XII
-𝖅𝖔𝖑𝖆-
Sus pupilas dilatadas por la oscuridad que emanaba toda esa noche solo conseguían despertar de una manera desmesurada las emociones cargadas por un gran tiempo, el temor, la desesperación y un vano intento de esperanza se lograban percibir en todo ese ambiente gélido y tétrico que comenzaba a formarse por el choque de las ondas de poder...
Zola había entrado en escena tres figuras imponentes de poderosas bestias, un lobo, un tigre y un hermoso ave fénix.
Los gritos desconsolados de Rin pasaron a segundo plano, para que Eriol y Zoro solo terminarán escuchando el retumbar de sus corazones, por primera vez en mucho tiempo volvían a sentir aquella sensación corrosiva, miedo.
Tenían miedo de lo que fuera a pasar, más al notar las tres bestias que venían a lo lejos. Los caballeros del apocalipsis estaban a metros de distancia de ellos, en su forma pura.
- ¿Quiénes son ustedes? -ordenó saber sus nombres el chico de cabello azul mientras se preparaba para el combate.
- ¿Por qué debería responder eso? -una sonrisa burlona apareció en el rostro del chico de cabellos rubios.
-Bueno sería algo realmente triste no poder saber el nombre de nuestros rivales que derrotaremos-mencionó Zoro con diversión al igual que Eriol sonreía de lado, sus dedos se movían de manera nerviosa hacia su catana.
-Vaya, vaya qué dioses más descarados creyendo que podrán vencernos-se burló de ellos el chico de tez morena.
-Déjalos no saben que esta será su tumba donde verán como quebramos sus espíritus-una carcajada burlona escapó de sus labios del chico de cabello castaño-Son solamente piezas de ajedrez puestas por nuestro rey-sus ojos burlones que brillaban en toda esa densa oscuridad los enfocaron.
Zola al notar que la expresión de ambos no tan estupefacta que si no fuera por sus facciones duras creería por unos instantes que tenían miedo.
-Somos el equipo ZOLA, la mano derecha de nuestro señor Zero, el hombre más poderoso del universo, espacio y tiempo-argumentaron los tres al unísono con una sonrisa arrogante adornando sus rostros.
Por su parte Zoro y Eriol parecían inmutables ante el comentario que dijeron esos tres chicos, los vieron con cierta incertidumbre, algo dentro de su pecho bombeaba de manera descomunal, por primera vez en mucho tiempo sabían la respuesta de lo que pasaría.
-Acaso...acabas de decir ¿Espacio y tiempo? -le cuestionó con una mirada dura el chico que portaba tres de las catanas más fuertes del mundo.
- ¡Oh no lo saben! -se río el chico de tez morena que respondía al nombre de Kyo.
-Estoy sorprendido creí que por eso habían huido con los únicos Kagamine que quedan en el mundo-fingió asombro el joven de hebras rubias que respondía al nombre de Yuu.
Zoro apretó con fuerza las catanas que tenía en su poder y sostenía de manera nerviosa al mismo tiempo que Eriol abría muy grandes los ojos.
- ¡De verdad no lo saben! -se mofó el joven de cabellos castaños que responde al nombre de Will- Pues sí queridos dioses, nuestro señor se encuentra en el mundo de estos Kagamine y no los encuentra, pero ahora que tenemos su ubicación será mucho más fácil para él encontrarlos y terminar su trabajo-argumento con una risa sádica.
El silencio sepulcro del lugar solo aumentaba la tensión que se sentía en esos instantes ya que desde la distancia donde se encontraban Eriol y Zoro podían escuchar como los huesos de esos jóvenes comenzaban a tronar junto con unos cuantos chillidos que soltaban solo para conseguir la transformación de los animales que los habían seguido a cierta distancia con la única diferencia que ahora en medio de toda esa noche oscura partes de su cuerpo brillaban como si de colores neón se tratasen debido a la magia desbordante que tenían. Se veían más imponentes y aterradores ahora. La situación tan irónica no podía provocar más que llena de incertidumbre era como si los antiguos dioses se estuvieran mofando de su misión, la misión que fueron forzados a hacer, sin embargo, los profesores de nuestros protagonistas no dudaron ningún segundo más y se prepararon para la batalla; Zoro se colocó su paliacate en la cabeza, tomó sus espadas, les esparció haki, mientras tanto Eriol se concentró para transferir su poder a su báculo mágico.
