Respira.... tranquila...
No grites que te escucharán todos en casa...
Me repetía a mi misma

¡Rayos!
Yo quería que me rechazaras.
Que lo hicieras todo más fácil, pero no, el niño se empeño en pensar que yo también le gustaba, y, mi corazón no aguantaba tanto, quería verte, quería escuchar tu voz, quería sentir lo que era estar cerca tuyo, salir de las dudas, de si era amor lo que tú sentías por mí, de ver lo que sentía yo al rozar tu piel, porque no sé que tiene la piel, que en la carrera del amor siempre consigue adelantarse al corazón y a la razón.
En ese momento no pensé que estaría tan loca como para hacerte una videollamada sin antes preguntarte, pero lo hice y la rechazaste, de hecho, y como si fuera algo gracioso, mi parte rencorosa salió a la luz.
Recordé lo mal que me trataste el día que andaba deprimida, así que en venganza por tu rechazo, decidí portarme un poco infantil (bueno creo que siempre actúo de esa forma)

No puedo hablar, lo siento, mejor sigamos escribiendo mensajes ✓✓

¿Sigues ahí? ✓✓

¿Porqué no respondes?✓✓

¡Ojalá y seas tú quien se muera!

¡No me escribas nunca más!

¡Ey, ¿que pasa?! ✓

¿Enserio te vas a desconectar✓

Desactivé mis datos e ignoré si seguías escribiendo o no.
Esa sería la última vez que me permitiría estar loca por ti, ya no más, no quería aguantarte más, pero, ¿sería capaz de alejarme de ti?

Pues, almenos lo intentaría.