Capitulo 1. ¿No puedes oirme?
- ¡Estás loco!. - exclamaba con notable molestia Jungkook que caminaba de un lado a otro llenó de nervios.- Olvídalo y diles que se vayan.- el chico dio la vuelta e intento ir a su auto pero rápidamente Yugyeom se lo impidió, tomándolo del abrigo.
- Kookie, por favor.- Yugyeom soltó su agarre porque Jungkook no dejaba de verlo con ganas de matarlo y le dio un golpe en la mano para que lo soltará y pudiera huir de ahí de inmediato. El chico se asusto y corrió detrás de su primo que hechaba chispas de coraje.- Por favorcito.- Yugyeom volvió a tomar a Jungkook por su abrigo pero el chico se logró alejar, sin embargo; el menor fue más rápido y quedó frente a él, que mantenia el ceño fruncido.- Kookie, por favor.- decía mientras suplicaba juntando sus manitas.- No puedes irte y dejarme con este problema.- el mayor fingió estar preocupado pero después encogió los hombros haciéndole saber que no le importaba y siguió su camino pero Yugyeom no se daba por vencido, volvió a interceptarlo y se arrodillo delante de él; llamando así la atención de los transeúntes.
- Deja de hacer eso y levántate.- decía Jungkook entre dientes mientras intentaba cubrirse el rostro con su bufanda.
Ese era el momento que Yugyeom debería saber aprovechar para convencer a su primo favorito que odiaba ser el centro de atención y justo ahora todos los que pasaban se quedaban mirándolo y murmuraban muchas cosas.
- ¿Dime que ya vas a entrar?.- preguntó BamBam con nerviosismo y Jungkook negó.- Por favor, Jungkook entra sino no sé que nos harán todos esos chicos.
- Eso debieron pensarlo antes.- al parecer Jungkook no pensaba ceder por nada del mundo ni aunque su primo y uno de sus amigos corrieran riesgo.- Me largo.
Yugyeom miró a Bambam en busca de apoyo y su amigo se arrodilló al igual que él. Tal vez él solo no podía con el terco de Jungkook pero si tenía a su mejor amigo ayudándolo sentía que todo sería más fácil.
- Por favor, por favor...- no dejaban de repetirlo al mismo tiempo.
Como se arrepentía Jungkook de haber ido a ese lugar. Ahora que lo piensa todo fue su culpa por confiar en Yugyeom y creerle que le había sucedido algo. Amaba a su primo pero justo en ese momento, el doncel se moria de ganas de patearlo e irse a su casa a ver una película.
- Esta bien.- dijo finalmente Jungkook que dio media vuelta y se dirigió nuevamente a aquella cafeteria que tanto le gustaba pero que hoy era el peor lugar en el que podía estar.
- ¡Gracias!.- exclamaron ambos chicos que se abrazaron con emoción mientras todavía permanecían en el piso.- Te prometo que...
- Todavía no acabo.- Jungkook se regresó y miró de manera amenazante a los chicos.- Si sucede cualquier cosa y me siento incómodo, me largo. ¿Entendido?.- ellos solo asintieron.
Jungkook llegó a la puerta y tomó la manija para abrir pero cuando levantó la mirada y se encontró con un montón de chicos que platicaban entre sí y reían; nuevamente se arrepintió de estar ahí. Jamás se imaginó que terminaria haciendo semejante locura, ¿a quién se le ocurría tal cosa? Obviamente a Kim Yugyeom que planeaba buscarle novio.
Quería mucho a su primo pero justo ahora estaba tentado a darle un buen golpe tal vez...Jungkook levantó la mano y la agitó como si así fuera a borrar el mal pensamiento de golpearlo porque sabía que solo quería ayudar pero esta situacion lo hacía sentirse peor; además que con la navidad en puerta todo se complicaba más y ese era justo el motivo que lo tenia aquí.
Respiro profundamente, abrió la puerta y con pesar entró a la cafeteria. En cuanto Jungkook puso un pie dentro todo se quedó en silencio, la mirada de los presentes estaba atenta al doncel que estaba perdido en sus pensamientos y mantenía la mirada en el suelo mientras se dirigía a su mesa que se localizaba en el fondo.
