Febrero de 2018.
En algún lugar de Mobiüs.

—¡Hoy se emborrachan gente! — exhaltó el equidna rojo entrando de golpe a la casa del erizo azul, llamando exageradamente la atención de los demás.

— ¿A dónde vamos o qué? —preguntó confuso el erizo plateado. Sentado sobre el sofá mientras bebía de una cajita de jugo.

—¿Dónde? —cuestionó también Sonic.

—Aprovechando que estamos aquí todos y que es nuestro último día; tenemos que disfrutarlo al grande. — coreó Knuckles en voz alta — Vamos a la fiesta de Mighty

—¿Quién es Mighty? — cuestionó el peli-azul.

En la morada también aguardaba;
Shadow, Jet, Tails, quienes solo escuchaban.

Habían recurrido hasta Mobiüs para turistear una semana. El último día Knuckles ya les había avisado que se adentrarían a una fiesta. Los demás no tenían idea de quién se trataba "Mighty" Knuckles era un aficionado de conocer gente y auto-invitarse a las fiestas.

Todos ellos dudaron en ir.
Pero querían pasarlo un rato, mañana partirían temprano de ese lugar. Volviendo a su hogar y continuar.

Estos planes eran organizados por el equidna. »Un respiro nos vendría bien« les dijo una vez, después de terminar el trabajo.

La vida de Sonic se resumía de momento en sus estudios, tenía 22 años, casi terminando su carrera de informática, aunque en ratos se encontraban con los demás y se juntaban para tomar una que otra copa.

[....]

—Bien. Es aquí. —estacionó el auto y todos salieron.

Venían como sardinas apretadas, el estruendo alto del interior de la casa se escuchaba hasta afuera. Los chicos determinan el lugar, por el momento.

Fue Knuckles quien apretó el botón del timbre. Claramente era imposible que alguien escuchará desde el interior.

—A la mierda. —masculla Knuckles. Gira la perilla dejando ver el interior de la casa.

Una gata morada se acerca a ellos al verlos.

—¿Conocen a este tipo? — preguntó en cuanto llegó a ellos. Apuntando con el pulgar hacia atrás a lo que parecía ser un armadillo rojo cantando de lo más horrible. La pregunta desconocertó a los demás.

Knuckles se encoje de hombros y responde

— Pues él nos invitó. —El armadillo se acerca a ellos. Dejando el micrófono.

—Ah. — menciona la gata.

Sonic y los demás se adentran al lugar. La música se escuchaba de lo más alto. Eran canciones de mixes de electrónica y alternative. Sonic y los demás examinaron el lugar. El armadillo se acercó a ellos y les dió la bienvenida.

—¡Me alegra verlos por aquí! —le da unas palmadas en la espalda a Sonic. — por ahí hay cervezas. Y lo que gusten.

En ese momento se dispersan. Cada uno a un lado, saludando a los demás, Sonic se siente sofocado entre demasiados invitados. Un grupito de chicas al verlo le hacen una seña que se acerque. Sonic traga saliva.

»De acuerdo Sonic. Estás en una fiesta de desconocidos. Pero la vas a pasar bien. « Pensaba el erizo a medida que se acerca a ellas.

—¿Cómo te llamas, guapo? —le pregunto una eriza morada. Sonic medio tímido se sienta junto a ellas. Había alredor de unas 10.

•••
En alguna otra esquina de la fiesta

—¿No vas a beber algo, Amy? — indagó la murciélago blanco acercándose a ella. Con una cerveza en la mano.

— No tengo muchas ganas. Rouge—habló por lo alto de la música.

—Tienes que tomar una aunque sea por pura cortesía. — le hace una seña a uno de los meseros. Se acerca a ella y está le pide una cerveza, se la da a Amy — Tienes que divertirte. Amy.

Lo alto de la música electrónica derrepente se dejó de eschuchar. El instrumental de la nueva canción hizo reconocer a los demás de cual se trataba al escuchar el primer coro;

La murciélago se giró y se quedó quieta al reconocer la sinfonía.

»Time goes by, so slowly.
»Time goes by, so slowly.

Hung up • Madonna.

—¡Ohh! — exclamó — ¡Amo está canción!— Deja la cerveza sobre la barra, Amy nota que un equidna rojo serpentea entre la gente hasta llegar a Rouge.

—¿Bailas? — le dijo — escuché que te sabes el paso prohibido. — Rouge al escuchar eso suelta una carcajada.

—Pues estás en lo correcto. — contestó. Toma su mano y van a la pista.

La melodía parecía ser la favorita de muchos. Amy está recargada frente a la barra del lobby bar.

Mientras tanto, el cobalto se quedó solo. Las chicas del grupito se levantaron y fueron invitadas a bailar con otros. Sonic se levantó de ahí, dirigiéndose al lobby-bar. Es el único, ve que al lado una eriza rosada mira hacia la pista, nota que parece aburrida.

