CAPÍTULO 18.
♥️
Rachel.
Grupo familiar. WhatsApp.
Mamá bruja: Niños, hoy reunión familiar a las 20hs.
Papá brujo: ¡Traigan a las parejas!
Papá brujo: Ah cierto... No tienen, ¡JÁ!
Julieta brujilla: ¿Entonces puedo ir con Gabriel?
Mamá bruja: ¿Quién es Gabriel?
Papá brujo: ¡¿Qué?! ¡Tú no conoces a ningún Gabriel! Tú serás la que nos cambia el pañal cuando nosotros estemos viejitos.
Julieta brujilla: ¡¡PAPÁ IUGH!!
Esa mañana desde temprano mi celular sonaba, y estaba a punto de tirarlo por la ventana pensando que eran propagandas de Movistar, cuando veo que era del grupo familiar que tenemos en WhatsApp.
Suelto un jadeo cuando eso solo significa una cosa: Reunión familiar.
Y cuando digo "familiar" es realmente TODA la familia.
Sí, que linda manera de empezar la semana.
Al trabajo no tenía que asistir ya que nos dieron el día libre para exterminar la gran cantidad de arañas que se habían juntado. De solo pensarlo me daba escalofríos.
Me paseo por el departamento en ropa interior, admito que esto es la misma gloria.
Cuando el reloj marca las 11 am mi humor estaba tan jodidamente bueno, lo que es muy sorprendente.
Me siento en el sofá, con Lie to me de 5 Seconds Of Summer de fondo sonando por todo el departamento y mi computador en mis piernas con Word abierto y una página en blanco.
Mi inspiración era alta, mis dedos querían moverse mientras escenas y diálogos de una nueva historia rondaba en mi cabeza desde hace días. Y ahora que lo podía escribirla me congelo totalmente en mi lugar siendo incapaz de poder apretar una sola tecla.
— Eres secretaria, Culligs. El escribir tiene que estar en tu sangre, no en el mundo del mecánico y lavandería…
Las palabras suenan en mi cabeza y suelto un gran resoplido con un malestar en mi pecho.
Muerdo mi labio con fuerza poniendo mi barbilla en alto y dejando de lado la Notebook.
—Quizás esto no sea lo mío.
Niego con la cabeza y decido buscar que Outfit usar en la cena que preparará mamá.
...
—¡Mi hermanita preferida! — grita Stephen cuando salgo al patio de la casa. Viene hacia mi con los brazos abiertos y me envuelve en ellos besando mi cabeza.
—¡Te oí! Luego estás de perrito faldero para que te haga mis panqueques — lo reprime Julieta con los brazos en jarra. Posa sus ojos en mí y sonríe abiertamente. — Se te extraña por aquí, Rach.
Ruedo los ojos.
— Les recuerdo quiénes me echaron.
Mis dos queridos y adorados hermanos levantaron la mano mirando a los costados y silbando.
—Desgraciados — susurro.
—¡Rachel!
Oh. Por. Dios.
No, no.
¿Por qué mi madre invitó a tía Cora? Tiene que ser realmente importante para que esté en las reuniones familiares.
Me volteo forzando una sonrisa y abro mis brazos a tía Cora quien viene, pero hago todo lo contrario cuando veo sus expresiones.
Ceño fruncido, brazos en jarra y pies como pingüino cuando camina enojada. Muerdo mi labio para no reír.
—¡Hola, tía Cora! Tanto tiempo, realmente le extrañe muchísimo, ¿hace cuánto no nos vemos? ¿El baustimo de Julieta en su 15 años?... — hablo sin parar con nerviosismo. Luego ella me mira confundida.
—¿A Julieta la bautizaron?
Abro los ojos.
—Ehh, creí que usted estaba... Pero no fue nada importante, solo se perdió cuando el cura intentó alcanzar a Julieta para mojarle la frente, pero volteó toda la fuente y tiró el agua bendita, fue todo un espectácu... — dejo de hablar cuando sigo viendo su ceño fruncido.
Creo alcanzar a escuchar como Stephen y Julieta golpean su frente.
— Hablé con tu madre...
— Lo sé, eres su hermana — digo con una sonrisa de "obviamente"
—Rachel, no interrumpas a un mayor — me regaña con su dedo alzado. Alzo mis manos en rendición. — Me contó de tu embarazo, querida... — su tono de voz ahora es suave. Ahora quién frunce el ceño soy yo. — ¿Como piensas criar a tu hijo o hija sin una imagen paternal? Sabes que ellos siempre preguntarán por lo curiosos que son y...
La interrumpo con la impotencia en mi garganta.
— Con todo el respeto que le he tenido a lo largo de mi infancia y adolescencia, tía Cora, le interrumpo para aclararle que es mi hijo, yo le daré todo lo que necesite para ser feliz sin la ayuda de un hombre. Y si pregunta, yo sabré que decirle, solo a mi hijo porque él va a ser quién necesite saber, no terceras personas. Con permiso, iré a saludar al tío Jorge.
La dejo ahí, con la boca abierta y la cara perpleja.
Me voy a la mesa donde están los bocadillos y agarro uno con mucho chocolate.
Acaricio con cariño mi vientre con la mirada perdida. No era la idea perfecta que tenía de venir a casa. El patio estaba repleto de gente, como tíos y primos que no veía hace años.
— Hablaste con tía Cora — la voz de papá me hace dar un salto del susto.
Estaba al lado mio con un traje perfectamente gris, el mismo que usó en...
— Papá... — digo sin aliento. Él me mira con los ojos brillosos y una reluciente sonrisa. — Tú... Ustedes...
— Sí. — suelta apenas y pego un grito..
Ríe mostrando las notables arrugas en los rincones de sus ojos tan claros como grises. Lo abrazo fuertemente y mi padre hace lo mismo.
— Me alegro muchísimo por ustedes. — suelto con una felicidad inmensa por mis padres.
Ellos nuevamente se van a casar, como lo hicieron hace 27 años cuando tenían alrededor de 17 años, cuando supieron que eran almas gemelas que se conocían desde apenas unos niños.
— Lo sé, hija — dice, todavía estábamos abrazados mirando a la gente alrededor. Suspiro pesadamente.
— Papá, lo siento por lo irrespetuosa que fui allá, ella... yo, perdí toda la paciencia, pero me dijo algo tan incoherente, como si yo no fuera capaz de criar sola a una gran persononita — añado con una mueca. — Iré a disculparme pronto.
Mi padre me aprieta más fuerte y rio.
—Quien tiene que venir a disculparse es Cora, tú pequeña renacuajo solo defendiste lo más importante en tu vida. Y estoy orgulloso de eso, hija.
Miro con admiración a mi padre y sonrío transmitiendo todo lo que no puedo con palabras en una sola sonrisa que compartimos.
—Oh, ahí está tu madre, vamos a la sala que ya estamos por tirar la bomba.
—¿Crees que la abuela se desmaye como esa vez? — pregunto divertida.
—¿Crees que la esposa de Jorge le regañe por luego de 20 años todavía no proponerle matrimonio? — también pregunta mi padre con una sonrisa burlona, los dos reímos a carcajadas recibiendo miradas confundidas y sonrisas de algunos familiares.
Casi 700 de lecturas, los amoo.
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