III
-¿𝕶𝖆𝖌𝖆𝖒𝖎𝖓𝖊?-
2 semanas con 3 días, después de la muerte de ambos reyes. (900 años antes)
En cierta taberna
(Entre el reino de la luz y oscuridad) (2 pm).
Se notaba por primera vez la alegría de las personas, no se había visto tanta paz y tranquilidad. Después de la muerte de ambos reyes
Ha habido un ambiente tenso en ambos pueblos. En estos momentos todos estaban alegremente festejando y brindando, el motivo había hecho un trato con una aldea vecina que era conocida por tener a los mejores magos y estos habían aceptado hacer una barrera para que esas "criaturas no-humanas" no lograran entrar al pueblo.
- ¡Venga Gumo!, ¡cuéntanos!, ¿Por qué varía la servidumbre está abandonado el castillo? -pregunto ya un alcoholizado campesino a cierto caballero real, con una enorme sonrisa y mejillas sonrojadas.
- ¿para qué quieres saberlo? -interrogó un relajado Gumo, a pesar de estar ebrio- ¿acaso quieres servir al heredero? -bromeo esto último con una sonrisa burlona.
-Venga dinos eres el único que nos puede dar respuesta-comentó otro joven sonrojado a causa del alcohol-además es demasiado raro ver que tantas personas renuncian al mismo tiempo, mientras que a la vez huyen del país-aseguró esto mientras veía fijamente el líquido rojo de su tarro, de forma pensativa.
De repente un chico alto de piel pálida y cabello azul, ojos azules como el cielo a medio día, vestido con una armadura blanca y en el centro de su pecho el emblema del reino. Entró pateando las puertas de la taberna.
Era el general de la primera división Kaito.
-Tenemos una junta importante en 30 minutos, los quiero a todos reunidos allí, ¡ahora! -exclamó esto por último mientras se daba la vuelta y regresaba por donde había llegado.
El palacio de la oscuridad
(2:30 pm)
A fuera de las puertas de este castillo se encontraba un joven pelirrubio sin rastro de vida aparente, lo cual llamó la atención de los aldeanos y decidieron rodearlo para ver si despertaba o estaba muerto, ya que nadie lo conocía.
-Saben, ¿cuánto tardará el curandero? -preguntó un joven adulto.
-No creo que tarde mucho cariño-aseguró una mujer que al parecer era su novia.
Justamente en esos instantes iba llegando un hombre de avanzada edad, pero no me malentiendan a pesar de ser un anciano no lo aparentaba.
-Puedo saber para que se han solicitado mis servicios-manifestó el hombre con un tono de seriedad.
-Este chico apareció de la nada y se encontraba desmayado o posiblemente muerto-explicó otro hombre de alrededor de los 30 años.
-Ya veo-comentó el curandero que veía detenidamente al chico frente a él -creo saber que tiene- declaró esto mientras tronaba los dedos a uno de sus asistentes indicando que le pasará cierta cosa. -Con esto tendrá más que suficiente-argumento y al mismo tiempo agita la botella-esto puede ser peligroso aléjense-advirtió de forma sería mientras comenzaba a verterle el agua de forma muy agresiva.
Todos quedaron sorprendidos, al ver que el chico reaccionó de manera alterada y se paró de golpe. Si, definitivamente era uno de los mejores curanderos y médicos del lugar.
Len por su parte no cabía de la impresión de ver a la gente frente a él y a cierto hombre, que vestía como en la época antigua.
-Okey...cómo llegué aquí...-se auto preguntó Len mientras volteaba a todos lados ya que estaba frente un castillo.
-No lo sabemos, nosotros pasábamos por aquí y te vimos...perder la conciencia-afirmó por último el primer hombre que llegó y llamó al curandero-pero ya que estás bien, nos vamos-aseguro mientras las personas seguían su rumbo dejando desconcertado a Len- no te preocupes por esta vez yo pagaré, después me agradecerás...-le restó importancia, por último, para dejar totalmente solo a Len llevándose al curandero y pagando por sus servicios.
Mientras Len estaba recapitulando lo que pasaba ya que está sin poder creer lo que está pasando lo último que recuerda es estar en un museo, un rugido se escuchó dentro del castillo las puertas se comenzaron a abrir y una sombra se comenzó a asomar lo cual asustó en sobremanera a Len. -satanás eres tú...-susurro mientras perdía conciencia de sí mismo...por segunda vez.
Mientras tanto con Rin.
No quiero despertar algo me dice que, si lo hago, no me gustará lo que veré.
