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7.- Mentiras


Carina

Tamborileo la punta del pie contra el suelo de la cafetería, observo el reloj alrededor de mi muñeca y ruego mentalmente porque Alessandro decida no aparecer. Después de todo, aún sigo considerando que esto es una mala idea, una muy mala idea.

No estoy preparada para enfrentar el hecho de aventurarme en una relación falsa con un chico de mi pasado, y evidentemente la decisión más sensata no es estar aquí, aguardando por su llegada. Abbie me repitió hasta el cansancio que esto es probable que salga peor de lo previsto, pero ni la repentina negatividad de mi amiga consiguió hacerme desistir.

Así que aquí estoy, esperando no terminar arruinada por una decisión impulsiva.

Mi celular vibra sobre la mesa y lo observo por un corto tiempo, leyendo en la pantalla una parte del mensaje que Abbie me ha enviado.

"Si algo sale mal, avísame y fingiré haber sufrido un accidente"

Una sonrisa tira de mis labios, es evidente que no estaba de acuerdo con mi decisión pero eso no significa que no continúe dándome su apoyo.

Estoy a punto de escribir una respuesta, cuando un cuerpo se desliza en el asiento de enfrente. Mi cuerpo se tensa, no tengo que elevar la vista para saber de quien se trata. El aroma de su perfume me golpea, es fuerte, huele a cedro, lo que inmediatamente me recuerda a mi padre y a su perfume favorito.

—Lamento la demora —cuando mis ojos se enfrentan por fin a él, confirmo que esto ha sido un error.

Dios, es guapísimo. Alessandro siempre ha sido la clase de chico que se roba todas las miradas, ahora parece haber vuelto a su estilo de chico rudo porque no viene con los trajes que lo he visto usar, ni con las camisas formales. Porta una simple camiseta blanca y encima una chaqueta de cuero.

La imagen que tengo ahora de él coincide mucho con la que tuve en el pasado. Y eso no es buena señal.

—Creí que te habías arrepentido —finjo una sonrisa.

—Nunca fallo a mi palabra —dice echando la espalda hacia atrás —dije que teníamos un trato, y por eso estoy aquí.

Entrecierro los ojos, Alessandro no parece inmutado bajo mi escudriño. Permanece con el rostro impasible aguardando en completo silencio.

—Si realmente vamos a hacer esto, creo que debemos poner una serie de...reglas —soy consciente de como las comisuras de sus labios se curvan hacia arriba.

El mesero llega para tomar su orden, él pide un latte frío y un croissant, yo solamente pido que me rellenen la taza de café negro y cuando el chico se marcha, él me da toda su atención otra vez.

—¿Reglas dices?

—Bueno, tenemos que aparentar delante de la gente, pero creo que debemos marcar ciertos límites.

Asiente lentamente.

—Entiendo, ¿Cuáles son entonces? —se cruza de brazos mientras aguarda —aunque antes de eso, creo que prefiero saber exactamente para que necesitas un novio falso, tu conoces mis motivos, pero si recuerdo el anuncio de internet...

—Olvida el anuncio —pido rodando los ojos —lo primero es que debes estar disponible para viajar a Grecia un fin de semana entero, es la boda de mi hermano mayor...

—Y necesitas llegar con pareja —chasquea la lengua —claro, es lógico. Las bodas son atemorizantes para alguien que...

Se calla cuando nota la manera en la que lo observo.

—Lo dice quien hace esto porque necesita impresionar a su familia, ¿qué ocurrió? ¿Has estado demasiado tiempo soltero que consideran que no eres capaz de tener una relación?

Sus cejas se fruncen, libera sus brazos cruzados y se inclina hacia adelante.

—No creo que esto resulte bien si nos ponemos agresivos —dice —tenemos algo en común, necesitamos convencer a nuestras familias de nuestra relación, eso es todo. La cuestión aquí es, ¿Cómo vamos a hacerlo?

Suspiro, aunque quiera negarlo, tiene razón. No podemos pasar nuestro escaso tiempo peleando por cosas sin sentido.

—Antes que nada, debo de advertirte que mi familia tal vez no crea todo de la noche a la mañana, ya sospechan que estoy mintiendo así que en el segundo en el que te coloques frente a ellos...

—Van a comenzar los disparos —sonríe —no te preocupes por eso, los Lombardi son conocidos por no confiar con facilidad, son dignos de temer, pero no me dejo intimidar con facilidad.

