37.- Una nueva página
Alessandro.
Desde que desperté en esa cama de hospital con la mente en blanco y sin saber que es lo que ocurriría con mi vida, supe que nunca podría volver a ser el hombre que fui en el pasado.
Pasé meses intentando que eso cambiara, traté desesperadamente de tener la vida que poseía antes de la cirugía pero tuve que aprender a lidiar con el hecho de que no sería posible recuperar aquella vida.
Que habría cosas que tendría que aprender por mí mismo, que aun cuando lo que todas las personas a mi alrededor dijeran fuese verdad, tendría que aprender a descubrirlo por mi mismo.
Y eso es lo que he hecho desde entonces.
He hecho las cosas que creí que me harían feliz, y he dejado de hacer muchas otras cosas. Y entre las cosas que me he dado cuenta de que no son para mí, están los casinos.
Dave me observa con incredulidad, como si lo que acabase de decir fuese una completa locura.
—¿Vas a vender tus acciones?
Asiento.
—No aporto mucho aquí —me encojo de hombros —y no sé si quiera tener que seguir dividiendo mi tiempo entre los casinos y la universidad. Ahora tengo un trabajo fijo que me gusta muchísimo, y que me hace feliz. Estoy bien con eso, no necesito los casinos.
Mi amigo se incorpora, entiendo su reacción en realidad, no debe de ser fácil que el socio que tiene el cuarenta por ciento de tus acciones, decida de pronto venderlas.
—Quisiera poder comprarlas de nuevo —dice —pero sabes que al casino no le está yendo del todo bien, así que...
—He pensado en una persona —confieso —y sé que les hará bien a tus casinos.
Dave me mira, no hace falta decir más para que él entienda de quien hablo. Deja de mirarme para fijar su atención en la pila de libros como si eso fuese muchísimo más interesante.
—Quieres darle tus acciones a Carina —dice y por el tono que emplea sé que no le hace mucha gracia.
Mi chica y Dave habían conseguido mantener su acuerdo a flote, aunque muchas de las reuniones terminaban en una que otra discusión. Sin embargo, creo que en realidad los beneficios son mayores como para aceptar tolerarse el uno al otro.
—Sé que no te agrada, pero piénsalo, Dave. Tenerla como socia podría rescatar a los casinos, lo sabes.
—Podría encontrar a otra persona —dice cruzándose de brazos —no precisamente a tu novia.
—Sí, podrías. Y yo también podría encontrar a otra persona para venderle las acciones pero sé perfectamente que no quieres que eso ocurra. —Me incorporo también —Dave...
—¿Has hablado con ella? ¿Está dispuesta a comprar las acciones?
No respondo de inmediato porque es un tema que no he tratado con Carina, hemos hablado de mi participación en los casinos un par de veces pero nunca me ha preguntado abiertamente que es lo que haré.
—Nadie aparte de ti sabe que venderé mis acciones —admito —quería informarte primero de mis planes.
Me lanza una mirada que no sé como interpretar.
—¿Cuál es tu problema con Carina? —inquiero —si me vienes con la mierda de que se debe a que es mujer...
—No —sacude la cabeza —no es eso, simplemente no quiero que mis casinos terminen acaparados por los de ella.
—¿A qué te refieres?
—Sé como funcionan los negocios, ¿de acuerdo? Y sé bien que el gigante se come a los más pequeños, no quiero...no quiero que eso ocurra con mi trabajo de años, al menos no aún.
Suelta un suspiro y camina hasta llegar de nuevo a su asiento, se deja caer con descuido y luego me mira.
—Entiendo que Carina es excelente en este negocio, por algo dirige una de las cadenas de casinos más importantes de Italia, así que perdóname si me siento intimidado por el hecho de que tu novia pueda apoderarse de los míos.
—Ella no quiere apoderarse...
—Sandro, las personas no siempre revelan sus verdaderas intenciones y hablo en serio, lamento si eso te ofende pero después de todo, ella es una mujer de negocios.
—Claro que es una mujer de negocios —concuerdo acercándome —por eso considero que es la persona más apta para esto, es inteligente, justa, y nunca va a traicionarte. Lo sé bien, si nunca han tenido una buena relación es porque amigo, estás todo el tiempo buscando la oportunidad perfecta para obstaculizarla. Si ella hiciera lo mismo, te aseguro que no estarías tan contento.
