—¿Sabes por qué se llama el puente de los suspiros? —preguntó Chris mientras contemplamos el pasar de las góndolas.

—Mi padre siempre me contaba la historia cada vez que veníamos a este sitio —respondí mientras un flashback de mi infancia llegaba a mi memoria.

Liz a los 7 años

—Papá, mira allí va un bote —dije mientras me maravillo al verlos pasar de un lado a otro con turistas de diferentes lugares.

—Se llaman góndolas, ¿quieres que te cuente unahistoria mi pequeña?, es triste, pero es la esencia que le da el nombre a estepuente —manifestaba mientras su rostro se tornaba melancólico y continuó— en elaño 1602 el magistrado de Venecia mandó a construir un puente con la finalidadde que todas las personas que habían hecho cosas malas pudieran pasar por ahí eir directo a la cárcel, se dice que cada vez que un preso pasaba por aquísuspiraba, porque sabía que perdería su libertad, nunca más contemplaría la luzdel sol salir por el horizonte, imagínate mi pequeña, un futuro inciertomezclado con suspiros, por eso, jamás les hagas daño a nadie —concluía dehablar mientras me elevaba en el aire con sus enormes brazos, ese día fuifeliz.