Amé tanto que me vieras como una cura, eso me hizo sentir especial, pero no todo en la vida es color de rosa y la verdad mi amor, es que me dió mucho miedo.
Yo no sé sanar, nunca lo supe y hasta hoy, no he aprendido cómo hacerlo.
Me costaba creer a era capaz de alumbrar el mundo de otra persona cuando el mío, estaba sumido en las tinieblas desde hacía mucho tiempo.

¿Me veías como un rayo de esperanza?, ¿a mí?
Yo, que no soy más que miles de fragmentos de cristales rotos incrustados en una piel seca y desgastada, yo, que aún no he aprendido a desprenderme de los monstruos que juegan a la cuerda floja en mis costillas.

Sí, tú, como todo buen estudiante de la vida, te empeñasate en ver en mí alguien diferente, tú qué antes te rehusabas a quererme, que me parecias un idiota completo, tú qué no sé en que momento empezaste a gustarme, bueno... quizás fue cuando  pensé que estabas tan roto como yo o cuando comencé a verte como ancla para mí barco en medio de una tormenta.

Incluso la mejor ancla puede ser movida en ocasiones, y ahora al descubrir que no me había equivocado al pensar que no éramos tan diferentes, no sabía porque me dolía tanto, y tenía miedo, mucho miedo, de lastimarte yo también, porque yo no sé sanar, ya te lo dije amor, yo no sé cómo hacerlo, en la vida solo he aprendido a lastimar, era imposible no temer romperte más.

En ese momento deseaba salir corriendo, pero me detuve antes de abrir la puerta y sacarte de mí corazón, me detuve en seco cuando me escribiste las dos palabras que jamás pensé escuchar de tí...

Te quiero cariño✓✓

Escribiendo......