CAPÍTULO 37
Troye.
Las personas afuera se veían felices, la sonrisa casi nunca vista de mí padre contagiaba a todo el mundo. Mí madre, estaba inmune, caminando entre sus trabajadores, compañeros, amigos, sin algún indicio de que estaba feliz, de que su hijo estaba por casarse con una mujer y así las familias y sus acuerdos se llevaban a cabo, por fin.
Por primera vez en la semana, dejo de tocar el piano cuando los toques en la puerta suenan, es un permiso para entrar, y Luca se hace presente.
— Hola hermanito — dice él entrando y viendo para los costados. Se sienta en el borde de la cama estando incómodo. — Creo que hay algo que puede evitar que te cases con Sarah. — habla en voz baja y con cuidado como si fuera un territorio peligroso.
Le sonrío con pesadez, como diciéndole que el Troye que él y Roma conocen está presente, aquí y que un corazón roto no va a cambiar nada.
— Eso es imposible, Luca, el acuerdo ya está echo. — respondo neutro.
— Pero no lo quieres, no te puedes atar de por vida a alguien a quién no amas, ni amarás en un futuro— insiste.
—Luca, basta. — le pido perdiendo la paciencia. Me sobo la sien, no había dejado de palpitar desde que dejé la casa de Rachel.
— Escúchame, Troye, no tenemos tiempo...
— No, tú escúchame, Luca, éste negocio viene de hace mucho, ¡no es un juego! — le interrumpo con la voz atemorizante.
Él inconscientemente da un paso hacia atrás. Antes de decir algo, Roma asoma su cabeza por la puerta, al ver la tensión en el aire frunce el ceño y entra.
Alza una llave en su mano mostrándola y la deja arriba del piano.
— Piensa bien lo que harás, esa mujer te engañó, pero no significa que puedes arruinar tu vida así, hay más soluciones, Troye. Si quieres ver una de ellas, ve al escritorio de papá y usa ésta llave — la voz de Roma es dura y compasiva, toma la mano de Luca y salen de la habitación dejándome solo.
Podía salir afuera, y esperar en el altar a que camine Sarah hasta llegar a mí y por fin contraer el matrimonio, atado de por vida a una mujer que no amo. Viendo como de la que sí estoy enamorado, hace su vida totalmente en un camino diferente.
O podía seguir el consejo de Roma e ir a averiguar lo que hacía en ese escritorio.
No lo pienso dos veces y tomo la llave para ir.
En el pasillo estaban las damas de honor, cuchicheaban entre ellas sobre el decorativo y noto que aunque Sarah se haya esforzado tanto en sorprender a todos los invitados, las verdaderas arpías no se conforman con nada. En fin, gente de clase que lo único que creen es en el dinero y la apariencia.
Cuando me encuentro en la silla que está frente al escritorio y encerrado en el cuarto de mí padre, no escucho nada más que mí respiración. Ahora entiendo por qué se la pasa 20/7 en ésta habitación. Sin la gritos de mamá, y alejado de lo que es la familia, como si intentara escapar.
Un cuarto de 4x4, llenos de libros de leyes y "Los secretos de un Millonario". Podría apostar que en esos libros no decía exactamente tener una vida como esta para triunfar.
—Si tanto no te gusta, ¿por qué me quieres atar a una vida así a mí? — pregunto a la nada.
El escritorio tiene dos cajones de cada lado, y había solo uno que necesitaba llave, con la misma forma que tenía en mí mano derecha.
¿Podría lo que haya en este pequeño cajón cambiar mí futuro? ¿Mí pensamiento?
Sin más preámbulo coloco la llave y doy una vuelta, el click se escucha por toda la habitación y un escalofrío recorre mí espalda.
Páginas escritas se hacen ver. De inmediato las reconozco.
Son las que salen en las revistas manchando mí reputación.
No entendía. No podía creer lo que veían mis ojos.
¿Mí padre lo escribía?
Saco todas las hojas y veo que todas están firmadas por el periodista Lorenzo Brunce. El cual es mejor amigo de mí padre.
La ira recorre mis venas al darme cuenta de que puede ser un verdadero hijo de puta con su propio hijo.
Todo el odio que sentía por las revistas, por el hombre que las escribía de forma anónima, y que siempre seguía mis pasos para poder mentir respecto a lo que hacía y así crear una reputación de "Badboy". Ahora entiendo que mí padre movía todos los hilos.
Paso mis manos por mí rostro para restregar por mis párpados pesados. Mí cuerpo se sentía agotado, quería alejarme de toda ésta mierda.
