No me esperaba eso de ti. 
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Sonic.

Finalmente llegamos. Al bajar del autobús, me detuve y me puse de rodillas para acomodar el cuello de la playerita de Sager, le coloqué bien su mochilita de lado y una vez listo. Le dí la mano para irnos.

—¡Espera! —le detuve y esculqué en mi mochila— Eh olvidado los cubrebocas. Déjame ponértelo.

Compré dos negros para adultos, ya que no venden para niños. Le hice unos nudos, venían cintas de micropore de ambos extremos para pegarlos a los lado de la cara.

Se toquetea su rostro.

—No puedo respirar bien papá —dijo— ¿Por qué tengo que usar esto?

—Si, no estoy acostumbrado a usar tampoco —contesté y me lo coloqué igualmente— Pero es para estar cerca de la abuela.

—¿Nos puede contagiar?

—...Puede ser.

Pedí un taxi un rato después.

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Cuando llegué. Toqué la puerta, y de inmediato mi hermano Manic abrió la puerta.

Se me hizo raro, ya que él no llevaba las recomendaciones sanitarias que me indicó.

—¡Ah, eres tú! ¡Pasa, Pasa!

Se hizo a un lado, dejándonos pasar.

—¿Y dónde está mi madre? ¿Por qué no usas...?

—¿Mascarilla? Ah, Sonic. Te dije que no estoy cerca de ella. Bueno, no mucho —chasqueó sus nudillos, le ví pasando la saliva, al pasar por su mandíbula.

—¿Cómo se ve?

—¿Dónde está mi abuela? —preguntó el niño, inquieto.

—Grave. Te lo dije por llamada. Por cierto te ves diferente con esa cosa puesta, te hace un paro al tapate tu tremenda chorrada de cara.

—Serás pendejo.

Inmediatamente sentí el peso por decir maldiciones frente a Sager.

—¡Quiero decir! —quize cambiar— Bueno, como sea. Iré a verla.

Le traté de señalar a Manic con mis ojos que se percatara de mi hijo, y que me lo cuidara. Por suerte lo percató y antes de irme, le escuché preguntarle;

—Ah, sí. Oye, Sager. ¿Te gustaría conocer a tu primo?

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Tarde.

El rato que estuve ahí. Me di cuenta de que mi mamá no estaba tan grave, incluso estaba ahí el doctor. Me explicó que estaba padeciendo de un catarro no tan fuerte, pero que a su edad esta ya le afectaba. Eso fue lo que me preocupó mucho, mientras tanto le dije que estaría ahí a su servicio, las recomendaciones únicamente eran que no debíamos acercarnos mucho a ella, o en caso de hacerlo; solo procurar tener las manos siempre limpias y usar mascarillas por cualquier cosa.

Más tarde, cuando el médico se fue; mi mamá que hacía en su cama. Estábamos Sager y yo sentados en un sofá que quedaba a unos dos metros de su cama.

A mi mamá le alegró mucho que llevara a Sager, y claro; como los niños son unos pericos no se calla. Está contando sobre su mascota y el cariño que le tiene, sigo notando que él habla poco sobre su escuela. Únicamente responde preguntas y solo lo que es.

Mi mamá solo se ve cansada. Le dije que si gustaba descansar. Que igual para cualquier cosa yo estaba a su servicio. Pero ella prefirió escuchar las anécdotas de Sager.

—¿Tienes muchos amigos en la escuela, mi niño? —preguntó ella con dulzura, sonreí por encima de la mascarilla, al escuchar a mi madre animada a hablar con Sager.

—Eh, solo...Unos cuántos abuelita. ¿A ti te gustaba la escuela? ¿Qué era lo que más te gustaba?

—Solo fui hasta segundo año de primaria* Mi papá me sacó después, decía que solo los niños debían de estudiar. En cambio a mi; me tenía haciendo el aseo en casa y cuidando a mis primos pequeños.

Entonces noto que sus facciones se endurecen. Pero derrepente parece volver a hablar.

—¿Por qué decían eso abuelita?

—Mi papá era así. Yo recuerdo que cuando cumplí los quince, anelaba con convertirme en una enfermera. Pero nunca se me dió la oportunidad...—hubo silencio, bajó su cabeza, después sonríe y agrega una risa leve para decir—; si hubiera sido enfermera, estaría ahora yo misma cuidando de mí. No tenía porqué molestarlos.

Sé que se refiere a mí. Ella siente que me molesta pero está completamente equivocada.

—No digas eso, Mamá. Eso es mentira, no me estorbas en nada, de hecho me alegra estar aquí y cuidando de ti en lo que pueda —le dije.

