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Cenicienta (EXTRA)

LO SIENTO MUCHO, PERO ESTO NO ES LA CONTINUACIÓN DE ESTA OBRA. ES UN EXTRA, POR LLAMARLO DE ALGUNA FORMA. Si os quedáis a leerlo, prometo muchos sinsentidos y risas por vergüenza ajena XD

Lo que vais a leer a continuación es una especie de adaptación muy, pero que muy ¿particular? del cuento de Cenicienta. La escribí con unos once años y estaba pensada para ser representada con mis amigas el día de mi cumpleaños. Está prácticamente igual que cuando la escribí a excepción de signos de puntuación y detalles así que he corregido.
No me hago responsable de vuestra reacción tras su lectura, yo también flipé mucho cuando me reencontré con mi primera versión de Cenicienta. Bueeeno, al lío. (Si alguna referencia no la pilláis, que será lo más probable, os lo explico encantada)

Aquí el clásico cuento de Cenicienta... ¡NO! Todo diferente, desde que Cenicienta va al baile en bici en vez de en una calabaza mágica hasta que su hada madrina interrumpe la boda para cantar una canción. Esta obra está hecha única y exclusivamente con mis ocurrencias, frases o expresiones de mi clase y/o entorno.

(Ojo con los spoilers que soltaba en la introducción)

Había una vez una chica, llamada Cenicienta, era guapa y tenía una voz melodiosa...

—El chiqui-chiqui se baila así: 1 el brikindan, 2 el crusaito, 3 el Maikel Jason, 4 el robocop.

...Vale, me he pasado con lo de melodiosa, bueno, sigo con el cuento.

(Empieza bien, ¿eh? XD)

Cenicienta vivía con su madrastra y sus dos hermanastras: Anastasia (que es mu pija) y Griselda (un poco, bastante, demasiado presumida). Ella se veía obligada a hacer todas las tareas a su madrastra y sus dos hermanastras.

Un día metieron por la rendija de la puerta una invitación que cogió la criada y leyó a toda voz para que se enteraran los cuatro vientos:

Toda dama que viva en la casa y sea soltera y sin compromiso deberá asistir al baile de disfraces en el cual nuestro queridísimo príncipe Enrique Augusto César de Bombón XCIX (99) justo cuando el cual finalice elegirá a la que será nuestra futura reina, es decir, a la que él quiera que sea su esposa.

Firmado cortésmente vuestro queridísimo rey José Domingo Francisco de Mantecado XL (40) ¡QUE NO ES MI TALLA! (Mi talla es la XXXXL)

Al enterarse la madrastra les dijo a sus dos hijas que empezaran a prepararse pronto porque ella quería ser la suegra del futuro rey, pero a Cenicienta le dijo que limpiara que para cuando volvieran quería ver la casa relucir como el oro.

Llegó la noche del baile.

—Cenicienta, nos vamos al baile, que me han dicho que el príncipe es un huelvano que está buenísimo...

—Diu que pedrá acaba de meter mamá, se dice o-nu-ben-se —intervienen las hermanastras a coro.

—Bueno, eso es lo de menos, sé que está buenísimo porque me lo ha dicho el vecino del primo segundo del abuelo del que le vende la comida al cocinero del rey, y dice que está más bueno que Cristiano Ronaldo, ¡así que fíjate tú! Vámonos ya, hijitas.

(Very important nota de autora: No sé por qué coño puse eso de Cristiano Ronaldo, si a mí el fútbol ni fu ni fa y el Madrid menos todavía. Juro que lo flipé muchísimo cuando leí esto que puse XD)

­—¡Te chinchas que tú no vas al baile!—se chulearon las hermanastras delante de Cenicienta.

A las 10 y media, más menos que más, apareció una niña de 12 años, que para presentarse dijo:

—Hello, Ceni, my name is Sunny!!!

—¿Quién ha dicho eso?

—Yo, tu hada madrina... Creo que me se ha olvidao algo... ¡ah, sí, el juramento de las hadas!: «Donde haiga alguien en problemas, ahí estará su hada madrina».

—Diu que pedrá acaba de meter el hada madrina, se dice haya —dijo Cenicienta entre dientes.

—Bueno, cuchiflitina, eso es lo de menos. —Fue como a darle un puñetazo y Cenicienta cerró los ojos—. ¡CHANTE! Vale, ya se ha acabado la guasa. Mira tengo dos noticias, una buena y otra mala —dijo el hada—. Empiezo por la buena: vas a ir al baile de esta noche, peeeeeero, ahora viene la mala, iba de camino a la tienda de calabazas mágicas y pasé por delante de una tienda de bicicletas, y vi esta preciosura... con frenos de disco, suspensión trasera... y la compré, así que iras al baile con ella.

—Vaaaaaaaaaaale... Pero ¿qué hago con mi ropa?, está toda sucia.

