——— •۰⸼ ۫ ৎ୭ Al aire libre ৎ୭ ۫ ⸼۰• ———

Había pasado un mes y medio desde que SoYeong y JungKook se reencontraron. Durante ese tiempo, habían salido en varias ocasiones, algunas veces con JiEun y otras solos, gracias al apoyo de la madre de SoYeong, quien la animaba a dedicarse tiempo a sí misma y no solo a ser madre.

SoYeong había disfrutado de cenas elegantes y noches de baile en un club exclusivo donde muchos de los socios de la empresa de JungKook tenían membresía. En estas salidas, había conocido a varias personas y se llevaba especialmente bien con las esposas de algunos socios de JungKook.

Ya era tarde, y después de asistir a una conferencia juntos, salieron del auditorio y caminaron por el pasillo iluminado por la luz del atardecer. JungKook llevaba su saco sobre el hombro y SoYeong sostenía algunos folletos de la conferencia.

— Ha sido una conferencia muy interesante, ¿no crees? — comentó SoYeong, mirando a JungKook con una sonrisa.

— Sí, definitivamente. — asintió él, devolviéndole la sonrisa.— Me alegra que hayas podido venir.

— Gracias por invitarme. — respondió ella, sintiéndose cada vez más cómoda en su compañía.

Caminaron en silencio por unos momentos, disfrutando de la tranquilidad del lugar. JungKook rompió el silencio con una propuesta.

— SoYeong, estaba pensando... ¿qué te parece si planeamos un picnic para este fin de semana? Podríamos ir con JiEun. — sugirió, mirándola con una expresión esperanzada.

Los ojos de SoYeong se iluminaron ante la idea.

— ¡Me encantaría! JiEun estará muy feliz de pasar un día al aire libre. — respondió con entusiasmo.

— Genial. — dijo JungKook, sonriendo ampliamente.— Conozco un lugar perfecto, tiene un hermoso lago y mucho espacio para que JiEun juegue.

— Suena maravilloso. — asintió SoYeong, sintiendo una cálida emoción en su pecho.— Gracias por pensar en nosotras, JungKook.

— Es un placer. — respondió él, mirándola con ternura.— Estoy deseando pasar más tiempo con ustedes.

Ante eso, SoYeong se sonrojó.

Continuaron caminando, hablando sobre los detalles del picnic y disfrutando de la compañía mutua. La relación entre ellos se fortalecía con cada encuentro, y ambos sentían que algo especial estaba floreciendo nuevamente.

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SoYeong y JungKook bajaron del auto con las cosas para el picnic mientras JiEun estaba en brazos de su madre. Juntos caminaron hacia un área del parque cerca de un árbol, donde muchas otras familias también disfrutaban del día con sus niños.

Jungkook extendió la manta sobre el césped y SoYeong ayudó a colocar las cosas. JiEun, curiosa, observaba todo desde una distancia prudente para no ser lastimada, sentada en el césped y esperando por el primer aperitivo.

— Este lugar es perfecto. — comentó SoYeong, mirando a su alrededor y sonriendo al ver a los niños jugando.

— Sí, es muy tranquilo. — respondió JungKook, sacando algunos juguetes que había traído para JiEun.— Aquí tienes, princesa. — dijo, entregándole los juguetes a la pequeña, quien los recibió con una sonrisa muy tierna a los ojos de cualquiera

JiEun se sentó en la manta y comenzó a jugar mientras ellos la observaban con ternura. Al caminar se veía muy linda.

— Le encantan esos juguetes. — comentó SoYeong, mirando a JungKook con gratitud.— Gracias por regalárselos.

— Me alegra que le gusten. — respondió él, sonriendo.— Es una niña maravillosa.

SoYeong volvió a sonrojarse un poco y sus pensamientos fluyeron. JungKook había estado durante todo ese tiempo ganándose el cariño de JiEun, siempre que hablaba con SoYeong preguntaba por la niña, y eso a los ojos de su madre era muy hermoso porque se daba cuenta de que JungKook sabía que para SoYeong primeramente estaba su hija.

Pasaron un rato viendo a JiEun jugar, disfrutando de la tranquilidad del parque. Luego, comenzaron a sacar la comida que habían llevado y se dispusieron a comer.

— Esto está delicioso. — dijo SoYeong, probando uno de los sándwiches que JungKook había preparado con anterioridad, con la emoción latente de pasar un rato agradable.

A los ojos de él, ambas eran como una oportunidad de pasar tiempo de calidad, era como si fueran una familia más de todas las que habían en el parque. Para él era incomparable el sentimiento tan lindo que eso despertaba en su corazón.

— Me alegra que te guste. — respondió él, sonriendo.— Quería que fuera un día especial para las dos, tengo entendido que para ti han sido días estresantes y eso comúnmente conlleva a que nuestros allegados sufran consecuencias... — SoYeong lo vio con una sonrisa.— Sólo quería darte algo de paz y que puedas disfrutar de JiEun.

Por una parte ella seguía queriendo saber de él, mucho más de su vida y el porqué de su divorcio. Quizás estaría siendo entrometida, pero sentía que quería saber más de él y que este tomara la confianza de desahogarse si lo necesitaba.

Cuando JiEun terminó de comer decidió levantarse y caminar unos pasitos lejos de ellos para sentarse en el césped y jugar con las muñecas que acababa de recibir como regalo. SoYeong sonrió viéndola desde la distancia, al igual que JungKook.

