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Capítulo 02

— •۰⸼ ۫ ৎ୭ Dulce viejo amor ৎ୭ ۫ ⸼۰• —

Ambos se sonrieron levemente sonrojados, era casi imposible que se vieran nuevamente a los ojos luego de más diez años. Era increíble.

— ¿Cómo es posible? — susurró SoYeong.

— Creo que el destino sí es bueno. — una risita avergonzada escapó de la boca de SoYeong.

— No creí que el presidente de esta empresa fueses tu... ni en mi más profundo pensamiento. — murmuró aún sonrojada y mientras tenía a un JungKook también sonrojado frente a ella. Él había salido de su encierro en cuanto ella dijo su nombre con sorpresa.

— ¿Acaso no viste mi nombre en los documentos? — preguntó sin borrar la sonrisa. A pesar de su musculatura de todo hombre más o menos de treinta años, su sonrisa seguía siendo la misma. Parecía incluso más joven de lo que posiblemente era.

— Oh, sólo los he hojeado por encima, JiEun no me dejó leerlos con calma y... — él frunció el ceño pero su sonrisa no desapareció.

— ¿JiEun? — preguntó confundido y ella sonrió aún más avergonzada. A veces hablaba como si todo el mundo supiera de su vida.

Creía que era JungKook quien le hacía hablar con tanta confianza como si lo conociera, tal cual le pasó diez años atrás.

— Es mi hija. — él abrió los ojos en sorpresa y SoYeong pudo captar como su sonrisa se desvaneció por unos segundos hasta que casi de inmediato volvió a sonreír.

— Oh. — dijo con sorpresa. Metió las manos en sus bolsillos y prosiguió con una sonrisa pequeña.— ¿Estás casada? — preguntó un tanto curioso.

— Ah... no. — negó con su cabeza sintiéndose apenada.

— Entonces... ¿eres mamá soltera? — preguntó con la misma curiosidad y ella asintió bajando la cabeza.— Oh disculpa si soy muy entrometido, es que...

— No, no... yo... no es eso si no que... — se encogió de hombros y continuó con vergüenza.— a muchos les parece mal visto que sea madre soltera...

— No, nada de eso. — dijo de inmediato. SoYeong lo observó curiosa.— yo pienso que demuestra que eres fuerte y muy valiente.

Ella sonrió agradecida y luego poco a poco toda vergüenza desapareció.

— Gracias, JungKook. — susurró y él le regaló una sonrisa suave.— entonces... ¿te parece si hablamos del contrato?

— Sí, sí claro... — le apuntó la silla y ella se sentó para ver al chico caminar y sentarse al otro extremo del escritorio.

El tema del contrato ya estaba prácticamente cerrado, sólo faltaba la firma de ambos representantes en un documento para sellar la unión de ambas empresas en el nuevo proyecto.

— Muy bien, es un hecho. — JungKook extendió su mano y SoYeong la tomó con una suave sonrisa.

La calidez de su mano, la suavidad y la textura siguen siendo iguales, nada de él había cambiado. Se miraron a los ojos fijamente por unos segundos y luego JungKook formó una sonrisa en sus labios.

— El proyecto sin duda será un éxito. — mencionó SoYeong, segura de sí misma y de la calidad de su propio trabajo.

— No tengo dudas. — estuvo de acuerdo sin apartar la mirada de ella. Parecía que ninguno quería terminar la conversación.

Como ya había pasado mucho tiempo, separaron las manos algo incómodos aunque sin negar que ese mínimo contacto les había gustado por los recuerdos que traía de años atrás.

— Y... ya que estás aquí... ¿tienes planeado algo para el almuerzo? Me gustaría invitarte a comer si me lo permites. — dijo de forma muy educada y SoYeong abrió la boca pensativa. Por mucho que quería aceptar, no podía. Su madre podía cuidar de JiEun sólo hasta esa hora, asi que de inmediato borró la sonrisa.

— Ah~ me encantaría. — suspiró encogiéndose de hombros.— pero debo volver con mi hija...

— Oh, comprendo. — asintió borrando su suave sonrisa, ahora el ambiente era un poco incómodo. JungKook jugó con sus manos en el regazo.

— Bueno... debo volver. — murmuró levantándose del asiento y de inmediato JungKook la imitó.

— Podemos llevarla. — SoYeong frunció el ceño.— a tu pequeña, podemos ir a comer algo los tres ¿qué dices? — propuso con una suave sonrisa. Ella la imitó.

— Es un lindo gesto, JungKook. Pero mi nena ha estado con malestar desde anoche y no sé si se sentirá cómoda en un sitio público. — murmuró sintiéndose mal. En verdad quería aceptar.

— Entiendo. — bajó la mirada.— disculpa mi insistencia...

— No, no es por ti. — rio un poco.— pero no quiero incomodar.

— No me incomodaría, me llevo muy bien con los niños. — sonrió de una forma que a SoYeong le dio ternura. Así que suspiró.