No le emocionaba ni tantito conocer a ninguno de esos chicos de manera romántica, no obstante, no le molestaría hacer un nuevo amigo. Así que con la determinación de no pasarla tan mal, empezaría con esa ocurrente idea de tener "citas express" como las llamaba su primo.
- Manda al primero antes de que me arrepienta.- dijo Jungkook con una sonrisa que tanto asustaba a Yugyeom porque le avisaba que pagaría por lo que hizo.
A diferencia de casi todos los peatones con los que se encontraba Kim Taehyung en su camino; él si disfrutaba pasear por las hermosas calles de Seúl. El joven llevaba horas caminando sin rumbo pero no tenía problema alguno con ello, de hecho, le encantaba eso y lo hacía con frecuencia.
Muchas veces había escuchado que era raro ese gusto suyo de vagar por la ciudad pero como siempre eran comentarios que no le importaban en lo más minino y no les tomaba aprecio; así fueran sus padres quienes lo dijeran.
Mientras para los demás era solo pérdida de tiempo para él era todo lo contrario, ya que aprovechaba para estar solo, conocerse y encontrar un sin fin de lugares fantásticos que escondia la metrópoli. Podía pasar horas de esa manera, sin embargo, el día de hoy no era como tenia en mente pasar su dia; de hecho su hermano menor, Kim Yeonjun, era el que había planeado en que se ocuparían.
Tristemente para ambos ese plan lo ahuyento una de las amigas del menor. Tanto él y su hermano llevaban tiempo esperando una película que prometia ser de sus favoritas pero no contaban encontrarse con esa chica que estaba enamorada de Taehyung desde hace mucho tiempo.
La conocía desde niña y en un inicio le pareció tierno cuando ella con sus poderosos 14 años se le declaró y Taehyung con la amabilidad que lo caracteriza tuvo que declinar tal propuesta con miedo a hacerla llorar; algo que no sucedió porque ella estaba confiada en que en algún momento lograría ganarse su corazón.
Los años pasaron y el sueño de la linda Nayeon seguía sin cumplirse pero aún no se daba por vencida y buscaba cualquier oportunidad por estar a lado del joven. En un inicio no tenía ningún problema con que la chica se pasara todo el día en su casa o que no se separara de su familia, sin embargo, con el pasar de los años se volvia cada vez era más incómodo para él; al punto de que tenía que huir pero por lo menos disfrutaría el paseo.
El invierno todavía no llegaba oficialmente pero el clima ya era un poco más frio y la navidad poco a poco se acercaba. Esa era la temporada favorita de Taehyung, amaba el clima, las fiestas, estar en casa y esperaba con ansias la primera nevada. La noche llegó y la calle donde estaba se empezó a iluminar por las luces navideñas, sin duda era una hermosa vista que merecía una foto; el joven tomó varias fotografías con su celular mientras sonreía felizmente.
Posteriormente, pusó más atención a lo que tenía a su alrededor porque su estómago ya le estaba pidiendo lo que sea para comer y por fortuna una cafeteria logro llamar su atención. Era un lugar pequeño con dos grandes ventanales, era un lugar acogedor y bonito pero lo que logro atraparlo fue un mostrador donde habia varios postres que se veian deliciosos. Habia unas cuantas personas dentro de la cafetería y Taehyung lo agradecía; no era que no le gustaran las multitudes pero era fiel creyente de que había un lugar y un momento para diversas situaciones y ese debería ser un lugar tranquilo; justo lo que él quería.
- Se acabo, amigo, no puedes pasar.- habló un chico que no le permitió entrar.
- ¿Por qué?.- cuestionó Taehyung sin entender lo que sucedia.-Todavia no es hora de cerrar.- señalo el letrero con el horario del local. Normalmente era alguien tranquilo y si hace unas horas le hubieran dicho lo mismo sin problema hubiera dado media vuelta y buscaria algo más pero no le gustaba la forma en que el chico frente a él se dirigía.
