Rachel.

—¿No amas a tu mujer? — pregunto en un susurro con la cabeza ladeada.

Troye niega con la cabeza lentamente.

— Bueno, de eso quería hablar contigo.

Frunzo el ceño. — No estoy entendiendo nada, y... y, hay que hacer las pizzas — escapo yendo a la cocina entre tropiezos.

Escapar, siempre escapas.

— Rachel, necesito que me prestes atención... — le interrumpo levantando una mano para que calle, el obedece cerrando sus labios y mirándome como un niño tierno, él no podía darse cuenta que irradiaba ternura.

— Troye, tú te vas a casar con una hermosa mujer, el matrimonio ya está arreglado y tus padres la deben de amar, ella esta disponible... — digo casi audible lo último de manera cabizbaja, él no me escuchó y lo agradezco.

Lleno un vaso con agua y lo tomo por grandes tragos, la garganta se me había secado.

— Tú lo has dicho, está arreglado, Rach — confiesa buscando mis ojos, empiezo a toser con exageración buscando oxígeno, golpeo mi pecho abriendo la boca como un pez fuera del agua.

Mierda, no hay que comer o tomar algo cuando hay entre medio una conversación seria.

—¡Rach!, respira, respira tranquila — escucho la voz alarmada de Troye mientras golpea suavemente mis espalda.

(.)

Me sonrojo furiosamente cuando siento la mirada de Troye encima mío. El sonríe grande.

— Me alegro que ya estés bien.

Me remuevo en el sofá.

— Si, bueno, ya deja de mirarme así y cuenta de una vez eso del arreglo — cambio de tema victoriosa porque él deja de sonreír.

Troye se re cuesta en el sofá individual y suelta un pesado suspiro.

— Como sabrás tengo hermanos, Roma y Luca, ellos son mi todo, pues cuando me encariño con las personas pasan a ser lo primordial en mi vida — admite con un rubor en sus mejillas, sonrío asintiendo para que siga.

Tengo un leve presentimiento de que lo que me dirá no será de mi gusto, y tengo miedo, no podría decir de qué.

— Papá tiene la empresa de automóviles y necesita a unos de sus hijos para que sea heredara lo antes posible. Pero antes de entregarla a unos de nosotros tiene que aceptar casarse con unos de los hijos de los círculos automovilístico y así la empresa crecerá aún más...

— Eso es fabuloso — interrumpo maravillada.

Troye me da media sonrisa antes de seguir.

— Luca quiere estudiar Astronomía — en cuanto dice eso abro mi boca admirando desde ahora a Luca. — Y Roma está casada hace dos años, a ella le gustaría tomar el control de la empresa pero mi padre no la deja por estar casada, entonces yo... — le cuesta terminar y me mira, noto sus ojos quebrados, como si le hubieran arrebataron su libertad.

— Tú te ofreciste — termino por él en un impresionada y con un leve disgusto en mi boca.

— Era uno de nosotros — Troye también habla bajo manteniendo mi mirada con amargor. — Yo hace tres años no sabía dónde estaba parado, tampoco hacia dónde se dirigía mi vida... Pero tenía un cable a tierra, ¿sabes? O eso creía yo — dice lo último con ironía.

— No estoy entendiendo lo último.

Troye me mira afligido y antes de que abra la boca el timbre suena, y nuestra burbuja se revienta en medio segundo como si no hubiera existido.

— Tranquilo, se irán — aseguro con media sonrisa intentando tener otra vez el momento que tuvimos hace un instante.

Pero no, el timbre sigue sonando.

Mierda. Sin dejar de fruncir el ceño voy hasta la puerta y abro solo un poco para dejar salir mi cabeza, miro de arriba y abajo a Stephen.

— Oh-oh, esa cara no me gusta — habla con la cara asustada. — Normalmente uno tiene que acostumbrarse, pero cada vez me da más miedo — comenta dando un paso hacia atrás.

Gruño casi mostrando mis colmillos inexistentes. — Cierra el pico, ¿Que haces aquí?

— Quería saber como están mis sobrinos — responde sonriendo inocentemente, pero algo flaquea en esa sonrisa.

Levanto una ceja mirándolo intenso, en mi mente sonrío victoriosa cuando consigo ponerlo incómodo.

Stephen se acerca a mi oído y susurra mirando a sus costados temiendo que nadie lo escuche.

— Escapé de casa.

¿Qué?

—¿Qué? — digo boquiabierta. — Como sea una broma te juro que...

Stephen me interrumpe con una sonrisa fingida, lo conzoco, es mi mellizo y sé que la está fingiendo para no hacer el problema más grande.

— Les dije que soy gay, pero antes de que me comentaran algo salí corriendo y no pienso volver — asegura firme, aunque ni él se crea esa afirmación.

Abro la puerta para dejarlo pasar. — Ahora me contarás cada detalle.

— Solo necesito tomar una botella de alcohol y soltaré el mar de lágrimas, estoy seguro.

Encuentro al castaño que me saca suspiros en la cocina.

— Troye, él es...

— Hola, soy Stephen y soy gay.

Abro la boca. — Stephen — chillo golpeando mi frente.

Escucho la risa de Troye.

— Hola, Stephen, soy Troye y soy heterosexual — responde mirándome. Abro la boca.

Stephen me da unos golpecitos en mi espalda.

—¿Quizás él me de el descuento de mi Ferrari? — susurra esperanzado. Mi ceño fruncido se intensifica. — Y bien, ¿dónde dormiré? — pregunta en vos alta mirándonos a ambos. — No quiero escuchar tus gemidos, hermanita.

Listo, este es el fin de Stephen.

Lo sabe porque empieza a reír antes de salir corriendo y mis pies pisando sus talones.

(.)

Primer día de escuela y ya siento el estrés de todo el año.

En fin, siento que se acerca el final y a la vez no, tantas cosas que quiero agregar pero a la vez no tienen sentido. Recemos para que no venga el temido Bloqueo.

Esta noche intentaré subir un nuevo capítulo. 💖

¡No olviden votar! ♥️