nuestro grupito está mucho más relajado de lo que cabría esperar, pero desde dentro se nota el agobio y la inquietud.

Aunque el techo de esta zona de Dreo es muy grueso (de unos veinte metros), se oye con claridad la tormenta de fuera. Parece que nos están bombardeando, y el fuerte ulular del vendaval me pone los pelos de punta. Tengo la sensación de que no soy la única. Da miedo que en el mismo año haya habido dos tormentas tan poderosas, después de siete años de relativa tranquilidad. Así debieron de vivirlo en el temporal de junio, y me imagino a Jake, haciendo el recuento, y dándose cuenta de que faltaba su propia hermana. ¿Qué hubiera hecho yo en su lugar? No lo sé.

¿Cuánto va a durar esto? ¿Y cuánto durarán las provisiones? ¿Qué pasa si se terminan antes de que la tormenta se aclimate? ¿Moriremos de hambre? ¿Volveremos  a ver la luz del sol? Y si la gente muere, ¿qué pasará? ¿Los que sobrevivan aguantarán? ¿Encontraremos una vida alternativa o nos pudriremos, enterrados vivos bajo tierra?

Solo sé que todas estas preguntas ya se las hicieron hace meses, y yo nunca pensé en ello, y por eso ahora me martirizo. Allí fuera la otra vez no tenía la perspectiva que tengo desde aquí, y este nuevo punto de vista es mucho peor. La gente está tranquila porque ya sobrevivieron una vez. Y según eso, ¿por qué no lo iban a volver a hacer?

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¡Espero que os guste!

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