¿Qué es ese ruido? ...es como agua...pero no estoy cerca de un río. ¿No estaba en un museo?
-Donde carajos estoy-se preguntó una Rin impresionada, ya que estaba dentro de un castillo. -¡¡¡¿y de donde diablos saque esta ropa?!!!-se interrogó alterada mientras inspeccionaba su propia ropa puesta.
Entonces volteó a todos lados, dándose cuenta de algo muy importante estaba frente a una puerta enorme, de esas de películas de época.
-No sé dónde diablos estoy...esto no es un museo-se dijo así misma en un susurro mientras caminaba hacia las puertas-donde he visto estas puertas antes.-susurro esto mientras abría las puertas.
Cuando al fin recibió la luz del día, se puso a examinar con la vista el lugar. Dando con cierto chico rubio desmayado. El cual conocía perfectamente. La máquina amarilla.
Cuando se acercó a él decidió jalarlo de un brazo para ver si despertaba lo cual no funcionó.
Después intentó despertarlo jalándole el cabello...tampoco funcionó.
-¡¡y si...alguien!! ¿Lo hechizo? -murmuró horrorizada-oh por dios-exclamó alterada-está bien...haré este sacrificio por qué no quiero que te quedes eternamente dormido-habló Rin con tono dramático-te daré mi primer beso-aseguro esto con voz resignada.
Así que como última opción decidió subirse encima de sus piernas y acercarse lentamente a sus labios...
- ¿¡¿¡QUE CARAJOS ESTAS HACIENDO!?!?!? -grito un Len totalmente sonrojado mientras se midió enderezaba de forma que podía verla a la cara y la antes mencionada seguía en sus piernas.
Okey, falsa alarma...no tienen ningún hechizo.
-¡¡Creí que habías mordido una manzana envenenada!!-exclamó una Rin totalmente sonrojada-¡¡¡ así que creí que necesitabas un príncipe azul que te quitará el hechizo!!!-finalizó Rin creyendo que esto sonaba convincente
-No puedo creerlo-susurró Len aumentado su sonrojo- siempre que ves a una persona desmayada, ¡¡¡vas y la besas!!!...¡¡¡¡estás loca!!!!-bramo Len con cierto temor.
-¡¡¡Claro que no!!!-gimió Rin sonrojada y apenada-solamente lo hice contigo porque traté de levantarme de 1000 maneras y no pude-grito Rin sonrojada, avergonzada y totalmente humillada.
-Dios...si no hubiera despertado con un beso que hubieras hecho-interrogó Len que la veía con recelo- ¡¿¡¿Me hubieras violado?!?!?, ERES UNA PERVERTIDA-grito Len asustado y sonrojado.
-Bueno basta-se quejó Rin apenada-eso no pasó y yo no te hubiera hecho eso-desvió la mirada y luego la regresó- además, dejando eso de lado. ¿Sabes dónde estamos? -pregunto Rin estaría logrando que su sonrojo desapareciera levemente.
-No lo sé-respondió Len pensativo- creo que es obvio que viajamos en el tiempo, sin embargo, no sé en qué época estamos...-comentó Len frustrado.
- ¡Bueno!Entonces hay que investigar-ánimo Rin regalándole una mirada comprensiva.
-Tienes razón-aseguró Len correspondiendo esa mirada.
-...
-...
-Puedes bajarte de encima de mío, por favor-hablo Len mientras la veía fijamente.
-Oh, claro-dijo Rin mientras se paraba rápidamente y Len la imitaba- ¿vamos al pueblo te parece? -interrogó Rin de forma tímida, señalando hacia un camino que conectaba al castillo con la aldea.
Y así ambos emprendieron camino hacia el pueblo.
Media hora después...
- ¡Diablos! creí que estaba más cerca- exclamó una Rin molesta y deshidratada por el sol.
- ¡Venga!, Vamos por un poco de agua a esa... ¿Taberna? -dudo Len mientras le señalaba el lugar.
Al entrar por las puertas. Todo el mundo los volteó a ver...
-Ustedes...-se atrevió a hablar un hombre mayor- ¿son los Kagamine? -pregunto impresionado mientras los veía fijamente con una enorme sonrisa.
- ¿Kagamine? -interrogaron de forma curiosa ambos rubios.
🔸🔸🔸
A veces creemos que no somos tan importantes...pero a veces somos los únicos que podemos ayudar a cambiar el mundo.
Continuará....
Posdata: aquí una foto de cómo serán los trajes de Rin y Len
Meilinlin12
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