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El inicio de una ¿amistad?

Todo el mundo mágico ya sabía la noticia. Aun vivían descendientes de Tenshi y uno de ellos era el portador de la herramienta y único mago de esa familia... y que era doncel.

La familia Furihata no entendía nada de lo que pasaba. Hasta que un mago de la escuela de Kōki fue por ellos.

—Esto es una locura— Kōen caminaba de un lado al otro.

—Locura o no, su hijo tiene la misma herramienta.

—Debe ser un error. Una casualidad.

—No lo sabemos. Los magos de las bibliotecas están tratando de seguir su línea familiar para comprobarlo.

—¿Qué repercusiones tendrá Kōki si se comprueba?— cuestionó Kai.

—Pienso que fama y muchos pretendientes. Las ofertas de matrimonio ya comenzaron a llegar.

—Es un niño—Emi intervino —Koki me habló de cómo trataban de seducirlo por una estúpida apuesta de los de tercero.

—Lamentablemente esa situación siempre ha ocurrido. Es una tradición que se lleva a cabo desde hace años, por eso mismo se los informamos cuando ingresan.

—No quiero a nadie cerca de mi hijo. Rechace todas esas propuestas.

—Entendido.

—Ahora me gustaría ver a mi hijo— demandó Emi furiosa.

Llegaron a la enfermería y había varios heridos, la familia Furihata pensó lo peor.

—Nada más dejó inconsciente a uno. Los demás son de los combates —caminaron hasta el final y estaban dos camas siendo vigiladas por unos magos adultos —Está en esa.

Entraron a la que les señaló y un Kōki pálido yacía entre las suaves sábanas. Un báculo seguía a su lado.

—No se ha desvanecido. Creemos que está esperando a que despierte. Furihata-kun está bien. Sólo dormido. Esta débil por la magia.

—Ya veo. Gracias— Emi abrazo a su hijo y sollozó. Se veía tan mal.

—————

Su cabeza dolía y más con esos gritos.

—Son unos irresponsables.

—Cállate, Sasaki.

—A mí no...

—Akashi-sama. Sasaki-san. No estamos solos.

—¿y qué? Sólo me interesa mi hijo

—Sí, claro. Ahora si te interesa.

—¿Por qué está así?

—Es por mi familia, Sasaki Masaomi. Los Akashi somos especiales.

—Shiori...

—Soy Akashi-sama para usted, Sasaki.

—Nosotros le pedimos el favor a Akashi-kun de presionar a Furihata-kun. Su hijo es detonante para la magia de Furihata-kun. Él no quería pero terminó accediendo. No creímos que algo así fuese a suceder.

¿Akashi lo hizo y dijo todo eso porque de lo pidieron? ¿Podía ser verdad? Era cierto que el pelirrojo ya no lo molestaba desde hace varias semanas.

—Su hijo, los primeros 3 meses, le hizo la vida imposible sólo porque Furihata es hijo de ordinarios...

—¿Ves lo que ocasionas?

—yo...

—Su hijo accedió para presionarlo. De hecho, él ya no molesta a Furi desde hace unas semanas. De hecho ..

Se levantó al escuchar la conversación, y más al escuchar mi hijo. Busco de un lado de la cortina y había varias personas, no era. Se dirigió a la otra y su corazón se detuvo.

—¡Aka-chan!— corrió y acarició al gatito, estaba envuelto en vendas —¿Qué le sucedió a Aka-chan? ¿Por qué está así?

—Furihata-kun.

—¿Qué haces? Suelta a Seijūrō, lo vas a lastimar— dijo un hombre pelinegro.

—¿Seijūrō?— soltó al gato y retrocedió.

—Mi hijo se puede transformar en gato. Soy Akashi Shiori— una bella mujer idéntica a Seijūrō se presentó —Siento los problemas que le a dado mi hijo.

—¿Mi Aka-chan es Akashi?— susurró dolido. Todos y cada uno de los recuerdo pasó por su mente peor aún ¡Se había confesado!

