Este drabble participa en la actividad de noviembre de #Retossesshomenov

Los personajes de Inuyasha no me pertenecen, solo la historia es de mi autoría.

Dedicado a Kay Taisho Kurokawa

Día 6: Reencuentro

Era de noche y ella lloraba de tristeza, aun le dolía lo que se hizo hecho en su familia con el propósito de separarla de Sesshomaru, hacía poco más de un mes la Enviado lejos de todos al extranjero con el pretexto de que tenía que prepararse mejor y que solo así lograría encontrar un mejor partido que Sesshomaru.

Y tenía solo dos días que Inuyasha, el medio hermano de su gran amor le había contactado para decirle todo y contarle como manejaron en su casa la situación con su hermano.

Esa noche ella no pudo dormir, el dolor era demasiado grande para ignorarlo.

...

Apretando sus dientes sin decir ninguna palabra solo escuchó a su madre y sus ridículos argumentos del porque salir con Kagome no era lo mejor e incluso sospechaba que Kagura, su ex, tenía que ver.

Se atrevido a utilizar un embarazo del que él no tenía nada que ver, su noviazgo con ella no había llegado al punto del sexo, siempre la rechazaba. En cambio, con Kagome siempre fue diferente el deseo sexual estuvo ahí desde el primer día que la conoció en la universidad.

Tan solo hacía unos minutos su medio hermano le había hablado diciendo que tenía algo muy importante que hablar con él, y quedaron de verso en una cafetería cercas al apartamento en el que vivía.

...

Cinco años habían pasado y Kagome estaba más que nerviosa de regresar a Tokio y volver a ver a todos sus amigos, ahora que era dueña de una pequeña compañía nada podría detenerla, los últimos en enterarse que estaba de vuelta en Tokio serían su familia, aún estaba molesta por lo que habían hecho.

Ahora se preguntaba si su amor de universidad era feliz con Kagura, después de todo ahora era padre. Suspirando decidió dejar de pensar en eso y decidió dormir el viaje en avión sería demasiado largo y agotador.

...

Cinco años y él no sabía nada de Kagome, era como si se la hubiera tragado la tierra, después de que su hermano le contara del malvado plan de sus padres no había vuelto a hablarles, ese ridículo plan afecto de tal manera a Kagura que después del nacimiento de su bebé se suicidó dejándolo a él como tutor legal.

Y la pequeña bebé no se parecía en nada a él como lo había sospechado, pero aun así decidió quedarse con la pequeña niña, la llamó Rin.

Se había graduado y había decidido emprender un pequeño despacho de abogados y le iba bastante bien, y su pequeña hija estaba bien, aunque sabía que le faltaba el amor de una madre y le dolía verla triste cuando la recogía del colegio.

Ahora se preguntaba si Kagome había logrado ser feliz y comenzaba a creer que nunca más la vería y que quizá ahora ella estaba felizmente casada y con familia, y ese pensamiento dolió más de lo que imaginó, así que decidió dejar de pensar en ella.

Iría por Rin a la escuela en una hora así que comenzó a terminar el poco papeleo que tenía para irse a casa con ella.

...

Caminaba por las calles de Tokio, recorriendo cada lugar que había visitado con él hasta llegar a la escuela primaria donde ella alguna vez estudió, por la hora era tiempo del fin de clases, y podía apreciar a varios niños con sus madres felices pero lo que más le llamó la atención fue la pequeña niña de cabellos castaños que parecía llorar a la distancia, así que decidió aproximarse.

— Hola pequeña. — saludo con una sonrisa, sin embargo, ella no contestó— ¿Cuál es tu nombre?

— Rin. –respondió con simpleza.

— ¡Que hermoso nombre! Yo me llamo Kagome. –se presentó.

La pequeña infanta sonrió.

— ¿Por qué estás tan triste Rin acaso olvidaron venir por ti? –preguntó.

Inmediatamente la pequeña negó — Rin solo quiere tener una mamá como el resto de sus amigos, es feliz con papá, pero mis amigos siempre hablan de lo fabulosas que son las madres y hacen que me sienta triste. –explicó la pequeña.

El pequeño corazón de Kagome se encogió y abrazó a la pequeña haciéndola llorar. Minutos más tarde escuchó una voz llamar a la niña mientras se aproximaba a ellas.

— Me disculpo si mi hija causó algún problema. –habló él una vez que se puso frente a ambas femeninas.

— Nada de eso, su hija es todo un amor, —Respondió ella mientras levantaba la vista sorprendiéndose ante su extraño encuentro — Se...sshomaru.

Amos se miraron sorprendidos y eso causo interés en la pequeña.

- Kagome. –Respondió él en un susurro.

- Hola. –Habló tímidamente y él sin pensarlo la abrazo ignorando a la niña.

- ¿Ella puede ser mi mamá? –Preguntó la niña haciendo reír a los adultos.

- Solo si ella quiere. –Respondió él haciendo que las dos mujeres rieran.