Stranger camina codo a codo con América quien lo guiaba por un pequeño callejón, ambos traspasan la pequeña reja encontrándose con personas vestidas un tanto peculiar, iban de trajes, alguno con enormes abrigos y sombreros elegantes, los cuales los ven desconcertados, ninguno sabe el porqué, pero algo les dice que son sus heridas notorias y la sangre fresca tienen algo que ver. 

tan rápido como salieron a la calle, el asombro creció cada vez más por parte del hechicero, quien observa todos lados atónito, pues los edificios están llenos de flores de todos los colores y sus terrazas enormes, a la vista. 

De pronto América lo jala por el brazo impidiendo que un auto lo atropelle, este muy asustado se endereza al pie de la acera y se gira a ella atónito, pues el semáforo está en rojo, lo que a cualquier persona le indicaría seguir.

—¿El rojo es avance? 

—Primera regla de los viajes multiversales, —lo ve atenta y este, la escucha atento —. No sabes nada sobre los multiversos 

Asiente aun confundido por ese dato tan extraño.

—Luz roja —dijo simple al avanzar junto a las demás personas, en cuanto el semáforo indico rojo en el paso peatonal —¿Y cuál es la regla numero dos? —pregunta un tanto divertido girándose a ella, quien ya no estaba, esto lo preocupa por lo que rápidamente comienza a llamarla —¡América! —gira con evidente terror —¡América! —

Hasta que la chica le toca el hombro, dejándole saber que está a salvo.

—La regla número dos, busca comida, de preferencia pizza —le muestra un plato con tres bolitas en su interior —bolitas de pizza —explica retomando el paso 

—¿Y cómo la pagaste? —pregunta molesto, por haberle dado el susto mortal 

—Es gratis —encoge sus hombros —en muchos universos la comida es gratis, es muy raro que ustedes paguen por ella —dice curiosa 

—¡Hey! —alerta un hombre mayor, dueño del puesto de comida —No pagaste eso —señala el plato de bolitas de pizza

América ve a Stranger preocupada, masticando el bocado que termina de probar.

—¡Ay, creo que aquí si se paga!

—A Pizza Papa, siempre se le paga —mueve sus palmas en señal de que se acerque 

—A ver, Pizza Papa —tranquiliza Stranger en tono neutro —relájate, solo es una niña —trata de explicar, pero el hombre rápidamente lo interrumpe 

—Mejor cálmate tu Stranger —dice enfadado —¡Oye! de donde sacaste esta manta? —cuestiona jalando la capa —hasta se siente autentica 

—No solo es una capa y es mejor que la sueltes —alerta 

El hombre asiente comprendiendo todo o bueno, lo que el cree que paso.

—¿Robaste todo el traje del doctor Stranger, no es cierto? —lo mira incrédulo —

—¿Dijo museo?

—Eres un ladrón —lo acusa mientras agita la botella de mostaza —Tal vez, te guste la mostaza, ¿eh? —dice burlón al tratar de lanzarle de la botella, pero el doctor rápidamente reacciona logrado detenerlo con solo levantar su palma —¡Ay, no! —se queja cuando este cierra el puño y el líquido que quería lanzarle al "ladrón" cayo directo en sus ojos 

Pero esto no quedo aquí pues tiro la botella a un lado y sin decir una sola palabra, con los únicos movimientos de su mano, hizo que el puño del señor se estampe en su nariz varias veces, América observa la escena un tanto divertida. 

—Vámonos, esta demente —dice al alejarse de la escena donde el hombre se dejó caer en su negocio ambulante —

—¿Dura solo unos pocos minutos? —pregunta América al alcanzarlo

Stranger hace una mueca y asiente, burlón.

—Como tres semanas 

Haciendo que América ría. 

Continúan su camino entre las calles repletas de flores y edificios futurísticos, aunque con una pisca de antigüedad.

—Esos multiversos, de los que atravesamos, ¿en uno éramos pintura? 

—Si, mejor no quedarse atrapado en ese, la comida es rara 

Stranger analiza la situación y decide preguntar algo más.

—¿Cuantos universos has visitado? —

—Eh...setenta y dos —responde vacilante —setenta y tres, contando este —rectifica 

—Son...son bastantes —

—Banco de Memorias, revive recuerdos importantes, ahora con precios en descuentos

Interrumpe una voz robótica en un parlante, lo que los hace detenerse frente al establecimiento. 

—Lo recordamos para que tu no olvides —

Stranger por error piso un aro de luz ubicado en el piso, el cual lo escaneo poniéndole los ojos azules brillante por unos instantes. 

La escena cambia lentamente, como una especie de ola frente a ellos, en ella se puede observar un restaurante muy elegante y en el centro, el sentado junto a Christine, su exnovia y la cual, apenas unos días o quizás horas, se había casado. 

—Todo esto es muy elegante —habla Christine

América observa cada gesto de su acompañante, logrando ver lo afectado que esta. 