—No te preocupes, voy a llamar a mi tía que es costurera y le encargo un traje palabra de honor con metro y medio de cola y nos lo trae en cinco minutos (pi, pi, pi)

—Hola, tía, te quería pedir un favorcito para... sí, tía, estoy bien... sí, llevo todos los días el gorro y la bufanda que me tejiste a mano... sí, estoy segura... —Un par de minuticos dando respuestas—. ¡Mecachis en los polvos mágicos! ¿Puedo pedirte ya el favorcito que te iba a pedir? ... Pues quería un traje palabra de honor con metro y medio de cola... sí con seda rosa... Venga, gracias, adiós.

A los 4 minutos y 58 segundos de que llamara el hada, llegó un paquete de la tía del hada con una nota que decía:

De nada
PS: Vivo en la casa de enfrente así que ven a darme propina porque la tela para hacer el traje es mu cara.

En menos de lo que canta un gallo, Cenicienta ya estaba vestía, peiná y maquillá y con una tiara en el pelo que se notaba a legua que era la del roscón de reyes.

—Vuelve antes de las doce porque una amiga me ha pedido que le deje la bicicleta —le advirtió el hada antes irse.

Empezó a pedalear y la cola del traje primero llenándose con la grasa de la cadena, después se le enganchaba en la rueda... hasta que al final se hizo un nudo en la cola.

A los 5 minutos de ir pedaleando, Cenicienta estaba en una carretera llena de coches y le da por decir:

—¡Voy conduciendo un autobús! —Suena el claxon del coche. Así tres veces.

(Esto no recuerdo ni yo qué significa XD)

Al llegar al palacio se quitó el nudo y se dio cuenta de que solo le quedaba un metro de cola.

Entró al palacio pegando un portazo que no veas; todos los invitados se quedaron sobresaltados por el susto. Cuando Cenicienta vio al príncipe se quedaron los dos con cara de empanaos.

Cuando se pusieron a bailar estaban todo el rato pisándose el uno al otro.

Cuando tocaron las doce, Cenicienta se largó pitando a devolverle la bici al hada; ni siquiera se despidió de su "Enriquín". Pero al salir corriendo se le cayó un zapato por la escalera, pero no se dio cuenta.

El príncipe intentó anunciar la dama que había elegido para que fuera su esposa, pero hasta que no dijo:

—¡Callarsus tos! —Un gran silencio—. He elegido a una persona que he conocido esta noche para que sea mi esposa... Ceni, cariño, ¿ande estás?

Al no encontrarla, el príncipe salió a la calle a buscarla y encontró el zapato:

—Qué zapato tan bonito y de cristal... ¡¡¡JOER QUÉ PESTE ECHA!!!

Al día siguiente, el príncipe salió a buscar a Cenicienta, su amada, pero por ahora sin éxito, después de haberle probado el zapato a novecientos noventa y nueve millones novecientos noventa y nueve mil novecientas noventa y nueve mujeres (y eso que el reino era pequeño).

Llegó a casa de Cenicienta, primero se lo probó a la madrastra pero le estaba pequeño; después se lo probó Anastasia que, como se había enterado de que a la persona que le quedara perfecto se casaría con el príncipe, rompió tres calzadores pero no se lo pudo poner. Después se lo probó Griselda pero, como le estaba pequeño, se lo llenó de algodones, los cuales se le cayeron. El príncipe decepcionado, porque ya era la última casa del reino, preguntó:

—¿Hay alguna doncella más en la casa?

Al escuchar esto, Cenicienta salió de donde estuviera limpiando (que a mí no me importa) y gritando como una loca...

—¡¡¡Enriquín, Enriquín, Enriquín!!! —Vale, loca no... loquísima.

Y como se hacía antes Enrique Augusto Cesar de Bombón se puso de rodillas y dijo:

—Cenicienta... ¿Cómo te apellidas?

—No, en realidad me llamo María de las Cenizas Jessica del Alba, el Atardecer y la Noche, de la Rosa, la Margarita y el Tulipán; pero para abreviar me dicen Cenicienta o Ceni.

—Vale... —Con cara de decir su DNI tiene que ser enorme—. Ceni, ¿quieres casarte conmigo?

—Enriquín, qué preguntas haces... ¡pos claro que sí!

—Entonces, ¿cuando te parece bien? ¿el mes que viene o al otro?

—Mañana mismo, cariño.

—Vale, como tú quieras, mañana mismo nos casamos.

Al día siguiente, se está celebrando la boda. El momento del "sí, quiero":

—Tú, María de las Cenizas Jessica del Alba, el Atardecer y la Noche, de la Rosa, la Margarita y el Tulipán —El cura descansa un poco para respirar—, ¿quieres a Enrique Augusto Cesar de Bombón como legítimo esposo?

—Pos claro que quiero, si no por qué me estaría casando, es que tú no piensas...

—Claro... Bueno —dirigiéndose a Enriquín—, lo mismo que ella pero al revés.

—Sí, quiero, si mi Ceni es más guapa que sus dos hermanastras juntas.