—Si bueno, eso puede ser sencillo pero es probable que te investiguen y...

—Espera, espera —Alessandro sacude la cabeza —¿investigar?

—¿Tienes problema con eso?

Una risa irónica brota de sus labios.

—Creo que cualquier persona que aprecie su privacidad tendrá problema con que personas extrañas investiguen su vida.

—Bueno, pero creo que es bastante claro que no somos cualquier persona si estamos aquí planeando tener una relación falsa. ¿No lo crees?

Chasquea la lengua.

—Lo que creo es que no quiero que los demás husmeen en mi vida, es mi única petición —arqueo la ceja, parece que alguien tiene algo que esconder después de todo —sé que eres capaz de hacer que eso no suceda.

Ruedo los ojos.

—No puedo obligar a mi familia a no investigar, así que no es algo que pueda garantizarte.

—Entonces no hay trato.

La firmeza de su voz me deja impactada.

—¿Qué?

—Lo siento, pero no dejaré que alguien se tome la libertad de analizar cada parte de mi vida —se encoje de hombros —hay cosas que prefiero guardarme para mí, supongo que tu estarías de acuerdo de estar en mi lugar.

Siempre he considerado que el hecho de investigar a alguien es...excesivo. Pero cuando vienes de una familia dueña de un imperio, es entendible que se tomen ciertas...precauciones.

—Bien, si eso te preocupa tanto...intentaré que no ocurra, pero no puedo garantizar nada.

No parece convencido, pero tampoco luce como si realmente quisiera salirse de esto.

—¿Alguna otra petición?

—Sí, este fin de semana tengo una comida familiar, así que...

—Oh, Dios —echo la cabeza hacia atrás —¿realmente crees que esto funciona tan rápido? Ni siquiera hemos acordado lo que diremos si preguntan...

—Eso es sencillo, diremos la verdad —se encoje de hombros como si fuese la cosa más sencilla del mundo.

Es mi turno de reírme.

—¿La verdad? ¿Le tengo que contar a tu familia que me abandonaste luego de tener sexo? ¿Luego de que te convirtieras en el primer chico al que le entregué una parte de mí?

La culpa vuelve a sus ojos, aprieta los párpados mientras golpea la mesa levemente con el puño.

—No me refería... —sus palabras se detienen cuando el mesero llega, permanecemos en un silencio incómodo mientras deja nuestra orden frente a nosotros y apenas se marcha, Alessandro se inclina hacia adelante, aproximando su cuerpo al mío —ya me he disculpado por eso.

—Si, bueno, unas simples disculpas no lo arreglaran —me aclaro la garganta —entonces, ¿qué verdad debemos contar?

Suelta un suspiro, es probable que solamente esté complicando todo pero no planeo fingir que sus acciones del pasado ya no me importan, porque lo hacen, y probablemente me sigan importante para siempre.

—Nos conocimos cuando éramos adolescentes, nos reencontramos por Dave...

—Por si no lo has notado, tu amigo y yo no nos soportamos —sonrío sin querer hacerlo —eso sería poco creíble.

—Mejor aún, diremos que al no soportarse, yo era el intermediario entre ustedes —sonríe como si fuese la solución a todos nuestros problemas.

—¿Y no crees que mi familia sospechará el que nunca antes hayamos tenido contacto? —inquiero cruzándome de brazos —tenemos que ser cuidadosos con absolutamente todos los detalles, si dejamos un hilo suelto, ellos tirarán de él y nada de esto tendrá sentido.

—Bien, entonces no mencionaremos lo profesional. Simplemente que nos reencontramos cuando volví a Italia y el resto es mera coincidencia.

Tomo una inhalación, si conseguimos establecer todo de la mejor manera, es probable que podamos terminar esto con éxito. Son tres meses, podemos hacerlo.

—De acuerdo, asiento lentamente ¿qué más?

Es así que durante las dos horas siguientes, acordamos absolutamente todo lo relacionado con nuestra relación falsa. Establecemos límites y reglas que no podemos ignorar, por ejemplo:

Contacto físico solo en privado.

No involucrarse demasiado con la familia del otro, no más de lo necesario.

Contacto íntimo solo cuando sea exclusivamente necesario.

Al final de los tres meses, no volveremos a vernos.