—Akashi te lo iba a explicar— comenzó Alex.

—¿Usted lo sabía?

—Lo vi transformarse y lo seguí. Descubrí que se veía contigo todos los días.

—Akashi me vio la cara. Yo...Aka.

Un crujido llamó su atención y el pelirrojo estaba en la cama —Fu...

—Me engaño. Todos estos meses vio la cara de imbécil.

Al ver la mirada dolida de Kōki y la mirada preocupada de su madre y Alex comprendió todo —Lo siento. Pensaba decírtelo.

Kōki apretó sus puños y se alejó o eso pretendía ya que fue jalado de regreso a la cama. El báculo lo tenía sujetado por una delgada cadena —¿Qué es esto?

—Es tu báculo. No ha desaparecido.

Frunció el ceño, tomó el báculo y salió de la enfermería en medio de los gritos de Akashi Seijūrō y Alex García, ésta última lo seguía.

—Furi detente.

No hizo caso. Se sentía herido. Muy humillado, había revelado a Aka-chan tantas cosas de su vida, todas sus inseguridades y miedos.

————————

—Furihata— intentó ir tras el castaño pero una mano no lo dejó.

—Tienes fracturada una costilla. No puedes moverte. Luego hablaras con él.

—Pero...

—Hijo, obedece a sensei.

—Mamá— al fin se había percatado de ellos.

—Me tenías preocupado— acarició a su hijo —Fuiste malo con ese joven. Nijimura ya me explico cómo lo has tratado.

Bajó la mirada —Lo siento.

—Debes disculparte con él.

—Mi hijo no se disculpara con nadie.

—¿Qué hace aquí? — miró indignado al hombre.

—Hijo yo...

—Yo no soy su hijo, Sasaki. Aquí que mejor lárguese con su familia— gritó enfadado.

—Hijo— shiori intento intervenir.

—¡Qué se vaya!

—Sasaki será mejor que se marché— el pelinegro se marchó.

Nunca lo perdonaría. Jamás lo haría.

——————————————

Todos voltearon a ver al castaño conforme avanzaba por los pasillos. Iba descalzo, con la ropa de la enfermería, cargando su báculo y se seguido por Alex-sensei.

—Furihata detente— no se atrevía a usar su látigo y detenerlo. Con el báculo en mano podía resultar perjudicial para ella.

—Déjeme sólo— Atravesó corriendo las instalaciones hasta llegar al dormitorio para donceles y luego subir a grandes pasos a su habitación. Entró ella dejando asustado a Kazunari, pero él sólo se dejó caer en su cama y comenzó a llorar.

—Kō-chan ¿Qué sucede?— estaba preocupado. El castaño y Akashi llevaban un día entero inconsciente.

—Todo este tiempo me engañó— se abrazó al pelinegro.

—Kō-chan— abrazó al castaño.

—Furihata— Alex entró a la habitación.

—No quiero hablar.

—Tienes que escuchar. Nijimura y yo estamos...

—Lo escuche. Le dijeron que lo hiciera ¿Por eso también lo de Aka-chan? Todo este tiempo...

—Nosotros no tenemos que ver con Aka-chan. Si tienes dudas pregúntale a él. Descansa por ahora. Mañana a primera hora te espero en la dirección. Tenemos que hablar de algo importante. Kazunari, Reo te dejará subir la cena para Kōki.

—Sí, sensei.

—Enséñale cómo suprimir su herramienta. Está consumiendo su energía.

Alex se fue y Kazunari sentó al castaño —Si sigue así no podrás levantar mañana.

Se limpió las lágrimas y asintió. Siguió los pasos de Kazunari pero en vez de desaparecer su báculo, éste se hizo un tamaño pequeño y con una cadena en su cuello.

—Wooh ¿Cómo hiciste eso?

—No sé. Seguí tus instrucciones. Es la primera vez que lo hago.

