*** Capítulo 30 ***
Ojalá pudiera deshacerme de estos sentimientos azules, empiezan a dolerme después de tanto tiempo...
Que más podría resultar peor en mi vida, todo se había vuelto una conspiración para hacer de mis días tan grises que en el fondo dolían cada maldito segundo.
Hoy era uno de sus días que preferiría borrarlos de mi memoria, estaba mirando tras el cristal del auto como cada sitio de la ciudad iba quedando atrás, mi madre desde el volante trataba de animarme, su mano se acercaba y se alejaba a la vez de la mía, mientras tomaba la palanca de mano, era una especie de confort que saciaba en algo el dolor que me consumía.
Cuando me doy cuenta, estamos en la corte de justicia, frente a mi ciento de personas entrando y saliendo del sitio, reporteros de diarios principales en una esquina, como si fueran gaviotas en un vuelo interminable esperando alcanzar su presa.
La seguridad del lugar nos abre paso entre la muchedumbre, ya dentro la abogada Travis nos extiende la mano y hace hincapié que hará todo lo posible por conseguir la pena máxima; lo único que quería en el fondo era huir de aquel lugar, e irme algún sitio donde los recuerdos no dolieran tanto.
Entro a la sala donde se llevaría a cabo el juicio, logro divisar cientos de rostro desconocidos, de entre ellos, se hallaban los culpables de mi desgracia, noto al primero con el tatuaje en su cuello y el otro que ya no tenía la cara cubierta, siento náuseas por dentro y ganas de escapar, mi madre me acerca hasta su hombro y nos sentamos a la derecha de los imputados.
Estaba catatónica, lo sabía, porque cuando me di cuenta mi nombre era mencionado en voz alta en la sala, debía avanzar hasta el estrado y contar los hechos tal y cual habían ocurrido, siento un nudo en mi garganta, no quería verlos fijamente, no quería decir una palabra, pero bien en el fondo debía hacerlo, debía ponerle punto final a esta historia y matar a aquellos monstruos que me consumían por dentro cada noche.
—Hoy estoy aquí no para contarles la historia que ha sido expuesta por mi defensora más de mil veces, ni para reafirmar la teoría presentada por la fiscalía, estoy aquí, porque he venido a hacerle frente a mis demonios y decirles que estoy en pie, que mi cuerpo lidera cada maldito segundo de mi vida una guerra incesante que no sé cuánto tiempo vaya a durar, ni cuándo terminará, pero aun así me queda algo de fortaleza y no se de donde proviene, lo único que quiero decirles es que lo lograron, me destruyeron por dentro, mancillaron mis sentimientos, pero que sepan que aún no me he rendido, aunque tengo estos sentimientos azules, que me consumen lentamente día tras día, sigo manteniéndome en pie de lucha, por eso le pido a usted su señoría que si aún queda algo de justicia en este mundo, le dé a estos monstruos lo que en realidad se merecen.
Bajo del estrado, siento como la sala da vueltas a mi alrededor, y todo se desvanece.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro