2.La chica nueva,Park Jihyo
Esa mañana no fue fácil, se había olvidado completamente lo odioso que era levantarse cada mañana y madrugar, sobretodo lo difícil que era el primer lunes tras haberse terminado el verano.
Jihyo se levantó casi arrastrándose para apagar esa molesta alarma. Su madre no la despertaba ni le preparaba el desayuno, así que la adolescente era quien se ocupaba de planchar el uniforme, organizar su habitación y prepararse un desayuno decente.
Eso sí, siempre acompañada por sus auriculares, no podía despertarse sin poder escuchar su música favorita. La música era su lugar seguro, su refugio y ánimo.
Si no fuera por ese viejo MP3, —porque sí, Jihyo le tenía un cariño especial a ese viejo cacharro— no sabía que haría. En él tenía almacenadas canciones desde su infancia hasta ahora así que lo seguía utilizando por mera costumbre al igual que sus audífonos.
—¡No puedes llegar tarde tu primer día! —llamaba su amiga, Sejeong.
Kim Sejeong se había ganado su confianza, no del todo, pero era bastante insistente y aún más al ser vecinas. Al principio pensó que solo sería amable con ella pues su madre le arrendaba la pequeña casa a ella y a su madre.
No obstante, acabó congeniando muy bien con la muchacha y no se le hacía tedioso ni incómodo estar con ella.
—¡Lo sé! Encima no me ha tocado en tu clase...—suspiró sintiéndose algo desanimada.
—Si alguien te hace algo avísame, no conozco a casi nadie del piso de tu clase, así que no te puedo aconsejar mucho —hacia un puchero Sejeong.
Las dos chicas caminaron hacia el instituto y la verdad es que durante el trayecto Jihyo noto como estaba algo más nerviosa de lo normal. No lo entendía, se había presentado millones de veces en muchos institutos.
¿Sería una superstición tonta suya? Posiblemente.
Jihyo negó con su cabeza, solo estaba sobrepensando todo como de costumbre.
🤨🤨
Sejeong la había acompañado hasta la secretaria, pero ella no tenía excusa para llegar tarde a sus clases. Por tanto, dejaría a suertes a su amiga que estaba más que acostumbrada a esos procesos.
Ya no estaba tan emocionada, nerviosa o lo que fuera. Solo sería una presentación más.
—¿Qué? —frunció el ceño Jihyo.
Su amiga se le había quedado mirando fijamente de arriba a abajo.
—Menudo cuerpazo te hace el uniforme —sonrió picara —Ahhh, cuanto envidio a las chicas guapas.
—¿Qué dices ahora? —se bajaba algo más su falda.
—Anda entra —le restó importancia —por cierto no te pongas mucho en el sol.
—¿Qué? Sejeong creo que lo que le pusiste a tu café no era azúcar.
—Ten cuidado eh, que los bombones se derriten al sol.
Jihyo le mostró el dedo del medio y Sejeong le lanzó unos besos antes de marcharse.
No entendía de dónde había sacado esa confianza, pero le agradaba.
La protagonista finalmente entró buscando a quien sería su tutora ese año, pues tenía que hablar con ella para que la presentara a su clase nueva. Se acercó a la secretaria que rápidamente la dirigió a la sala donde se hallaban los profesores.
—Estarás con la profesora Lee —le decía la mujer mayor—espera aquí, es su escritorio. Iré a llamarla.
Tal y como se le pidió, obediente, Jihyo se sentó en uno de la sillas a la espera de su tutora. Miró a su alrededor viendo que no se salía fuera de un instituto común.
Tenían esos tontos trofeos y medallas colgados por aquí y por allá para fardar de sus premios.
No obstante, lo que más le llamó la atención fue ver a una chica levantando unos libros en alto, los brazos le temblaban, era obvio que la tenían así como castigo.
El profesor le gritaba un montón de barbaridades, desde idiota hasta inútil entre otras cosas mientras la señalaba con una regla de madera.