Dave no me responde de inmediato, parece pensárselo demasiado antes de darme un simple gesto. Un corto asentimiento que me hace sonreír.
—Tú eres el de las acciones después de todo, y si yo no puedo comprarlas, entonces toma la decisión —concede —solo quiero mantener una charla con la persona que desee adquirirlas.
Sonrío levemente.
—Créeme, la tendrás.
No tengo nada más que me obligue a continuar aquí, así que retrocedo unos pasos, con el ademán de marcharme.
—¿Te vas tan pronto? Podemos tomar algo —sugiere incorporándose —como en los viejos tiempos.
—Lo agradezco, pero tengo cosas que hacer —omito mencionar que mi plan es ir directo hasta donde Carina se encuentra —en otra ocasión será.
Dave asiente.
—Espero tu llamada —le dedico un corto asentimiento y abro la puerta de su oficina.
—Adiós Dave.
Salgo prácticamente de inmediato, mientras avanzo por el pasillo hacia la salida, saco el celular para enviarle un mensaje a Carina informándole que necesitamos hablar, supongo que no debe estar en algo importante porque responde casi de inmediato, diciendo que me esperará en casa.
Tras darle una confirmación, salgo de los casinos y me encamino hacia donde mi chica se encuentra. En realidad, espero que Carina acepte mi propuesta, una parte de mí desea dejar en buenas manos las acciones del casino de Dave, después de todo es mi amigo y no dejaré en manos de cualquiera una parte del negocio que le importa tanto.
No me toma mucho tiempo llegar a la casa, cuando lo hago, reconozco el auto de Cari estacionado al frente, y cuando estoy bajando del auto, ella aparece en la entrada con una sonrisa.
—Llegaste pronto —dice recibiéndome. Se coloca en puntillas para dejar un corto beso en mis labios y luego retrocede —¿Qué es eso de lo que quieres hablar?
—Pareces demasiado ansiosa.
Una risa brota de sus labios.
—Bueno, cuando tu novio envía un mensaje de texto diciendo que tienen que hablar no es precisamente algo que puedas tomar a la ligera.
Una sonrisa cruza mis labios.
—Regina, no tienes que preocuparte, lo juro.
Noto como su cuerpo parece muchísimo más relajado ahora. ¿Cree que puede haber algo malo entre nosotros? Imposible.
—¿Entonces que es? —insiste una vez que estamos en el interior.
—He tomado una decisión respecto a las acciones que poseo en los casinos de Dave.
Ella parece un tanto sorprendida, camina hasta llegar al sillón y se deja caer con descuido sin apartar la mirada. Cruza las piernas en una postura relajada, así que me acerco hasta conseguir acomodarme a su costado.
—¿Qué has decidido?
—Quiero vender mis acciones
Su sonrisa poco a poco comienza a desaparecer y la seriedad cae en su rostro. Ahora me observa con cautela, como si quisiera descubrir que es lo que estoy por decir.
—¿Venderlas? Esa es una decisión importante —dice —¿Lo has hablado con Dave? Los socios mayoritarios deben ser considerados primero como compradores de las acciones, así que supongo que debes haber hablado con él primero antes de decirme esto.
Asiento levemente.
—Dave no tiene la capacidad de pago para adquirir las acciones, los casinos no atraviesan su mejor momento, lo sabes, así que he hablado con él para decirle que tengo a un posible comprador en mente.
Ella parece tener la intención de preguntar algo, pero se detiene. Le toma apenas unos segundos entender a que me refiero, cuando lo hace, la sorpresa surca su rostro y se echa para atrás.
—¿Estás...?
—He pensado en ti —sonrío levemente —he pensado que tal vez podrían interesarte.
No hay una respuesta inmediata. Es como si de pronto su mente hubiese comenzado a trabajar en todas las respuestas que puede darme, peor al final ninguna palabra brota de sus labios.
—¿Hablas en serio?
—Muy en serio —asiento —esto es algo que he pensado mucho, y creo que eres la persona indicada para eso.
Sacude la cabeza.
—Es una decisión importante —toma una inhalación —estamos hablando del cuarenta por ciento de acciones. No puedo darte una respuesta ahora, tengo que hablar con mi padre y con el resto de los accionistas...
—No necesito una respuesta ahora —sonrío levemente —sé que no es algo que puedas considerar de un momento a otro, así que puedo esperar. El tiempo que necesites.
