Un bonito momento.
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Sonic.

La canción finalizó. Bajé el vidrio y saqué la mano izquierda, una vez al haber entrado por otra desviación a la autopista. Sager me preguntó si podría bajar la ventanilla, le dije que sí. Solo aseguré que la puerta estuviera bien cerrada.

Sacaba su cabeza y sus púas solo se sacudían con el aire. En eso comenzó la canción sunsetz.

Después de un rato, me aparecía en el teléfono que faltaban solo cinco minutos, y el aire se sentía un poco más frío de la serena que llega a ser la noche. Subí el vidrio y metí mi mano, carraspeo.

—¿Te gusta el camino?

—¡Si! —se giró de inmediato y se acomodó en el asiento tras escuchar mi pregunta.

—Me alegra —dije.

Miré a un costado, el regalo. Compré unos carritos de seis pares, realmente no tengo idea de si le gustará.

—Mm, pero no me dijiste de quién era el cumpleaños —dijo Sager, y tomó el regalo, poniéndolo en su regazo.

—Ah. Es de Sebby, así se llama ¿No lo conoces? Creo que sí sabes de quien hablo. Él iba contigo a entrenamiento. Apropósito, no me has dicho; ¿Por qué ya no regresaste a entrenar?

—Si conozco a Sebby.

Esperé unos segundos a qué respondiera la otra pregunta. Cuando pensé que no lo iba a hacer, iba a abrir la boca y dijo;

—Mi mamá no me lleva. No tiene tiempo.

—Ah. Ya...Oye, ¿Que impresión tiene tu mamá de mí? —cuestioné— Bueno, es solo que a veces pienso que le caigo mal o no sé. ¿Te ha dicho algo de mí? —al ver que movía su cabeza hacia un lado, como pregúntame que para que me importa eso, agregué—; Se quedará entre nosotros. Descuida.

—No ha dicho nada.

—...Ah.

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Finalmente, me marcó que ya habíamos llegado. Era una cabaña tipo rústica, ubicada a unos metros de la carretera, pensé que era una especie de emboscada, pero había más autos, y el ruido de niños al interior de la casa, me lo confirma.

—Llagamos —abrí la puerta y estiré los brazos para agarrar a Sager y bajarlo— Ven, trae el obsequio.

Lo tomó y estiró los brazos para que lo agarrara. Lo bajé, avanzamos despacio, y coloqué seguro a la puerta del coche.

Iba abrir yo mismo la puerta principal, pero se abre de inmediato en cuanto estoy de pie al frente, Honey abre y estira los brazos.

—¡Soniiic! ¡Ay, cariño, me alegra mucho verte! —yo iba a decir que gracias pero me tomó de la cabeza haciéndome inclinar y me planta un beso en la mejilla— ¡Pasa por favor!

—Ah, yo...—aclaré mi garganta, busqué detrás mío y me hize a un lado para que viera a Sager y tomarlo de los hombros— Eh traído a un niño conmigo.

Honey baja sus ojos hacia Sager y sonríe. Se agacha para estar a su altura.

—¡Ayy, pero que niño tan mono! —voltea hacia arriba— tiene un parecido a tí. ¿Es tú...?

—Mi hijo —dije.

Me sentí ido al decir eso.

Honey sacudió la cabeza. Sonrió del modo felino que yo recordé aquella vez de nuestro primer encuentro. Voltea a ver a Sager, aprieta un cachete y se pone de pie.

—No sabía que tenías un niño. Se parece mucho a ti. Pero bueno, pasa por favor amor que te esperaba desde hace mucho.

Empezó a caminar y le seguí el paso, niños arrojandoce espuma, confeti, y serpentinas. Soplando espanta suegras y corriendo de un lado a otro. Pasándola bien.

Sebby me localiza. Se acerca, sonríe. Entonces confirmo que ahora que le caigo bien, porque sonríe a mí y después se da cuenta de mi invitado.

—¡Entrenador! ¡Que bueno verle! ¡Hola, Sager! Me alegro de verlos.

—Feliz.. cumpleaños, Sebb. Sager te trajo un regalo, de parte de ambos.

Extiende la bolsita y se la da, la resive y le dice algo a Sei que no logro escuchar, después él me voltea a ver.

—¿Puedo estar jugando con Sebb?

Le di mi permiso y se fue corriendo junto a él. Solo lo vi alejarse hacia un inflable en forma de barco pirata.