—Bueno pues intenta hacerlo grande— el castaño obedeció, sujetó su mini báculo y se hizo grande; luego lo quiso desaparecer y sucedió lo mismo —Pues...

—Furihata-kun— eran Tetsuya, Ryō, Tatsuya y Yukio entrando a la habitación —¿Cómo has estado? Nos preocupamos por ti. Akashi...

—Bien...— falló; sollozó nuevamente.

—¿Qué ha pasado?— preguntaron al verle llorar. Aunque les explicó, no entendieron nada. Sólo que Akashi Seijūrō tenía que ver —Será mejor que descanses. Mañana será un día complicado.

Reconfortaron al castaño hasta que se quedó dormido. Al salir varios donceles estaba allí, principalmente sus compañeros de clase y algunos de las clases aledañas.

—Furi está bien chicos. Mañana lo verán a clases.

—Es que se veía pálido. Me asusté— Shōgō Saito compañero de clase de Furi.

—Sí. Dijo que está cansado y se ha quedado dormido.

—Ya veo. Espero verlo mañana en clases. Los chicos están preocupados por él, les informare que está bien. Nos vemos mañana.

—Adiós— se despidió de los compañeros de Furi con una sonrisa en los labios y cuando se marcharon miró a los demás enfadados —No se les ocurra acercarse a él. No sean tan hipócritas.

————————————

Kōki despertó con Kazunari llamándolo. Tomó ropa interior del clóset, un uniforme y se metió a bañar.

El agua tibia cubría todo su cuerpo. Aun no entendía por qué Akashi lo había engañado vilmente, pero si se ponía a pesar fue justo cuando apareció Aka-chan en su vida qué Akashi Seijūrō dejó de molestarle. Tal vez...

—Kō-chan. Apresúrate. Tenemos que tomar el desayuno, y tú ir a la dirección.

—Voy— salió de la ducha, secó y vistió. Se miró una vez más al espejo... se veía horrible: pálido, ojos hinchados y rojizos.

—Te ves... mal.

—Vamos. Siento que me comeré un elefante— su estómago gruñó.

—¿Cómo no? Si tienes dos días sin comer— tomaron sus bolsos y pase. Al salir de la habitación se encontraron con los demás y se dirigieron a la cafetería.

—...— donceles de su dormitorio le sonreían, incluso al atravesar la explanada y entrar a la cafetería, varones y mujeres también le sonreían o saludaban. Dejaron sus bolsos en la mesa de costumbre y fueron por su desayuno.

—Hey Furi ¿mejor? Kuroko me avisó que despertaste ayer.

—Sí, Kagami-kun.

—Chihuahua— saludó Aomine dejándose caer al asiento con bastante comida.

—Ya le dije que no me llame así— un puchero se formó en sus labios.

—Ya déjalo Aomine. Bueno días— todos respondieron al saludo pelo verde.

—No hay postre— Atsushi se sentó enojado y mirando mal su desayuno.

—Aquí tiene— Kōki le entregó su pudín. Esa escena sucedía varias veces.

—Eres un ángel, Furi-chin.

—Buenos días— Momoi Satsuki, pelo rosada y ojos rosa se sentó entre Aomine y Midorima —¿Saben algo de Akashi-kun?

—Dormido. Ayer intentó levantarse, se cayó de la cama y volvió a fisurarse la costilla— explicó Shintarō.

—¿Levantarse? ¿Por qué lo haría?

— No tengo idea. Su madre me dijo que tuvo que aplicar un hechizo de sueño, y los médicos otra vez le unieron la costilla. El proceso con magia es menos doloroso pero tarda un poco.

—¿Se lleva bien con la madre de Akashi-kun? Lo siento— pregunto Sakurai.

—Sí. La conozco desde pequeño. Akashi y yo somos amigos de la infancia.

—...— miró el desayuno. No quería escucharlos. Aka-chan pasó por su mente.