Él se acerca a ella, y se recarga junto a la barra y posicionando los brazos atrás.

—Hola.

Amy voltea, y le sonríe.

—Hola.

—Pareces aburrida. — él gira la cabeza por encima de su hombro y le pide al tipo una cerveza. — ¿Qué haces aquí tan sola?

La pregunta para la eriza parecía sacarrona. Ella se ríe.

—Pues ya ves.

El mesero llegó y le depositó la cerveza en la barra. Sonic se gira, la toma y da un trago.

Por un momento, ambos se giran al frente a ver a los demás bailar y divertirse. Se reían al tiempo que Knuckles sacaba un paso prohibido. Demasiado gracioso y vergonzoso.

—¿Bailas? —preguntó Sonic a Amy.

—Claro. — sonríe. Sonic se levanta, toma la cintura de ella y se meten a la pista.

Al principio no la eriza se sentía cohibida.
Pero eso fue cambiando a la par que se movían al ritmo de la musica. Ella ve la amplia sonrisa de él sobre ella, se sonroja, agacha la mirada un segundo. Después vuelve a ver sus profundos ojos verdes. Pese a la poca iluminación podía verlos claramente.

[...]

— ¿Estudias? — preguntó Sonic una vez que terminaron de bailar un par de canciones y se volvieron al mismo sitio.

En ese momento. Ella ya se sentía más cómoda con él. Le pareció un capullo. atractivo, sintió euforia y apenas le conocía.

Esa noche. Tomaría un montón de copas.
Y ya estaba empezando.

— Estoy estudiando computación — respondió, dió un sorbo a su cerveza.

—¡Mi carrera va de la mano! Yo estudio programación. ¿Y cómo te llamas?

—Amy Rose. ¿Y tú?

—Sonic. Lo digo en serio, llámame Sonic.— la confeción la hizo frucir el ceño — ¿Y qué edad tienes?

— Diecinueve.

— Ah. Menos mal que eres mayor de edad. — Eso la hizo dudar. Pero después se ríe — Yo veintidós.

— Me ganas por unos años. — confesó. Aunque de pronto se arrepintió.

—Seh. — da un largo trago a su cerveza. — Pero no importa.

»¿No importa?«

—¿Qué quieres decir? — el erizo la miró fijamente ante a su pregunta. — Oh, bueno. No importa.

—¿Tienes...Novio? — preguntó. Eso le hizo sentir cosquillas.

—Pues....No.

—¿Entonces no te molesta si yo....? — Amy se relambió los labios. Miró a otro lado. Sabía lo que quería intentar, se sentió algo mareada, voltea a verlo. Nota que sus ojos bajan a ver fijamente sus labios.

—No. —respondio.

Sonic sonrió de lado. Él acerca su rostro al de ella.
Amy sabe lo que viene, siente cosquillas, cierra sus ojos. El toma su mentón y pegan los labios.

»Mierda Amy. Ni siquiera conoces a este tipo bien y ya te acaba de robar un beso, pero no estuvo mal«

Al separarse. Sonic sonríe, se relambe los labios.

— Fresa. — masculló.

— ¿Cómo dices?

— Que sabes a fresa. Con cerveza.

— Tú también.

El nivel del alcohol comenzó a sentirse en ambos. De pronto ya ni uno ni otro estaba en sus cinco sentidos.

— Déjame probar más a fondo.

Las mejillas de ella sintieron arder.
Por el nivel del alcohol, comenzó a reír por lo bajo, él se acerca de nuevo a ella. La vuelve a besar, esta vez explorando más su boca.

1 hora después.

—¿Qué quieres hacer ahora, eriza? —  la vuelve a besar. Llevaban un buen rato haciendo.

— Eeeh. Más despacio, velocista. —  dijo Silver al pasar por ahí y ver a su amigo junto a Amy.

Se separan de inmediato.
Se ríen, están alcoholizados, se ríen de cualquier cosa y se dan besos cortos.

Sonic se acerca al oído de la eriza. Y le susurra, sintiendo su aliento caliente sobre su oreja.

— Vamos a otro lado. — Le besa. Toma su mano. Ella se levanta y zingzagean entre los que estaban en la pista.

Sus amigos están demasiado ebrios para tener idea de lo que hacen. Nadie nota cuando Sonic se va. A excepción de Silver, el único sobrio, aún.

Ve a Sonic y Amy pasar.
Levanta el pulgar y sonríe, como si ver a sus amigos parecer unos promiscuos fuera cosa de todos los días. 

—¡Ehh, Sonic! ¡Si apenas vamos comenzando! ¿A dónde van?—  gritó alzando la cerveza.

— ¡Qué te importa!. — gritó y se alejó con ella de ahí.

•••••••