—¿Sacaste otro préstamo estudiantil? —pregunta curiosa 

—No. Vendí uno de los riñones que operamos la semana pasada —responde haciendo reír a Christine

—Por cierto, tengo algo para ti —menciona al sacar un pequeño obsequio alargado con un moño, impresionándolo —. Muchas felicidades —sonríe admirándolo 

—¿Y qué es? —la emoción puede notarse en su voz 

 América lo ve, empatizando con él, a pesar de no saber ni siquiera un tercio del dolor que para el doctor significaba este recuerdo. 

—Ábrelo y lo averiguaras —

Sin más tapujos lo hace revelando un precioso reloj de muñeca. 

—Christine, esto es...—levanta la mirada solo para verla sonreír encantada —maravilloso, gracias —agradece aun sorprendido por el hermoso gesto de su novia 

—No tenemos tiempo para esto —interrumpe Stranger entre lágrimas, soltando el aro 

Pero America se pocisiona donde minutos atras estuvo el, volviendo a encenderlo.

—Banco de Memorias. Revive recuerdos importantes, ahora con precios en descuentos. Lo recordamos para que tu no olvides —

Ahora la escena cambio a un paisaje precioso y natural, donde una pequeña está sentada y dos mujeres se acercan a ella, con una amplia sonrisa dibujada en sus rostros.

—¿Dónde es esto? —interroga Stranger, admirando las memorias de América, quien sonríe nostálgica 

—Mi casa —responde en un suspiro, mirando al frente donde las dos mujeres la abrazan —. Mis Mamas —explica —, son mis madres —dice con más ilusión —

La mujer más baja la ve con tanto amor y agradecida, cuando ella de pequeña le entrega una flor, su madre le da un beso en la cabeza y sonríe. 

—Gracias —se la muestra a su esposa, para posteriormente ponérsela en el cabello, ambas mujeres ríen enternecidas 

La pequeña se aleja para tomar otra flor, mientras América la observa entre lágrimas, hasta que una abeja se acerca a la flor que trae consigo, asustando a ambas. 

En el recuerdo se logra observar, como la pequeña abre un portal de tono azules celestes, provocando caos.

—¡América! —llama su madre tratando de alcanzarla, pero el portal rápidamente las consume, ella trata de aferrarse a un tronco, pero igualmente es arrastrada. 

Ahora Stranger es quien se sorprende ante la memoria tan dolorosa de América quien permanece inmóvil. 

—Tienes razón, ya no hay que perder el tiempo, dice agitando la cabeza y pasándole, por un lado, pero Stranger noto su sufrimiento 

—¡Niña! —la alcanza rápidamente —. Fue la primera vez que abriste un portal, ¿verdad? 

—Ya no importa —camina mas rápido 

—Si importa, perdiste a tus madres 

—No solo las perdí, las mate 

—No. No es verdad. Ni lo pienses —trata de calmarla 

—Vale, abrí un portal con los poderes que no controlo y las envié a otro universo mortal, sin forma de escapar —

—Oye, si tus mamas son como su hija, sobrevivieron y veras que un día las volverás a encontrar 

América aplana sus labios bajando la cabeza, repasa su mirada del piso a Stranger y suelta un suspiro 

—Nada mal —dice por fin haciendo sonreír a Stranger 

—Gracias 

Asiente.

—La mujer en tu banco de memoria era Christine, ¿verdad?

—Ohm, si era Christine, ¿De dónde la conoces? 

—¿Del otro tu? 

  —¿Estaban juntos?

—No, no se hablan, el lo arruino 

—Como yo —resopla 

—¿Metiste la pata con tu Christine? 

—Si, supongo que si 

—¿Por qué? 

Vuelve a suspirar.

—Es complicado 

—¿Mas que te persiga una bruja por el multiverso? 

—Si, de hecho, lo es —bromea 

Al por fin llegar a su destino, en cuanto se acercan una enorme figura de su otro yo de ese universo los recibe, ambos cubren sus ojos del sol, pero no dejan de obsérvala. Stranger se acerca leyendo las palabras que la acompañan;

El Dr. Stephen Stranger dio su vida derrotando a Thanos. Mostramos gratitud eterna al mayor héroe de la tierra. 

—¿Dio su vida, combatiendo a Thanos? —pregunta América al acercarse y Stranger niega incrédulo 

—Si, ¿Ves? No todos somos malos —

—Si, el otro tu murió, ¿Quién es el Maestro del Santuario? —

Un crujido los hace estar alerta, rodean la estatua y Stranger no puede evitar resoplar.

—¿Ay, carajo! —maldice al ver la figura del hombre de cabello largo 

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NOTA DE LA AUTORA; Hello, acá una nueva actualización. 

He vuelto y esta vez para quedarme, pueda que tarde en actualizar, pero tratare de hacerlo. 

¡Nos vemos en el próximo capitulo!