La última es probablemente la que más entusiasmada me deja, el hecho de estar haciendo esto tiene que dejar una solución duradera, después de Alessandro... no debo de volver a preocuparme por que mi vida sentimental sea objeto de preguntas.

Una parte de mí aun tiene muchas preguntas sobre el pasado, preguntas que sé que aún haciéndolas, no van a ser respondidas.

—Podemos ser la típica pareja romántica en público —dice Alessandro mientras avanzamos por la acera, se ha ofrecido a acompañarme a casa y no ha habido mucho que yo pudiera hacer al respecto.

—Ugh, no —arrugo la nariz —detesto el contacto cuando es más de lo necesario, no quiero que irradiemos falsa dulzura.

—¿Entonces...?

—Serás encantador solo en momentos necesarios —establezco —ya sabes, cuando sea evidente que tendremos que comportarnos como una pareja enamorada, durante la boda tal vez debamos...

Alessandro sonríe.

—Oh, besos, la parte que más me entusiasma de todo esto.

Mi puño se estampa contra su hombro.

—Cierra la boca. No comiences a creerte demasiado.

—¿No crees que debamos practicar antes? Sería vergonzoso que nuestro primer beso sea un desastre.

Me giro encarándolo. Hemos llegado a mi hogar así que nos detenemos justo en la entrada.

—No será nuestro primer beso —le recuerdo y la sonrisa se borra de sus labios.

Se que no es justo recordarle a alguien el pasado, sé que si decidí hacer esto debo olvidarme de todo, incluyendo lo que él hizo y los motivos por los cuales me dejó atrás. No es importante ahora, debe dejar de serlo.

—¿Cuánto tiempo pasará antes de que dejes de echármelo en cara?

No parece enojado, más bien luce casi resignado. Como si esperase esta reacción de mi parte y no quisiera hacer nada para evitarlo.

—Carina no podía quedarme. —La sinceridad de sus palabras me golpea —era un crío, y estaba asustado, mi vida era un desastre y lo sabes, escapé de casa y tenía mucha mierda con la cual luchar, no podía...

—¿No pudiste quedarte? ¿O no quisiste hacerlo?

Aprieta la mandíbula y eso me da la respuesta que necesito.

—No pido que lo entiendas, ni que me perdones. Fui un completo hijo de puta al irme de esa manera pero si me dejas compensarte...

Dejo de escucharlo cuando reconozco la figura que se acerca hacia nosotros, podría reconocerlo en cualquier sitio. El pánico crece en mi pecho porque no se supone que esto debamos de comenzar a fingir ahora, pero él cada vez está más cerca y...

—Bésame.

—¿Qué? —parpadea claramente confundido con mi petición —no me refería exactamente a este tipo de compensación, y creí que los besos...

—¡Oh, cállate y hazlo! —ahogo un grito —mi padre se acerca y notará que no hay nada entre nosotros si no hacemos algo rápido.

Miro detrás del hombro de Alessandro, papá está más cerca y es claro que nos ha reconocido. La luz comienza a iluminar su rostro y noto su expresión curiosa.

—No voy a besarte....

—¿Carina? —se congela cuando la voz curiosa e inquisitiva de mi padre se escucha detrás de nosotros.

Giramos, olvido el beso, olvido mi ridícula petición cuando los ojos de mi padre me escudriñan y luego pasan a Alessandro.

—¡Papá! —me río nerviosa —¿qué haces aquí a esta hora? Debiste llamar...

—Lo hice, pero no cogiste mis llamadas. Me llamaron del casino, parece que surgió algo —sus ojos se entrecierran —¿no vas a presentarme a tu amigo?

Mi mente se bloquea, sé que debo reaccionar ahora porque de lo contrario toda la farsa se caerá y nada de esto tendrá sentido, pero antes de que pueda ceder a mis propios nervios o siquiera sea capaz de formar una frase coherente...Alessandro habla.

—Buenas noches, señor Lombardi. Es un placer conocerlo al fin.

—¿A caso eres...?

—Alessandro Santori —me mira por un par de segundos antes de voltear de nuevo con mi padre y decir...— el novio de su hija.

Jodida mierda. Esto acaba de terminar antes de siquiera poder comenzar. 

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Hola hola, ¿Creen que la mentira dure por mucho tiempo más?

¡Me encanta leerles en comentarios! 

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