Ella se limitó a sonreír.
Ver a mi mamá envejecer, es algo que me resulta un estado de abatimiento. Y el hecho de que diga eso por cosas de la edad, o porque sus hijos están grandes y ya empiezan o hacen sus vidas, querer hacer un comentario de su infancia y cosas que nunca hizo es algo que me resulta aún más devastador.

9:46 p.m

—Mamá, te toca tomar esta pastilla.

—Gracias hijo, muy amable. Puedes irte a acostar con el niño, mira que ya se ha quedado dormido —señaló el sofá, él ya hace acostado en el sillón mientras abraza a una almohada— llévalo al cuarto, y recuestalo. Tú también ya descansa hijo, me has ayudado mucho hoy. Ya es hora que descanses también.

—¿Estás segura? Puedo ir a dejar a Sager a la cama y venirme aquí al sofá. Por si se te ofrece algo en la noche.

—No está bien, Sonic —se lleva su mano izquierda y tose— estaré bien, duerme con él. Puede que le de miedo si no te ve.

—Acabas de toser mamá. ¿De verdad?

—Ay, Sonic. Pareces exagerado. Anda vete a dormir con él.

Que se le hace..
Tomé en brazos al niño y me lo llevé a la cama.

(...).

Cuando regresé al cuarto después de revisar a mi madre por quinta vez, regresé con Sager a la habitación. Dejé la puerta media abierta.

—Papá —le escuché susurrar— duerme conmigo.

Estaba sentado en la cama, le dije que sí. Me acerqué y le quité sus zapatos, y el tapabocas, él se tallaba sus ojos, con sueño.

Hice lo mismo conmigo y me recosté a su lado.

—Papá. ¿La abuela se pondrá mejor mañana?

—Sí —susurré— esperemos que sí.

—La abuela Aleena dice que no conoce a mamá. Y que le gustaría conocerla.

—Si, lo sé —hablábamos en voz bajita— duerme.

—Mi abuelita tampoco conoce a mi mascota. ¿Sabes que es mi mejor amigo papá?

—Si, Sager. Duérmete.

—Okey —se recuesta junto a mí— Papá...

Joder, ya estaba yo medio dormido. Aún así le contesté algo enfadado.

—¿Qué quieres?

—Deseo que todo mejore.

Abrí los ojos, en medio de la oscuridad. Siento que se acurruca sobre mi pecho. Y lo que ha dicho es conmovedor.
Me quedé dormido.
Nos quedamos los dos  dormidos.

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Al día siguiente.

Temprano.

Me levanté temprano para darle su medicamento a mi mamá. Ella se veía un poco mejor que ayer, me dijo que solo sentía mucho cansancio pese a que durmió toda la noche, y que le dolía un poco su cabeza.

Le preparé una avena acompañado de fruta picada que compré en la tienda al despertarme. Sager seguía dormido en la cama.

—¿Se te ofrece algo más mamá?

—Nada, ya me has dado mi medicamento. ¿Dónde está el niño?

—Sigue dormido.

—Ah, ya veo.

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12:45 p.m

Grupo de WhatsApp.

Knuckles;
No mamen, ya le subieron
el precio a las kawas en el oxxo.
12;45 p.m.

Silver;
Si ya me di cuenta.
12:46 p.m

Tails;
¿Eso les preocupa?
pero el lado bueno es que ahora
dan 3×2 los Doritos 👌
12:46 p.m

Knuckles;
Los Doritos están sobrevalorados.
12:46 p.m.

Silver;
No es cierto.
Bueno si es cierto.
Pero si jala pa’ la botana raza.
12:47 p.m

Knuckles;
¿Y la otra perr4 por qué no contesta?
12:48 p.m

Silver;
¿Shadow?
12:48 p.m

Knuckles;
No, la perra de en medio.
12:48 p.m

(...)

—¡Papá, tu teléfono está sonando mucho!

—Déjalo por ahí, ahorita lo veo. Estoy dándole la medicina a tu abuela.

—Okey.

Escuché que lo dejó en la mesita, él se dió media vuelta y se fue a la cocina con Manic.

Después de un rato, decido revisar mi teléfono. Más de noventa mensajes del grupo con los demás que estoy me hacen llegar.

Decidí contestar.

