Hello there! Bueno ahora si que ya estamos a nada del final. Esta historia estará totalmente terminada esta semana jejeje

- Niños- decía Obi- Wan intentando controlar a los dos gemelos

- No somos niños- decían ellos mientras seguían dándose vueltas por el lugar. 

- Entonces quédense tranquilos, ya podrán entrar- dijo Obi- Wan algo sorprendido de lo ansiosos que parecían los gemelos por ver a su padre. Hace algunos días, ellos habrían dado lo que fuera por no ver a su padre.

Satine estaba junto con Mara y veían fijamente a Obi- Wan. Sin duda él estaba bastante cambiado ahora, casi se parecía al padre amoroso que Mara conoció una vez. No a aquel jedi torturado por el código que había cometido tantos errores. 

- El sigue teniendo esa chispa- dijo Satine viendo a Obi- Wan y Mara sonrió levemente.

- Tal vez, ambos lo tienen aún- dijo Mara poniéndose de pie y saliendo de allí. 

Era incómodo para ella ver a sus padres interactuar como si fueran los mismos que ella conoció. Esos padres amorosos que no estaban torturados por las sombras del código jedi. Tal vez si nunca se hubieran dejado eclipsar por ellos, seguirían juntos, y ella nunca se habría ido de su lado. Pero ellos habían dejado que el código jedi y la reconstrucción de Mandalore los destruyera. Habían olvidado lo que significaba ser una familia, y su tía fue la única que se quedó a su lado, la única en quién ella confiaba y la única figura de autoridad que respetaba aún.

- Niños- decía Obi- Wan, pero no lo escuchaban.

- Ey, Ey- dijo Ahsoka mirando a los dos gemelos- Tranquilos, su padre estará bien, lo verán en unos minutos- dijo Ahsoka y ellos asintieron.

El maestro Yoda solo reía mientras miraba la escena. El código jedi estaba mal, reprimir el amor de las familias, nunca había sido correcto. Skywalker tenía una hermosa familia. Una hermosa familia que se había perdido por años, pero que ahora podría recuperar.

Cuando finalmente Padme apareció y los droides autorizaron que los gemelos podían entrar, ellos casi corrieron hacia donde estaba Anakin, pero se detuvieron en la puerta mirándose nerviosos y Padme los siguió.

- Vamos, entren, él los está esperando- dijo Padme mirando a sus nerviosos gemelos.

- ¿Estás segura de que no está molesto?- preguntó Leia

- ¿Por qué iba a estarlo?

- No lo sé, siento que de alguna manera todo esto es nuestra culpa- dijo Leia- Lo enviamos a prisión, y lo golpearon allí, estaba débil como para defenderse de este ataque

- Solo entren, eso ya es pasado- dijo Padme y los gemelos asintieron, entrando nerviosos al lugar donde su padre los esperaba con una enorme sonrisa.

Los gemelos lo miraron, y trataron de contener su impulso de correr a abrazarlo. Estaba tan lastimado, pero su sonrisa era enorme al verlos. Se sentían tan culpables por verlo así, se sentían tan viles al verlo sonreír de esa forma y nunca antes haberle prestado la atención que él merecía. Era su padre y ellos lo habían aborrecido sin siquiera indagar en toda la verdad. Habían sido injustos con él por 17 años, y ahora que casi lo habían perdido, se daban cuenta de su error.

- Papá- dijo Luke mirando a Anakin 

- Papá- gritó Leia y en el momento en que Leia no pudo resistirse y corrió a abrazarlo, Luke hizo exactamente lo mismo.

Anakin se sentó en la camilla y los abrazó con fuerza, sin importar si  estaba lastimado.

Padme habría reclamado que debía tener cuidado, que tenía algunos huesos rotos, pero ver la escena de su ex esposo abrazando a sus hijos valía su vida entera. Sintió deseos de llorar porque había tenido tanto miedo de perderlo, pero ahora él estaba allí, abrazando a sus hijos y recuperándose. Definitivamente la vida les había dado otra oportunidad, una que nunca más desaprovecharían.

Luego de que los gemelos se disculparan entre balbuceos ininteligibles, y de que Anakin les repitiera hasta el cansancio que no era su culpa, Luke logró reponerse y separarse de su padre. Leia por su parte seguía abrazada a él como si la vida se le fuera en ello y Anakin solo la aferraba a su pecho.

- Te preparamos una sorpresa- dijo Luke secándose las lágrimas.

- ¿A mi?- preguntó Anakin confundido y Luke rodó los ojos.

- No papá, al droide médico- dijo con sarcasmo- Es obvio que a ti- dijo Luke y Anakin sonrió. 

