dedicado a caramel_ocean >3
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Marzo 2018.
Pasado.

Amy.

Al quedarme de pie sobre el escalón. Escuchar el maletín caer. Todo en mí se apagó.
Ya podía sentir ese regaño, esa descarga de ira. Apreté la barandilla, y escuché a él acercarse a mí, solo abrí un poco los ojos, las lágrimas se desprendieron y cayeron al suelo.
Cuando sentí a mi padre subir el escalón y rodearme la cintura, hundiendo su cabeza en mi hombro. Me sobresalté y me volteo para verlo.

— Papá. — murmuré en voz baja.

— Amy. — fue la primera vez que lo escuché decir mi nombre en mucho mucho tiempo. — ¿Quieres sentarte a hablar sobre esto, porfavor?

Dudé un poco. En ese momento estaba asustada y muy mal. Pero al parecer él era el único que podía hablar de esto. Explicarle, tranquilamente.

Mi papá al igual que mamá son psicólogos, como he dicho. Pero mi padre tiene más buenas referencias, y sabe apoyar como es debido a sus pacientes. Mi madre lo hace igual. Pero he de decir que no es tan buena. A veces me tocaba ver algunos la primera vez que iban a su consultorio. Se veían tan deprimidas, con el alma pesada y llena de agonía, dolor, desesperación. Yo salía fuera y lo dejaba charlar con sus pacientes. Cuando ellos salían, podía ver en sus ojos, el descanso. El brillo plasmado en sus ojos al poder ser escuchados y comprendidos.

Me encantaba ver la sonrisa con la que muchos se iban tranquilos.
Y amaba a mi padre por eso.
No sé cómo pude llegar a pensar que enojaría, que me votaría. Cuando enrelidad cuando termina de hablar con sus pacientes, les da un abrazo. Y les dice que no están solos.

Ahora estábamos sentados en el sofá.
Con mucho nerviosismo. Pude hablar, mamá se sentó sin decir una palabra. Escuchándome atentamente. Todo daba vueltas, como un carrusel, en el cual, derrepente te sientes con ganas de sacarlo todo, después de varias vueltas.

Fue así como les expliqué sobre la fiesta.
Ambos asentían lentamente cuando daba pausas y dejaba de hablar, para poder aclarar mi garganta.

La charla, fue así.

—Tengo algo complicado de decirles. Me he enterado de que estoy embarazada. — mis manos sudaban bajo mis guantes. Ellos asintieron. Mamá se veía mejor y no se veía tan enojada. Que proseguí — Mamá, papá, sé que los he decepcionado. Sé que están enojados. Realmente lamento hacerlos pasar por esto. Me he decepcionado a mí misma también.

— ¿Cómo....paso esto, Amy? — cuestiona papá. Su voz está llena de comprensión, que no se si va a reaccionar diferente en algún momento.

Tengo miedo de cómo haré para manejar esto, qué pensarán mis amigos y lo que implica en la escuela. O bien, No puedo creer que esto me esté pasando y no sé qué hacer.
Muevo mis pulgares. Resoplo

—Fue...En una fiesta, de hace un mes....conocí a un erizo. Creo...—se van a enojar. —creo que su nombre es Sonic. Si no me equivoco.

Hize una pausa.

—....¿Lo conociste entonces, apenas, hija? — mi padre hace que sientan ganas de llorar. Es tan comprensivo que siento que es otra persona.

—Sí...bueno, estaba junto a Rouge, bebiendo una cerveza. A pocas ganas, no estaba ebria. Luego ella se fue y me dejó sola en la barra. Fue a bailar. En eso, ese erizo se acercó.

Levanto mi rostro. Veo el ceño de mi madre fruncido, y miro los ojos verdes oscuros de mi padre, tiene su mano derecha en su barbilla. Como tratando de asimilar todo. Continúe.

— Y bueno...empezamos a hablar. Apenas me dijo su edad. Creo...que tenía 22 si no mal recuerdo. — trago saliva — me invitó a tomar vino después. Yo, acepte. Luego me invitó a bailar, fui con él. Cuando de cansó de bailar volvimos a la barra. Continuamos bebiendo. Creo....que me pasé de copas.....porque, yo....

Trato de contenerme.
Mi voz se quiere quebrar.
Me muerdo el labio inferior y prosigo.

— Amanecí...sola... En la cama de un hotel.
Él...no estaba. Estoy, segura que fue con él. La verdad, después de volver a beber, no sé que pasó. No tengo nada claro. Ni siquiera me dió miedo amanecer en una recámara que no era mia. Si no que estaba completamente sola.

—Amy. — el se relambe los labios. — ¿Crees que se aprovechó, hija? ¿No recuerdas nada?

— No.... Absolutamente. Pero estoy segura que solo fue por la borrachera, estaba accediendo y a todo lo que me propusiera, no pudo ser abuso— junto mis palmas. Tengo las piernas juntas, poso mis manos en las rodillas.

—Bien. — terció mi padre. Se quita sus gafas negras, saca el trapito para limpiarlas. Me desconcertó su respuesta. Así nadamas. Cuando tenermina de limpiarlas. Se las vuelve a poner y se pone de pie. — Vamos a comer. Amy, ve a tu cuarto y mudate de ropa. Después baja a comer.

Mi mamá dice que me levante. Lo hago, ahora la comida será más tensa.

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— Bolita. — habla mi papá pero enseguida veo que menea la cabeza y corrige — Amy. Mañana voy a posponer mi reunión. Vamos a ir al hospital, para hacerte las pruebas.

—¿Pruebas, que pruebas?

—Amy. Deja que tu padre hable. — me corrige mi madre. Me quedo callada. Nisiquiera había probado bocado. No tenía hambre.

— Vamos a ir. Mañana sabrás para que. Voy a pedir una cita, y tú tienes que sacar permiso para faltar mañana a la escuela. — parecía que iba a concluir. Pero entonces, se suelta y ahora sí, su voz suena a como yo temia — Apartir de ahora vas a volver a vivir aquí. Hasta que esto se resuelva. Te tendré en más cuidado. — iba a abrir la boca para protestar pero levanta la mano — No quiero excusas. Y otra cosa. Quiero el número de ese jóven. Necesito que te acompañe mañana. ¿Lo tienes, no?

Va a explotar.
Le dije en pocas palabras que no.

—....no tengo su número. Ni nada de él. Lo perdí de vista desde ese día. No volví a saber nada de él.

Mi mamá se lleva su mano a su pecho. Parece que trata de contenerse ante un ataque de ira.
Mi papá se me queda viendo. Con la comida en el tenedor apunto de llevársela a la boca. Pero de pronto suelta el cubierto y se levanta de la mesa. Veo que toma sus llaves y su chaqueta del perchero. Antes de salir de la casa dice;

—Volveré en la noche. — azota la puerta. Tan fuerte que el perchero con la ropa se cae.

—Estás en grandes problemas Amy. — dice mamá de volviéndose a mí — Muy grandes.

Me reclinó sobre la silla. Y la empujó hacia atrás. Poniéndome de pie.

— No tengo hambre. —dejo el cubierto. Era mi comida favorita. Sin embargo. Todo aquello hizo revolverme el estómago. Que perdí toda ganas de hacer algo.

Iba a ir a llorar en silencio.

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---Marzo 2018---
Sonic.

—¿Y bien? — les digo a los demás abarrotados sobre el sillón de Tails. Pasa de las 12 a.m y estamos aquí todos —¿Qué carajo hacemos ahora?

—Lo que se nos de la gana. — responde Knuckles.

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