—¿Estas bien, Furi?— Taiga se preocupó al ver la mirada.

—Sí...

—Vamos. No es tu culpa que Akashi este en la enfermería. Apuesto que nunca vio venir el ataque. Yo tampoco lo espere— dijo Daiki mordiendo el sándwich.

—Sinceramente no creí que fuese tan fuerte, pero las costillas de Akashichi lo confirmar— Ryōta llegó y se sentó al lado de Kasamatsu Yukio, éste último se sonrojó y alejó un poco.

—...¿puedo hacerles una pregunta?— todos lo miraron y asintieron —¿Por qué los demás me sonríen y no dejan de verme?

—Son unos hipócritas— Kazunari bufó molesto.

—Concuerdo con Takao— dijo Shintarō mirando a los demás.

—Kō-chan. Alex-sensei y Nijimura-sensei te lo explicarán mientras ignorarlos.

Asintió nervioso. Los únicos que le hablaban y trataban bien desde que ingresó a Teikō eran los que estaban en esa mesa (Midorima, Aomine, Kagami, Murasakibara, Kise, Yukio, Sakurai, Kuroko, momoi y Kazunari) y sus compañeros de clase.

Una vez terminado el desayuno y dejar la bandeja en el lugar indicado se dirigieron a clases y Kōki a la dirección. En el trayecto ignoró a todos... ¿Por qué sonreían así? ¿Tenían planeado otra broma? La había pasado más tiempo en la enfermería que en el salón de clases gracias a las crueles bromas de los demás.

—Adelante— se escuchó después de tocar la puerta.

—Buenos días— saludo al director y a Alex.

—Buen día, toma asiento Furihata-kun.

Se sentó en el lugar disponible y miró el gran libro que tenía enfrente, éste se veía realmente viejo.

—Oficialmente eres el ganador del duelo entre Akashi y tú.

—Pero...

—Es oficial. El primero en quedar inconsciente fue él.

—...

—Lo segundo, supongo que ya lo notaste.

Asintió y frunció el ceño —Todos me sonríen y saludan cómo si nunca me hubiesen tratado mal. Cómo si nunca me hubiesen hecho esas horribles cosas.

—Se debe a esto— Nijimura señaló el libro.

Se levantó y aproximó, miró el dibujo y se quedó boquiabierto —Ese es...

—Tú báculo.

—¿Por qué está aquí?— apuntó la página.

—Te hablé de Tenshi el primer día— Alex habló mirando la cara confundida del castaño.

—¿y que tiene que ver?

—Mucho. Tu báculo indica que tú y tu familia son los últimos descendientes de Tenshi.

—Imposible.

—Estuvimos investigando. Creímos que era por parte de la familia Furihata pero no, es de parte de la familia de tu madre, los Takahashi.

—Madre dijo que más de 400 años que no tienen magos en su familia.

—Sí, así es. Tú eres el último.

—... Entonces.

—Ahora todo mundo quiere ser tu amigo— le giró la pantalla.

Kōki vio una versión de su pase en la pantalla. Tenía más de 500 mensajes, llamadas e invitaciones de todo tipo incluso...

—Sí, son propuestas de matrimonio.

—Esto es...

—¿Grandioso?

— Horrible. Qué hipócritas son.

Nijimura y Alex rieron por la cara y declaración de castaño.

—Tu pase está siendo modificado por momoi, ella te lo entregará más tarde.

—¿Modificado?

—Nadie. Ninguno de los alumnos podrá mandarte mensajes o llamarte a menos de que tú los autorices. Por ahora le di a momoi la lista de tus compañeros de la clase F, Reo Mibuchi, nosotros los sensei, el presidente de disciplina y el del consejo estudiantil... Ah sí y con los que desayunas.

—Gracias— eso lo hizo sentir aliviado.

—Más tarde a tu habitación será llevado todo lo que te ha llegado. Tu madre me autorizó rechazar todas y cada una de las ofertas de matrimonio.