— Llamaré a mi madre para preguntar cómo está, si no tiene malestar, acepto con mucho gusto ir a cenar contigo.

— Perfecto. — murmuró sin dejar de verla. La ponía nerviosa sin duda esos ojos saltones y brillantes.

——— •۰⸼ ۫ ৎ୭ ۫ ⸼۰• ———

— ¿Es por aquí? — preguntó JungKook mientras giraba el volante luego del sonido afirmativo de SoYeong.— Si quieres puedes ir pensando en un sitio que le agrade a tu pequeña.

— Oh, por ella no te preocupes, es muy tranquila y tímida, por lo que en cualquier lugar estará bien.

— Muy bien. — asintió el pelinegro. SoYeong miraba de reojo el cómo él manejaba el volante con agilidad, y eso le dio la oportunidad de mirar sus dedos, notando que no llevaba ninguna sortija de matrimonio o compromiso.

Suspiró aliviada. No quería estar entrometiéndose con alguien que ya tuviera a quien amar. Vio que se acercaban a la casa de su madre y decidió preguntárselo para poder librarse de la incomodidad una vez saliera a buscar a su hija.

— ¿Y... tu no te casaste, JungKook? — preguntó en un murmullo y él se quedó con la vista paralizada por un momento, parecía haber tocado un tema sensible ¿o era idea suya?— digo... han pasado diez años.

JungKook divagó por unos segundos y luego suspiró.

— Sí... — asintió en un tono suave. Eso fue todo, no dijo nada más y ella prefería preguntárselo en otro momento si se daba el caso.

— Es aquí. — dijo apresurada de salir del tema, apuntando la casa, JungKook asintió y paró delante de la misma.— Vuelvo en un momento ¿me esperas aquí?

— Claro. — sonrió suavemente y vio cómo se desprendió del cinturon de seguridad para abrir la puerta y salir.

Cerró detrás de sí misma y JungKook borró poco a poco su sonrisa mientras la veía alejarse hasta la propiedad.

No había pensado en SoMin en lo absoluto ¿por qué tuvo que preguntar eso?

Suspiró calmándose y se dispuso a esperarla. Cuando salió de la casa, traía en brazos a una pequeña recostada de su hombro. La niña se levantó para ver con curiosidad el vehículo y allí JungKook la vio. Era una niña demasiado hermosa con su cabello negro suelto y un flequillo muy lindo que la hacía ver demasiado tierna con sus mejillas coloradas. La pequeña se quitó el cabello del rostro una vez este le molestaba y luego SoYeong abrió la puerta para sentarse de nuevo con su niña en las piernas, cerrando detrás de sí para abrocharse el cinturón.

— Hola. — saludó con un tono tierno hacia la pequeña, quien se recostó en el pecho de su madre al sentirse tímida delante de la nueva persona frente a ella.

— JiEun, él es JungKook... — la niña la miró levantando su mirada y SoYeong continuó.— es un amigo de mamá, y te quería conocer. — la niña se escondió en su pecho y JungKook sonrió ampliamente mientras sentía la ternura calar en su pecho.— Saluda, no seas tímida. — le animó y la pequeña sacudió su mano lentamente.

— Hola JiEun, mucho gusto. — JungKook extendió su mano cuando se inclinó a ella para saludarla. La pequeña la tomó y JungKook sonrió al sentir el contacto con su pequeña mano regordeta. Lo había flechado en un instante.— Se parece demasiado a ti, SoYeong. Es muy hermosa tu hija. — murmuró JungKook aún inclinado pero levantando la cabeza hacia la mamá.

— Gracias JungKook. — murmuró sonrojada y él siguió sonriendo. Brindándole un guiño en cuanto empezó a incorporarse.

SoYeong se sonrojó mucho más.

— Bueno, como hoy JiEun es la invitada especial, ella va a decidir qué quiere comer. — mencionó JungKook con tono comprador hacia la pequeña, quien de pronto sonrió muy levemente.

Ella tiró de la camisa de su madre y SoYeong se inclinó para escuchar su pequeña voz susurrarle.

— Dile tu, estoy segura que JungKook quiere saber lo que quieres decirle. — animó a la niña de mejillas gorditas y estas de inmediato se sonrojaron al ver a JungKook observarla con una sonrisa.

— Claro, JiEun, quisiera saber qué quiere comer la princesa de este carruaje. — le dijo para animarla y la niña sonrió aún más amplio.

— Pi... pisha. — JungKook sonrió y sintió su corazón doler de tanta ternura con su voz tan pequeña y dulce.

— ¿La princesa quiere pizza? — preguntó con sorpresa y la niña mostró sus pequeños dientes en una sonrisa apenada.— la princesa tendrá su pizza... estamos a sus ordenes, su Alteza. — dijo con tono de un caballero de la realeza. SoYeong sonrió ampliamente con la interacción, pues JungKook se estaba portando muy lindo con su hija.