- Cierto pero el lugar esta reservado.- BamBam le regaló una sonrisa fingida e intento cerrar la puerta pero Taehyung lo detuvo.
- Pero - el joven recorrió con la mirada la cafetería donde sólo había unas cuantas personas y dos meseros que estaban limpiando las mesas.- según lo veo ya acabo.- al igual que Bambam lo hizo minutos atrás Taehyung le sonrió pero este ocasionó que se sonrojara. No había dudas de que era un joven muy apuesto que se vería perfecto a lado de Jungkook...Pero había un pequeño problema: su amigo ya no soportaría una cita más y si él llevaba a alguien seguramente recibiría un golpe en su hermoso rostro.
- Lo siento pero entiende que no puedes entrar o me golpearan.- Taehyung frunció el ceño mientras Bambam se perdía en sus pensamientos, imaginando lo que el lindo y tierno Jungkook podía hacerle a ambos.- ¿O quieres terminar con el labio partido? Y eso es lo mínimo que te podía pasar.
- No creo que eso suceda.- giro a otro lado y apretó los labios para evitar burlarse del chico, sin embargo, nuevamente se encontró con un pastel que se moria por probar.- Solo quiero ese pastel de ahí y luego me iré.- Taehyung no quitaba la mirada de aquel pastel que era lo único que a él le interesaba, además que tenía fresas que era su fruta favorita. Bambam pensó que podía ayudarlo con eso.
- Dame un momento.- Taehyung no entendió a que se refería hasta que Bambam entró a la cafetería, se acercó a uno de los meseros y este corrió a empacarle el pastel que tanto le gustó.- Ten ahora vete, por favor.
- Claro.- el joven tomó el pastel y le dio dinero a Bambam que se sorprendió por la cantidad y quiso regresarselo pero Taehyung rápidamente se alejó de la cafetería.
Le había agradado mucho aquel elegante joven y podía apostar lo que fuera a que ese desconocido era perfecto para Jungkook y deseaba que pronto pudieran conocerse. Bambam estuvo apunto de entrar pero cuando notó que su amigo iba directo a la salida hecho una furia se hizo a un lado para que pasara. Ahora estaba seguro que él y Yugyeom se había equivocado.
A lo lejos 3 lindos elfos observaban como otra vez su plan se iba por la tubería, llevaban meses buscando una oportunidad para esos chicos pero por lo visto era una tarea demasiado difícil.
El sol ya había salido desde hace horas pero Jungkook ni cuenta se daba de la hora que era. Había pasado un día terriblemente horrible y no tenia las más mínimas ganas de levantarse y menos de salir de su departamento.
En un inicio pensó que tal vez no será tan mala idea aceptar esas citas que su primo y amigo había organizado pero después de hablar con 5 chicos quiso salir corriendo.
¿Es enserió? ¿No había nadie en este mundo que le interesara? Por lo visto no.
Jeon Jungkook era un doncel que cautivaba tanto a hombre como a mujeres; por donde quiera que pasara todas las miradas se dirigían a su persona, sin embargo, hasta este momento no se había enamorado ni una sola vez.
Normalmente era alguien paciente y positivo pero ya estaba cansado del rumbo de su inexistente vida amorosa y él verse rodeando de varias parejas cercanas a él lo ponía más ansioso.
No lo malentiendan estaba feliz por sus 3 hermanos pero sentía que se estaba quedando muy, muy atrás que a este paso en unos años sería el tío solteron.
Jeon MinYoung, era su hermana mayor que hace unos años se había casado y ya tenía tres ĺindos niños, Jeon HyungSik, era su otro hermano que también estaba casado y le había dado 2 sobrinos y por último estaba Jeon HyoSeop que todavía no formaba su propia familia pero en un par de meses celebrarian su boda.
Hace unos meses había cumplido 26 años y su deseo de cumpleaños era enamorarse por primera vez, lo mismo que pedía en la primera nevada. Solo eso quería. ¿Era tan difícil lo que deseaba? Por lo visto si.