—Minatozaki, maldita delincuente ¡la próxima vez te pondré fuera de mi clase!
Jihyo hizo una mueca, eso era abuso de poder.
Para cuando el profesor se marchó tras escuchar que le llamaban, la miraba de la chica se cruzó con la de Jihyo, quien rápidamente intentó analizar sus facciones.
La estudiante tenía un cabello rubio, caía sobre sus hombros y no era excesivamente largo. Tenía una mirada viva y atrevida, además de que tenía unos ojos marrones preciosos. Era atractiva, eso se podía deducir a primera vista.
Aún así, Jihyo leyó su nombre en su uniforme y supo enseguida de que le sonaba. Era Minatozaki Sana.
Sana, completamente opuesta a Jihyo había quedado encantada con la belleza de Park. Tanto, que sentía que debía hablarle.
No todos los días se veían semejantes diosas en su instituto.
Por lo que armada de valor y sin ninguna vergüenza dejó los libros a un lado y se arrastró disimuladamente para darle una sonrisa a la chica nueva.
—Soy Minatozaki Sana de la clase B. Me transferí el año pasado —inició la conversación —ahora eres tú la nueva, se lo que se siente, pero tranquila puedo enseñarte todo lo que necesites, estudiante nueva Park Jihyo.
La rubia le seguía hablando y Jihyo pensó que ya había tenido demasiado de ella. Hablaba demasiado.
—Oye estudiante Minatozaki Sana, ¿cuándo ha sido la última vez que lavaste tu camisa?
Sana frunció el ceño sin entenderla. Jihyo se inclinó un poco para dejárselo claro, señalándole la camisa.
No le gustaba andarse con rodeos.
—Tu camiseta tiene una mancha enorme de crema de dientes y otra de ketchup.
Sana retrocedió al ver las manchas completamente sonrojada y avergonzada por darle esa primera impresión.
Su profesora y tutora Lee se acercaba por lo que tuvo que borrar su sonrisa burlona de su rostro para centrarse. Debía de pensar que iba a decir esta vez, aunque le importaba poco la opinión de sus compañeros.
🙆🏻♀️🙆🏻♀️
—Soy Park Jihyo, es un placer.
Un "wow" se escuchó por parte de la clase. Seguramente sorprendidos por la belleza de la chica que tenía al sonreír.
Tras hacer su reverencia y ser presentada junto a su profesora Jihyo sonrió algo forzado para no parecer tan amargada ni odiosa. Simplemente quería que la dejaran en paz pues sabía que esta vez sería temporal o así lo temía.
Le daba igual de todos modos.
Buscó un asiento libre y aunque vio cómo muchos le hacían señas para que tomara asiento al lado de varios chicos, Jihyo
prefirió irse a uno de no del fondo del todo.
Primero porque estaba ciega y no veía nada y segundo porque no quería ser de los criminales de los del fondo.
Transcurrió la primer a hora y segunda hora con normalidad, pero al llegar el descanso entre horas antes de su recreo
un chico de complexión delgada con cabello marron oscuro se acercó a ella. Parecía extranjero.
—Hola chica nueva —saludó con una sonrisa amable.
¿Chica nueva? Empezaba mal, tenía nombre y apellido.
—Hola —respondió sin apartar la vista del cuaderno.
—Me llamo Wong Lucas, soy el delegado de la clase ¿te importaría darme tu número teléfonico? —antes de que la coreana pudiera replicar atinó a hablar—Es para meterte al grupo de clases, si no quieres no nada.
Tenía que "integrarse" así que lo haría, después de todo serían compañeros de clases.
Aunque Jihyo se conocía a sí misma, no añadiría ni un solo contacto y simplemente silenciaria para un año al grupo de clase, como siempre.
—Gracias.
—De nada, si necesitas ayuda con o algo no dudes en decirme —Lucas sonreía de oreja a oreja —A veces cuesta ser la chica nueva.
El delegado, Lucas hizo una reverencia y volvió a su asiento rodeado de chicos y alguna que otra chica. Era raramente, encantador y parecía popular también.