—Cariño, no te quedes parado —Honey se pone de mi lado, y me toma ligeramente del brazo— ven conmigo. Déjalos que jueguen. Te presentaré a mis amigos.

Tragé saliva y tiró de mi.

Sager.

—¡Juguemos a empujarnos! ¡El que se caiga es...es...un huevo podrido!

Bramó uno de los niños, no lo conocía. Estaba en la punta del inflable, se cayó hasta abajo. Haciendo al pequeño tambalearse. Sebb lo toma del brazo. Ahí estaba para él.

Así que se aceptó la propuesta del niño, se dejó llevar, y comenzó a soltarce. Era tímido, y su corazón se sacudía de inmediato ante sentir ese hormigueo, no era familiar. Porque no se había sentido así en mucho tiempo.

Comenzó a jugar y estar siempre al lado de Sebby. Se trepó por una cuerda, y después se resbalaba por una resbaladilla. Estaba contento, volvía a repetir el mismo proceso, y de ahí, se acercaron a él y comenzaron a hablar niños y niñas. Un par de anécdotas curiosas, inocentes y propias de los niños.

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Sonic.

—¡JA, JA, JA! ¡Ay, Sonic! ¡Eres tan divertido!

¿Qué? ¿Yo?
Pero si solo dije que no me gustaba la ketchup. ¿Eso da risa?

—Ah. ¿Lo soy? —las amigas de Honey se ríen y se apegan más a mí— de acuerdo, señoritas yo debo ir a ver si mi hijo está...

—¿Tienes un niño? —me preguntó una gata amarilla— ¿Eres padre?

Honey se lanza y dice;

—¡Por favor, chicas! No confundamos las cosas, tiene un niño. Es soltero, pero —pone una mano suya en mi hombro y la palmea— no creo que tenga interés, por favor, no sean encimadas.

Me reí de los nervios de estas mujeres, quienes hacen un puchero y yo solo puedo mover el cuello de mi camisa, que ni está apretada pero me siento asfixiado.

Honey me toma del brazo y me aleja un poco de ellas.

—Sonic. ¿Gustas cerveza? Ah, olvidé presentarte a mis padres, la otra vez les hablé de ti —me dice y me suelta del brazo, sonríe apasible— les hablé de ti. Bueno, Sebby lo hizo, y creo que querían conocerte, están por otra parte, si gustas te llevo a conocerlos. Son muy buenas gentes.

—Honey...

Creo que sabía lo que quería decirle.

—Ya lo sé. Sonic, solo somos amigos. Descuida cariño, así lo veo yo. Solo queria que mi familia conociera a alguien tan buen amigo como tú.

Y sonó tan sincero, sonreí. Ella también, desde aquella vez le había dejado claro que todo fue parte de una parte de mi trabajo, y lo entendió. Honey es el único "Ligue" con el que sigo, somos amigos, y al final de cuentas ella es agradable.

Me guío entonces hasta su familia.

Amy.

—¿Amy, donde está Sager? Hija te dije que lo trajeras hoy a casa.

Lo había olvidado, y ahora estaba lidiando eso por teléfono.

—Ah, lo olvidé mamá. Lo siento, y no creo que pueda es que estoy algo ocupada.

—Entonces yo voy a tu casa. ¿Te parece? Solo que olvidé darle un juguete que le traje.

MIER-DA.

—¿Eh? ¡No, mamá! Es decir...No, es que no puedo, saldré. Porque no lo dejas en tu casa, lo paso a recoger más tarde.

—De eso nada, Rosa. ¿Está Sager contigo? Voy a ir ahora mismo, le diré a tu padre que me lleve.

—Sager no está conmigo, está con..¡Sally! —casi que grité.

Uf, esto es complicado.

—Ah. Con Sal, no hay problema. ¿Dónde están? Voy a buscarla y se lo llevaré.

—¡Mamá!

—¿Ahora que? Me vale madres, Rosa. Dime dónde está y se lo llevo. Quiero ver su sonrisa de mi niño, anda, dime dónde está o pásame el número de Sally.

Joder, con esta mujer.

—Tiene su teléfono apagado.

—¿Y tú cómo sabes? Dame el número, Rosa. Aquí estoy anotando.

—Pero-

—¿O no está con Sally? ¿Con quién está?

Malditas desventajas de que ambos de mis padres sean psicólogos. Carajo.