Me sentía tan inútil.
El pomo de la puerta se mueve y de inmediato la puerta se abre. Se queda helado cuando me ve sentado en la silla, con las páginas en mis manos.
Rápido cambia la expresión y se vuelve una desinteresado.
—¿Qué haces aquí? Tu prometida te está esperando abajo — pregunta, quieto en el mismo lugar.
—¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué inventaste esto todo éste tiempo? — evado su pregunta, reteniendo las ganas de lanzarme sobre él y apretando mis puños arrugando las páginas.
—¿Por qué? Tienes las agallas de preguntar, ¿No es bastante obvio, hijo? — ríe y con veneno larga sus palabras. Se cruza de brazos. — Para que parezcas un Magazzani, ¡mí hijo! No un estúpido crío enamorado de la vida, tenía que cambiar esa imagen que tenían de ti, ese cariño que te mostraba la prensa, así no se gana la vida — remarca las últimas palabras con molestia en su arrugado rostro. La tensión se podía notar en el aire, la voz subía de tono y la música de abajo dejó de sonar.
— ¡Toda tu vida ha sido una mentira y tenías que arruinar la mía también!, ¿Por cómo soy yo? — levanto la voz levantándome de la silla.
Una sonrisa macabra se asoma por sus labios.
— Tú aceptaste casarte con Sarah, solo porque esa muchacha te rompió el corazón — habla de brazos cruzados y sin importancia, agrandado por su presencia y persona. Sin ningún arreglo. — De haber sido así, desde un principio contrataba a una cualquiera para que te convirtiera en esto.
Me quedo en mí lugar viendo a la persona que cuando era un niño lo creía un superhéroe, alguien con mucho poder y que un chasquido podía traerme un helado bien grande como me gustaban.
Y como esa va cambiando con el pasar de los años, con mí primera decepción cuando no estuvo presente en las charlas que necesitaba con él. Cuando se volvía alguien más frío y ausente, sin la importancia e interés en intentar cambiar esa imagen tan ruin que solo él, y también mí madre, podían crear.
Contengo mí furia, y mientras le sostengo la mirada a ese hombre que acaba de perder el título de "padre" y mí respeto, rompo todas las páginas encima del escritorio.
Camino hasta él y sin dirigirle alguna palabra, salgo de ese lugar tétrico y sin vida.
—¿Troye? — la voz de Sarah me detiene antes de bajar por las escaleras. Trago saliva al verla con el vestido blanco y ya completamente arreglada para bajar y cumplir su sueño.
No sabía por dónde empezar la disculpas, o explicarle lo que los dos sabíamos perfectamente.
Sus ojos negros se inundan de agua y una tristeza se posa en su rostro, quién lo tapa con sus manos de inmediato y se mete nuevamente a la habitación con un sollozo.
Cohibido por las miradas de los invitados en el pasillo me doy vuelta. Pero antes...
— Se cancela la boda — hablo con autoridad y bajo finalmente.
Cuando salgo de la casa noto que había estado reteniendo mí respiración. Me quedo un rato mirando el cielo, el color vivo y el aire rodeándome me hace sentir tranquilo y aliviado del peso que tenía en mis hombros.
Todo había pasado tan rápido.
Una bocina se escucha en la calle y dirijo mí mirada hacia el ruido. Un Volkswagen polo negro estaba parado con Roma y Luca adentro.
Ellos me hacían seña para que entre de inmediato.
Corro hacia ellos, y antes de arrancar con velocidad con Roma al volante, veo salir con molestia de la casa a mí madre y los padres de Sarah.
—Creo que hace mucho no tenemos una salida de hermanos.
Luca y yo reímos con naturalidad. Él se da vuelta en su asiento de copiloto para mirarme con compasión.
— De lo que te has salvado, hermano — habla con una media sonrisa. —¿Estás bien?
Asiento de inmediato.
— Me siento sin problemas ahora — confieso mirando por la ventanilla.
— ¡Claro que sí! Imagínate cargar con esa mujer de por vida, es tan superficial — dice angustiada Roma.
Asiento nuevamente.
Y aunque me sienta bien porque por fin pude liberarme del arreglo de matrimonio. Me encontraba inquieto por saber de Rachel.
Esa mujer que ponía mí mundo de cabeza con solo mirarme.
(...)
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Quería darle los créditos a lighteditorial y a locosporlavida ¡por lo hermosooo que quedó! ♥️
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En fin, perdón por tardar, tuve un par de problemas y no venía la inspiración PERO AQUÍ ESTOY.
Espero que estén bien. ♥️
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