—No hables por el grupo de clase, solo piden los deberes y los que hablan suelen ser idiotas.
Habló una voz femenina asustándola. Al parecer el sitio vacío que había escogido no estaba tan solo como pensaba.
—Gracias por el consejo.
Jihyo iba a volver a colocarse sus auriculares. Pero la chica volvió a hablar.
—¿Cuánto crees que mide la mesa? Voy a medirla con mi mano.
Jihyo miró raro a la susodicha, pero le parecía gracioso, así que imitó sus acciones.
—¡Tienes el mismo lunar que yo! —tomó su mano asustándola.
Digamos que la coreana no era muy de afecto físico y menos con desconocidas por lo que se quedó algo paralizará cuando su compañera tiró de ella.
—Mira es lo mismo—saltó emocionada —Eso significa que seremos buenas compañeras de asiento, soy Shuhua. Encantada.
Jihyo pudo volver a respirar cuando se soltó del contacto de Shuhua. Pero la chica no parecía querer callar.
—Soy nueva también, llegue a finales del año pasado.
—Llevémonos bien Shuhua —le sonrió esta vez genuinamente Jihyo.
Había visto sinceridad y aquello le gustó. Shuhua parecía ser una persona tan directa como ella, algo le decía que congeniarían demasiado bien.
♥️ ♥️
En el descanso, decidió estar con Shuhua en el salón de clases disfrutando de su almuerzo. Pero era molesto, no paraba de sentir como estudiantes iban y volvían
para ir a verla.
Se sentía como un mono de feria y como si no fuera suficiente, varios chicos le habían escrito ya alabándola o preguntándole si podían conocerla más.
—¡Jihyo! —era Sejeong.—tienes a todos locos, has llegado hasta mi clase. Ah hola.
Shuhua hizo una reverencia hacia Sejeong que pensó que sería alguien de un año superior, pero al enterarse que eran del mismo rápidamente comenzaron a hablar como loros.
—¡El chiste del bombón es demasiado bueno! ¿Cómo no te reíste con eso? —cuestionaba Shuhua.
—Eso digo yo, es un poco amargada —suspiraba Sejeong.
—Son chistes y piropos con los que se reiría mi abuela —rodó los ojos Jihyo.
Había hecho mal juntando a esas dos. Eran demasiado ruidosas.
—¿Park Jihyo? Vas a acabar siendo mia —se escuchó un grito en el pasillo.
La mirada de las tres chicas se dirigieron hacia los cuatro chicos que venían en grupo hacia su salón de clases.
No tenían aspecto de estudiantes ejemplares, más bien eran los típicos matones que eran niños de papá que se creían que podían pasar por encima de todos.
—Yo Christopher Bang prometo que haré que te enamores de mi —le guiñaba el ojo apoyado en el marco de la puerta.—aunque tú puedes llamarme Chris, bebé.
Jihyo simplemente lo miró y luego pasó a leer los nombres de sus "compinches"
A la izquierda del tal Christopher, estaba el otro rubio Felix, al lado de este Jisung y a la derecha Changbin.
Ellis seguían ahí gritándole cosas, parecían una pandilla de orangutanes o perros en celo ladrándole.
—Dale oportunidad, no te arrepentirás —asentía Felix.
—Acompáñalo al baño —reía Jisung.
—Eso enséñale biología a Chris, chica nueva —Changbin soltó otra carcajada.
Jihyo mostró el dedo del medio a los muchachos que ríen viéndola arrastrar a sus dos amigas antes de que éstas se abalanzaran sobre alguno de ellos.
No servia de nada discutir con monos; porque eso es lo que eran para Park. Simios sin neuronas.
—Esperadme en el patio, iré al baño.
Ni tiempo les dio para que le respondieran, llevaba desde la mañana sin ir al baño por temer a perderse pero después de ver a la mayoría de chicas llegar hasta el final del pasillo y girar a la izquierda quiso suponer que ahí se hallaría el dichoso baño.