—De acuerdo —dije después de pensarlo bien y suspiré— se lo llevó...Su papá. Vino por el, está en una parte. Más tarde lo trae a casa.

—¿Con su papá? ¿De que hablas, Rosa?

Oh que recuerdos.
Cuando me preguntabas por él.
¿Va a volver algún día?

Ya volvió, Mamá.

Sonic.

Me senté en la mesa de la familia de Honey. Eran sumamente agradables, me invitaron algo de beber, una mujer de unos sesenta y tantos y al igual su padre, algunos tios y parientes, que son a todo dar, estoy más cómodo que cuando estaba con sus amigas, Honey está a mi lado, a una distancia apropiada.

—¿Trabajas en Boombox como dices? —me preguntó su padre.

—Boomerang —corregí.

—Ah, ya. Páginas de citas, ojalá mis demás hijas pudieran conseguir un pinche marido ahí, que las mantenga, ya no las quiero aquí.

Me reí por lo bajo, sus demás hijas que son menores reniegan pero después le siguen y lo toman como algo divertido.

Sager llega a mi lado y me toca el hombro.

—¿A qué hora nos iremos? —me pregunta en voz baja, los padres de Honey se dan cuenta.

—Cuando quieras. ¿Quieres irte ya? —Sager me dice que no con la cabeza, me pregunta si puede seguir jugando, le digo que si y antes de irse, los padres de Honey preguntan;

—¿Quién es el pequeño? —preguntó el padre inclinándose un poco sobre la mesa para verlo bien.

—Él es mi hijo, señor —respondí con total seguridad. Sager se queda mi lado y les sonríe— Su nombre es Sager.

—¡Ah! ¿Eres casado? El niño se parece mucho a tí.

Sager sonrió, y se fue corriendo a jugar de nuevo.

—No señor. No estoy casado.

—Oh, ya veo. ¿Matrimonio libre?

—Es una larga historia enrealidad. Apenas conocí a la madre de mi hijo.

De inmediato me arrepentí de mis palabras.
Pero ya no pude tragármelas. La familia parpadeó pero después la madre tomó la palabra.

Miré a Honey y está igual de sorprendida, pero no dice nada, se limita a beber.

—¿Cómo así? —preguntó la madre.

—Ah, es que...Es difícil.

La mujer mayor al parecer comprendió que no quería hablar de eso, y cambió de tema.

9:00 p.m

—Creo que ya es tarde —dije poniéndome de pie—Su madre estará preocupada porque no llego con el niño —señalé hacia Sager, el carajo seguía jugando, pese a que ya estaba obscuro, a las escondidas.

—El niño parece divertido —terceó una de las hermanas de Honey.

Vi y efectivamente, seguía riendoce y corriendo de un lado a otro. Miré mi teléfono si tenía notificaciones de Amy, y si. Había un mensaje desde las ocho que decía;
«¿Ya vienen?» y uno de Knux «Hey perro, ya traeme el auto, voy a salir con mi vieja»

—Está muy animado, pero creo que si es hora de irme, ya me están hablando. Y el auto no es mío, je.

Asintieron, me despedí de cada uno de su familia, de mano. Y después me acerqué a Sager.

—Hora de irnos, chiquillo —sacudí sus púas y el asintió se despidió de los demás.

Di las gracias una última vez. Y ellos se despidieron, me dijeron que esperaban volver a verme, sonreí y me aleje con Sei hacia el auto, llevaba en su mano una bolsita de golosinas y un pequeño plato con una rebana de pastel. Se veía muy contento.

(...)

—¿Qué tal te la pasaste? —le pregunté a Sager una vez que estábamos en el auto.

—¡Muy bien! Muchas gracias por traerme —enciendo el auto, y lo hecho a andar de reversa para después salir— quería preguntarte...

—¿Sí?

—¿Cómo... Cómo puedo llamarle?...¿Entrenador Sonic? O...¿Papá?

Sentí un hormigueo al decir lo último.

—Cómo gustes, Sager.

—...¿Papá?

Lo miré.

—...Sí, está bien.

Cuando llegamos o íbamos llegando, lo primero que hize fue llevarle el auto a Knuckles. Lo estacioné y el estaba sentado en las escaleras de su pórtico. En cuanto me bajé con Sager, lo primero que recibo es Knuckles apreciandome que porqué tardé tanto.