Sonic;
Estoy en casa de mi mamá.
1:07 p.m

Knuckles;
q estas haciendo allá?
1;07 p.m

Silver;
Sonic ya viste el preciooo de las kwasss?
1;08 p.m

Tails;
Todo bien Sonic?
Cómo está tu mamá?
1:09 p.m

Sonic.
No eh visto Silver.
Y respondiendo a Tails
, estoy cuidando de ella,
está algo mala.
1;10 p.m

Tails;
Necesitas algo?
1;11 p.m

Sonic;
Ntp. Nada ahorita, solo que
me traje al Sager y no hay mucho que hacer con él.
1;12p.m

Knuckles;
Sonic pq tenías que decir
el nombre de tu escuincle, ahora
Rouge quiere ir a verlo, vió los mensajes.
1;14 p.m

Sonic;
Estoy lejos, no estoy en la ciudad.
1;15 p.m

Knuckles;
(Audio de voz de Rouge)
—Knuxy me acaba de decir dónde
Estás, voy a viajar para allá
y sirve que te visitamos.
bye Sonic.
1:15 p.m

Silver;
Knuxy pasa por mi
1;16 p.m

Knuckles;
Sáquese, pinche chicle
1:16 p.m

Silver;
Ni modo, ya voy para allá.
Esperenme, quiero darle algo a Sagg
1;17 p.m

¿En serio iban a venir hasta acá?
Nah, lo dudo. De modo que apago el teléfono y lo dejo en la barra, para seguir haciendo la comida.

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¿Qué creen?
Ya llegaron, están afuera, llevan cinco segundos tocando el claxon.

Salí molesto diciendo que se callaran, Sager salió conmigo.

—¡Ay, mi niño, aquí estás! —vociferó Rouge a todo pulmón saliéndose del auto para abrazar a Sager.

—¿Necesitas ayuda en algo? ¿Cómo está? —preguntó Tails bajándose también del auto, Knuckles y Silver se quedaron adentro— Eh traído algo de comida de casa. Los demás se van a ir al pueblo que sigue de aquí. Solo quise pasar de paso para ver si estaba todo en orden.

—Bueno, ya nos tenemos que ir —Rouge pasó a mi lado con Sager en brazos— Sonic si no te molesta voy a llevarme a Sager, vamos a ir a la tienda.

—¿A la tienda? Ah, no te preocupes. Ahorita yo lo llevo —respondí tras dejar de hablar con Tails.

— Déjalo que vaya conmigo, ahorita te lo traigo.

No estuve del todo en confianza con este par, hablando de Knuckles y su novia. Por Silver me da igual, pero ellos..

—¿Puedo ir? —me pidió permiso Sager.

—...De acuerdo —dije— me lo dejan a la vuelta.

Asintieron, y Tails se quedó conmigo en casa.

Sager.

Rouge lo llevaba en sus piernas. El niño en ningún momento se sintió incómodo. Veía como Knuckles conducia por un camino que él jamás había visto, solo se sentía emocionado por ir a la tienda, pensó en traerle algo de vuelta a su abuela para alegrarla un poco.

Lo que no sabía Sonic, y mucho menos Sager. Era que los tres que iban anteriormente estaban pasados de copas.

(...)

Llegaron a un pueblo algo retirado y poco habitado al parecer. De pronto Knuckles se paró a media calle y dijo;

—Hagamos algo divertido —dijo el equidna—Vamos a robar un chuche de esa tienda.

—¿Robar? —inquirió Silver en medio nada convencido— No gracias. Me toman foto y aparezco peor que mi foto de la INE.

—Ay por favor, no vamos a hacer eso —dijo la murciélago— aquí traje el niño.

Sager los miró desconcertado por su extraña propuesta. Comenzando a ponerse nervioso, sin embargo no dijo nada.

—Me voy a estacionar. Esperen aquí.

Knuckles se estacionó ahí todo mal, en una orilla. Antes de bajar dió un trago más a un tequila que llevaba en el porta vasos.

—Bueno...¡Pero yo no robaré! Solo te acompaño. Que idea más poco cuerda—Dijo Silver, saliendo por la puerta detrás de Knuckles.

El niño los miró alejarse e ingresar a la tienda. Nunca había visto un comportamiento tan extraño, él sabía que lo que hacían estaba mal.

—Que idiotas que están, van a robar. No les hagas caso, tú no vayas a hacer eso. Te pueden meter a la cárcel —le explicaba la murciélago acomodando al pequeño frente a ella. Notó que su tono de voz era más agudo que antes, eso le desconcertó— ¿Me entiendes?

—P-pero ellos porque lo hacen. Eso no están bien.

Knuckles volvió al auto aún con las manos vacías, le dijo a Rouge que fuera con él.

—¿Y dónde dejo el niño?

—En el auto —le respondió y se regresó.

La chica así lo hizo. Después de todo estaban borrachos, abrió la puerta y dejó a Sager en el auto.

El niño solo podría contemplar desde la ventana las tonterías que estaban haciendo.