Padme los miraba confundida ¿Ellos le tenían una sorpresa a Anakin? ¿Qué sorpresa podían tenerle?

- Para eso tendremos que sacarte de aquí maestro- dijo Ahsoka entrando al lugar conteniendo sus ganas de correr y abrazarse a Anakin como lo estaba haciendo Leia. Ella era una adulta ya, no era una adolescente, hace muchos años que no lo era, podía contenerse. Había pasado años alejada de su maestro, podía contenerse y no correr a abrazarlo.

- Adelante Ahsoka, aún eres una niña para nosotros- dijo Padme y Ahsoka corrió a abrazar a Anakin en el preciso minuto que Padme terminó la frase.

- Ey, sabionda- dijo Anakin sonriendo y disfrutando de poder abrazarla nuevamente- Estoy bien, aún no moriré

- Eso espero, porque no pienso volver a asustarme así por ti- dijo Ahsoka pegada al pecho de su ex maestro.

- Puedes estar tranquila- decía Anakin sonriendo

Ella se sentía algo nerviosa por estar tan cerca, pero Anakin solo sonrió.

- Siempre serás como mi hermana menor Ahsoka, o como mi hija ¿Lo sabes no?

- Soy una pésima hermana y una pésima hija entonces- dijo Ahsoka y él solo negó intentando convencerla de lo contrario.

Finalmente cuando todos se calmaron y se reencontraron, Ahsoka y Luke sacaron a Anakin de la sala de recuperación. Ahsoka, Leia y Luke tenían bastantes problemas para hacer que Anakin se dejara ayudar para caminar, pero cuando Padme le advirtió que dejara de hacerse el fuerte o se enojaría, él dejó que lo ayudaran a caminar.

- ¿Entonces a qué vinimos hasta acá?- preguntó Anakin cuando lo llevaron a una sala vacía, con una gigantesca ventana.

- Acércate hacia acá papá- dijo Luke sonriendo y Ahsoka ayudó a su ex maestro ca minar hasta la ventana.

Anakin quedó perplejo cuando vio lo que había a lo lejos, pero sin duda lo reconoció.

Altamente iluminado, con luces de colores, estaba la casa que habían estado construyendo. Era mucho más grande de lo que recordaba ¿Ellos habían terminado todo ese trabajo? ¿Realmente lo habían hecho?

- No quedó tan bien como de seguro lo habrías hecho tú, pero, está terminada- dijo Luke retorciéndose las manos nervioso

- Las ventanas no son probablemente lo que esperabas, pero quedaron bien, según yo- dijo Leia mirando hacia otro lado.

Padme estaba en shock ¿Ellos realmente habían terminado la casa? Y no es todo ¿La habían iluminado con luces de colores de forma que se viera hasta la bahía médica? 

- Rex está encendiendo las luces- dijo Ahsoka a su maestro y él sonrió.

Anakin solo abrazó a sus gemelos, agradeciéndoles por todo lo que hacían por él. Diciéndoles que era uno de los momentos más felices de su vida. Luego cuando vio a Ahsoka y Padme sonreír, usó la fuerza y las atrajo al abrazo.

Ahsoka y Padme sonrieron y finalmente los cuatro se sintieron como si estuvieran en casa. 

Anakin se quedó allí mirando la casa iluminada por la ventana con su ex esposa, sus dos hijos y su ex aprendiz que era como su hija allí. Esa casa le había devuelto todo, le había devuelto su vida, su familia y hasta gran parte de su credibilidad.

Ahora tenía fuerzas para enfrentar al consejo jedi, ahora tenía fuerzas para salir adelante, y lo haría, no se dejaría vencer esta vez.

Obi- Wan, Satine y Mara entraron al lugar sonriendo. Mara no pudo evitarlo y ante la escena tan conmovedora, tomó la mano de su padre que la apretó con cariño, sintiendo miles de emociones al recibir una pequeña muestra de cariño de su hija.

El maestro Yoda entró al lugar y sonrió. Sin duda ese era solo el comienzo de muchos cambios. Uno donde Anakin Skywalker dejaba de ser el villano que todos pensaron alguna vez.

- Te amo- susurró Padme al oído de Anakin mientras su familia observaba las luces de la casa en la lejanía.

- También te amo ángel- susurró él sintiéndose pleno de estar junto a todos los que quería allí.

En la guardia real de Naboo, los prisioneros llevados por Ahsoka y el maestro Yoda, confesaban quién los había enviado y por qué. Sin duda perderían el juicio, y Clovis, pasaría casi toda su vida en prisión.