—OK... Si hay alguien que se oponga a esta relación, que hable ahora o que calle para siempre. —Entra el hada.

—Esperad, no os podéis casar... —Cenicienta le hace un gesto de "cállate o te mato" — ...hasta que os cante una canción que he compuesto para vosotros. Ven "pa acá" Enriquín. —El príncipe se acerca al hada—. Toca el piano... ¡YA! (Pan, pan, pan)

Soy el hada
anonadada, despistada,
siempre en la luna
como una...

¡Espera! Me llamo Sunny que es Sol en inglés
por si lo queréis saber....

A mi nena Ceni mi tita le hizo
un traje mu chulo y llevaba el pelo lleno de rizos;

Y ahora es feliz
con el príncipe Enriquín.

Uuuuuuuuuuuuuu

Te hechizare, si tú.

Ole con ole con ole,
es un oleeeeeeeeeeeee.

¿Quieres probar?

Sí, tú.

Te puedo hechizar.

Tururú rurú rurú.

(Sí, a mí también me da mucha vergüenza ajena esta canción XD)

—Ejem, ejem —tose el cura—. ¿Podemos continuar con la boda?

—Por mí sigue —dice el hada—, si yo me siento aquí y parece que no estoy...

—Claro, con la pamela de metro y medio color amarillo fosforito que llevas y el bikini tú pasas inadvertidísima —habla en tono sarcástico la madrina.

—Vamos a continuar ya, JOER. —El cura ya estaba de los nervios. Suspira pensando "menos mal que me van a pagar"—. Enriquín... ¡pégale ya el morreo!

—¡QUE LE PEGUE EL MORREO, QUE LE PEGUE EL MORREO! —empiezan a corear todos los invitados.

El fotógrafo empieza a decir:

—¡Apartarsus tós que tengo que hacer las fotos!

Ya iba Enriquín a pegarle el morreo, y el fotógrafo a hacer la foto, está saltando el flash de la cámara... y pasa el cuñao del sobrino del padre del que había comprao la tarta de bodas y sale en medio de la foto.

—¡Me cago en el váter y en el que lo inventó! ¡NO HE DICHO QUE OS QUITÉIS, POS QUITAOS!

Vuelve a repetir la foto 18 veces (no paraba de pasar gente por en medio).

Y todos fueron felices y comieron perdices.

FIN

—Quieto parao, narrador... claro tó mu bonico, ¿no? Atrévete a contar lo que pasó después de que se casaran, venga atrévete...

—Vale, ya me atrevo...

Después de casarse, Ceni y Enriquín se fueron de luna de miel al País de las Cenizas (evidentemente la idea fue de Cenicienta).

Allí se pasaron un mes y quince días, na más que ver cenizas, estatuas de cenizas, hasta se comía ceniza (¡QUÉ ASCO!). Vamos, los peores días de Enriquín.

Después de la "súper-ultra-híper-mega-chupi-guay del Paraguay-luna de miel" volvieron al reino.

Al año tuvieron mellizos, niño y niña (algo pasaría pa que lo tuvieran... pero yo no quiero decir na).

Al niño le pusieron de nombre: Alberto Domingo Jaime Agustín de Bombón II y a la niña: María Encarnación Trinidad Lolita De las Cenizas IV; pero todos les llamaban Gus y Trini.

Imaginaros el libro de familia:

Don Enrique Augusto Cesar de Bombón

Doña María de las Cenizas Jessica del Alba, el Atardecer y la Noche, de la Rosa, la Margarita y el Tulipán

HIJOS: Alberto Domingo Jaime Agustín de Bombón Y María Encarnación Trinidad Lolita De las Cenizas

¡Pa tó eso hacen falta cuatro hojas y tres renglones!

Y yo creo que ya esta tó... así que...

FIN

—¡Qué no! Que lo cuentes tó, bueno ya lo cuento yo...

Y aquí termina.

No, no es coña. Tenía escrito solo hasta aquí. Lo sé, es pa matarme.

Solo recuerdo un par de cosas sobre cómo pensaba seguirla: a saber cómo, aparecía una reina malvada (que era mala porque sí, sin más motivo), llamada Caroline, a la que los mellizos destronarían de su tiránico gobierno (?). La susodicha tenía una página web (la mujer era muy moderna y tecnológica) que llevaba por nombre "caro-online.es". El caso es que, siendo la reina de origen francés, se pronunciaría como "cago online". ¿Muy penoso? ¿Algo coprofílico tal vez? No sé, no me juzguéis, era una cría que no sabía lo que hacía con su vida.

Un par de cosas antes de terminar: una amiga me dijo que el nombre de Ceni quedaría mejor como simplemente "Cenizas de rosas" (y yo cuento esto porque me apetece XD) y, por último, que esto os sirva de lección pa vuestra laif: no hay que olvidar el pasado sino aprender de los errores; esto se puede aplicar a la escritura, claro, solo hace falta comprobar la diferencia entre este... esta... "cosa" y los textos mucho más decentes que escribo ahora XD

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