Con algo de prisa, casi corriendo, abría la puerta sin contar que alguien también intentaba entrar.
Su cuerpo chocó contra una anatomía algo más alta y fornida que ella porque prácticamente casi la manda a la luna.
—Lo siento...—Jihyo no podía creérselo.
Se volvía a encontrar con Sana. Quien traía su camisa entre las manos y una simple camiseta de tirantes.
—¡Park Jihyo! ¡Que sea japonesa no significa que también sea otaku! Me ducho, lo juro...—la ayudaba Sana a levantarse.
Jihyo se había quedado más bien observando los brazos desnudos de Sana.
—Parece que me estuvieras siguiendo ¿Realizas algún deporte?
—Si cargar cajas como trabajo a medio tiempo cuenta como uno...
Antes de poder replicar o poder burlarse de Sana por querer lavar su camisa en el lavabo y baño de la escuela, unas voces resonaron desde fuera irrumpiendo.
A ambas se les hacía conocidas. Eran Chris y sus amigos, otra vez...
—Jihyo, mi amada ¡te espero hasta que salgas del baño!
Primer día y ya todo marchaba mal. No podia pasársela escondida ahí hasta que el timbre sonara.
—Creo que le gustas a la peor persona del instituto —opinó Sana.—aunque no están todos, podría darle una paliza a tres al menos. Depende con quién esté el idiota de Chris.
—¿Darle una paliza? ¿Acaso sueles pelear con ellos? —preguntó Jihyo confundida.
—Cuando se pasan de graciosos o hacen algo que me molesta.
Sana guardó silencio y acarició su mentón mientras que cerraba los ojos, parecía estar planeando o pensando algo.
—Park Jihyo. Sí te saco de esta, ¿prometes darme tu teléfono móvil?
Tenía que ser una broma. Una broma de mal gusto para la protagonista. Ella solo quería paz y tranquilidad que tan difícil era llegar a esta.
—¿Qué más te da? Sí ya lo habrán pasado por ahí.
Sana rápidamente negó.
—Pero no es lo mismo a que me lo des tú.
Jihyo suspiró y no tuvo más opción que levantar su dedo meñique en medio de ese apuro.
—Te lo prometo.
Así fue cómo primero salió Sana dándole una patada a Chris y burlándose de los demás chicos para comenzar a ser perseguida por estos.
💙💙
Shuhua estaba rabiosa intentando denegar la entrada a clase a una chica perteneciente a clase B. Parecía una pelea bastante intensa pues estaban forcejeando con bastante fuerza.
Jihyo se acercó a comprobar que Shuhua estuviera bien.
—¡No vas a entrar Miyeon!
—Ya te he dicho que solo quiero entregarle algo a Jihyo —gruñó la tal Miyeon.
—¡Puta acosadora! Vete de aquí, idiota.
—¡Jihyo! Oye solo le estoy haciendo el favor a Sana —le gritó al verla.
La mencionaba se acercaba con cierto recelo dándole una mirada a Shuhua para que se tranquilizara y soltara a la muchacha. Supuso rápidamente que sería amiga de Minatozaki.
—Es el telefono de Sana quiere que escribas tu móvil —ofrecía Miyeon.
—Dile que tiene que ganárselo más —se encogía de brazos Jihyo.
—Jodete —le sacaba la lengua Shuhua.
Miyeon la fulminó con la mirada para volver a centrarse en Jihyo.
—Bueno, pues te doy el suyo, puedes agregarla o no —Miyeon parecía decidida a ayudar a su amiga.
Jihyo accedió y terminó sacando su teléfono móvil para agradarla como "estudiante Minatozaki Sana" sabía que no le iba escribir, así que era una manera de cumplir su promesa.
🤐
Minatozaki Sana
protagonista, main lead
Yeh Shuhua
amiga de jihyo
Wong Lucas
delegado de clase popular
Christopher Bang
antagonista, enamorado de jihyo
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro