*** Capítulo 26 ***
Alarmas, en ocasiones su sonido puede llegar a ser estresante y otras veces es un anuncio de que algo malo está por suceder.
Recuerdo aquella noche después del hospital, cuando sabía que tenía VIH, estuve todo el resto del día en mi cuarto, me sentía mal, así que me dirigí hasta la ducha, desnude mi cuerpo y dejé que la bañera se llenara de agua conmigo dentro.
En ese instante solo pensaba en morir, no tenía remedio de que este estigma continuara, no quería ser una carga para mi madre, tomé el alfiler del lavado, lo acerqué hasta mis brazos, lo pensé tantas veces, que para cuando había tomado conciencia, mis muñecas expiaban el dolor, era una sensación dolorosa y gratificante a la vez, por un instante me alejé del mundo, mientras el ruido de las gotas en el lavado caían al piso de manera intermitente, eso fue lo último que escuché.
00:25
Mi teléfono suena, Chris está llamando, pero¿ por qué lo haría?, jamás habíamos conversado hasta tan altas horas de la madrugada, estaría tomado o le habría ocurrido algo, mi mente maquinaba un millón de situaciones.
Cuando por fin dejo de divagar, llamó a su número y responde.
—Hola Liz, disculpa por haberte despertado a estas horas pero tenía que hacerlo, Erick tuvo una recaída, solo quería que lo sepas —dijo con un tono casi débil, no podría creer en todo lo que estaba diciendo e inmediatamente pregunté.
—Pero ¿está bien cierto?, iré a verlo enseguida —no tuve tiempo para escuchar su respuesta, me coloqué encima la ropa más cómoda posible, tomé el suéter negro de la silla y salí corriendo, cuando estaba a punto de abandonar la casa, la voz de mi madre me detuvo en seco.
—¿A dónde vas a estas horas Liz? —preguntó asombrada.
—Erick está mal y debo irle a ver —respondí preocupada y triste a la vez.
—Está bien, pero no dejaré que vayas sola y menos a estas horas, déjame acompañarte —tuve que esperar los diez minutos más angustiantes de mi vida y para cuando ya habíamos salido de casa, mi mente solo pensaba en él, mi pequeño duendecillo.
Al llegar al hospital, corrí sin importar quien se atravesara en mi camino, fue entonces que pude divisar a Sophie, se acercó hacia mí y pidió que me calmara, todo estaba bien, quería verlo, era todo lo que me importaba, ella accedió y cuando entré Chris cuidaba de él, tomé la mano de Erick y la acerque a mi pecho, en ese instante quería que sintiera que siempre estaría con él para cuidarlo.
La vida me estaba enviando señales y yo aún no las interpretaba.
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