Este drabble participa en la actividad de noviembre de #Retossesshomenov

Los personajes de Inuyasha no me pertenecen, solo la historia es de mi autoria. 

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No sabían como ni tampoco por que pero, tenían días que las especies de animales del pueblo amanecían muertos, pero lo más extraño era que parecían chupados: Sin una gota de sangre en su cuerpo, comenzaban a sospechar de una especie de yōkai vampiro.

— ¡Tenemos que acabar con esa criatura esta noche! -exclamo una castaña con notorio odio.

— Tenemos que idear un plan para poder cazar a esa cosa. -habló una mujer en el fondo.

Las miradas de todos se posaron en la dueña de esa voz, la mujer era extraña.

Sus ojos eran azules cual océano y su cabello negro brillaba en tonos azules.

— Debes ser consiente que no podemos dejar que el demonio se relacione con nadie, de lo contrario estamos perdidos. -habló un hombre de cabello negro atado en una colita pequeña.

Y así procedieron a idear un plan para cuando llegara la noche y con ella la criatura y ponerle fin.

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— ¿Sesshomaru? -preguntó una vez que estuvo sola en el bosque.

El imponente macho de cabellos plateados y mirada ámbar la miró esperando que continuara con su parloteo.

— Lo conseguí, esta noche vendrán a buscarte y tendremos un gran banquete, ninguno sospecha de mi.

El hombre solo asintió y se dio vuelta para alejarse.

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La noche llegó más rápido de lo que pensaron y todos en el pequeño pueblo estaban siguiendo a la mujer con antorchas prendidas y en total alerta por el oscuro bosque.

Y como la mujer había prometido la criatura estaba frente a ellos alimentándose.

— ¡Feliz aniversario, cariño! -exclamo la mujer mientras se trasformaba y todos los aldeanos gritaban de terror.

— Grrrr. -fue la respuesta que dio ante las palabras de la femenina.

— ¡Traidora! -gritó la mujer de cabellos castaños.

— Creo que debemos terminar primero con su vida.

— ¡No lo hagas, tengo hijos, una familia! -gritó ella en respuesta.

— ¿Kagome? -preguntó el macho al ver que su pareja se quedaba quieta ante las palabras de la mujer.

— Vete, pero donde hables morirás y tus hijos serán testigos de tu muerte. - advirtió y la castaña asintió y corrió de regreso al pueblo.

— ¿Continuamos? -preguntó Sesshomaru después de que la mujer se había marchado.

Y son una brillante sonrisa Kagome le respondió y con los gritos de todos los aldeanos como música festejaron su décimo aniversario.