Capítulo 1: ¡En Shingeki no Kyojin!
—¡Wah~, el bosque de los Titanes es más grande de lo que imaginé!
El mitad demonio no tardó en fotografiar donde en estos momentos estaba, en el esperado anime que muy pocos no desearían estar: ¡en Shingeki no Kyojin!
Otro flash es escuchado gracias a la cámara que traía en manos, hasta ahora tomó unas 53 fotos de cada ángulo del bosque. Guardó su cámara en su mochila grisácea, para después caminar en la madera de un árbol hacía arriba, violando las leyes de la física y de la gravedad.
Unos cuantos minutos después de que llegara a la cima donde estaban las ramas gigantes, se sentó en uno hasta invocar una manzana junto con un licuado de plátano, mientras comía y bebía, miraba a su alrededor con tranquilidad.
—“Sin los soldados combatiendo contra los titanes, es bastante tranquilo.”
Acabando su licuado y manzana, se acomodó bien en su lugar, sacó nuevamente la cámara negra de su mochila para ver las recientes imágenes del bosque que tomó.
Mientras hacía eso, no le tomaba importancia lo que pasaba a su alrededor, hasta que escuchó pasos fuertes y pesados que hasta lo hacían mover de su lugar, el pelinegro se levantó de golpe, mirando hacia el noroeste donde venían los pasos.
En sus pensamientos ya se estaba imaginando la posibilidad de que esas pisadas provenían de un titán. Sonrió cerrado, hasta saltar de rama en rama al dichoso lugar.
Llegando al lugar, paró abruptamente, viendo con ojos maravillados que difícilmente apenas se podía apreciar; vio un titán de 10 metros caminar con lentitud hacia el frente, su sonrisa ladina y algo forzada lo hacía ver espeluznante, pero para Nerón, era algo sublime.
Se acercó con agilidad y sigilo al titán de cabello marrón, sin apartar su vista de él, rápidamente sacó su teléfono dándole una foto. El pelinegro frunció el ceño.
—Que torpe soy... Se la hubiera tomado de frente.— Comentó molesto sin cambiar su deje, mirando al titán quien se detuvo en seco.
Nerón estaba en la rama mirando con curiosidad y en primera fila al titán, quien se volteó lentamente sin borrar su sonrisa, viendo al pelinegro.
—¿Are?
El pelimarrón miró fijamente al híbrido ojigris con deseos de comerlo, mientras que a Nerón; también miraba con ojos penetrantes al titán de 10 metros, sin cambiar ese extraño brillo en sus ojos grises claros.
—“Ahora comprendo a Hange-san.”
Su pensamiento fue interrumpido por el titán pelimarrón, quien se le echó encima con gran rapidez. En poco tiempo esquivó la gran mordida que iba a recibir, hincándose.
—“Vaya, eso estuvo cerca.— El titán se había estampado contra otro árbol, deslizándose está vez hasta llegar al suelo. —Debe ser un titán excéntrico.”— Vaya gustos que sacó de su padre.
Bueno, el dichoso titán de 10 metros se volvió a levantar, sólo que ahora sacaba humo de su rostro por el anterior golpe proporcionado de él mismo.
—Es mejor que me vaya.— Dicho y echo, el pelinegro bajó de la rama.
Ya en el suelo, echó a correr como si su “vida” dependiese de ello, el titán tomó la oportunidad de perseguirlo, pero con una pose de diva. Estaba pisando los talones a Nerón, quien volteó a ver al titán excéntrico con cara de pervertido hacia su persona. Sin que Nerón dejase de correr, giró su cuerpo quedando frente al titán, corriendo de espaldas.
—Si que eres feo y a la vez cool.— Saca mágicamente su cámara de nuevo, tomándole rápidamente una foto de perfil al pelimarrón, justo como quería. Miró su fotografía, hasta decir como si nada. —A esto me refería.
Las grandes pisadas del titán era lo único que se escuchaba en el bosque, el mitad demonio se dio la vuelta para volver a correr de frente, no se esperó a llegar hasta el final del famoso bosque de los titanes, viendo simplemente terreno abierto con muy pocos árboles.