Quería llorar.
No debió de seguirlos.

(...)

Después de un rato, regresaron al auto con un montón de cosas, en defitiva, habían robado, y él pudo verlo, un mayor de edad salía de la tienda como podía, gritándoles que le regresaran las cosas. Y ellos cargados de bolsas de todo.

Entraron los tres al auto, echando carcajadas. Mientras que el menor veía al hombre tratar de correr hacia ellos, cuando Knuckles se subió y aceleró el auto.

—¡Que viejo tan idiota, no se dió cuenta a lo que íbamos! —vociferó el Equidna.

—Oye...Presiento que nos hemos metido en un gran lío —dijo Silver meditando sobre lo que hizo. Rouge le pasa una bolsa de frituras. Él la toma, come sin prestar más atención a lo que dicen.

—Será la última estupidez —le siguió Rouge, y después de ver qué Sager se fue a la parte de atrás de los asientos, se giró para verle— Ay, el niño. Es verdad. Toma, te traje unos chocolates.

Sin embargo;
Sager no estiró su mano para recibirlos.
Meneó su cabeza, negando.

—Toma, son para ti —volvió a recalcar.

—..No los quiero —susurró con la voz quebrada. Rouge se da la vuelta para bajar el volumen del auto y volverlo a ver.

—¿Por qué? Anda, a todos los niños les gustan los chocolates. Recíbemelos.

—Los robaste —susurró.

Rouge se le quedó viendo. No dijo nada más y se los dejó a un lado, Sager jamás los tocó. Y volvieron después a gritar y a cantar como un par de locos.

«Quiero a mi mamá, quiero a mi papá»
Susurró para sus adentros.
Se tragó sus lágrimas, ahora tenía miedo de estar con ellos. No sabía y no lograba comprender porque eran así.
Jamás imaginó que era culpa del alcohol.

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—Aquí está el niño Sonic. Ya nos vamos —gritó Rouge desde adentro del auto. Ni siquiera se acordaron de Tails; cuando solo bajaron a Sager del auto y se fueron a toda prisa.

Sonic estaba afuera de la casa, con Tails. Se puso de pie y se acercó a Sager.

—¿Todo bien?

Sager meneó la cabeza.
echándose a llorar sobre Sonic.

Él no comprendió el porqué.
Tails se alarmó por el llanto repentino.

—Deben de estar borrachos —dijo a Sonic—espero que no le hayan dicho nada.

Sonic solo se quedó observando como se alejaban a toda prisa.
Más tarde, habló con Sager.

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Se encontraba acostado en la cama junto con Sager, Tails se quedó en la habitación de al lado. Estaba enojado, mucho. Y lo peor era que mañana Sager tenía que irse con Amy. Y no era posible que sus amigos huciesen eso tan descarado y para colmo frente a un niño.

Le habló a Knuckles, por teléfono. Quería reclamarle. Pero eso nunca pasó. Ya que no contestaba la llamada. Ni Silver.

Esa noche después de hacer que Sager durmiera, se quedó pensando; sentado en la orilla de la cama.

Sonic.

—¿Cómo se ha portado? —preguntó Amy, después de un abrazo al volvernos a ver.

Estamos de vuelta en la ciudad. Solo lo eh traído para regresarme nuevamente.

—Muy bien. Es un niño muy comportado, no te preocupes.

—Que bueno —lo toma en sus brazos y le besa la mejilla. Por suerte Sager se ve contento de verla— ¿Cómo sigue tu madre?

—Mejorando poco a poco. No está muy grave, Amy. No te preocupes.

Conversé un rato más con ella.
Pero le dije que tenía que volver. Después de eso, ella comprende. Nos damos un beso de despedida, me despido de Sager. Y le prometo A Amy que nos veremos pronto.

Y así, me vuelvo a regresar.

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Dos días después.

Amy, Whatsapp.
Mensaje.

Amy;
¿Cómo pudiste dejar que pasara eso? Dios mio, Sonic. No puedo creerlo, que descaro tan grande, sin vergüenzas. No vuelvo a dejarte a Sager. Estoy muy enojada, estoy llorando. ¿De verdad, Sonic? Ya sabía que desde un principio no estaba bien, y ya me abrieron los ojos. Por suerte, me doy cuenta el tipo de persona que eres. Se supone que ibas a cuidar de tu mamá. Pero eran mentiras, siempre mentiras. Cómo me lo dejaste claro desde un principio en boomerang.
Sabía que contigo no...
Siempre supe que no.
Con razón me decían que tuviera cuidado con los que reaparecen, como tú.

Lo siento, Sonic.
No vuelvas a buscarnos.
Adiós.

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