
░➜15頹
Ligues.
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Sonic
— ¿Que acabas de decir?
Apoyo los codos sobre la mesa. Y me quedo viendo a Antoine indignado. El me mira con tranquilidad.
— Salir con gente. — repite. — para que prueben el producto de la empresa. Por así decirlo. Una experiencia directa del servicio que ofrecemos. No es obligatorio. Pero casi nadie desperdicia la oportunidad. Y obviamente solo se les pide que pasen una hora con cada uno de los candidatos nada más.
Mierda. No tengo dinero para mí sustento y ahora tengo que invitar a alguien a salir para invitarlos a esta cosa.
Y sigue hablando. Explicándonos que creía que Vector ya nos había informado al respecto, que se lo sugiere a todos los nuevos empleados, ¿Pero que mierda de trabajo es éste? Estoy trabajando a cambio de nada. Carajo.
Lo peor de todo es que será gente al azar. Quién sabe que tipo de personas sean en realidad. Cómo eso que destesto que la gente se ponga nombres que no le corresponden. Realmente me enoja, y en las redes sociales puedes ponerte un perfil de una chica de quince siendo en realidad un puto viejo pedófilo de más de 70 años.
Lo peor es saber que esta chica, Rose. Estará obligada a pasar una noche con cualquiera de los patanes que sin duda recurren a Boomerang única y exclusivamente para ligar.
Que puta mierda.
Antoine interrumpe sea lo que sea que está diciendo.
— ¿Te gusta la idea, Sonic? Nunca obligo a mis empleados a pasar por algo que los incómoda. De hecho, le pedí a mi secretaria, Mina, que organice las citas de ambos a la misma hora y en el mismo lugar. Pensé que así se sentirían mejor, que tendrían la sensación de estar trabajando. Después, pueden comparar sus notas. Y reconozco que soy algo anticuado en ese aspecto, pero así me aseguro que le heches un vistazo a Amy.
¿Eh?
Rose y yo nos miramos.
Parece perturbada al igual que yo.
— No me malinterpretes, Amy. Estoy seguro que sabes cuidar de ti misma, pero estaré más tranquilo si sé que Sonic anda cerca.
— Es una idea genial que Amy Rose cuente con la protección de Sonic. — dice Scourge, mirandome con sus segaces ojos.
— Y...¿Cuando será eso? — pregunta Rose.
— La primera cita está programada para el miércoles por la noche. Creo que hay dos programas para ésta semana.
Amy voltea a otro lado por unos segundos.
Conozco ese lenguaje corporal.
Ella está incómoda.
— Qué...Bien.— murmura ella. — Me parece...Genial.
— Scourge. — continua Antoine mirandolo. — Me gustaría que fueras junto a Bunnie. O Rosy, ¿Les parece bien iniciar la siguiente semana?
— Concuerdo. — acota el.
Grupo de WhatsApp.
«Los 4 Pendejos y el papi chulo de Knux 😎👌»
Sonic.
Ora ora puto, ¿Por qué ese nombre?
6:21 p.m
Knux.
pq es verdad.
6:23. p.m
Shadow.
¿Esa mmada que?
6:23 p.m
Silver.
Dejen dormir.
6:24 p.m
Sonic.
Ya que estamos aquí...
6:25 p.m
Taiiilssssss ¿Yu ar hir?
6:25 p.m
Tails.
No.
6:27 p.m
Sonic.
Wey, ven porfa a verme al portal, necesito algo importante.
6:28 p.m
Tails.
Para que o que.
6:29 p.m
Silver.
Jaja oilo. ¿Pa que lo quieres tan secretamente?
6:30 p.m
Knux.
¿A dónde van? Jaja Inviten prros.
6:30 p.m
Shadow.
Jotos.
6:31 p.m
Tails.
Aquí dime, y ustedes callence .l.
6:32 p.m
Sonic.
Tu nomás ven wey, te espero pero que vuelas.
6:32 p.m
Jaja que meco, si tú vuelas xd
6:33. p.m
Knux.
Yo también voy.
6:33 p.m
Silver.
Que Sonic paga dice.
6:34 p.m
Knux.
Culo si no.
6:34. p.m
━━━━━━━━━━━━━━━
Me salgo del icono del grupo y los ignoro.
Me meto al chat privado de Tails y le digo que necesito verlo urgentemente.
Tails.