En su interior se sorprendió un poco, hasta escuchar por su izquierda y derecha que venían otros titanes, cuatro del lado izquierdo y dos del lado derecho, el pelinegro calculó en milisegundos la estatura de los (ahora) 7 titanes que ya lo estaban persiguiendo, el primero que lo estaba persiguiendo se puso en cuatro para correr más rápido en alcanzar su objetivo, haciendo que otro titán anormal igualara su acción. Ahora ambos perseguían al ojigris; éste no mostraba signos de cansancio, envés de eso, estaba concentrándose en no parar hasta hallar la muralla que esperaba con ansías ver.
—“Un momento, si voy a la muralla de Shiganshina...”
Paró en seco, mientras que los Titanes al verlo detenerse, no desaprovecharon la oportunidad de comerse–...
Olvídenlo, Nerón usó su poder de la Nekrokinesis junto con Súper Velocidad, para facilitar más cosas.
Al mismo tiempo, los siete titanes que perseguían al pelinegro cayeron de frente en seco, aunque hayan muerto, siguen con sus sonrisas que te cagas. En el acto, hicieron una pequeña corriente de aire, haciendo que los cabellos negros y rebeldes de Nerón se moviesen como si fuese típico. Digo, porque el pelinegro lo trae como si fuese el Dios Itachi, excepto que no tiene ojeras.
—“Cómo lo admiro, por eso me dejé crecer el cabello por él.”— Y el muy canijo no se arrepiente, aún así, se ganó una regañada de su padre, valiéndole como siempre.
Bueno, después de que Nerón haya matado a los titanes, emprendió nuevamente su camino hacia el norte, sabiendo que ahí es donde estaría el Muro María, donde vivían Eren, Mikasa y Armin.
Era mediodía, como no vio a nadie más que a puros titanes. Chasqueó los dedos haciendo un sonido en seco, invocando está vez una motoneta. Se subió en ella no sin antes ponerse el casco por si las dudas. (xD) Aunque no le hacía falta.
La puso en marcha, dando así un recorrido “interesante” para él. Pensó que era muy raro conducir una moto a pesar de estar en su anime favorito estando en muchísimos años atrás, pero ñeh, dice que a la mierda la lógica.
Le mataba la curiosidad en que tiempo llegó a dar, ya que no era adivino como su padre.
(...)
El pelinegro mitad demonio hizo desaparecer la motoneta, mirando al frente con una notoria expresión de sorpresa. No pudo mantenerse inexpresivo ante lo que veían sus ojos.
—“No-ma-mes.”— En un santiamén supo que estaba en el episodio 1, al ver la Muralla María con un agujero en esta.
Por inercia giró su cabeza hacia atrás, viendo una gran horda de zombies, ¡ahem! Digo, una gran horda de Titanes viniendo del sur. A Nerón se le bajó una gota en la sien al no notar la parvada de Titanes que venían detrás suya.
Su rostro se volvió escéptica, para volver su mirada a la gran muralla de estatura imponente. Miró otra vez a los Titanes que venían a pocos metros en frente suya, luego a la Muralla María; y así sucesivamente. Hasta que lo dejó de hacer, surcándole una idea disparatada nuevamente.
—¿No matarás a los Titanes?
—¿Eh?—. Miró a su diestra la silueta de su padre quien fruncía el ceño con los brazos cruzados. —¿Padre?
—¡CON QUE AQUÍ SI ESTABAS, MOCOSO INSOLENTE!
El grito del diablo hizo que el suelo temblara por 5 segundos exactos, hasta formar un pequeño cráter por la rabia provocada por su hijo, otra vez. :v
—¿Nani?
—¡Nada de “Nani”! Tú, has llegado demasiado lejos por tus estúpidas ideas.— El (ahora) pelinegro de mayor estatura tomó con ambas manos la cabeza de su hijo, agitándola. Paró de repente, notando que un titán excéntrico se aproximaba a la posición de ambos demonios. —Stercore.*
—Padre, quise venir a este mundo porque fue mi decisión.— Contestó sosamente el pelinegro, mirando al Rey Demonio.