—¿Qué ha llegado?

—Teppei abre la puerta.

El castaño apareció de otra puerta y Kōki miró el interior, tenía que ser una broma.

—Todo mundo quiere conocerte— cartas, regalos, etc.

—yo no...

—También otra cosa más, y lo dejamos a tu decisión. Por tu poder estarías siendo asignado a la clase A— el castaño miró boquiabierto — Pero no tienes control alguno sobre el báculo y podrías herir a alguien más. Imagina, un solo golpe y a Akashi le fracturaste las costillas. Por eso queremos que decidas ¿Vas a la clase A o te quedas en la F con Alex?

Cierto, podía herir a alguien más. La imagen de Aka-chan envuelto en vendas junto con el Akashi Seijūrō pálido y herido, llegó a su mente —Con Alex-sensei.

—Sí— festejó la rubia —Bueno, Furi. Vayamos a clases, vamos retrasados.

Nijimura y Kōki rieron por el festejo de la rubia y luego se despidieron

—Tengo un entrenamiento pensado en ti. Tus amigos aceptaron ayudar para que tengas varios contrincantes. El sábado estaremos en la arena hasta que aguantes.

Le corrió un escalofrío por la espalda. Sin duda Alex García lo haría sufrir.

Se dirigieron al salón de clases.

—¿Te costó trabajo suprimir tu herramienta?

—No... pero no se suprimió— se sacó la cadena de la ropa.

—Interesante. Creo que alguien más puede hacerlo, le preguntaré más tarde. Apresúrate que las moscas miran.

Llegaron al salón y entraron.

—¿No vas a la clase A?— cuestionó Fukuda. Algunos de sus compañeros ya no estaban pero había otros.

—No. Me quedare aquí — Comenzaron a celebrar.

—Comencemos con las clases. Hoy haremos un resumen y luego, a las 12, se cambiarán e iremos a la arena. Haremos un repaso de los hechizos para que Furihata aprenda a utilizarlos. Tiene que ponerse al corriente con las clases ahora que puedo sacar su herramienta.

—Sí, sensei.

Las clases iniciaron sin problema alguno y a las 11:40 salieron del salón para ir cambiarse por la ropa deportiva.

Como siempre, todos los donceles llamaban la atención. El uniforme deportivo hacía que mostrarán sus piernas, pues era un short que dejaba al descubierto las piernas y la playera sólo definía su cintura.

—Vamos chicos. Comenzaremos a calentar.

Corrían alrededor de la arena. A él siempre le gustaba hacer ejercicio, aún que no tenía muy buena resistencia.

Se le dificulto usar algunos hechizos.

—————

Ya bañando y cambiado se dirigió al almuerzo. Cuando llegó a la cafetería los chicos ya tenían su comida lista.

—Furi-min— Satsuki entró a la cafetería gritando.

—¿Qué sucede, Momoi-san?

—Aquí tienes. Le hice todo lo que me pidió el director y algo más— le entregó el pase.

—Gracias.

—Tomen los suyos, también le hice cambios.

—¿Cambios?

—Luego les platico— dijo viendo que los demás estaban atentos.

————————

—Tranquilo, Furi— Taiga estaba tratando de calmarlo. El castaño había ido al baño de la cafetería y fue abordado por varones. Atsushi lo levantó como a un costal de papas y lo dejó en su lugar.

—No quiero estar aquí— susurró apretando su mini báculo —Quiero estar con Aka-chan en el jardín—pensó.

—¿Adónde fue el chihuahua? — El lugar de Kōki estaba vacío. Había desaparecido.

———

Abrió los ojos y se encontró en su lugar secreto y no sólo eso; Aka-chan lo esperaba.

—¿Qué?—miró boquiabierto cómo el pelirrojo se transformaba.

—Lo siento.

Frunció el ceño y se intentó ir.

—No te vayas— le sujetó la mano —Déjame explicártelo.

