Veintiocho
Thomas
Abrí poco a poco los ojos , estaba cansado y sentía de que la vida se resbalaba de mis manos.
Hasta que la ví. Ella entro apurada a la sala, se veía cansada y asustada. Se acerco donde yo estaba y me miro.
-Me prometiste que no lo volverías hacer- Se lamento en un susurro que apenas podía escuchar.
-Algunas promesas por fuerza mayor se rompen, mi pequeña.
Cerro los ojos para asimilar el dolor.
Empecé a sentir menos dolor cada vez , era la hora.
-Tienes que ser fuerte - empecé a decir - Mas fuerte de lo que eres.
Ella rompió al llanto y empecé a cerrar los ojos para no abrirlos nunca.
Fin.
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