El sol brillaba en el parque, y el césped estaba salpicado de colores primaverales. El aroma de los árboles y el sonido de los pájaros creaban un ambiente perfecto para una conversación tranquila entre los dos, así que lo miró y detalló su hermoso perfil antes de abrir la boca para preguntar:

— JungKook. — llamó ganándose su mirada y una sonrisa.— quizás no quieras hablar de eso o te incomode el hacerl, no estás obligado a responderme pero... quisiera saber... — tomó aire y suspiró viendo su mirada expectante.— Has sido tan maravilloso con nosotras, y has sido un hombre increíble conmigo... pero entonces ¿Por qué decidiste divorciarte?

Ante esa pregunta, él dejo de mirarla y vio de nuevo a JiEun jugar tranquila y ajena a ellos, haciendo ruiditos que le causaban ternura.

— Cuando uno decide casarse, es porque realmente lo quieres todo con esa persona... — empezó, SoYeong asintió a eso y esperó que continuara.— Siempre quise ser un esposo ejemplar, alguien que esté siempre para mantener feliz a su esposa y en un futuro a sus hijos. — suspiró borrando suavemente la sonrisa.— SoMin y yo ansiabamos eso, ambos queríamos tener nuestros hijos y amarlos hasta el cansancio. — murmuró sonriendo hacia JiEun cuando la pequeña volteó y le saludó con su manito, a lo que él la imitó.

SoYeong al escuchar atentamente, procesó todo con cautela.

— ¿Y por qué no funcionó si ambos lo anhelaban? — preguntó suavemente.

Él sonrió con pesar y volteó a verla.

— A veces anhelarlo no es suficiente... se necesita que se pueda también. — respondió con suavidad y SoYeong asintió entendiendo.

— Lo siento. — susurró. Él resopló una sonrisa.

— No, esta bien. Creo que es momento de que conozcas sobre mi vida. — ella lo miró nuevamente cuando él decidió continuar mirando a la pequeña, vigilando que nadie se le acercara.— Lo intentamos muchas veces y no hubo la manera, recurrimos a tratamientos y... nada. — susurró mirando a SoYeong unos segundos antes de volver a la pequeña.— Descubrimos que yo tengo un problema con mi espermatozoide, ya que no es lo suficientemente fuerte para engendrar. — contó con, al parecer algo de vergüenza, una que no debía tener a opinión de SoYeong.— nuestro matrimonio poco a poco no fue el mismo, ambos anhelábamos algo que no podíamos tener y eso nos afectó demasiado... las peleas aumentaron, las discusiones eran más recurrentes, ella me culpaba en cada una de ellas... quise salvar mi matrimonio con la idea de la adopción, pero ella no quería lo mismo... en un punto muy bajo me quebré por completo cuando me dijo que yo era el problema... entonces preferí sacrificar mis sueños y planes junto a ella, decidí dejarla libre para buscar su futuro con un hombre que pudiera hacerla feliz, porque aunque yo lo intenté de muchas maneras y no lo logré, puede haber alguien que sí lo haga... y lo mejor era que yo la dejara ser libre.

SoYeong se quedó en silencio, sin saber qué decir ante ello. Lo único que se le vino a la mente decidió decirlo:

— Eres una persona maravillosa, y si lo que más anhelas sigue siendo eso, estoy totalmente segura de que la vida te lo brindará. — dijo suave, ganándose de él una mirada intrigada y unos labios sonrientes.

SoYeong volteó a ver a JiEun que se metía la cartera de una muñeca en su boca.

— No JiEun, no hagas eso. — se levantó para ir hacia ella y ponerse de cuclillas mientras le sacaba el juguete de la boca, procedió a regañarla con suavidad mientras la pequeña hacía un puchero antes de llorar de un forma tan tierna para los ojos de JungKook.

— Yo creo que sí, SoYeong. — susurró para sí mismo.

Se levantó para acercarse a ellas y se puso de cuclillas también.

— Princesa ¿Quieres dar un paseo? — preguntó con suavidad, limpiándole las mejillas de sus lágrimas gruesas. SoYeong lo miró mientras lo hacía y vio a su niña asentirle a él, estirando sus bracitos en un gesto que le pedía que la tomara en brazos.

Después de eso, decidieron dar un paseo los tres por el parque. JiEun caminaba ahora entre ellos, sosteniendo la mano de su madre y la de JungKook, haciendo saltitos de vez en cuando para quedar colgando de ellos, acción que los hacía reír.

— Mira, JiEun, hay un lago allí. — señaló JungKook, y la pequeña miró con curiosidad.

— ¿Quieres ir a verlo? — preguntó SoYeong, y JiEun asintió con entusiasmo.

Caminaron hacia el lago, disfrutando del paisaje y de la compañía mutua.

El día había sido perfecto, lleno de risas y momentos especiales que ninguno de ellos olvidaría. JungKook llevaba a JiEun recostada de su hombro mientras dormía profundamente por el cansancio generado del día.

— Dámela, no quiero que siga incomodándote. — estiró sus brazos apenada y él negó con una sonrisa suave.

— No me molesta, me gusta ayudarte. — respondió suave y abrió la puerta trasera para sentar a JiEun en la silla que había comprado para ella.

JungKook en verdad se estaba tomando muchas molestias con ella y eso SoYeong se lo hizo saber, pero él fue claro en que lo hacía porque quería acercarse más a ellas, dejándole en claro que SoYeong le interesaba más de lo que ella creía.