Ok. Voy a para ayá.
Y diles que dejen de joder a los demás.
6:43 p.m
(...)
— Ya llegué, Sonic y ahora dime— comenta a lo lejos. Lo veo venír caminando normal. —; ¿Por qué me hiciste venir hasta acá tan secretamente?
— ¡Shhhh! No quiero que nadie se entere. Te quería pedir, un favor...
Y antes de que pueda continuar, el salta y espeta:
— ¡Si nuevamente me quieres pedir dinero, la respuesta es no!
Inmediatamente suelto una risa falsa y le doy una palmada en la espalda.
— Pero que poco me conoces, Tails. — aclaro mi garganta y mi compostura y le digo —; Se trata de algo completamente distinto.
Entonces enarca una ceja, se cruza de brazos, y se calla. Esperando tranquilamente mi respuesta.
— Ehhh...¡Esta bien! Necesito que me prestes dinero.
(...)
Miércoles.
Finales de Mayo.
Sonic.
De acuerdo. Soy el primero en llegar al restaurante. Empiezo mal, en teoría. El olor que impregna el restaurante chino. Mierda, comida china. Me lleva de vuelta a la noche de hace meses que rompí con Fiona, y el mal se apodera de mi.
Me siento en un gabinete y me concedo unos instantes para dirigirme unas palabras de ánimo sobre la importancia de volver al mercado, que era mi único propósito. Necesito pagar el empleo, pagar unos cuantos créditos estudiantiles, solicitar unas cosas. Ese tipo de cosas.
Abro la carta y me quedo mirando los platos, preguntándome al mismo tiempo si vomitaré, antes de que me traigan comida siquiera.
Noté la llegada de Amy Rose antes de verla. Se ha puesto un vestido rojo, entallado, y el cabello con suaves risos. He de admitir que se ve muy bonita. Tiene aspecto distinto sin dejar de ser ella; está buenísima.
Presenció cómo la mesera la lleva a su mesa.
Me preguntó quién será su ligue, Mina, la secretaria organizó todo. Así que, en cualquier caso, de que nuestra pareja sea una mierda. Ella tiene la culpa.
La acompaña a una mesa situada a pocos pasos de mi gabinete y la oigo decirle;
— ¿Que te parece está?
A continuación. Se sienta en perpendicular a mi, de tal modo que obtengo una perfecta vista lateral de su perfecto cuerpo.
Genial. Me parece que está noche mi visión periférica va a sufrir un esguince.
Miró la hora, faltan pocos minutos para que lleguen nuestros ligues. Abro la carta otra vez y contemplo la lista de platos sin ver nada más que un montón de letras hasta que Amy Rose se cruza de piernas. Entonces mis ojos se vuelven hacia ella como arrastrados por un hilo invisible.
Está despampanante. ¿No podría haberce puesto un pants? ¿Un impermeable, quizás?
Me descubre mirándola. Así que carraspeo.
— ¿Listo para esto, Sonic? — me pregunta desde su mesa, coloca su mano en su nuca. Joder, se ve atractiva y adorable.
— Listo. ¿Y tú?
— Ajá.
Guardamos silencio, pero seguimos mirándonos. Ojalá me sintiera incómodo, pero no. Mirarla a los ojos me parece la cosa más natural del mundo.
Cuando ella baja la mirada y lee su carta.
Yo por alguna extraña razón. Chasqueo los nudillos, como preparándome para la santa putiza si su ligue es un viejo pedófilo tratando algo más de ella.
Escucho el tintineo de la puerta, entonces volteo y aparecen nuestros ligues. Puedo reconocer a la gata amarilla. La vi una vez en su perfil antes de llegar. Veo el ligue de Amy Rose, es un camaleón rosa. Jaja.
Me pongo de pie y levanto la mano para llamar la atención de Honey la chica con la cual saldría.
— ¿Sonic the hedgehog? — grita mientras se acerca. Me da una pequeña palmada y me inspecciona de arriba a abajo. Con tal expresión pirada que me entran ganas de salir corriendo. — Soy Honey the cat. ¡Dios mío! Eres guapísimo, lo vamos a pasar de bomba. ¿A qué si? Esta noche va a hacer fantástica. ¿Verdad?
No sé cual de estas preguntas contestar primero. Además, estoy demaciado ocupado viendo viendo el brazo del camaleón le está propianndo a Amy. Prácticamente la levanta del suelo.