La curiosidad llena su mirada.
—¿Realmente quieres estar fuera de los casinos? —inquiere —estuviste ahí mucho tiempo...
—No lo sé —suspiro —estar ahí se siente bien pero no es lo que quiero hacer, he descubierto que me gusta enseñar, soy bueno haciéndolo así que deseo que toda mi atención esté en eso. Además, aún tengo el tema de las acciones en las empresas de mi padre, quiero...quiero intentar aquello a lo que antes me negué, los casinos ya no se sienten como algo que quiera seguir haciendo.
Una suave sonrisa se filtra en sus labios.
—Me alegra que estés descubriendo lo que verdaderamente te apasiona —su mano alcanza la mía. —mi padre siempre dice que debemos de hacer aquello que nos haga felices, que nunca debemos estar en un sitio que nos haga infelices, así que si esto es lo que realmente quieres, entonces lo apoyaré.
Entrelazo nuestras manos.
—A veces pienso en como hubiese sido nuestra vida si el tumor nunca hubiese existido —me permito confesarle —a veces me gustaría no haber perdido todos esos recuerdos que nos unían, de toda una vida que seguramente era digna de recordar.
La nostalgia invade su mirada, no dice nada, permanece con la mano entrelaza con la mía sin tener intenciones de interrumpirme.
—Pero entonces pienso que de ser así, nunca hubiese tenido la oportunidad de redescubrirme. De volver a aprender tantas cosas que parecían insignificantes, pero que ahora son valiosas. Pienso que de tener todos esos recuerdos, nunca hubiese tenido la oportunidad de enamorarme otra vez de ti.
—Sandro...
—Y eso hace que todo valga la pena, regina. Porque he descubierto que enamorarme de ti, que amarte...es sin duda una de las cosas más increíbles que pueden sucederme. Me eclipsaste una vez, y conseguiste volverme loco de nuevo así que no tengo duda, que estábamos destinados a ser.
Ladea la cabeza mirándome con ternura.
—Claro que estábamos destinados a ser —dice con suavidad —por mucho tiempo creí que no, pero ahora que ha pasado todo...creo que realmente nuestros caminos estaban destinados a encontrarse, tarde o temprano lo harían, y estoy agradecida de tenerte aquí conmigo.
—Eres la mujer de mi vida —susurro inclinándome hacia ella, mis labios atrapan los suyos y la siento sonreír en medio del beso —lo serás siempre, y voy a asegurarme de que así sea.
Ella se aparta.
—¿Estás tratando de decir que vas a proponerme matrimonio? —arquea la ceja.
Una corta risa brota de mis labios.
—¿A caso tú estás usando indirectas conmigo?
—Nunca se responde una pregunta con otra pregunta —reprende entre risas.
Es mi turno de reír, el sonido se combina con el de ella y termino disfrutando del momento.
—No me creerás tan poco original para una propuesta no directa —me defiendo. —Pero no te equivocas, porque claro que quiero hacerte mi esposa, quiero que tengamos muchos hijos, o tal vez solo uno, o me conformaría con un perro.
Se ríe de verdad, lo hace fuerte y genuino.
—¿Te conformarías con un perro? —inquiere —creo que tenemos muchos temas por tratar antes de llegar a eso.
—¿A quien le importa? Tenemos todo el tiempo del mundo, ¿no es cierto?
Me mira con ternura, con unos ojos llenos de amor que me aprietan el corazón y hace que quiera besarla hasta acabarnos el aliento.
Carina provoca tantas reacciones en mí que no las entiendo, pero que al mismo tiempo, no deseo dejar de sentir.
—Claro que tenemos tiempo —concede —aún tenemos muchas páginas que llenar de ese libro.
No tengo que mirar al lugar que señala para saber de que habla.
—Lo haremos, todas y cada una de ellas, sin dejar ni un solo espacio en blanco
Sus labios vuelven a encontrarse con los míos y sé que aún cuando no tengamos idea de que irá en la página siguiente... seguirá siendo tan magnifica como hasta el día de hoy.
Porque en una historia con Carina, siempre habrá una página nueva que llenar.
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¡Hola, hola!
Es probable que el lunes haya doble actualización, y luego actualizaré el epílogo y el extra, así que la próxima semana llegaremos al final de esta historia que espero continúen amando como yo.
¡Estén pendientes!
No se olviden de votar y comentar, significa mucho para mí.
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