Tal vez enamorarse no era para él. Muchos lo invitaban a salir y otros no dudaban en declararsele al doncel pero en todas esas ocasiones, Jungkook, no había sentido ni un poco de emoción. Se sentía un poco mal al no corresponderles pero eso era lo mejor para todos; ya que era fiel creyente de que cada persona tenia a alguien destinado y que al mirarse a los ojos sabría que esa persona sería la correcta que hasta campanas escucharía.
-¡Ya basta!.- exclamó molesto de sentir pena por el mismo y por fin se levantó.- No tengo tiempo para esto.
Sin pensarlo más Jungkook se metió a bañar y puso suma atención en su ropa y el poco maquillaje que se pondría; no era alguien vanidoso pero ese día quería sentirse bien y cuando se miró en el espejo quedó satisfecho.
Pensó en utilizar su auto pero finalmente opto por caminar, no tenía nada que hacer ese día así que solo daría un paseo. Las horas iban transcurriendo y Jungkook se estaba desesperando cada vez más, vivía en el centro de Seúl donde había un sin fin de lugares en los que podía distraerse pero ahora no encontraba ánimos para hacer algo.
Que mal que ese día no había ido a trabajar; pensaba Jungkook. Aunque en caso de que hubiera ido estaba seguro que HyungSik lo sacaria a la fuerza. Le encantaba su trabajo como chef y no había nada que disfrutará más que cocinar, le gustaba ver la cara de los comensales cuando provaban sus platillos y formar parte de sus momentos especiales. Amaba su trabajo.
Sus pasos lo llevaron frente al centro comercial más grande que había en todo Corea y sin nada que hacer no dudo en entrar. Como era de esperarse había muchas personas por doquier pero eso solo alento a Jungkook a disfrutar del lugar y de sus tiendas favoritas, ademas de que se moria por ver la decoración.
Había personas de todas las edades y no había nadie que no portara una bonita sonrisa; los más pequeños corrían de un lado a otro mientras jugaban, escucharlos reír provocó que Jungkook sonriera y sus ojitos brillarán nuevamente, algunos jóvenes iban en compañía de sus padres o de sus amigos mientras hacían bromas o planeaban que harían, en conclusión todo estaba de maravilla.
Tristemente para Jungkook el árbol de navidad todavía no estaba pero si se espera unas horas seguramente lo vería encendido así que tenía mucho tiempo para recorrer el centro comercial y no sé tal vez hacer las compras para los obsequios.
Su primera parada sería la tienda donde tenían sus botas favoritas, sin embargo, su estómago gruño pidiendo de comer y recordó que estaba tan molesto con él mismo que salió corriendo.
Sus botas tendrían que esperar, se dirigió a una pizzeria porque era lo que se le antojaba y porque quería probar algo distinto a lo alta cocina que era lo que siempre preparaba en el restaurante.
La pizza llegó y a él se le hacía agua la boca de solo verla, con toda la tranquilidad del mundo degusto la comida y un refresco que ordenó. A diferencia de hace unas horas, Jungkook, estaba de lo más feliz sonriendo mientras observaba a su alrededor y aunque había parejas a su alrededor no se deprimió.
Una vez que su pancita estuvo llena se dispuso a ir de compras por sus tiendas favoritas. Para ser un doncel, Jungkook, no era el estereotipo de uno; principalmente por su forma de vestir. Amaba el color negro y se lo hacía saber al mundo porque eran el color predominante en su vestir, también prefería las prendas overzite aunque una que otra vez portaba prendas elegantes, sofisticadas y bonitas que tanto caracterizaban a los donceles.
Jungkook anduvo de tienda en tienda comprando todo lo que le gustaba para él o como un regalo para alguien más pero se dio cuenta de un pequeño detalle; no llevaba su auto. Aún así siguió paseando por el centro comercial hasta que se percató de que varios clientes se acercaban al árbol de navidad porque lo entenderían.
Sin importar cuantas bolsas cargará, bajo corriendo del segundo piso y se metió entre algunas personas para poder ver de cerca; estaba tan emocionado que hasta daba pequeños aplausos y no paraba de sonreír.