—... Está bien.

Se acostó sobre el césped y le hizo señas al castaño para que lo acompañará —Lo siento.

—¿Por qué? Por hacerme la...

—Por todo— interrumpió al castaño y se acostó de lado para verlo — sé que te trate mal en un inicio.

—¿Un inicio? Yo diría...

—Semanas, meses. En verdad lo siento. En un principio fue porque no toleraba a los ordinarios y me desquite contigo... Nunca debí hacerlo. De hecho dejé de molestarte, aunque me gustaba ver tu cara enfadado.

—¿Qué? Mi cara...— observó al pelirrojo, se veía pálido.

—Me gustaba verte enojado. Me gustaba ver que no te lanzaste sobre mí como los otros donceles.

—Yo...

—Por eso te molestaba, por qué me gustaba verte enfadado pero nunca medí las consecuencias hasta fue muy tarde. Cuando quise disculparme no me dejaste y luego nos encontramos aquí.

—Me engaño.

—Nunca lo hice... Bueno, ese día trataba de huir de esas mujeres y donceles que me perseguían. Al llegar a la esquina me transforme y corrí aquí. Nunca imaginé que estarías aquí. Después de escucharte deje de molestarte, no quería que por mi causa te fueras pero los demás siguieron molestándote. Por eso, al ver que eras más feliz con Aka-chan decidí seguir así. Verte convertido en Aka-chan.

—...

—En verdad lo siento. Nunca debí desquitar contigo lo que ese hombre hizo.

—¿Ese hombre?— el semblante triste del pelirrojo provocó que su corazón se encogiera y quisiera abrazarlo.

—Mi padre biológico. Él y mi madre eran los mejores de su generación. Mis padres se casaron y por la familia Akashi, él tuvo que renunciar a su apellido.

—¿Por la familia Akashi?

—Sí el primer o único bebé Akashi es mujer o doncel, con quien se casen, su pareja tiene que renunciar a su apellido.

—¿Por qué?— cuestionó con el ceño fruncido.

—Para no perder el apellido. Siempre ha sido así. Sasaki Masaomi renunció a su apellido y llevó el Akashi.

—Yo creí que...

—Lo sé. Todos creen que eso... pero en fin. Él siempre me dijo que tenía que ser perfecto para ser digno de los Akashi, yo creí cada una de sus palabras, todo le creí— se limpió las lágrimas —Hace 8 meses mamá y yo lo seguimos, como gatos, ese es un secreto de nuestra familia. Bueno, lo seguimos porque había estado actuando raro los últimos años. Y lo descubrimos... Tenía una familia con una ordinaria, incluso dos hijos de 9 y 4 años. Todo este tiempo nos engañó. Utilizó a mi familia, nuestro apellido para sacar provecho. Lo odió. Por su culpa mi madre está sufriendo.

Estaba llorando por escuchar el relato. Se sentía mal por el pelirrojo.

Unos cálidos brazos lo rodearon —Furihata.

—Lo siento...— el pelirrojo le correspondió el abrazo y sollozó.

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Confirme pasaban los días su amistad con el pelirrojo se hacía más notoria para sus compañeros. Incluso algunos iban más haya de las especulaciones.

-10 dólares a que se hacen novio en una semana- dijo Taiga observado al par.

-Quince  días sin  entrenamiento.

Cada uno comenzó hacer sus propuestas, a excepción de un azabache.

-¿Takao-kun no apuesta?

El mencionado sonrió -1000 dólares a que esta misma tarde Akashi se confiesa y kō-chsn no le entiende.

-¿QUE? ¿ESTÁS LOCO?

Tetsuya miró fijamente al azabache -Va.

-¿TÚ TAMBIÉN?

Y justamente en ese momento Akashi le decía al castaño que lo quería y que sería que fuera parte de su vida.
Sin embargo, por la palabras, el castaño no entendió nada  -¿Qué?

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