— Encantando de conocerte, Honey.
Estrecho sus manos. Haciendo esfuerzo por ignorar sus largas uñas postizas que me clava en la piel. Luego espero a que ella tome el lugar de enfrente.
—¿Quieres que me siente a tu lado? — pregunta. — me he sentado aquí por qué es lo habitual. Me puedo cambiar de lugar si quieres. Para que estemos más juntos. ¿Que dices?
Diablos.
DIABLOS.
— ¿Qué...? No. — Balbuceo. — Ya estamos bien así.
Oh, maldita sea. La veo hundirce de hombros, y veo como la noche de hace trizas y arrastrando mi futuro con ella.
Anda, Sonic. Solo es una cita con una gata intensa. No pasa nada, soportaste otras cosas peores.
— Como te sientas más cómoda, Honey. Si quieres sentarte a mi lado, por supuesto. Por favor, hazlo.
— Genial. — se coloca a mi lado. — Que amable. Ya casi no hay caballeros en este mundo.
(...)
Después yo estar ahí picoteando con el tenedor la pasta. Ella toma una servilleta, la dobla perfectamente, toma mi cara y me obliga a voltearme para limpiarme el resto que no tengo.
— Me estoy divirtiendo mucho. ¡Ya estamos listos! ¿No es genial?
Derrepente me cuesta horrores asimilar lo que está pasando. En su perfil, está chica afirmaba tener 25 años. Pero se ve de más, 3 más como mínimo.
Miró por encima del hombro de Honey al de Amy, la cual se ve bastante similar a mi. Me pregunto que le está diciendo ese tipo.
Una gota de sudor desliza por mi costado. Respiro profundo, y luego suelto el aire.
— ¿Sonic?
—¿Si?
Estoy atrapado. El único modo de escapar es saltar por encima de la mesa, y estoy pensando seriamente. Una parte de mi está al borde del suicidio.
— Te traje una cosita. — comenta ella, ladeandoce y sacando algo de su bolsillo. — No es nada caro, no haría nada mal algo tan atrevido o de mal gusto. No es mi estilo, tampoco digo que este mal sentir atracción sexual a primera vista.
Y eso me hace sudar y tragar pesado.
Y recuerdo, que le mentí a Amy.
Nunca me eh acostado con alguien.
Sigo siendo virgen, es la verdad.
— El vendedor me dijo que era algo apropiado para la primera cita. —me tiende la bolsa de regalo, que lleva impreso el logo de Tiffany's a un lado.— Toma, Ábrelo.
— Honey, eres muy amable. Pero no puedo aceptarlo...
— Claro que puedes, ábrelo.
— Perdone. — le digo al garrotero que pasa por ahí cargando con platos sucios. — ¿Me puede traer un whisky doble, por favor? Solo uno, por favor. Tu quieres algo, Honey.
— ¿Bebes? — me mira horrizada como si le hubiera dicho que soy pedófilo. Seguramente palideci, por qué agrega —; Ah, no pasa nada. Algún vicio hay que tener..¿Verdad?
Tomo la caja. La levanto. Contiene unas cuernillas de playa como las que lleva Antoine.
A estas alturas, estoy mareado, pero puedo salir ansioso de esta situación. Tengo que hacerlo.
— Tienen tus iniciales gravadas. ¿Lo ves? S.T.H. Anda guapo, déjame ponertelas.
Me eh quedado en blanco, así que permanezco ahí sentado, viendo como sus uñas largas y temblorosas colocan las mancuernillas en los puños de mi camisa.
— Que bien te quedan. — dice cuando termina.— Por Dios, pero que guapo eres. No me hacía mucha gracia inscribirme a esa página de citas. Pero eres un diez. ¡Madre mía! — se acerca a mi oído y me susurra. — Apuesto a qué eres buenísimo en la cama. ¿Verdad que te encantan?
— Eh...
— Ahora puedes besarme si quieres. — prosigue — Solo digo que me parecería bien. Cómo muestra de gratitud. No pensaría que te estás pasando ni nada.
En este preciso instante. Amy mira en dirección a nuestra mesa por primera vez.
••••
aHhhh- me duelen los dedos >:( Hize un putero de palabras. Pero todo sea por ustedes.
¿ya están dormidos? :c
pido...31 votos ;v; ¿Si?
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