Como cada año la administración del centro comercial organizaba un pequeño evento porque muchos esperaban el encendido del arbol. El presentador comenzó a hacer la cuenta regresiva y los asistentes contaban con él, incluido Jungkook.
- 5....4...3...2...1...- las luces del árbol centellaron y Jungkook se rio mientras aplaudía. Lentamente giro hacia su lado izquierdo y su corazón se detuvo por un segundo y posteriormente latió con fuerza.
Sus ojos se encontraron con los del hombre más hermoso que había visto; tenía el cabello tan oscuro como el suyo, sus ojos era café oscuro, unos labios que se veian tan esponjosos y suaves que estaban acompañados de una linda sonrisa que transmitía inocencia.
¡Tan, tan, tan!
Jungkook sonrió y sus ojitos brillaron como si fuera una galaxia llena de estrellas. Por primera vez tomaría la iniciativa de hablarle a alguien, dio un paso enfrente pero se detuvo cuando un chico se le acercó, lo abrazó por el cuello y besó la mejilla pero lo que rompió su corazón fue cuando aquel joven que hizo su corazón latir, abrazó con notable felicidad a quien apenas había llegado.
- ¡No puede ser!.- exclamó Yoongi que se dio un fuerte golpe en la frente.- Otra vez arruinan el plan.
- Ya estoy cansado.- Hoseok soltó un suspiro y se dejó caer en el suelo con cansancio.
- ¡Aish!.- el mayor se quitó su sombrero de elfo con frustración, despeinandose como consecuencia.- Si no es Jin es Yugyeom o BamBam, por culpa de esos tontos ellos no se pueden conocerse.
- Yoonie, tranquilo.- Jimin le quitó el sombrero de la mano y se lo volvió a colocar.- Debemos decirle a Santa que nos ayude.
- ¡No!.- gritó Yoongi sobresaltado a los otros dos elfos y ganándose miradas curiosas de algunas personas. Tomó a los menores de las manos y se los llevó detrás del trineo donde próximamente estaría un hombre disfrazado de Santa Claus.- Acuérdense que Cupido y Santa apostaron.
- ¡Tengo una idea!.- Hoseok dijo con emoción y estaba seguro que funcionaria.- Bien, hyung y Jimin...
- ¿Y Jimin?
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El pequeño elfo corría detrás de Jungkook que huía del lugar. Normalmente no tenían permitido hablar con los humanos pero haría una excepción para ayudarlo a él y Taehyung para que estuvieran juntos.
- ¡Espérame...espérame!.-el doncel siguió su camino hacia la salida y Jimin detrás de él.- ¡Jeon Jungkook!.- el mencionado se dió la vuelta y se encontró con un elfo rubio que estaba agitado por correr tanto.
- Tranquilo, respira despacio.- dijo Jungkook que le enseñaba como debía hacerlo.-¿Ya estas mejor?.- el rubio asintió.- Bueno debo irme.
- Espera, quiero preguntarte algo.
el doncel hizo una seña con la mano para que prosiguiera.- Santa me mandó a mi y mis amigos...
- Woow, ¿en serio?.
- Si y me pregunto que qué deseas para esta navidad.- por alguna razón a Jungkook le agradaba ese peculiar chico.
- Dile que no me quiero ningún regalo...solo quiero conocer a mi primer amor, que ya espere suficiente.- Jimin asintió y le regaló una sonrisa, escondiendo sus ojitos y contagiando así a Jungkook
- Te prometo que lo tendrás.- respondió el elfo.
Taehyung amaba a su hermano mayor con toda el alma pero justo ahora quería tenerlo lo más lejos posible y por el bien de Jin sería mejor que se fuera.
¿Por qué tenía que llegar justo en ese momento? Había quedado cautivado por aquel doncel que le recordaba a un conejito y lo había perdido de vista, no duro ni 30 segundos con Jin pero al parecer aquel hermoso joven de cabello azabache y ojos negro se había ido.
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