Emprendiendo camino, ambos junto a la niña estuvieron unos minutos en silencio, hasta que SoYeong quiso mencionar:

— En verdad me sorprende... ella no es muy comunicativa con las personas, ni siquiera las más cercanas. — murmuró sonriendo suavemente mientras JiEun iba recostada de su cuerpo, observando por la ventana mientras movía de lado a lado sus piecitos decorados con unas hermosas sandalias.

JungKook la miró unos segundos antes de volver la mirada al frente.

— Eso es porque no hacen el esfuerzo. — respondió sintiéndose orgulloso y SoYeong rió un poco.— mis sobrinos me adoran incluso más que a mi hermano, supongo que es un don. — le dijo entre risitas.

— ¿Tienes sobrinos? — preguntó enternecida y JungKook asintió sonriente.— ¡que lindo! — chilló arrugando su nariz un poco.

— Sí, son dos niños; Gemelos... — asintió orgulloso de sus revoltosos.— a veces me visitan en casa y se quedan todo el día, incluso lloran cuando se tienen que ir.

— Que ternura... ¿y cómo se llaman? — preguntó un tanto curiosa por saber más de su vida.

— JiYeong y JiSung. — los nombró con una sonrisa al recordarlos y SoYeong asintió con una igual. JungKook miró de reojo y vio los piecitos de JiEun moverse con constancia por la música de fondo.— son un poco más grandes que JiEun pero igual son pequeños. Tienen dos años y medio.

— Oh están pequeños. — él asintió sonriente y SoYeong quiso preguntarle sobre él, quería saber si seguía casado o si tenía hijos. Pero quería ganar su confianza un poco más, parecía muy reservado ante las preguntas de su vida.

——— •۰⸼ ۫ ৎ୭ ۫ ⸼۰• ———

Ambos veían a la pequeña jugar con los moldes de la arena sobre la mesa y sonreían levemente al ver a la niña hacer figuras de corazón en toda su zona.

Habían ido a un sitio de juegos recreativos para niños luego de haber comido la pizza prometida a la pequeña. Habían estado pasando un buen rato a decir verdad, ambos se dieron cuenta de ello.

— Mira, JiEun, si utilizas este palillo le puedes hacer unas caritas a los corazones. — murmuró al inclinarse hacia la niña, tomó el palillo y dibujó un rostro al corazón más grande. La pequeña abrió su boca sorprendida y luego rio tomando otro palillo para así hacer una en los otros corazones. SoYeong sonrió tierna y JungKook se incorporó sonriendo de igual forma.

— Sigo sorprendida con cómo se ha portado contigo. — murmuró SoYeong una vez JungKook la miró. Él se había quitado el saco de su traje y permanecía con la camisa blanca y también sin la corbata.

— Es una niña muy hermosa e inteligente, sólo es un poco tímida pero al crecer irá perdiendo esa timidez. — contó con suavidad viendo cómo SoYeong acariciaba el cabello de su nena.

— ¿Y... — él le miró el perfil cuando vio que ella estaba mirando la cabeza de su niña con algo de incomodidad.— ¿Tienes hijos, JungKook? — preguntó suave y él contuvo la respiración unos segundos antes de soltarla en un suspiro.

— No. — rio un poco negando con un sonrojo en las mejillas.

Ella lo miró y apretó sus labios queriendo seguir preguntando.

— Supongo que los tendrás pronto con tu esposa... ¿sabes? Como madre puedo decirte que son lo más especial en nuestras vidas. — siguió acariciando el cabello de JiEun y JungKook se le quedó viendo fijamente. Pero tomó aire profundamente y luego lo soltó en un suspiro sonoro, llamando la atención de SoYeong nuevamente.

— La verdad, estoy divorciado. — ella se quedó paralizada sin parpadear y luego lo hizo rápidamente.

— Oh, yo... lo lamento, no debí ser imprudente. — JungKook rio un poco con los nervios de ella y negó con su cabeza.

— No te preocupes, ya ha pasado un tiempo de ello. — la pelinegra asintió y luego ambos miraron a los lados, buscando otra cosa para distraerse, pero era inútil.

— ¿Seguro que no estás muy ocupado? No es necesario que hagas esto por nosotras. Debes tener muchas cosas importantes. — dijo un tanto incómoda de que JungKook, siendo un empresario de renombre, estuviese gastando su valioso tiempo con ellas allí.

— No te mentiré, sí estoy hasta la coronilla de trabajos... pero hace mucho no me tomo un pequeño descanso. — Tomó el molde con forma de mono y se lo dio a JiEun para que siguiera haciendo muñecos en la arena.— Además, estar aquí se siente agradable... mucho más si eres tu. — murmuró levantando la mirada hacia la de ella, quien le sonrió levemente.

— Es un lindo gesto, gracias. — agradeció nuevamente y ambos se sonríe sin dejar de verse por unos segundos que parecieron eternos.

Siguieron pasando momentos agradables durante toda la tarde, y esperaría que en algún momento eso se repitiera, porque estar con JungKook seguía siendo como hace diez años: realmente era muy agradable.

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