—Lo siento Bro. Pero bueno, aquí está tu auto. Y te doy para la gasolina.

Me lo recibió y me fui caminando, antes de seguir, le marqué a Amy.

—Ah, hola, Amy. Ya estoy con Sager, es que estaba jugando y no quería volver —reí yo tomé a Sager de la mano— Si, descuida. Solo paso a dejar algo a mi departamento y te lo llevo. ¿De acuerdo?

Colgué y seguimos a pie.

(.....)

Después de un rato llegamos a la casa, mi cuchitril. Porque ni alcanzé a recoger.

—Sientate Hijo, espera unos segundos y te llevaré con tu mamá.

—Sí.

Me quité el traje, y me metí a mi habitación, me quité ese leve olor a alcohol. Aunque solo tomé una, me cambié los zapatos y busque ropa para entrenar, Amy vivía lejos y tenía que llevarlo. Me quedé pensando en que me iba a poner.

(...)

—Hora de irn–

Miré por todas partes y no vi a Sager.
Me asomé al sillón, y el estaba dormido, dejó el platillo en la mesa y su bolsita de dulces.

—Oh, no.

Me rasqué la cabeza. ¿Que hacía ahora?
No creo que estuviera pesado, pero se veía profundamente dormido, y no quería despertarlo.

Entonces marqué a Amy.

—¿Hola?

—Amy. Oye siento decirte que Sager se ha quedado dormido, ya estamos en mi departamento, pero se ha quedado dormido en mi sofá. ¿Y si te lo llevo mañana? Para que no cargues con él. No te preocupes, el estará bien.

—¿Quieres que vaya por él?

—No, no te preocupes. Aquí que duerma en mi cama, se la dejaré. Mañana te lo llevo, no quiero despertarlo, está profundamente dormido.

—¿Estás seguro? Si quieres puedo ir por él.

—Seguro, Amy.

—Enviame foto para confirmar.

Me reí por lo bajo.

—¿Desconfias de mí?

—¿Qué tal si lo olvidaste? —preguntó el plan sarcástica.

—Okey, y mando foto. Buenas noches.

Le colgué.
Apagué el flash antes de tomarle la foto, incliné mi teléfono, y presioné enviar fotografía al chat de Amy, me contestó de inmediato; «Okey, cualquier cosa dime e iré por él. Buenas noches»

Le dije que estaba de acuerdo. Dejé el teléfono y me acerqué a Sager para cargarlo y llevarlo a la cama. No se despertó al moverlo, pero hizo un pequeño quejido, y se acurrucó en mis brazos, pensé...

Era tan pequeño, frágil. Pesé a qué tenía los 3 años, lo veía muy pequeño, como si aún fuera un bebé. ¿O aún es? Pero ya habla bien, y sin trabarce.

Lo dejé en mi habitación, en mi cama, limpié bien, le quité sus zapatos y le puse la frazada. El se acomodó en la almohada.

Apagué la luz. Antes de irme del cuarto,se despertó;

—¿Papá?

—¿Ah, si? ¿Qué pasa?

—¿Puedes dormir conmigo? Por favor —se talló los ojos y miró a su alrededor— me da un poco de miedo. La cama es grande. No te molestaré.

—De acuerdo, iré a cepillarme los dientes y vuelvo. ¿De acuerdo? Acuéstate.

—Okey.

(..)

Unos minutos después, cerré la puerta de la casa con llave y me metí a mi habitación, Sager estaba dormido de nuevo, me acosté del otro lado sin hacer mucho ruido, apagué la luz de la mesita y me recosté. Realmente no tenía sueño, pero el niño podría ponerse a llorar si no me veía.

Me quedé viendo el techo, en la oscuridad. Escuchando solo el sonido de mi respiración y la de Sager, se removió y se apegó a mí.

Poco a poco comenzé a cerrar los ojos, aunque de pronto los pensamientos me venían a la mente. Pensé en qué me la había pasado bien, al igual de estar al lado y al cuidado del niño.

No me dió problema, en ningún momento, y fuí aceptado al final de cuentas en una familia que ni soy de ahí, eso me alegró mucho. También pensé derrepente que tenía que hablar con mi madre a cerca de mi hijo.

Tal vez mañana, pensé.

Y me quedé dormido.

....

Los separadores fueron hechos por;
@SonicMauriceStudios <3.

Por ser Diciembre,
El próximo Sábado público el otro.
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