—Está es la primera vez que haces algo cómo esto.— El ojirrojo elevó su mano izquierda hacia la dirección donde venían los Titanes, haciéndolos detener. Bajó su mano, tomando una faceta seria. —No entiendo como es que todo esos Titanes acabaron siendo víctimas inocentes.
—¿Usaste tu poder?—. Preguntó indiferente el ojigris, mirando a su padre.
—Tuve qué...— Pausó, para luego decir. —Me sorprende que seas tan realista a las consecuencias que llevarán a cabo si estás aquí.
—También soy conciente de eso.— Con el mismo deje le contesta, posando ahora su mirada grisácea a la muralla.
—Hijo.— Llamó Lucifer con tranquilidad a su primogénito, siendo observado por éste con atención. —¿Por qué viniste aquí, en primer lugar?
Nerón respondió sin rechistar. —Es mi anime favorito, cualquier fan de Shingeki no Kyojin desearían estar aquí.
—¿No será algo cliché con lo qué haces?
—Noup. Bueno, si lo sería porque pienso conocer a...— Es interrumpido por su padre.
—A ése tal Ackerman. ¿No es así, pequeñajo?—. Preguntó irónico su padre cambiando su faceta a una molesta.
—Aparte. También quiero conocer a Eren...
Ahora el Padre de las Mentiras sonrió con burla. —¿A la princesa en apuros?
—Amh, sí. 💧
—¡Jajah! En serio, Nerón. No puedo creer que haya venido hasta aquí sólo para oír tales incoherencias de tu parte. ¡Me sorprende!
El menor se quedó inexpresivo ante la declaración de su padre, volvió a su expresión anodina.
—Está bien, hijo. Puedes divertirte.
—¿Hm?
—Cada vez que pueda vendré a ver cómo te va en este mundo de fantasía, te doy permiso.
Satanás sonrió medianamente hacia su hijo, quien le correspondió la sonrisa con una cerrada y poco notoria, aunque en su interior estaba impresionado por la aceptación de su padre que se lo tomó con facilidad.
El Diablo creó un portal hacia el infierno de su planeta natal. Antes de que el mayor atravesase el portal, giró su cuerpo y cabeza hacia su hijo, dándole una recomendación.
—Si estarás aquí por un tiempillo, te diré de una vez que no muestres tus poderes a esa gentuza miedosa; especialmente el de invocar tus cosas.— El menor asintió serio, dándole la razón. —De acuerdo. Cuídate, Nerón.
Por término, Satanás atravesó el portal y al instante, ésta se cerró dando un sonido seco.
Pero al hacer eso, el poder de Satanás que paraba a los Titanes se desactivó. El pelinegro se le cayó nuevamente otra gota en la sien, está vez por los nervios.
—Oh ouh.— Por suerte, antes de que los Titanes se lo comieran, desapareció con su Teletransportación.
(...)
En el transcurso del tiempo, Nerón dejó su ropa de los tiempos actuales invocándose ropa de ese tiempo para pasar de inadvertido, no soltaba para nada del mundo su precieda mochila.
Las palabras de su padre diciéndole indirectamente que tenía que tener cuidado con sus poderes se lo tomó muy serio, aunque algunas veces usaba sus poderes disimuladamente, burlando a los demás aldeanos de Shiganshina, convirtiéndose también en uno de ellos.
Después de que el Muro María haya caído. Los de la Muralla Rose tuvieron que desalojar la zona para que los aldeanos de Shiganshina tuvieran un refugio.
Entre las sombras, Nerón observaba a los pequeños protagonistas, a Eren, Michoza-¡digo! Mikasa, y a Armin. No desaprovechaba la oportunidad de darles fotos a escondidas, admitía que se sentía un acusador, pero hacía todo por ver el bug. (xD)
Pasó el tiempo, cuando era momento de asistir al entrenamiento para unirse a una legión que ya tenía en mente.
—“Al Cuerpo de Exploración.”
¿Cómo entró ahí? Misterio~.
(...)
Stercore*= Mierda, en Latín. XD
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