Por su parte los otros tres los veían de manera calculadora, analizando cada movimiento que tenían los otros por más minúsculo que fuera los veían atentamente. Los estaban cazando como simples presas fáciles de conseguir, tan insignificantes, de allí solo fueron cuestión de segundos para que el trío de criaturas mágicas se lanzará al ataque contra los dos dioses.
El chico de forma lobuna no dudo en ser el primero en atacar directamente a Zoro, su magia lo absorbió por completo dándole alrededor un aura azul zafiro junto con una mirada asesina. Por otro lado, el tigre de aura roja no dudo en lanzarse directamente hacia Eriol.
Ambos chicos que se encontraban peleando contra las bestias se concentraban solamente en poder corresponder de igual manera a los dos monstruos que tenían enfrente por un momento olvidaron la regla numero uno en una pelea...
Jamás pierdas de vista a tu contrincante.
Zoro estaba demasiado ensimismado con la pelea que llevaba contra el joven de forma lobuna, era demasiado poderoso no conseguía explicar como es que en diferencia de poder este estuviera llevándole una enorme ventaja y el ver como lentamente iba perdiendo fuerzas no hacia más que desconcentrarlo, algo raro estaba pasando.
-Cazador de piratas Roronoa Zoro-exclamo el joven lobo-sabes ¿por qué estamos tan seguros de que ganaremos? -su sonrisa burlona aumento, mientras lentamente iba formando fuego azul con sus manos apuntando en su dirección, sus ojos se oscurecieron lentamente y a lo lejos se escuchaba como un ave se acercaba a gran velocidad, Zoro dio vistazo rápido a la par que sus ojos se abrían de par en par volviendo a usar sus catanas como un escudo hacia la bola azul que se acercaba a él con la intención de rebotarlo hacia la dirección del ave, cuando esto ocurrió y consiguió desviarlo no pudo evitar suspirar, el estar ensimismado no lo hizo darse cuenta de que su acción fue el deslinde de un millón de tragedias siguientes y no lo notó hasta que escucho esa fastidiosa risa.
El maldito lobo se estaba riendo-No puedo creerlo, mi señor es tan inteligente ¡Siempre tiene razón! -grito con una sonrisa, posando su mirada en la dirección detrás del cazador de piratas.
Todo paso en un segundo, el grito, el sonido de la ropa quemándose, las risas burlescas de aquellas bestias habían sido el detonante. Habían conseguido perfora el espíritu de Zoro y habían matado a Eriol en un par de segundos, lo único que quedaban eran cenizas. Con el espíritu quebrantado, unas inmensas ganas de venganza fueron lo que lo invadieron sin cesar.
Corrió lejos de allí lo que sus piernas le permitían.
- ¡ow! ¡Corre cobarde corre! Déjanos el camino libre-grito burlesco el joven tigre que aun entre sus garras tenía la sangre de aquel que mató.
Se giró de vuelta, tomo la postura correcta mientras todo su cuerpo se tensaba.
- ¡Las nueve montañas y los ocho mares constituyen un mundo! -grito Zoro con la voz entrecortada por la velocidad en la que corrió mientras tomaba la postura de ataque de tres espadas- ¡mil de ellos conforman un cosmos! -comenzó a correr con dirección a los chicos que no dudaron en sumirse en llamas-Y cuando junte ese cosmos ¡No hay nada que no pueda cortar! -giró sus espadas a forma de hélice- ¡Santoryuu Ougi! ¡Ichida Sanzen...-sus espadas lanzaron un corte limpio que impactó contra los chicos envueltos en llamas-...Daisen Sekai!
-Solo necesito ganar un poco más de tiempo-
Una explosión se escuchó de fondo mientras Len cargaba a Rin lejos de allí, a pesar de estar demasiado lejos escucharon el grito, el grito que no les hizo nada más que sentir impotencia.
- ¡Yo creo en ustedes! Salven al mundo -
Continuara...
Disculpen la tardanza, les prometo que este año si que si lo termino :'v espero les haya gustado. He estado a tope de tarea, pero quiero poder darles el final que merecen, estamos cada vez más cerca.
meilinlin12
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro