CAPÍTULO 23
Rachel.
—Cuando dije que podría ser Juli no hablaba de esto — se queja mi hermanito viendo su atuendo, un hermoso vestido dorado. — Aunque me atrevo a decir que me queda bien. — dice poniéndose de costado y viendo sus inexistentes curvas.
Ruedo los ojos.
—Bueno, bueno, bueno, ¿Qué me vas a cocinar? — pregunto gustosa viendo los ingredientes que trae en las bolsas. Mmm, pollo.
—Sh, sh, sal de ahí que yo soy el cocinero.
Hago un puchero y salgo a regañadientes de MÍ cocina.
Qué injusticia.
—¿No le has dicho a nuestros padres sobre Liam? — cuestiono desde el balcón, se escuchaba porque estaba extremadamente cerca de la cocina, y eso era genial por si algún día cocinaba y se me quemaba la comida. Siento el viento golpear mi rostro, hacía un frío que se podía disfrutar.
Dejo de escuchar movimientos en la cocina y frunzo el ceño, pero no volteo a ver. Sé que necesitaba ese momento.
— No sé como lo vayan a tomar, Rach — responde luego de abrir el grifo de agua.
— Vaya como vayan a tomarlo si es una opinión negativa no te tiene que importar, seria como cualquiera de algún desconocido — hablo entrando nuevamente, quiero evitar cualquier resfrio.
— Son nuestros padres, Rach — dice obvio riendo.
Voy a la heladera sacando un bols lleno de frutillas. Ahora las estoy imaginando bañada de crema, derramando gotas hasta llevarlas a mi boca.
Mmm, con crema.
—Necesito crema, ¿Puedes dejar de hacer eso y hacerme una crema? — pregunto haciendo un puchero juntando mis manos. — Porr favoooor, es por una buena causa, si no, pronto mis bebés comenzarán una pelea.
Stephen gruñe y deja el picadillo para buscar huevo y aceita.
— Y respecto a lo que decías, ¿Y?
Mi hermano ríe viéndome como si fuera estúpida.
Le frunzo el ceño.
— Cuidado con lo que piensas. — le amenazo luego de llevar una frutilla a mi boca, ugh, es como si estuviera vacía, sin sabor y podrida. Necesito la crema.
— Me encanta como logras hacer que nada te haga daño — habla Stephen viéndome con un brillo en sus ojos.
— Es la única manera de sobrevivir en esta sociedad, Steph.
Porque lo aprendí cuando recibía las burlas en secundaria.
Pero eso no se lo diría.
Me encuentro cabizbaja pensando las bromas pesadas que me hacían mis antiguas compañeras por mi apariencia.
Suspiro.
—Oye, te ves como una estrella actor porno — le digo de la nada señalándole, él deja de hacerme la crema para verse a sí mismo, sonríe grande.
—¿No es genial? Esperaré así a Liam.
Hago una mueca asqueada. — Evita esa información, por favor.
Stephen ríe escandaloso.
— Liam es una persona muy hulmide y tímido — hablo sonriendo viendo a mi hermano lo que causa hablar de su novio. — Nuestros padres lo amarán, tranquilo, perdedor.
— Lo sé, él es hermoso — asegura el castaño. — Toma tu crema echa especialmente por un actor porno enamorado.
—¡Uy, qué rica! — digo emocionada sin siquiera haber aprobado, pero se veía tan delicioso y cremosa.
Pruebo la primera frutilla y mi paladar se deleita.
— Mis bebés te lo agradecen, dicen que no te cagarán encima cuando los cargues.
— Oh, supongo que gracias.
Rio.
(.)
— Entonces dicen que lo conoció en una tienda de ropa — hablo sin interés viendo a la pareja detrás de un arbusto, sí, no es nada cómodo a como lo muestran en una película.
— Mhmm — afirma Ruby totalmente contraria a mí, con una sonrisa, como si estuviera orgullosa de ver a su hija conseguir un novio.
— Ruby, esto no tiene caso, tendríamos que darle privacidad.
Ella levanta la mano pidiendo silencio, mira su teléfono y espera tres tonos.
—Aquí equipo dinamita, ¿información de la pareja? — se oye la voz de Emma.
Me hago para atrás viendo al otro arbusto que está a un lado nuestro.
—¿En serio, Emma? — pregunto burlona, estábamos a tres metros.
— Admite que es genial — responde riendo.
Ruedo los ojos. —¿Y cuál es nuestro nombre con Ruby? — desafío con los brazos cruzados.
Emma se encoje de hombros pensando.
— Emma estoy esperando la información — vuelve a hablar Ruby al teléfono.
—¿Estás gastando crédito por esto? — esta vez pregunta Mary.
— No, claro que no, corté en el tercer tono — responde Ruby casi mirando a Mary, luego de unos segundos se voltea otra vez con rapidez. —¡Mary! ¿Cómo te fue con tu puesto? ¿Ashley no te vio?
—¿Cuál puesto le tocaba a ella?
— El más arriesgado — habla Emma.
— Mesera — Mary se sienta a mi lado ante la mirada de intriga de todas. — Me echaron, y no, no me vio— se encoje de hombros. Abro la boca. — Fue divertido.
— Están locas. — rio negando con la cabeza.
Luego nos encontramos las cuatros de rodillas y mirando a la mesa número tres que está a un lado de la calle del restaurante lujoso.
— Ríe muy escandaloso, qué vergüenza.
— Emma, la risa viene de la mesa de al lado.
— Ah, qué alivio.
— Estira muchos sus pies.
—¿Viste su entre pierna? No se ve muy abultada.
—¡Rachel!
—¿Qué?
Emma empieza a mover sus manos con desespero y agarrando su teléfono del suelo, las tres nos levantamos seguido de ella.
— Uy, menos mal que ya se van, mis rodillas dolían — se queja Ruby pasando sus manos en las rodillas.
— ¿Eso dices cuando terminas con Jose? — pregunto pícara y recibo un golpe de su parte. — Auch.
—¿A dónde creen que la lleve? — cuestiona Mary con emoción.
— Yo digo que a tomar un helado, se ve muy tierno — habla Emma muy soñadora.
— A un motel — respondo, las tres me miran con indignación. —¿Cuánto apostamos?
— 50 dólares — responde Ruby después de unas miradas entre las tres.
Sonrío grande.
Ashley con el misterioso hombre a su lado caminan una cuadra adelante.
—¿Y Emma? — Miro a mis lados y no estaba la castaña.
— Sigan, ya las alcanzo — habla atrás parando en una heladería.
Me encojo de hombros y sigo con las chicas. Luego de veinte minutos las tres nos encontramos frente a un motel, con las letras en grande y brillosas.
— Oh, qué lindos, pasan a saludar a los recepcionistas — dice Mary con una pequeña sonrisa.
La miro como si le hubiera salido un tercer ojo en la pera.
—¿No son tiernos? — señala al lugar mirándome.
Emma llega a nuestro lado. —¿Alguien me puede prestar 16 dólares? Lo gasté en el helado pensando que la iba a llevar a un lugar lindo.
Ruby suelta una carcajada.
— Querida Emma, la va a pasar lindo — asegura riendo.
También reímos.
Luego de eso decidimos seguir con nuestro camino e ir a pasear por el centro.
(.)
Mmm lo siento si lo ven muy corto.
PERO ES UNA CELEBRACIÓN DE 2K♥️ GRACIAS.💖💖
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